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«ten»

Ya arreglada, me preparo mentalmente para que sea una noche diferente y dejar de pensar un poco en todo lo malo que me ha sucedido.

Tan metida en mis pensamientos estaba con "Work from home" de Fifth Harmony de fondo que ni escuché cuando Lilith me habló.

- Te estoy hablando, niña - ella no puede cambiar ni su tono molesto de voz.

- Dejé de ser una niña hace mucho tiempo.

- ¿Irás a trabajar?

- ¿Trabajar? ¿A qué te refieres con trabajar? - recorre mi cuerpo con la mirada para acabar diciendo la mayor de las idioteces.

- Puedes darle buen uso a tu cuerpo.

- Ni siquiera lo pienses.

- Work from home, mamita - ha hechado a perder la canción sinceramente.

Hasta sus pensamientos me causan repulsión.

Chasqueo la lengua y me paro delante de su persona, al tener tacones estoy un poco más alta que ella.

- Saldré con mis amigos, no me prostituiré como tú, nunca.

- Any - trata de sonar un poco ¿amable?

- ¡Qué no! Me das asco.

Doy por concluida la pequeña plática porque ya he escuchado el claxon del auto de mi mejor amiga. Bajo las escaleras apresurada.

- ¿Adónde vas? - interviene el señor Jeon desde el sofá.

- Saldré - así me despido para marcharme de una buena vez.

- ¡Amiga! - silba cuando me ve.

- Anda vamos - le digo risueña.

[...]

- Ian, como que se ve muy emocionado - susurra a mi lado Anna mientras nos acercamos a los chicos.

- ¡Cállate! - creo que saldré corriendo si no me deja de mirar tan sonriente.

¿Por qué de la noche a la mañana he captado su atención? Es una duda. ¡Cállate maldita conciencia! Ésta noche no me hables.

Ay San Jacinto Benavente, creo que me estoy volviendo loca, estoy hablando con mi yo interior, tengo doble personalidad. Bueno, como sea, volviendo al punto inicial.

- Hola Any - ay Dios, me ha saludado.

- Hola para ti también Ian - la intervención de mi amiga no puede faltar nunca.

- Hola chicos - les saludo en general.

- ¿Jungkook y Namjoon demorarán mucho? - le pregunta Allyson a Charlie que mira despreocupada su teléfono móvil.

- Ya están aquí.

Lo que me faltaba joder, la vida me la está jugando bien lindo. Lo último que quería ver ésta noche era la cara desvergonzada de Kook.

¿Kook? ¿Es enserio Any? Le acabas de llamar Kook, un diminutivo a su lindo nombre después de lo que hizo.

Ay maldita conciencia, no hables más. Modo mute, por favor, gracias.

- ¿Estás bien? - pregunta el chico que me quita el sueño.

- ¿¡Eh!?, Ahh, sí, sí, estoy bien.

Maldita sea deja de ser tan obvia.

¡Te dije que enmudecieras!

¡Ok!

Así está bien.

- ¿Vamos a dentro? - solo asiento y el rodea mis hombros con un brazo, acción que no pasa desapercibida para nadie del grupo, y yo solo rezo para no estar colorada por culpa del nerviosismo que se ha instalado en mi cuerpo ahora mismo.

Ya dije que no suelo salir, pero es una pasada el lugar. Las discotecas no son lo mío y mucho menos si se encuentran en uno de los hoteles más costosos de la ciudad, el Cesar's Palace. Pero estar aquí con mi mejor amiga y el chico que me gusta es otra cuestión.

- Oh Dios mío has venido - un sorprendido Namjoon me abraza hasta dejarme sin aire y sonrío por su muestra de cariño - ¡Ahí está! ¡Eso! ¡Sonríe que te ves hermosa así!

- ¡Me la vas a extrangular! - chilla mi amiga.

- Not's my problem - su tono despreocupado me causa gracia.

- Hola.

