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Capitulo 28.

 —¿Que haremos hoy? —besé la nariz de Zayn antes de separarme.

—Hoy no tenemos una de tus aburridas clases, ¿verdad? —preguntó esperanzado—. No sé porque mi tio te puso a darme clases de literatura, no las necesito.

—Eres horrible en la literatura, ojos bonitos. —reí antes de sacudir la cabeza—. Pero no, hoy no voy a darte clases.

Habia estado dandole clases a Zayn desde que el señor Adam me habia re-empleado para eso, aunque por lo general el niño siempre encontraba la manera de distraerme para que terminara la lección antes de tiempo. En el poco más de mes y medio de clases, no habia podido dar una clase completa sin que a Zayn se le ocurriera ir al baño por dos horas -cuando en verdad estaba comiendo dulces en la cocina- o se durmiera sentado. Era un tanto frustrante pero no iba a ganar un sueldo por nada, intentaria enseñarle aunque no quisiese aprender.

—Esta bien —sonrió—. Entonces, iremos a ver a un amigo mío y luego volveremos para que pueda seguir con mi cuadro, ¿que te parece?

—Me parece bien —lo besé suavemente—. ¿Que tan lejos queda la casa de tu amigo?

—No mucho, cerca de la uni.

—¿Y que haremos en su casa, si se puede saber?

—Se puede —sonrió, separandose para ocupar el asiento del acompañante que Francis habia dejado libre hacia unos minutos—. Iremos a buscar tu regalo.

—¿Porque tu amigo tiene mi regalo?

Zayn rió entre dientes—. Ya lo verás, ahora vamonos.

—Mandón. —susurré mientras me acomodaba tras el volante y volvia a enceder el auto.

Repiqueteando sus dedos sobre el tablero, el moreno me miró de reojo con una sonrisa antes de volver la vista a la carretera. Hizo lo mismo un par de veces hasta que finalmente se volteo a mirarme.

—¿Sabias que Francis y mi tio se besaron? —soltó.

—Francis dijo algo. —asenti.

—Mi tio me lo contó anoche —rió—. Me dijo que fue la unica manera de callarlo cuando Francis comenzó a quejarse sobre tener que tomar el autobus porque tu no estabas.

—¿Funciono?

Se encogio de hombros—. Supongo que si. —sonrió antes de hacer una mueca—. No he visto a mi tio con alguien en mucho tiempo, espero que eso funcione me doleria que él sufriera luego de lo que sucedió con su ultimo novio.

—¿Que sucedio? —no debia preguntar, en serio que no debia pero siempre habia sido un chismoso. No me juzguen.

—El tipo era un imbecil. —miró por el parabrisas un segundo antes de volver a mirarme—. Cuando supo que mi tio se habia hecho cargo de mi, salió corriendo con la excusa de que no tenia intenciones de criar niños.

Fruncí el ceño, mirandolo brevemente—. ¿Que edad tenias?

—Diez. —respondio—. Hace ocho años que Adam no sale con nadie o al menos, nada formal. Siento que tengo la culpa por ello, si él no se hubiese hecho cargo de mi tal vez tendria una relación estable y seria feliz.

—¿Quien dice que él no es feliz? —pregunté—. Yo creo que tu haces feliz a tu tío, claro, cuando no estas todo mañoso y lanzando veneno en todas direcciones.

—¿En serio lo crees?

Asentí—. Tu tio te ama y estoy seguro de que no se arrepiente de haber sacrificado algunas cosas para criarte. Además, aun es un tipo atractivo, ¿cuantos años tiene? ¿Treinta y cinco?

—Tiene treinta y ocho. —sonrió—. ¿Crees que mi tio es atractivo?

—Si, lo es. —acepte, antes de darle un guiño—. Pero a mi me gustas más tú.

—Es bueno saberlo —rió antes de hacer un gesto hacia la calle—. Dobla en la siguiente, es la tercer casa a la izquierda.

Un chico de cabello rojizo salió por la puerta en el momento exacto en que estacionaba el auto frente a la casa. Una sonrisa amigable se establecio en su rostro cuando Zayn salió del auto y corrió hacia él. El chico atrapó a Zayn entre sus coloridos brazos totalmente tatuados antes de dar un paso atrás y desordenar el cabello del moreno en un gesto amistoso.

