🧁𑂠 Capítulo final
꒰ Para siempre ꒱
¡ Final !
—Dios, no puedo creer que no nos hayan contado nada —Taehyung refunfuñó, cruzándose de brazos, formando un berrinche como todo un niño pequeño.
—¡Lo sé! —Hoseok le siguió, ofendido.
—Ya, ya. Lo siento, pero fue algo que sólo pasó —sonrió—. Al fin sé que mi bebé sí me corresponde —sonrió más, y Hoseok hizo una mueca por lo bobo que se veía de aquella manera.
—¿Y desde cuándo son novios? Al menos dame detalles, Park Jimin —ordenó Tae, fingiendo estar molesto.
—¿Ah? Oh, uhm, nosotros t-todavía no, quiero decir... —sudor frío instalándose en todo su cuerpo.
—¡No me digas que aún no son novios! —Hoseok gritó, sorprendido.
Jimin tragó saliva, negando con la cabeza, viendo a Taehyung haciéndose un facepalm y a Hoseok ir hacia la pared más cercana para fingir golpearse contra esta.
—Que desesperación me generan. Tendré canas antes de lo previsto —Taehyung se horrorizó, moviéndose de un lado a otro mientras agitaba sus manos.
—Yo ya las tengo desde hace meses, cuando se hacían llamar mejores amigos. Mira —el mayor señaló y, evidentemente, un pelo blanco destacaba en su perfecto cabello castaño oscuro.
Taehyung carcajeó inevitablemente.
—¡Oh, oh, ahí tienes otra!
—Bueno, ¿pueden parar?, no vine a decirles esto por nada. Necesito ayuda —Jimin interrumpió, haciendo un puchero y frunciendo el ceño a la vez, cruzándose de brazos.
—Ya, está bien, ¿qué necesitas, gruñoncito? —cuestionó Taehyung, frunciendo sus labios y juntando sus cejas, haciéndole ver extremadamente tierno.
Hoseok se acercó a ambos, dispuesto a escuchar lo que el castaño quería.
—Yo... quiero pedirle a Yoongi que sea mi novio —paró unos segundos, viendo a los ojos a Taehyung y luego a Hoseok—, hoy mismo —escuchó a sus amigos suspirar—, en serio —asintió—, quiero que sea mi novio ahora, ya, right now, y para siempre —sus manos se movían nerviosas, él mismo se veía extremadamente nervioso.
¿Y si a Yoongi no le gustaba lo que tenía planeado? Miles de escenas donde todo fracasaba llegaron a su mente.
—Yo no quiero que me rechace —Jimin dijo al aire, imaginándose aquellas horribles situaciones.
—Y no lo hará —obvió Hoseok, volviendo a Jimin a la realidad—. Es decir, incluso si le pides ser su novio casualmente viendo una serie en el sofá te dirá que sí y te dará muchos besos en la cara —relató lo que en su mente Yoongi hubiese hecho si aquello pasaba así.
—En efecto mi estimado —asintió Tae, pasando uno de sus brazos por encima del cuello de su mejor amigo, es decir, Hoseok—. Y entonces, ¿qué quieres que hagamos? ¿En qué quieres que te ayudemos? —sonrió con emoción, esperando a que Park hablara.
—Pues...
Yoongi se encontraba cómodamente acostado en su linda cama de colores pasteles. Sí, era muy fan de esos claros y suaves tonos. Le agradaba verlos, por lo que decidió comprarse sábanas de aquellos colores tan combinables con su propia personalidad.
Rió vago, recordando cómo habían pasado el receso con Mingi la semana pasada. la verdad, por una parte se sentía mal, su nuevo amiguito –como él le llamaba–, había querido llamar su atención de distintas formas mientras él se encontraba sentado en las piernas de Jimin. Yoongi no era tonto, sabía que le había atraído a Mingi, pero su completo corazón estaba centrado en tan sólo una persona, y esa era quien estaba ahora mismo yendo hacia su casa, pero eso Song no lo sabía y tampoco tenía que saberlo aún.
Sus piernas estaban estiradas, flotando en el aire mientras sus manos levantaban a su osito de peluche favorito; un koala. Le gustaban mucho, y se puso realmente triste cuando habían anunciado que estaban funcionalmente extintos. Tantos que Jimin había tenido que ir a su casa a consolarlo con muchos besos, abrazos y mimos.
Yoongi estaba muy feliz en ese momento, recordando cómo Jimin no dejaba de darle besitos en el cuello, en las mejillas, en los labios y en la comisura de los labios mientras él hablaba con Song. Al menos Mingi dejaría de intentar algo con él, no quería tener que rechazarle.
