04
— Ya verás lo lindo que estarás, incluso más que Taehyung y Jackson.
Seokjin abrió los ojos ampliamente a la vez que alzaba sus manos y las sacudía mientras negaba furiosamente.
— No, no. ¿Cómo creen? Yo nunca llegaré a ser tan atractivo como ellos.
Hoseok y Jimin rieron suavemente mientras caminaban hacia la habitación del más alto, sus padres no se encontraban en casa y sería la ocasión perfecta para hacer sus pequeñas travesuras.
— Ay, deja de ser tan humilde. Eres una preciosura. — dijo Hoseok mientras se acercaba a su rostro, y con una sutil y oscura sonrisa en su cara, comenzaba a jugar con los cabellos de Seokjin.
Seokjin tragó saliva nerviosamente y sus mejillas se tornaron rosadas ante la invasión a su espacio personal.
— Gracias...
Jimin, quién había ido a la cocina a buscar herramientas para hacer del rostro de Seokjin aún más hermoso y ponerse unos guantes para proteger sus delicadas manos, sonrío ante la escena de el mayor siendo intimidado por Hoseok.
Jimin llevó las herramientas a la mesa de noche, las acomodó para que no se cayera nada y entonces se tornó hacia los dos chicos con una adorable sonrisa en su rostro.
— Bueno, es hora se iniciar.
Seokjin y Hoseok se voltearon, miraron a el pelinegro y luego a lo que había en la mesa de noche, que hizo que Seokjin frunciera el ceño y mirara con recelo a Jimin.
— ¿Qué es eso, Jimin?
Jimin miró a el mayor y luego a las herramientas de belleza, que consistían en un cuchillo pequeño, una esponja de alambre, y un trapo en una olla con agua hirviendo, para luego volver a mirar a Seokjin con la mayor inocencia.
— Herramientas para hacerte más hermoso, por supuesto.
— Pero no-
— Shh... Tú sólo quedate tranquilo y calladito.
Hoseok empujó a Seokjin contra la cama lentamente, pero con firmeza, haciendo que Seokjin empezara a sentirse más y más nervioso con toda la situación.
— Ahora cierra los ojos. No querrás quedar ciego, ¿verdad?
— ¿Qué- ¡AHH!
Jimin rápidamente colocó el trapo mojado de agua hirviendo en el rostro de Seokjin y lo presionó con fuerza mientras sonreía oscuramente. Hoseok también sonreía, encima de Seokjin, sosteniendo sus manos con fuerza para mantenerlo inmóvil.
— Shh, cariño. La belleza duele.
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