—¿Que rayos te hiciste en la cabeza? —rió.

—¿No te gusta? —Zayn se vio herido por un segundo antes de que el chico sacudiera la cabeza.

—Se ve bien en ti. —aseguró en el momento en que me acerque a ellos—. Tu debes ser Liam —dijo, extendiendo la mano hacia mi—. Soy Ed Sheeran, Zayn me hablado mucho de ti.

—Cosas buenas, espero. —miré a mi niño, sonriendo al ver sus mejillas sonrosadas.

—Te lo aseguro. —Ed hizo un gesto sobre su hombro, hacia la casa—. Vamos dentro —miró a Zayn—. No debo demorar más de media hora en hacer tu...

—Esta bien. —lo interrumpio el moreno—. Vamos a por ello.

Miré con curiosidad a Zayn pero el chico no me dio ni siquiera una pista cuando tomó mi mano y se volteo, siguiendo a Ed hacia otra puerta distinta de la que habia utilizado para salir. En cuanto di un paso dentro de la pequeña habitación, me di cuenta de las intenciones de Zayn. Las paredes estaban cubiertas de bocetos de tatuajes, una silla negra acolchonada se acomodaba en el centro de la habitación y una pequeña mesita, a su lado, contenia los artilugios necesarios para crear un tatuaje.

—¿Un tatuaje? —susurré en su oido mientras Ed cruzaba la habitación, tomando un par de guantes de latex de un cajón.

—Es una sorpresa, no puedes mirarlo hasta que este terminado —me miró.

Asentí en comprensión antes de mirar la maquina sobre la mesa—. ¿Estas seguro de querer hacer esto, bebé? No creo que sea una buena idea.

—Por eso te traje a ti. —sonrió—. Tu me mantienes en la realidad, la aguja no me afectara si te tengo a mi lado.

No estaba muy seguro de ello pero de todas maneras ayude al moreno a subir a la silla y arrastre un banco cerca, estableciendome a su lado. Ed se acercó y preparo sus herramientas rapidamente antes de mirar al moreno.

—¿Trajiste el boceto? —Zayn asintió, rebuscando en el bolsillo de su jean y pasandole una hoja perfectamente doblada. Ed la miro por un segundo antes de asentir y volver al moreno—. ¿Donde lo quieres?

—En la muñeca. —respondió, poniendo la mano derecha sobre el apoya brazo dandole acceso total al pelirrojo—. Así podre verlo siempre.

Ed asintió mirando la muñeca antes de centrar sus ojos en el rostro de Zayn—¿Estarás bien?

—Si, lo estaré. —aseguró.

Dudando por un momento, asintió—Bien, entonces comencemos.

Limpiando rapidamente el area a tatuar, el pelirrojo comenzo a trabajar sobre la piel del moreno. Zayn hizo una mueca ante el primer pichazo y como una idea repentina decidí averiguar de donde se conocian. Sabia que Zayn no tenia amigos en la universidad y me lo confirmo cuando me contó que se habian conocido cuando el moreno se realizó su primer tatuaje. Habian sido amigos desde hacia varios años ya y el pelirrojo estaba al tanto de la adiccion de mi niño, al parecer intento ayudarlo pero Zayn se habia negado a escucharlo. No me parecia raro, pequeño testarudo.

El agarre de Zayn se apreto sobre mi mano mientras me contaba como le habia arrojado un vaso de cerveza en la cabeza a Ed cuando el mismo quiso sacarlo de un club de strippers. Mi mano voló sobre su rostro, quitando el cabello adherido a su piel gracias al sudor. Mi bebé estaba sufriendo pero era demasiado testarudo para dar marcha atrás. La aguja penetrando su piel deberia ser suficiente para traer su adiccion a la mesa nuevamente, no me gustaba eso.

—Casi terminamos, Zayn, un poco más. —pidio Ed suavemente, concentrandose en lo que hacia. Unos minutos despues, levanto la maquina y miró a Zayn—. Ya esta, campeon.

—No me digas así, no soy un niño pequeño.

—Si, lo eres. —rió—. Eres el pequeño hermano que nunca tuve.

