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02

Por lo general, ser un chico popular no me molestaba, mantenía mi ego lo suficientemente alto y mi círculo de amistades lo bastante grande; pero justo ahora, estar rodeado de personas en mi mesa no me estaba poniendo exactamente de un buen humor.

—¿Jin? —Yongsun pasa su palma frente a mi.

—Hmm.

—¿Todo bien? —me pregunta ella, ignorando la plática que Eunbi llevaba desde hace más de quince minutos sobre cualquier-chisme-que-no-conzo.

—Si, solo estaba pensando —le aclaro.

—¿Pensando en qué? —se entromete Jaehwan.

Antes de que pueda contestarle, Eunbi deja salir un gritillo desde el fondo de su garganta.

—¡¿De verdad?!

—Que si, son novios. Ayer se besaron frente a toda la escuela —Jackson exagera, seguramente.

—¡Seokjin! —Eunbi me llama —¿Por qué no me dijiste que tu hermano tiene novio?

Me encojo de hombros en mi lugar. Así que de eso hablaba.

—No sabía que te gustaba.

—Oh, vamos. Aún cuando no te gusta Jeon Jungkook, te gusta Jeon Jungkook —alega.

Yongsun se apresura a darle la razón mientras que Jackson solo atina a burlarse de ambas chicas.

—Sinceramente nunca hubiera esperado que fuera gay —dice Jaehwan.

—No me importa, mi hermano siempre seguirá siendo mi hermano haga lo que haga —suelto sin importancia.

—Vamos, hombre. Sabes que no me refiero a eso, eso solo que jamás me pareció del tipo que pues... ya sabes —me explica.

—¿De qué tipo estás hablando? —de un momento a otro no puedo evitar ponerme a la defensiva.

—Niñas, no peleen, las dos son bonitas —trata de aligerar el ambiente Jackson con una mala sonrisa nerviosa que no le funciona.

Eunbi y Yongsun deciden entonces que es un buen momento para alejarse de los problemas y de nuestra mesa.

—No te metas, Jackson —bramo sin evitarlo.

—Sabes exactamente de qué tipo hablo, no me digas que no es raro que un tipo quiera estar con otro —alza la voz.

—Eso no te importa —le contraataco, con la cara del chico de ayer paseándose libremente por mi cabeza como si de su casa se tratase.

—Olvídalo. Me largo de aquí —toma su mochila de mala gana y la avienta sin ningún tipo de timidez hacia su hombro para después desaparecer de nuestra vista.

Jackson permanece callado a mi lado hasta que tengo que regresar a mi última clase.

Cuando la hora de mi salida llega me dirijo al aula de historia del arte para encontrar a mi hermano y con un poco de suerte a Jimin o a ese chico, Hoseok.

—¿No deberías estar en clase?

Giro hacia mi derecha para encontrarme con Park Jihyo, una chica que aunque conocía, no consideraba particularmente mi amiga.

—Acabó de salir, estoy esperando a mi hermano.

—¿Jungkook? —pregunta, a lo que yo asiento sin mucho interés —Pero si lo acabo de ver saliendo de su salón junto a Hoseok y Mingyu.

—Hoseok —me permito saborear su nombre en mis labios mientras la de cabello azabache se limita a mirarme con confusión.

—Si, Hoseok —dice como si contestara una pregunta —. Es muy famoso por la facultad, creí que quizá incluso lo conocías.

—He escuchado de él, si —miento sin descaro —. Pensé que seguramente iba en la facultad de Jimin.

Jihyo se ríe por unos momentos antes de volver a hablar.

—¿Pero qué estás diciendo? Seguro lo estás confundiendo con Lee Hoseok —mi cara se torna en una mueca de confusión en cuestión de segundos —, pero de quién hablo yo es de Jung Hoseok.

—No sé de qué me estás hablando —le admito avergonzado para dejar de humillarme de esta manera.

—No importa, mira, quedé de verlo en quince minutos, tenemos algo que hacer. Podemos esperar a verlo, así lo conoces y puedes preguntarle por Jungkook.

