Zayn no hablo en todo el camino a su casa y apenas detuve el auto frente a la misma, se arrojo fuera y corrio directo a su habitación. Pasé el resto del día en la cocina junto a algunos de los empleados que trabajaban allí. Nani, la cocinera, una señora mayor de brillantes ojos azules, se convirtio rápidamente en mi amiga. La mujer parecia pensar que estaba demasiado delgado porque en las pocas horas que estuve en su cocina me dio tanto de comer que me sentí reventar.

—Zayn no es tan malo, ¿sabes? —comentó mientras me servia una rebanada de pastel de chocolate—. Ha sufrido demasiado en su vida, por eso se comporta tan evasivo.

La miré con curiosidad—. ¿Que fue lo que le sucedio?

Nani me miró con una sonrisa suave en el rostro antes de negar con la cabeza y asegurar que no le tocaba a ella contarme eso. Según ella, el día que Zayn me tuviera la suficiente confianza me contaria todo. No contaba con ello pero tampoco podía insistir.

Ese día el señor Adam me dijo que podía irme temprano ya que al parecer Zayn se habia atrincherado en su habitación y no tenía ninguna intención de salir. Despidiendome con la promesa de tener mi móvil encendido me fui a casa. Cuando llegué a la misma, le marque a mi madre para decirle sobre mi nuevo trabajo y pedirle un consejo sobre Zayn.

—¿Estas seguro de lo que viste en él? —pregunto con tono dulce luego de que le hubiera resumido la situación, poniendo enfasis en la mirada que Zayn me dirigio en la carretera—. No me gustaría que te equivocaras y salieras herido, Li.

—Estoy seguro, mamá —suspiré—. Ese chico esta sufriendo por algo, no es el monstruo que todos creen.

La línea se quedo en silencio por unos segundo antes de que mamá suspirara—. Entonces apoyalo, Liam. Hazlo ver que estas de su lado.

—Creo que eso no funcionara con él —susurré mientras me quitaba mis zapatos para subir a la cama—. El chico parece creer que soy algún tipo de carcelero con bonito traje.

—Demuestrale lo contrario —podía escuchar la sonrisa en su voz—. Siempre has sido un niño sociable y simpatico, no dejes que su actitud te afecte. Muestrale cariño hasta que él te devuelva lo mismo o te mande a freir esparragos.

Reí entre dientes al darme cuenta de que mamá tenía la misma idea que yo. Solo debia ser amable con el chico hasta que dejara de ser un amargado total y comenzara a comportarse como un adolescente de dieciocho años normal. Despidiendome de mamá, corté la llamada y me arroje sobre mi cama.

Mis pensamientos giraban en torno a la adicción de Zayn, su actitud fría y la falta de sociabilidad del chico en la universidad. No sabia nada de su vida que digamos, solo lo más basico que el señor Adam decidio contarme. No tenia idea de donde estaban sus padres o si tenia más familia a demas de su tío. Era frustrante la poca información ya que no podía sacar conclusiones tan rápido y con tan poco.

No sé en que momento me dormí pero me desperto el sonido de mi telefono sonando sobre la mesa de luz. Estirando el brazo, lo tome y lleve a mi oreja mientras buscaba el interruptor de la lampara.

—¿Hola?

—Liam, lamento molestarte a esta hora —la voz del señor Adam traspaso la línea. Parpadeando rapidamente por culpa de la intensidad de la luz, observe el pequeño reloj digital sobre mi mesa de luz. 4:30am.—. Pero no tengo idea de a quien más llamar.

—¿Que sucedio?

—Tuve una pelea con Zayn y él salió de la casa furioso —suspiró—. Hace dos horas que estoy buscandolo pero no tengo idea de donde pudo haberse metido.

—Mierda —musite recordando la escena en la universidad.

Saltando fuera de la cama comencé a vestirme mientras escuchaba al señor Adam señalarme los lugares en los que ya habia revisado. En menos de diez minutos estaba vestido y corriendo escaleras abajo hacia el estacionamiento.

—Si lo encuentras primero, llevalo directamente a casa —pidio—. No importa en que estado este, haz lo que sea necesario.

—Esta bien. —suspiré antes de cortar la llamada y poner el auto en marcha.

Temía demasiado en que estado podía estar el moreno. Sin más remedio y sabiendo demasiado bien lo que podia encontrarme, conduje directamente a los peores clubes de Londres que logre encontrar. Esos donde estaba seguro que vendían drogas a los chicos jovenes como Zayn.

Lo encontre en el quinto al que entre. El lugar se llamaba "Howling Wolf". No estaba dentro de mis peores lugares a los que ir pero no era el mejor tampoco. Conocia a un par de personas allí y no me costo demasiado encontrar al niño al fondo del lugar. Zayn estaba en el apartado VIP, sentado sobre un sofa en un estado bastante critico. Su cabeza estaba ladeada sobre el respaldo y sus ojitos brillaban con aturdimiento mientras observaba la pista.

