EL COMIENZO
del caos, o el comienzo de harry potter y cassandra malfoy ( black)

MUERTES.

Eso era lo único que Alana Malfoy escuchaba cada día, la muerte de un muggle, la muerte de un auror, la muerte de un traidoror... la muerte... Muerte traicionera. Muerte, muerte. Y en cierto punto, ella estaba esperando la suya.

Estaba encerrada en su antiguo cuarto de la Mansión Malfoy, con su pequeña hija jugando a su lado. Habían escapado cuando Alana quedó embarazada, no quería que su pequeña hija creciera como ella, y que terminase siendo una anarquista y que llevase las contras a espaldas de sus padres, no quería que su hija sufriera lo mismo. 

— Es Halloween... Tu primer Halloween, y estás encerrada aquí — susurró Alana, acariciando la mejilla de su pequeña hija, la cabellera rubia de la menor, se movía de un lado para el otro, riendo—, no recordarás esto, seguro... Lo lamento, peque...

El sollozo salió de la garganta de Alana, y su pequeña niña pareció entender que algo le sucedía a su madre, porque con sus pequeños bracitos, rodeó el cuello de su madre, dándole un abrazo. 

La puerta de la habitación se abrió bruscamente, y por instinto, Alana se levantó rápidamente, cargando a su hija, protegiendola.

La mirada grisácea, y aquella sonrisa que siempre la había torturado, fue lo primero que vió, Bellatrix Lestrange estaba frente a ella, detrás de la mayor de los Black, estaba Peter Pettigrew, y Rabastan Lestrange. El último le dió una mirada de pena, y Alana lo supo.

Pero igual suplicó. 

—No... Porfavor... Bella... 

Bellatrix sonrió aún más, y Alana se aferró a su pequeña hija, no quería dejarla ir.

— Tengo una hija, Bella... Por favor... Es una niña... Es tu sobrina... Bella.. Su padre murió, quedará huérfana... Bella, por favor...

Bellatrix solo caminó hasta ella, lentamente, y Alana retrocedía, suplicándole piedad, sabiendo que Bellatrix jamás aceptaría una súplica, su espalda chocó contra la pared, y su llanto no se detenía, la pequeña Cassandra también comenzó a llorar. Ambas lloraban.

La mayor de los Black, agarró bruscamente a la pequeña niña que lloraba estirando sus brazos hacía su madre, y pataleaba, la dejó en la cama sin cuidado, y agarró el brazo de la mujer, que comenzó a patalear, gritar y tirarse al suelo para no ser movida. Pero luego, los brazos de Peter también la estaban cargando, y las patadas ya no tenían sentido, solo escuchaba el llanto de su pequeña niña, y como Bellatrix miraba a la niña de una forma extraña.

— ¡Mami te ama, Cassie! ¡Mami te ama! ¡Papi te ama! Te amamos.

El llanto de la mujer no le movió ni siquiera un pelo a Bellatrix Lestrange, que dejó a la niña encerrada, y salió de la habitación, seguida de Rabastan, que se arrepentía de todo lo que había hecho.

Y aquella noche del 31 de Octubre de 1981, Alana Malfoy suplicó por su vida, a gritos, suplicó mirando a su hermano a la cara, suplicó, y gritó, pero nadie la escuchó. 

Aquella noche, Lily Evans suplicó por la vida de su pequeño hijo, suplicó al mismísimo Lord Voldemort piedad, suplicó entre llantos, sabiendo que su esposo, James Potter, estaba muerto, que había muerto defendiendolos. Suplicó entre gritos, llantos... E incluso rezó... Pero nadie la escuchó.

Aquella noche del 31 de Octubre de 1981, Harry Potter, y Cassandra Black quedaron huérfanos, y lo último que escucharon de sus madres, fueron sus súplicas, que pedían piedad por ellos.