Bajó al koala que tenía de peluche y lo abrazó con mucha fuerza mientras bajaba a la vez sus piernas, moviéndolas ansiosas ante el recuerdo que vagaba por su mente hacia muchos minutos.
La puerta fue tocada, pero Yoongi estaba demasiado en su mundo como para darle importancia.
—Mi lindo Jiminie hyung —susurró con una sonrisa, mirando los cuadros en la repisa de en frente, donde en la mayoría aparecían ellos dos juntos.
La puerta fue tocada otra vez, y recordó que sus padres no estaban en casa.
—¡Oh! —dejó su peluche a un lado y bajó corriendo hacia la planta baja—. ¡Lo siento! —gritó para quien sea que estuviese afuera lo escuchara, ahora se sentía mal por hacer esperar a aquél ser detrás de la puerta.
Una vez abierta la puerta, estaba preparado para dar una extensa biblia del porqué había tardado tanto en abrir, pero la sonrisa de su lindo hyung lo llevó a otro mundo, quedando embobado.
—Hola, bebé —Jimin saludó, sus mejillas sonrojadas por una razón que Yoongi no comprendió, y no pudo pensar mucho en el porqué ante un genuino ladrido que se escuchó.
Yoongi automáticamente bajó la mirada, encontrándose con un peludo amigo de pelos marrones quien tenía la lengua hacia afuera, moviendo su cola de lado a lado.
Otro ladrido. A Yoongi le brillaron los ojos.
El rubio se acuclilló, sacándole la correa y levantando con mucho cuidado al canino tan bonito que por alguna razón desconocida estaba allí.
—¿Y él quién es, Jiminie? —cuestionó, viendo al perrito con los ojos brillantes cual perlas preciosas—. ¿Adoptaste un perrito? —preguntó, su sonrisa cada vez se ensanchaba más. Abrazó al animal sin mucha fuerza, emocionado—. Es muy lindo —asintió mientras lo mecía de un lado a otro, viendo a este queriendo lamerle el rostro. Rió suave al igual que Jimin.
—Sí, es muy lindo —Jimin asintió, apretando entre sus manos las flores que llevaba, sin llegar a romperlas ni hacerles daño. Yoongi no las había notado, ya que toda su atención estaba en la hermosa criatura entre sus brazos. Tragó saliva, completamente dispuesto a animarse. Taehyung y Hoseok tenían razón, ¿no? Ellos se amaban y el rubio le diría que sí sea cual sea la forma de la propuesta—. Y, en realidad, e-ese perrito lo adopté para ti... —vio a Yoongi levantar la mirada rápidamente, sus ojos volviéndose acuosos—. Yo... yo quiero que lo cuides t-tú, lo traje para ti —dijo, viendo la primera lágrima de Yoongi descender por su mejilla.
—¿En serio? —Yoongi cuestionó, y cuando vio a Jimin asentir no pudo evitar soltar más lágrimas, viendo al canino entre sus brazos otra vez, quien le observaba con la lengua hacia fuera, y ante la cercanía no dudó en lamerle la naricita, haciendo reír a Yoongi.
—Yo también... —habló de nuevo, captando la total atención del rubio otra vez—, también quería pedirte algo —casi susurró, tragando saliva y viendo a los ojos a su hermoso Yoongi.
Min asintió, a sabiendas de lo que vendría, apenas ahora notaba las lindas flores que el castaño llevaba entre las manos. Dejó al perrito en el suelo, sosteniendo del antebrazo a Jimin y jalando de él para que entrara. Cerró la puerta, no quería que el canino se escapara, aunque tampoco parecía querer hacerlo, pues se escuchaban sus patitas golpear contra el suelo; estaba trotando por toda la casa.
—Dime, hyung —casi susurró de igual manera, sus mejillas empezando a tomar un color rojito, precioso ante los ojos de Jimin.
—A decir verdad... —empezó el castaño—, tenía planeado hacer esto desde hace mucho, incluso antes de que supiésemos que estábamos correspondidos el uno al otro. Bueno, porque, ya sabes... me gustas hace mucho tiempo —afirmó, viendo las mejillas del menor sonrojarse, ahora sí, con intensidad—. Cada vez me gustas más, y a veces eso me preocupa porque no sé si es posible amar tanto a alguien como yo te amo a ti —vio al perrito pasar entre ellos, yendo hacia la cocina. Ambos rieron suavemente al verlo. Jimin decidió seguir—. Me tienes muy enamorado, Yoongi, supongo que lo sabes mejor que nadie y...