Hay personas tan falsas, que deberían traer una etiqueta que diga "Made in China". Es que, vamos, hasta le pega la frase.

¿Por qué me saluda? Es que no entiendo ni por qué se me acerca. Lo descuartizaré en algún momento.

¡Maldito chino, miserable!

En estos momentos ardo en el fuego de la furia y muero en el frío del autocontrol para no asesinarlo aquí mismo.

- Mira Jungkook más te vale que..

- Vamos a bailar Anna.

Nam ha interrumpido el intento de mi amiga de salvar la situación y no puedo describir cómo se siente ella ahora mismo con la mano del chico rodeando su cintura como si fuese la acción más normal del mundo entre ellos.

Casi se le ve que está desprendiendo flores, arcoiris, burbujas y mariposas cual preadolescente con su primer amor.

- Any..- se acerca un poco a mí.

- ¿Bailas? - nuevamente no le hacen caso y esta vez es Ian el encargado.

- Claro - prácticamente lo arrastro a la pista de baile.

Si antes tenía pequeños conflictos mentales en mi cabeza, ahora tengo una revolución en pleno auge tomando control de todas mis emociones.

Me acabo de enterar que puedo bailar y a Ian no se le da nada mal, el tema Back To Earth de Steve Aoki suena por los  autoparlantes, ya he comenzado a sudar, la cantidad de personas alrededor no ayuda y mucho menos si el chico que tengo al frente se pega tanto a mí, creo que siento calor en lugares de mi cuerpo que sería inadecuado mencionar.

- ¿Sabes una cosa? - pregunta en mi oído.

- ¿Qué?

- Me gusta alguien.

- ¿Quién? - la sonrisita que tiene en sus labios está demás decir que me encanta.

- Una chica muy curiosa.

Oh santo cielo, esa acción debería ser ilegal, sus labios han rozado mi lóbulo y creo que me derretiré aquí mismo, ya no sé si es por el calor de tanto bailar o porque he empezado a sentir sensaciones de excitación en mi cuerpo con esa simple acción.

- ¿Y es bonita?

No sé hacia dónde se ha escapado mi cordura, en estos momentos carezco de ella.

- Sí, eres muy bonita.

¡Santa virgen de los desdichados!
Para colmo, no soy bonita, soy "muy bonita", según él, claro.

Se inclina hacia mí, y roza mis labios con los suyos con suavidad, jadeo por la sorpresa, pero cierro los ojos y me dejo llevar. Siento que algo estalla en mi pecho y que un extraño hormigueo recorre todo mi cuerpo.

Los labios de Ian acarician los míos con una ternura inexplicable. Se separa de mí lentamente y me tengo que apoyar en su pecho pues raramente me siento débil.

- Ya sabes quién es la chica que me gusta - afirma con una gran sonrisa acariciando el borde de mis labios y yo solo puedo sonrojarme más, como si eso fuera biológicamente posible.

Maldigo a la persona que ha interrumpido nuestro momento, le han llamado al móvil y sale un poco apresurado a contestar.

A

provecho para sentarme en una de las tantas sillas de  la barra, siento que voy a desfallecer, las piernas me tiemblan y estoy demasiado nerviosa.

- ¿Ésta silla está libre?

Es como si me hubieran echado una maldición ahora, el demonio siempre tiene que aparecer en todos lados y en los momentos más inoportunos.

- Sí, y la mía también si te sientas - escupo con desagrado.

Cómo si fuera poco, el muy sinvergüenza se sienta sin importarle un bledo la incomodidad que siento cuando apenas se me acerca.

- Tenemos que hablar - dice de una vez con la seriedad tiñendo su rostro.

- Yo no tengo nada que hablar contigo.

- Bonita forma de contestar - ja, mira quién habla.

- ¡Vaya angelito! - se me escapa una risa sarcástica.

El ser humano es extraordinario, nunca dejará de asombrarme su estupidez e inconsciencia.