A pesar de que el celular parece un dispositivo de comunicación más rápido y eficaz que esperar a un chico lindo, no reprocho nada acerca de la idea.

Cuando la chica a mi lado recibe la llamada de Hoseok diciendo que va siendo un buen momento para encontrarse, ambos emprendemos camino hasta una heladería cercana al campus.

—No nos queda mucho, es la siguiente cuadra.

Antes de cruzar la última de las calles, una incomprensible oleada de celos me abate.

"... quedé de ver a Hoseok en quince minutos". ¿Significaba eso que iban a tener una cita?, ¿juntos?

Aunque nunca me consideré una persona de ese tipo, una idea para quedarme a solas con el chico me viene a la cabeza antes de entrar al establecimiento.

—¡Jihyo, casi lo olvido! —logro articular antes de que ella empuje la puerta en la que claramente se lee: "jale".

—¿Qué?

—Dahyun —comento —, ella quería que te pidiera verla a solas a las cuatro de la tarde —le miento por segunda vez desde que la he visto.

—¿Dahyun?, ¿la conoces? —asiento con seguridad, técnicamente había intercambiado un par de palabras con ella, como esa vez que traté de coquetearle y me arrojó una botella de agua vacía.

—Si, casi lo olvidaba. Parecía ser importante.

Jihyo ni siquiera cuestiona la veracidad de mis palabras por mucho tiempo. Acaba despidiéndose y señalándome de lejos la espalda de quien parecía ser Hoseok, rogándome pedirle perdón de su parte.

Apenas ella desaparece de mi vista, pongo en trabajo mis habilidades para convencer a Yongsun de que me ayudara a no quedar mal en esto, aunque de mala gana, termina accediendo a ayudarme a cambio de un desayuno.

Jalo hacia mi la puerta y mientras camino a la mesa en la que está el chico, arreglo mi cabello apresuradamente.

—Hola —le digo entonces cuando su espalda choca con mi pecho.

Voltea descuidadamente y se levanta de su asiento.

—Hola —me siento a su lado sin perder la oportunidad y él imita mi acción de manera inconsciente, parece confundido por algunos segundos, pero finalmente continúa hablando —. Lo siento, estoy esperando a alguien.

Finjo pensármelo antes de decirle algo.

—Jihyo tenía algo que atender. Ella me dejó venir en su lugar.

—¿Te dejó venir en su lugar? —repite y yo atino a asentir —Bueno, eso no tiene mucho sentido considerando que acabaríamos nuestro proyecto de fisiología —se burla mientras sus hoyuelos salen de nuevo a la luz.

Esta vez la prenda que me hace dudar de su sentido de la moda son unos fosforescentes tenis amarillos acompañados de unas feas calcetas blancas.

Me quedo callado, esta vez sin saber que contestar. Quiero decir, ¿qué se supone que estoy haciendo aquí, planeando arruinar —algo que ni siquiera era— una cita como si fuera solo un chico hormonal que no piensa con la cabeza?

Ni siquiera me gustan los chicos.

—Eh, no sabía que debían hacer un proyecto, ella no mencionó nada —digo rascando mi nuca —. Como sea, solamente venía a avisarte eso.

El estómago de Hoseok ruge como una fiera descarada entonces y él se muerde el labio, avergonzado, acto que parece derretirme como un helado un día de verano.

Y recuerdo que, literalmente, estamos en una heladería.

—Te invito un helado. Quiero decir, ya estoy aquí, y tampoco me vendría mal refrescarme un poco —digo a pesar de que afuera está completamente nublado.

El castaño me mira incómodo por unos momentos antes de responderme.

—No soy gay.

Bueno, dudo un poco en que contestar luego de eso.

—Yo tampoco —hablo finalmente. Es decir, podía estarlo invitando como bros, ¿no? Y decir que yo tampoco lo era, era una afirmación completamente verdadera. Jamás había pensado en un hombre como algo más allá de un amigo.

Hoseok deja salir una risa lo suficientemente sutil como para parecerme adorable.

—¿Se supone que te creo?

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