Acercandome a él, aparte a un par de imbeciles que estaban sentados a su alrededor para poder llegar al moreno. Su rostro estaba brillando por el sudor, su cabello largo desordeando y cayendo por todo su rostro, adhiriendose a su piel. Mi pecho se oprimio con un dolor extraño cuando vi el polvo blanco en lineas sobre la pequeña mesa de cristal en el centro del juego de sofas.

—Joder —susurré—. ¿Que hiciste, ojos bonitos?

Quitando el cabello de su rostro, observe el color rosado en sus mejillas y como sus ojitos se cerraban de a poco.

—No te duermas —golpee suavemente su mejilla—. Te sacaré de aquí.

Tomandolo en brazos, me di cuenta de que el chico no podía pesar más de sesenta kilos, demasiado poco para mi gusto. Aunque con la compexión de su tío supuse que venian te personas fisicamente delgadas.

—¿Que crees que haces, imbecil? —lo que me faltaba.

Volteandome, miré directamente al tipo que me estaba deteniendo de que me llevara al moreno. Era un tipo de esos que parecen salidos de una pelicula antigua de chicos malos. Llevaba una chaqueta de cuero demasiado gastada que brillaba bajo las luces tintineantes del club. Una bandana roja cubria su cabello oscuro y sus ojos estaban posados en el niño en mis brazos.

No sabia que se traia en idiota pero me llevaría al chico de allí así tuvera que golpear a todo el maldito club.

—No te metas en lo que no te importa. —gruñí, apretando el cuerpo contra mi pecho.

—¿Que dijiste? —el tipo se me vino arriba de un momento a otro y sentí miedo por el bienestar de Zayn quien habia quedado en el medio.

—Sal de mi camino, idiota.

Las cosas sucedieron demasiado rápido luego de eso. Alguien quito a Zayn de mis brazos de un momento a otro y los puños comenzaron a volar. Sentí mi mandibula latir cuando un juego de nudillos impacto contra ella, mis dientes castañaron y podía sentir el moreton construyendose en el mismo instante. Arroje golpes a diestra y siniestra contra todos los idiotas que se me metian enfrente. Debia llegar a Zayn y salir de allí lo más rapido posible.

Más personas se sumaron y recibi varios golpes en el cuerpo mientras intentaba alcanzar el sofá donde Zayn estaba acostado. No sabia quien lo habia dejado allí pero agradecia que nadie lo hubiera notado. El imbecil que comenzo todo se paro frente a mi impidiendome el paso y logré golpearlo justo en todo su maldito rostro arrojandolo de espaldas al suelo. Seguí mi camino luego de asegurarme de que el tipo no volveria a ponerse en pie por ahora.

—Hey, ojos bonitos —susurré cuando llegué a Zayn, el chico me miró con confusión y los ojos entrecerrados—. Vamonos de aquí.

Levantandolo nuevamente, me arroje en dirección a la puerta evitando las peleas que se cruzaban en mi camino y empujando a un par de personas. Las peleas en ese tipo de clubs eran normales pero sabia que la policia no tardaria mucho en llegar para llevarse a un par de revoltosos. No quería estar entre ellos.

Zayn estaba sudando a mares cuando llegue a mi auto y aunque sabia pocas cosas sobre las drogas tenía muy claro que si al chico le daba un golpe de calor estariamos en graves problemas. Su temperatura subiria drasticamente y sus organos podían colapsar, debia evitar eso pero no tenía idea de como.

Encendiendo el vehiculo maneje los más rápido que mi viejo auto logró hacerlo. Zayn se durmio a mitad de camino a pesar de mis insistentes palabras para que no lo hiciera y eso me ponia jodidamente nervioso ya que no podía controlar su estado si no podía hablarme. La casa aparecio en mi linea de vision no mucho despues y agradecí que el señor Adam estuviera esperandome.

—¿Como esta? —pregunto mientras corría a la puerta del copiloto.

—Consumio —aseguré mientras bajaba. Adam me miró con una mueca de tristeza en el rostro mientras abria la puerta—. Tengo miedo de que le de un golpe de calor, ¿que hacemos?

—¿Puedes llevarlo a su habitación? —pidio—. Llamaré a un medico o a alguien que sepa lo que debemos hacer, nunca habia tenido que tratar con él en ese estado.

Me sorprendio esa confesion pero no hice ninguna pregunta. Tomando a Zayn en brazos me movi hacia la casa y directo a la habitación del moreno. El lugar era exactamente como me lo habia imaginado. Un completo y real desorden. Ropa tirada por todos lados, bocetos, manualidades a medio terminar y papeles viejos por todos lados. Por algun milagro de la vida la cama estaba tendida y pude acomodar al pequeño moreno sobre la misma.

Zayn se quejo en su sueño y no me detuve de acariciar su cabello suavemente, susurrando palabras consoladoras—. Vas a estar bien, ojos bonitos.