🧁𑂠 Capítulo 13
꒰ Iron man ꒱
¡ 13 !
Yoongi se encontraba escondido detrás de una de las piernas de su madre, mirando atentamente a los niños pasar por enfrente de él y algunos sentados en sus sillas.
Era su primer día en el nuevo jardín de niños y se sentía desfallecer, no quería estar ahí pero era su deber y quería demostrarle a su madre que él no le tenía miedo a nada.
La mayor le había dicho que llevara el atuendo que tanto le gustaba, que consistía en una especie de mono azul marino que lo hacía ver tierno.
Se sintió algo mal y nervioso, empezando por el hecho de que era nuevo, quería que su mamá lo alzara y le dijera que era mejor volver a casa pero eso no ocurrió. Una mujer bastante joven y bonita se acercó, agachándose un poco para ver a Yoongi, sonriéndole cálidamente.
—Hola pequeño, ¿cómo estás? —preguntó la chica, en busca de comenzar una conversación y generarle confianza al infante.
Yoongi por inercia se escondió aún más tras la pierna de su madre mientras que ella acariciaba mínimamente su cabello dándole ánimos para que hablara con la maestra.
—Soy Hye, ¿tú cómo te llamas? —intentó, buscando sacar un poco al menor de su timidez.
Yoongi dudó en responder pero finalmente lo hizo.
—Yoongi.
Hye sonrió.
—¿Yoongi? —el mencionado asintió—. Hermoso nombre, Yoon.
—Mi mamá me puso ese nombre —le contó.
La maestra sonrió con ternura.
—¿Y a ti te gusta tu nombre, o prefieres otro?
El pequeño Yoongi lo pensó un momento antes de contestar.
—Me gusta el mío.
—A mí también, es muy bonito —sonrió, asintiendo con la cabeza—. ¿Qué te parece si te muestro tu lugar?
Yoongi miró automáticamente a su madre quien asintió y le sonrió cálidamente. Entonces, Yoongi asintió, mirando otra vez a la señorita Hye, ahora saliendo un poquito de detrás de la pierna de su madre con la cabeza baja.
Hye le ofreció su mano para que pudiese guiarlo hasta su lugar y Yoongi accedió, agarrando con su manita derecha la mano de la maestra.
La mayor dirigió a Yoongi a su asiento mientras éste se daba vuelta y veía a su madre, quien le sonreía y le guiñaba un ojo dándole ánimos. Yoongi se despidió agitando su manita izquierda, acción que la madre copió y así salió del salón color celeste cielo.
Yoongi tragó saliva, volviendo su vista al frente.
Muchos niños correteaban de aquí para allá y otros simplemente se mantenían en sus asientos hablando con sus compañeros o jugando.
—Niños —la maestra Hye captó la atención de dos niñas y dos niños que estaban sentados en una mesa color roja, sonriéndoles. Yoongi tenía la cabeza baja mientras jugaba con la tira de su mochila—, él es Yoongi, es su nuevo compañero, ¿qui-?
—¡Hola, soy Ryujin! —saludó una de la niñas, parándose de un salto e interrumpiendo a la maestra, agitando su mano felizmente.
Yoongi levantó su cabecita, mirando con ojitos grandes a quien le había hablado recientemente, la niña agarró repentinamente su manita y lo acercó más a su mesa, mostrándole lo que hacían.
—Mira, estábamos dibujando, ¿quieres unirte? —preguntó la pequeña de cuatro años, apuntando hacia su dibujo para que Yoongi lo viera.
La señorita Hye sonrió, yendo hacia otra mesa donde otros niños la llamaban.
Yoongi simplemente asintió con una sonrisa tímida, mirando a los niños restantes que permanecían en la mesa, concentrándose en sus propios dibujos.
Hubo algo que inevitablemente le llamó la atención; era unos de los dibujos que estaba pintando uno de los niños.
—Si quieres unirte, aquí te dejaré la hoja y las crayolas —le dijo Ryujin, dejándolas en un espacio de la mesa, volviendo a su lugar y pintando nuevamente.
Yoongi asintió, volviendo su mirada a aquel dibujo que había captado su atención.
Se acercó un poco a ese niño, viendo atentamente cómo pintaba el dibujo.
El infante parecía totalmente concentrado en dibujar por lo que no notó la presencia de alguien a su lado.
—¿Ese es Iron Man? —preguntó finalmente Yoongi, apuntando tímidamente al dibujo.
Dicho menor levantó las vista ante una voz desconocida, encontrándose con un precioso pelinegro de ojos avellanas.
—¡Sí! ¿Lo conoces? —preguntó el niño con una resplandeciente sonrisa.
Yoongi asintió, correspondiendo su sonrisa.
—¿Quieres dibujar conmigo? Todavía me falta —el menor de cabello castaño rascó su cabeza suavemente, observando su propio dibujo y lo que le faltaba colorear para luego mirar nuevamente a Yoongi quien terminó asintiendo ante la invitación.
Fue de imprevisto y algo que el pequeño Yoongi no esperó, cuando Jimin agarró una de sus manitas y lo atrajo hasta finalmente sentarlo en su regazo, Yoongi se sonrojó ante eso, que tan sólo se dispuso a ver el dibujo frente a él.
—Oye, ¿cómo te llamas? —preguntó el castaño, estirándose hasta agarrar una de las crayolas que estaba en la mesa.
—Yoongi —murmuró en respuesta.
—Yoongi —sonrió con un asentimiento—, soy Jimin —se presentó, entregándole la crayola color rojo—. Me gusta mucho tu ropa, te queda muy bonito —sinceró, pues sus ojitos curiosos como el de todo niño habían visto hasta el color de su cabello.
El pelinegro sonrió, sosteniendo dicho elemento y empezando a dibujar con concentración el dibujo del de cabello castaño.
A Jimin le pareció demasiado tierno por lo que besó una de sus mejillas, hecho del que Yoongi no se percató al estar tan concentrado en dibujar, así que un momento después el castaño decidió abrazarlo con fuerza desde la cintura, mientras que el otro dibujaba con la lengua afuera a causa de la concentración.
Y de esta manera, es como comenzó una larga historia sobre dos mejores amigos enamorados.
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