Tomando algunas gasas cercanas, el pelirrojo vendo rapidamente la muñeca luego de pasar un poco de aceite sobre el dibujo y le sonrió a Zayn. No tardamos mucho en salir de allí ya que cuando Zayn quiso pagarle por el trabajo, Ed se negó a aceptar el dinero asegurandole que era un regalo adelantado de cumpleaños, mi moreno siguió insistiendo hasta que el pelirrojo me pido porfavor que me lo llevara. La risa de Ed nos siguió todo el camino al auto cuando arroje a Zayn sobre mi hombro y salí de la habitación.

El viaje de vuelta fue bastante silencioso, mi mente vagaba entre New York y la curiosidad por saber que era lo que Zayn se habia tatuado. El niño habia dicho que era algo para mi pero no podia pensar en que era exactamente. Tenia demasiada curiosidad.

—¿Cuando me lo enseñaras? —pregunté cuando entrabamos por la puerta de la casa de los Malik.

—Pronto. —aseguró dirigiendose directamente a las escaleras—. Ahora, vamos a mi estudio, estoy ansioso por seguir mi pintura.

Siguiendolo por el pasillo, lo escuché tarear feliz alguna vieja canción de rock y no pude resistir envolverlo con mis brazos por la espalda. ¿Como podria vivir sin esto por un año? Simplemente no podria, mi bebé era todo para mi y no habia una jodida manera en que lo dejara solo cuando más me necesitaba. Mientras Zayn abria la puerta del estudio, me hice una nota mental de llamar al profesor Mason para rechazar su oferta, alguien más debia aprovechar la oportunidad.

El estudio estaba exactamente igual que la ultima vez que lo habia pisado. El sofa azul tenia más almohadones que la ultima vez pero por lo demás estaba igual. Zayn se dirigio directamente hacia el caballete y tiró de la sabana que lo cubria antes de hacerme un gesto para que me sentara frente a él. Dejandome caer en el sofá, me acomodé lo mejor que pude y miré al moreno. Me gustaba poder hacer eso, simplemente mirarlo era refrescante.

Las horas pasaron bastante rapido. Nani subio un par de veces con apetitivos que comiamos en los descanzos que Zayn se tomaba mientras hablabamos de cosas triviales. El sol fue descendiendo lentamente por el horizonte, quitandole la luz solar a Zayn por lo que debio encender las luces electricas, las cuales estaban por todo el lugar.

—No me gusta pintar con estas luces —se quejó, dejando las herramientas que estaba utilizando a un lado—. Creo que terminamos por hoy.

—No quiero moverme —estaba demasiado comodo, dandole una mirada al moreno, le sonreí—. Ven aquí, bebé.

Poniendose de pie, estiro sus delgados musculos unos segundos antes de acercarse con pequeños pasos hasta mi. Tomandolo de la mano con cuidado de no apretar la gasa, lo obligue a caer sobre mi cuerpo. Zayn rio suavemente mientras se acomodaba sobre mi.

—¿Ya me tienes donde me querias? —bromeo.

Lo moví un poco más al centro, enredando mis brazos a su alrededor—. Sip, ahora si.

—Eres un tonto. —rió.

Acariciando suavemente su espalda, lleve mi mano a su nuca y lo jale hasta que nuestras bocas se tocaron. El beso fue suave y anhelante, insistiendo con mi lengua lo convencí de abrir los labios antes de colarme dentro.

—¿Acaso te dije hoy cuanto te amo? —susurré, rompiendo el beso. Zayn nego con una sonrisa—. Te amo muchisimo, bebé.

—Yo tambien te amo.

—¿Tanto como para enseñarme tu tatuaje?

Riendo entre dientes, el moreno alcanzo la gasa y la jalo suavemente permitiendome ver el dibujo debajo. Una pequeña jaula se acomodaba sobre su delicada muñeca con dos pajaros saliendo de su puerta abierta, debajo con una bonita letra cursiva se encontraba mi nombre. Miré a Zayn, sintiendo mis ojos llenarse de lagrimas.

—Tu me sacaste de mi jaula, Li. —susurró—. Me liberaste de ella mostrandome que la puerta siempre estuvo abierta. —se acerco, besando suavemente mi nariz, un gesto que acostumbraba hacer yo—. Te amo, Liam, gracias por mostrarme como es ser libre. Como ser valiente. 

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