(EXTRA) El primer beso.
*Hace 5 años*
Caminé por el resto del pasillo, ansiosa de que mi mejor amigo llegara. Su nombre es Aaron, su actitud era algo extraña pero muy divertida.
Solíamos ver películas y programas de comedia cada vez que nos juntábamos, aunque a mi hermana no le gustaba. Ella estaba completamente enojada con él, ya que decía que me había hechizado con sus encantos. Me reía y sonrojaba cada vez que decía eso. Y más cuando lo decía frente a él.
Yendo al tema principal, él llegaría en cuestión de minutos y eso me emocionaba mucho. Hoy iba a declararme mi amor hacia él. ¡Estaba tan nerviosa! Para distraerme, era muy normal que jugara con mis dedos o enredara mechones de mi cabello. Pero mis uñas no las mordía, las cuidaba y pintaba con la mayor delicadeza posible.
—¡Cariño, Aaron ha llegado!—Avisó mi madre desde la cocina.
Mis comisuras se elevaron e inmediatamente corrí hacia la sala. Cuando llegué allí, él estaba totalmente hermoso. Y para aprovechar, me escondí detrás de una pared para mirarlo con más detalle. Noté que unos mechones negros le tapaban mínimamente el rostro, dándole un aspecto desordenado y lindo. Sin embargo, sus ojos azules resaltaban como una luz en medio de la oscuridad. Su piel de porcelana, sin siquiera una imperfección, brillaba débilmente por las luces que lo iluminaban. Era, sinceramente, el chico más lindo que haya visto en mi vida. Su altura superaba la mía. Y lo volveré a repetir, era especial. Muy especial para mí.
—Seguramente estará viendo la televisión—Comentó mi madre—. Iré a buscarla, en un segundo vuelvo.
Ni siquiera me dio tiempo para esconderme, ya que supuse que ella me había visto. Me dí cuenta que había acertado cuando se se colocó detrás de la pared, justo al lado mío.
—Cariño, ¿él te gusta?—Susurró. Me sonrojé lentamente—. No tengas miedo, hija, puedes contármelo. ¿Te gusta?
—Sí...—Admití. Mi madre chilló de emoción.
—El día de su boda, ni siquiera dudes en que yo planee todo.
—¡Mami!—Exclamé.
—¡Bien, bien! Ahora ve, que nos están esperando—Ella extendió su mano, ofreciéndome a que la agarre. La tomé rápidamente, sintiéndome nerviosa. Dió rápidos pasos hacia la entrada de la sala, captando la atención de Aaron y su madre—. Aquí está, lamento que hayan esperado.
—No hay problema, Holly—Respondió la madre de él. Recuerdo haber escuchado que esa mujer había tenido un paro cardíaco hace unos años, ya que mi madre había estado hablando de eso hace algunas semanas. Volviendo al tema, nunca la había escuchado decir el nombre de mi madre, siempre solía decirle "señora Green"—. Espero que se diviertan—Besó la frente de su hijo y le soltó la muñeca. Él soltó un "auch" en voz baja, mientras tocaba su muñeca con la yema de sus dedos. Evité reír—. A las nueve y treinta vendré, compórtate hijo—Este último asintió lentamente.
—¿La acompaño a la puerta?—Preguntó mi madre, dirigiéndose a ella.
—De acuerdo.
Con eso, mi madre y la mujer se van hacia la entrada, no sin antes que mi madre me guiñe un ojo y me señale a Aaron varias veces. Sonreí tímidamente como respuesta.
—A que no sabes lo que me han comprado—Murmuró él, mucho más cerca de mí. ¿Cuando se había acercado tanto?—. ¿Vamos a tu habitación?—Su voz estaba repleta de emoción y alegría, como solía estar cuando algo muy bueno había encontrado.
—Bien.
(...)
—Entonces yo estaba allí y luego hubo muchos "¡bams!" y "¡pums!". Yo le disparé a uno que venía detrás de mí, y él cayó. Después de...—Habían pasado 20 minutos desde que hablaba sobre lo bueno que estaba su videojuego nuevo, cortesía de sacarse una muy buena nota en un exámen. Estaba algo harta de escuchar su historia, aunque no quisiera admitírselo. Lo único que hacía era asentir cada vez que él me decía al final de cada relato "¿Entiendes?"—. Te has aburrido, ¿no?
—No—Mentí.
—Sí que te has aburrido. Cuéntame algo, creo que ya he terminado de contarte—Tenía pensado declararme, o decirle alguna indirecta, o... ¡No lo sé! No tenía nada nuevo para contarle, nada que sea tan llamativo ni importante. Estaba totalmente en cero. Y eso, desgraciadamente, me hizo elegir la primera opción: Declararme.
—¿A-Aaron?—Sus ojos azules se centraron en mí.
—Por poco pensé que habías muerto...—Colocó su mano en el corazón—. ¿Qué sucede?
—Yo...yo... y-yo te quería decirte...—No lograba formar una oración coherente. Era mucho más difícil de lo que pensaba.
—Vamos, Alli, puedes decirme cualquier cosa. Somos mejores amigos, ¿no?—Eso es lo que me molesta, la palabra "mejores amigos" cuando se trataba de él. Sin embargo, ignoré decírselo.
—¿P-puedes ponerte de pie un segundo?—Pedí demasiado nerviosa. Él asintió y se puso de pie. Lo imité.
—¿Ahora me vas a decir?—Tanteé con mis manos la perilla de mi puerta y al encontrarla, la giré, dejando la puerta abierta. Observé a Aaron nuevamente—. ¿Allison? ¿Vas a...—Fue interrumpido cuando choqué mis labios torpemente con los suyos.
Cerré los ojos rápidamente, sintiéndome la princesa de los cuentos que solía leer. Comencé a mover mis labios lentamente, notando que él respondía de a tantos. Pero los nervios me llegaron a tal punto que me separé de él, completamente avergonzada. Sus ojos estaban más abiertos de lo normal, observándome sorprendido.
—¡Perdón, perdón, perdón!—Me disculpé repetidas veces, para luego correr fuera de mi habitación.
Corrí escaleras abajo, mientras sentía unos pasos detrás mío. Cuando llegué a la sala, me lancé encima del sofá. El bolso de mi madre no estaba, y eso significaba que ya se había ido a su trabajo. Me escondí con las sabánas que se encontraban allí, intentando esconderme de él. Escuché que alguien caminaba cerca mío. Muy cerca. Desgraciadamente, cuando noté lo cerca que estaba, las sábanas se corrieron abruptamente.
Allí estaba él, ahora algo más tranquilo. Me senté rápidamente, sintiéndome nerviosa por lo tanto que me observaba. Sin embargo, se acercó lentamente a mí.
—¿Estás enamorada de mí?—Preguntó algo sorprendido.
—Yo... lamente el beso, pero es que me gustas...
—No lo lamentes. A mí también me gustas—Rápidamente, me depositó un beso en los labios.
Quedé con la boca abierta todo el día, hasta recuerdo la felicidad de mi madre al contarle que lo había besado.
Ese, sin dudas, fue uno de los mejores días de toda mi vida.
IMPORTANTE:
Hay una parte de este extra que es clave, ya que revela algo que tiene mucho que ver con algo que sucedió y sucederá en la historia más adelante.
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