- Escucha "señorito inocencia" - hago comillas con mis dedos - He tenido dolores de muela más agradables que tú compañía - desgraciadamente no hay anestesia que calme tal suplicio - así que te agradecería que no me molestes más.

- Ahora mismo lo anoto en la lista de cosas que me importan una mierda, "señorita falta de gracia" - me imita burlonamente.

Trato de pasar de él, pero como ya he dicho que tengo una maldición, él me arrastra tomándome fuerte de mi muñeca hasta introducirnos al baño y cierra con seguro la puerta, para que ésta vez no pueda escapar de sus garras.

- Te he visto besándote con..

- Espero que al menos recibas una paga del gobierno por todas las tonterías que vas a decir - le interrumpo.

- ¿Cómo puedes ser tan zorra?

¿Qué?

- No intentes abofetearme - coloca mis brazos por encima de mi cabeza impidiendo que haga tal acción - Y mucho menos pegarme con tu rodilla - se ha pegado tanto a mí que me cuesta respirar y creo que puedo sentir sus abdominales a través de la franela de su camisa.

- N..o..no - me arrepiento de hablar, mi voz ha salido temblorosa - No soy una zorra - mi madre se aparece en mi mente, hasta pensar en ella hace que me sienta sucia.

- ¡Claro que sí!

Creo que lloraré, mis ojos arden.

- Podré ser un millón de cosas, pero nunca sería una zorra.

- ¡Deja de mentir! - grita en mi rostro importándole nada la poca distancia que tenemos.

- ¡Alza la voz cuánto quieras, no tienes la razón! - grito en respuesta.

Sabía que lloraría, las lágrimas fluyen por mis mejillas dejándome en ridículo una vez más en su presencia.

No sé si ha sido la fuerza de voluntad, pero he logrado safarme de su agarre.

- Déjame en paz de una puta vez Jungkook, no te hice nada - sorbo mi nariz.

- Lo de la biblioteca fue una broma.

- Graciosísimo. Estoy llorando de la risa. En serio, buena jugada - lo miro con odio - Ojalá el día que te mueras lo declaren festivo nacional. Te odio - espeto.

- ¿Qué has dicho?

No sé qué tiene éste chico con lo de acorralar a la gente.

- Te..

En un acto rápido se inclina y me besa desesperadamente, agarrándome del cabello y pegándome a su cuerpo para que no me aleje. Su boca sabe a vino, el contacto ha sido suave al principio, pero ahora, como si necesitara más, se apoya contra mí y me besa con ansiedad.

Sus labios son cálidos y suaves y su cabello me acaricia el rostro. Trato de aferrarme a los detalles pero se me escurren entre los dedos. Es un instante en el que me doy cuenta de que le estoy devolviendo el beso con la misma ansia.

Aquí hace demasiado calor. Tengo la cara ardiendo.

Se separa un poco y me observa, no sé qué dice su mirada pero no me da buena espina.

- Te acabo de demostrar que eres una zorra.

¿Ese era su juego? Es un bastardo.

- Has besado a dos chicos diferentes y en la misma noche - continúa hablando como si pensara que no me duele en absoluto - ¿Qué más puedo obtener de ti? - roza mi muslo desnudo con la llema de sus dedos.

- Eres un cabrón - empleo toda la fuerza que tengo para empujar su pecho y salir pitando de allí.

Ya no me apetece la fiesta, no quiero ver a Ian, ni hablar con Anna ni Namjoon.

¿Por qué todo lo malo me sucede a mi?

Primeramente, qué es lo que tiene Jungkook en mi contra. No es mi culpa que su padre se revuelque con Lilith.

Ahora hasta tengo que buscar un nuevo empleo y todo por su comportamiento de mierda.

Son tantos problemas a la vez y lo malo de ser mujer es que no sé si estoy loca, enamorada, poseída o solo tengo hambre.

¿Y si nadie me quiere? Pff, me quiero yo misma y punto. ¿Cuál es el problema? Ojalá y el universo conspirara a mi favor por una vez en la vida.

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