—Yo también estoy muy enamorado de ti, hyung —interrumpió, asintiendo a sus palabras y viendo las mejillas sonrojadas del castaño, quien se acercó y agarró sus manos, dándole las lindas flores, viéndole con un brillo en los ojos, aquel que sólo aparecía cuando miraba a Yoongi—. Y a veces también me asusta lo que siento por ti —susurró—, no estoy seguro si se puede amar así a una persona con tal intensidad, hyung, ¿es normal?
—Súper normal —asintió Jimin con una sonrisa—, los dos sentimos lo mismo, bebé —la sonrisa de Yoongi deslumbró y escucharon otra vez las patitas del cachorro; rieron—. Quiero estar junto a ti para siempre, Yoon, quiero estar a tu lado y acompañarte en todo lo que hagas, siempre —afirmó—. Y no importa si la vida no quiere que estemos juntos, igual yo permaneceré a tu lado, sea como sea, aún si te quieres casar y no es conmigo, estaré contigo sosteniéndote cuando lo necesites y viéndote sonreír como tanto me gusta que lo hagas. Siempre voy a estar contigo. No lo dudes, por favor —pidió, sus ojos cristalizándose. Yoongi ya estaba con las lágrimas deslizándose por sus mejillas.
—Yo...
—Espera, bebé, déjame terminar —pidió otra vez, acariciando las mejillas del menor—. Quiero que seas mi novio, Yoon, mientras la vida nos lo permita, quiero que estemos juntos mucho tiempo como pareja. Quiero besarte, más de lo que ya lo hago, y presentarnos ante todos como novios. Quiero... ¿Sabes? Acabo de darme cuenta que las cosas que quiero hacer ya las hacíamos de por sí, incluso antes de saber que nos correspondíamos.
Yoongi rió entre lágrimas al igual que Jimin. Eso era verdad.
—Diría que quisiera despertar contigo todas las mañanas, ver tu carita adormilada en mi pecho, pero es algo que igualmente pasaría si no fuésemos novios —rió, besando la frente de Yoongi.
—Tienes razón, Jiminie —Yoongi asintió.
—Igual quiero hacerlo. Quiero que seas mi novio, venir a verte todos los días incluso luego de clases. Darte muchos besos, muchos abrazos, muchos mimos, decirle al fin a tu madre suegra y a tu padre suegrito. Quiero hacer muchas cosas contigo, Yoongi. Claro que, si tú me lo permites —sonrió, besando ahora la nariz roja del menor—. ¿Entonces? ¿Quieres ser mi novio, amor? —preguntó, sintiendo un sinfín de emociones en el estómago y principalmente en el corazón, el cual estaba latiendo desenfrenado. Yoongi no sabía si podía estar mucho más tiempo sin largarse a llorar de emoción y alegría.
—Ni siquiera deberías de cuestionar algo tan obvio, Jiminie hyung —rió—. Claro que quiero, bebé lindo —abultó sus labios, demostrando la ternura que Jimin le proporcionaba.
Rieron al mismo tiempo, y Yoongi no esperó mucho para rodear con sus brazos el cuello de Jimin para proceder a besar sus labios. Jimin tampoco esperó para rodear la cintura del menor. Un beso lento, con cariño, mucho, mucho amor de por medio.
Escucharon al perrito ladrar mientras sus patitas trotaban, sintiendo al canino en sus pies segundos después. Ambos sonrieron en medio del beso. Separándose, llevaron sus miradas hacia bajo, y efectivamente, el animal estaba acomodado a sus pies, ya que estos estaban muy cerca de los contrarios.
—Entonces... —Yoongi comenzó, quitando sus manos del cuello de Jimin, bajando hasta tener al perrito entre sus brazos nuevamente. Se enderezó, meciendo al cachorro mientras le decía algo inaudible a oídos de Jimin. Yoongi rió, tan tiernamente que el castaño también lo hizo—, papá Jiminie —la adorable voz hizo a Jimin querer llorar—, nuestro nuevo hijo quiere saber qué nombre le pondremos —sonrió.
Jimin jamás creyó poder estar tan feliz en toda su vida. Siempre se preguntó; ¿será que había hecho algo demasiado bueno como para tener en su vida a Min Yoongi? No lo sabía, pero le agradecía completamente al Jimin de su vida pasada.
Estaban realmente muy enamorados, pese a sus cortas edades, no podían imaginar una vida sin el otro.
Se amaban con locura y quedaba demostrado con huella en cada uno de sus actos. La felicidad que se transmitían uno al otro cuando estaban juntos, sin dudas era algo que cualquier ser humano querría para su vida.
Ellos se amarían para siempre, porque así el destino, la vida y ellos mismo querían.
Le enseñarían al mundo lo que el amor es.
Ellos podrían, siempre y cuando estén juntos, amándose.
Ese sentimiento perduraría en ambos corazones.
Y para siempre.
FIN.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro