🧁𑆇 Capítulo O3
꒰ Cafetería ꒱
¡ O3 !
—No, él no quería cargarme en su espalda —Yoongi abultó su labio inferior, mirando a la pantalla de su celular. Estaban grabando una insta stories mientras caminaban por la vereda hacia una cafetería donde ir a desayunar.
—En mi defensa; son las nueve de la mañana, estoy muy cansado y aunque eres demasiado pequeño y liviano, ayer salí a un bar y el cuerpo me pesa —comentó mientras bostezaba y se inclinaba a la altura de Yoongi, observando a la pantalla. Anteriormente se veía sólo parte de su hombro.
—Si me decías antes no te invitaba a desayunar para que pudieses descansar —Yoongi se quejó, mirando a Jimin por encima de su hombro.
—¿Y dejarte ir solo? No, deja me muero de sueño —murmuró, atrapando el cuerpo de Yoongi y abrazándole desde atrás.
—Jiminie~ —sonrió Yoongi, dejando un beso en la mejilla del más alto, quien había apoyado su mentón en su hombro—. Estamos yendo a una cafetería, es domingo así que hay que aprovechar —rió bajito, viendo a la cámara de su móvil.
—Cute —sonrió Jimin, separándose finalmente de Yoongi y posicionándose más atrás, dejando que la cámara captase su rostro.
Yoongi enfocó la cara de Jimin haciendo zoom en esta mientras el mayor estaba mirando al otro lado de la vereda.
—¡Mira! Ahí hay una cafetería —anunció señalando al otro lado de la calle poco transitada, mirando a Yoongi y dándose cuenta de que su rostro se apreciaba en toda la pantalla del celular—. ¡Hey! ¡Me veo horrible! —rió Jimin, tapándose la cara con ambas manos.
Yoongi rió.
—Nunca te ves horrible, niñito —refunfuñó el más bajo.
—Niñito tú, niño —contraatacó destapándose finalmente, mirándole con el ceño fruncido y fingiendo estar molesto.
Yoongi sonrió y dejó de grabar, subiendo la insta stories y guardando su celular.
—Sólo me ganas por tres meses —bufó Yoongi, frunciendo el ceño y mirando hacia arriba por encima de su hombro a Jimin.
—Sí, pequeñito —el mayor dijo burlesco, atrapando entre sus brazos a su mejor amigo desde atrás, deteniéndoles a ambos en la orilla de la vereda y girando a los lados de la calle para cruzar.
—¡Hey! ¡No te burles! —puchereó el rubio, dejándose guiar por su mayor, posando sus manos en los antebrazos de Jimin los cuales se aferraban a su torso.
—No me estoy burlando, mi vida —negó distraídamente, enderezandose y empujando la puerta de la cafetería, mirando el interior en busca de una mesa desocupada, fallando al no ver ninguna al alcance de su vista.
—Sí que lo estás haciendo —murmuró el pequeño con molestia, alejando a Jimin de su anatomía y entrando más al interior por sí solo. Habían bastantes personas allí.
—¡Oye, espera! ¡Te vas a perder! —Park gritó, siguiendo a Yoongi luego de unos segundos.
Yoongi rodó los ojos. Sabía que era enanito pero no necesitaba que se lo recordaran todo el día.
Luego de un momento, Yoongi había encontrado una mesa libre para dos.
—¡Jiminie, mira, encontré un lugar! —saltó emocionado, llamando la atención de Jimin al instante quien pasaba entre la gente.
—¡Oww! ¡Qué tierno! —chilló una joven que pasaba justo a su lado—. Amor, mira que chiquillo —sonrió la azabache desconocida, mirando a su novio. Éste volteó y sonrió con ternura al igual que su novia.
—¡Hey! ¡No soy un chiquillo! —se quejó Yoongi, golpeando el suelo con su pie y cruzándose de brazos.
—¡Oww! ¿Cuántos años tienes? —la chica cuestionó con dulzura, ya que Yoongi era muy adorable.
—Parece de doce —sonrió el chico a su lado.
—¡Tengo diecisiete! —exclamó, levantando sus brazos al aire.
—Cálmate, cálmate —pidió Jimin llegando a su lado, sosteniéndole de la cintura mientras Yoongi escondía su cara sonrojada en su cuello y lo abrazaba por la cintura.
Jimin acarició su espalda y le dio un beso en su cabellera rubia.
—No me gusta ser bajito, Jiminie —negó. La pareja ya había desaparecido para buscar su desayuno.
—A mí me pareces lo más adorable y lindo con tu estatura, bebé. De verdad que ser bajito hace que tengas tu toque, ¿sí? A ti te queda lindo —sonrió enternecido, acercándose a una de las sillas con Yoongi aferrado a él.
Yoongi asintió lentamente, saliendo de su escondite en el cuerpo del mayor y sentándose con un puchero en los labios.
Puchero que Jimin quería besar.
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