꒰ Perdóname ꒱
¡ O6 !

—¡Yoonie, perdóname! —pedía el mayor casi rogando, siguiendo como perrito arrepentido a Yoongi, quien estaba con sus brazos cruzados caminando a su casa—. Yoonie, por favor —rogó, caminando a unos pasos del rubio. No se quería acercar de más por si se enojaba demasiado, conocía a su mejor amigo.

—¡Déjame! —gritó, moviendo sus pies más rápido, a pocas cuadras de su casa.

Jimin tragó saliva. ¿Saben lo que era estar en abstinencia? En su caso de mejor amigo, era no poder darle abracitos, no agarrar sus manitas y no darle besitos en la mejilla a Yoongi por días, ¡era un castigo horrible para el mayor! Él siempre estaba pegado al rubio, dándole abrazos todo el tiempo y besando su rostro cada que terminaba un abrazo, es decir, todo el tiempo. ¡Y las manos! ¡No podrían entrelazar sus manos! Estaba perdido.

—Corazoncito... —llamó de forma cariñosa, ganándose un bufido de parte del otro—. Yoon, perdóname. Era una pequeña broma, no quería que el helado se te cayera —lamentó.

Jimin sabía a la perfección que a su mejor amigo le encantaba en demasía el helado, era una de sus cosas favoritas y al estar en invierno, no había tenido oportunidad de probar aunque sea un poco pero cuando por fin puede maravillar su paladar con los sabores fríos, llega su mejor amigo y, ¡pam!, hace que su helado caiga al suelo, ¡genial!

Jimin realmente estaba arrepentido.

—¡Eres malo Jiminie! —gritó con su voz temblorosa. Sí, estaba por llorar por su helado—. ¡Malo! —exclamó nuevamente, Jimin le vio doblar a la izquierda en la esquina de la calle.

Sintió una punzada de dolor en su corazón. Escuchar o ver a Yoongi sensible, con ganas de llorar, era uno de sus puntos débiles y podría quedarse en su casa llorando porque su mejor amigo también lo estaba haciendo o lo había hecho. Aunque lo que había pasado no era grave, no quería ver a Yoongi lagrimear.

—Yoonie —llamó trotando tras el castaño, viendo a éste subir las escaleras a la puerta principal—, por favor, por favor, por favor, por favor... —rogó arrodillándose una vez que estaba enfrente de la casa del rubio—, perdóname, perdóname, perdóname... —pidió esta vez uniendo las palmas de sus manos, arrodillado en el frío suelo de la vereda—. Si me perdonas y me dejas dormir en tu casa, prometo hacerte todos los mimos que quieras toda la noche y dormiré contigo dejando que apoyes tu cabeza en mi pecho, ¡lo prometo! —rogó y prometió. Si había algo que Yoongi siempre quiso, era dormir en el fornido pecho de su mejor amigo, ya que su cuerpo desprendía una temperatura corporal alta, haciéndolo sentir relajado y calentito. Era una gran tentación para el más bajo.

Se dio media vuelta, escaneando con la mirada a su mejor amigo y lo consideró. Después de todo era solamente un helado y un sustito, no se iba a perder por nada el dormir cómodamente con su mejor amigo.

—¡Hecho! —sonrió—. ¡Llama a mamá y pásamela! —exclamó con emoción, tirando de la mano de Jimin y adentrándose a su hogar, siendo recibido gustosamente por la familia Min.

—¡Yoonie! —chilló la señora Park a través de la línea.

—¡Hola! —saludó Yoongi quien se encontraba sentado en las piernas del castaño mientras estaban en el sofá del living, siendo abrazado y besado en el rostro por Jimin.

—Mi niño, ¿cómo estás? —preguntó con voz melosa, Jimin rodó los ojos y sonrió, dejándole un besito en el cuello al rubio después. Su madre quería a su mejor amigo como si fuera su propio hijo.

—Muy bien, de hecho. ¿Usted cómo está? —cuestionó Yoongi, jugando con el borde de su suéter.

—Me alegro, querido, aquí todo bien. ¿Y Jiminie? ¿Ocurrió algo? Me alegra escucharte, YoonYoon —preguntó y confesó.

—Minnie está aquí, al lado m-...

—Hola mamá —interrumpió el castaño, inclinándose para hablar cerca del teléfono.

—Y no ocurrió nada señora Park, sólo quería hacerle una pregunta. También me alegra escucharla —sonrió tiernamente aunque la señora no pudiese verlo pero hay alguien que si pudo y ese mismo le dio un beso sonoro en la mejilla, haciéndole sonrojar al instante porque seguramente la madre de Jimin lo había escuchado.

—Apuesto a que ahora mismo estás sentado en las piernas de mi hijo, ¿acerté?

Yoongi rió.

—Sí, acertaste —respondió Jimin, abrazando con mucha fuerza el pequeño cuerpo de Yoongi cariñosamente.

La señora Park rió.

—Entonces díganme, ¿qué ocurre?

—Quería preguntarle si Jiminie puede quedarse a dormir en mi casa hoy —respondió, usando la voz más dulce que podía hacer, dándole ternura a ambos sujetos los cuales lo habían escuchado.

—¡Oh! Ya veo... —rió la señora Park—, ustedes están jugando sucio, niños —reprendió en broma, suspirando después—. Por supuesto que puede quedarse, mientras sea contigo, pequeño — respondió melosa. Yoongi sonrió—, pero Jimin, mañana deberás estar aquí antes de las tres de la tarde, tu tía y tu primo vendrán de visita, ya sabes —dijo la señora Park y Jimin hizo un sonido en asentimiento—. Bien, pásenla lindo mis niños. Duerman buen y Yoongi, mándale un saludo a tu familia —pidió, tirando un beso sonoro a través de la línea.

—¡Muchas gracias, señora Park! ¡Saludos allá también! —respondió el tierno rubio, meciendo sus pies.

—Adiós, mamá —despidió Jimin, tirando un beso cerca del micrófono del celular y entonces Yoongi cortó la llamada cuando se escuchó un "adiós" por parte de la señora Park.