Extra II
—¿Jinnie?— la voz ahogada del menor preocupó al instante a su novio, quién dejó de acariciar a MinKi para prácticamente correr hacia la habitación deFelix, para encontrarse con éste bajo sus sábanas
—¿Bebé?— llamó. — ¿Estás llorando, amor?— preocupado, se acercó a Felix sentándose en el borde de la cama.
El llanto de Felix cesó un poco. Sorbió por su nariz y Hyunjin observó cómo su cabellera castaña salía de entre las sábanas, asomando sus ojitos hinchados a causa del llanto y con ello su rostro. Sus labios tenían un adorable puchero y su nariz estaba un tanto rojita.
—Hyung... — un llamado lastimero y pronto un cuerpo se encontraba arriba suyo. Su llanto nuevamente se hizo notorio y sus brazos apresaron por completo al contrario.
—¿Qué pasa, cariño?— preguntó el mayor esta vez más suave, acariciando las hebras castañas de Felix mientras sobaba su espalda con parsimonia, tratando de disipar su llanto.
Lee se alejó de Hyunjin, acomodándose mejor en su lugar y sorbiendo su nariz una vez más antes de hablar mirando directamente a su hyung.
—¿S-Se acuerda de la niña que se nos acercó la otra vez en el parque y q-quería invitarle a salir?—suspiró, los espasmos no dejaban que hable muy bien. Hyunjin asintió, recordando a la muchacha. — Hizo un grupo y me añadió, y me dijo cosas muy feitas junto a otras personas. — dijo, sus lágrimas descendiendo por sus mejillas y un puchero asomándose de entre sus labios.
Hyunjin frunció el ceño, la rabia se hizo presente al instante en su interior. ¿Que ella había hecho qué?
—¿Qué es lo que te dijeron, amor?— cuestionó, acariciando con suavidad la mejilla de Felix, sus ojos empezaron a acuarse ante la imagen de su novio sentirse mal al leer las cosas que la chica insoportable seguramente le había puesto junto a las personas falderas que la seguían.
—Que no merecía estar con un chico como tú. — dijo, secando sus lágrimas con sus manitas hechas puños. — Que Hyunjinnie era muuuy bonito para estar con un chico gordo como yo. — puchereó, levantando su camisa de dos tallas más grandes que él, para dejar a la vista su adorable pancita, apretujando entre sus manos de una forma tierna la misma, más lágrimas descendiendo como si no quisieran cesar.
Los ojos de Hyunjin prácticamente ardieron en llamas, queriendo ir a buscar a la chica que le había hecho creer todo aquello a su pequeño para hacerle pagar por cada palabra hiriente que le había dicho a Felix. Es que, ¿alguien podría siquiera querer hacerle daño al castañito? Ni el peor enemigo. Felix era un rayito de sol que no merecía que nadie le dijera cosas feas.
—Bebé, sabes que eso no es cierto. — dijo, acercándose más al cuerpo del menor, y quedando ambos en medio de la cama, lo abrazó como si su vida dependiera de ello, queriendo que el dolor que Felix sentía se esfumara rápidamente. — Tú eres lo único que quiero en mi vida. — un beso en el hombro del menor fue dejado por Hyunjin, alzando su cuerpecito hasta tenerlo a horcajadas en su regazo. — Eres perfecto y especial, no estás gordo, y si lo estuvieses igualmente me volverías loco por el simple hecho de ser tú, mi amor.
—Y-Yo... yo t-tengo miedo. — susurró, escondiendo su carita en la curvatura del cuello de Hyunjin. — ¿Y si te aburres de mí? ¿Y si encuentras a alguien mejor para ti? N-no sé, Hyunjinnie, quizás en algún momento te canses de mí y-
—Ya está bien, detente. — susurró. — ¿Sabes? Que pienses que podría encontrar a alguien mejor en un futuro, o si quiera creer que podría estar sin ti o pensar en no despertar contigo me hace sentir mal también, porque siento que no me conoces y no sabes que en realidad eres lo único que necesito y necesitaré. Estoy enamorado de ti desde que tengo, literalmente, memoria. — la yema de sus dedos acariciaban la tersa piel de la cintura del menor.
Felix asintió.
—Yo sé, Jinnie, pero ¿cómo puedo saber lo que sientes? No estoy dentro de tus pensamientos ni sentimientos, puedes... — otras cuantas lágrimas empezaron a resbalar sobre sus pómulos y mejillas. Escondió su carita aún más en el cuello del mayor. — cansarte de mí o s-simplemente... encontrar a otra persona.
—No llores, bebé. — pidió, dejando un vasto beso en los labios de su amor cuando éste se separó. — Por favor, deja de pensar en eso, ¿sí? Yo te amo más de lo que crees. — dió un besito corto en el puchero que Lee había hecho. — Siempre van a existir personas de ese tipo, inevitablemente, gente que querrá hacer lo posible para separarnos porque no aguantan el hecho de vernos juntos, siendo el uno para el otro. Amándonos. — sonrió, dándole un besito más cuando una pequeña sonrisa había aparecido en sus rojizos labios.
—Sí. Nos amamos, mucho. — sonrió. — T-Tienes razón. — asintió, dejándole un pequeño beso a su mayor para luego comenzar a secar sus propias lágrimas, mirando a su dulce novio.
—Te amo. — sinceró con voz baja, apoyando con delicadeza su frente contra la de Felix. — No quiero que nada ni nadie te haga pensar cosas que no son. A menos que tú mismo lo creas, vienes, me lo preguntas y si hay algo de qué hablar o arreglar lo haremos juntos, ¿está bien?— sonrió. — Pero igual, no podría vivir sin ti, creo que se nota lo suficiente para que sepas que me vuelves completamente loco, mi amor.
Felix rió, de una forma tan bonita y tierna que Hyunjin se sintió en el mismo cielo. Amaba ver a su bebé feliz.
—También te amo, Hyunjinnie. Mucho. — cerró sus ojos por unos segundos, abrazando desde el cuello al mayor para luego abrirlos, dejando un beso en sus finos pero bonitos labios.
—Nunca nadie... podría compararse a ti. — susurró en sus labios el azabache, quién mantenía sus ojos cerrados. — Nunca. Porque nada podrá hacerme sentir como tú lo haces. — afirmó sus palabras, abriendo sus ojos para ver los cristalizados del contrario, pronto unió sus labios en un nuevo beso más largo y profundo, sentimientos y corazones revoloteando alrededor de su cuerpo.
Una pequeña burbuja donde sólo ellos dos existían se creó, buscando esconderse del mundo y permanecer con el otro en ese beso que estaban compartiendo con tanto amor.
—Lo único que necesito es tenerte conmigo para ser feliz... lo juro. — otra vez, Hyunjin susurró, quería decirle todo lo que sentía y hacerle sentir bien, quería que Felix dejase sus miedos de lado y que se arriesgase a todo junto a él, porque Hyunjin estaba completamente dispuesto a dejar de escuchar a los demás y poder amarse con locura el uno al otro sin importar qué.
—Sólo quiero... — ahora Felix empezó. — quiero estar contigo por el resto de mi vida. Porque si en algún momento dejo de estar contigo, automáticamente aquello deja de llamarse "vida", hyung, siento que eres lo que necesito para respirar. — susurró. Ahora él se estaba sincerando como jamás lo había hecho. — Eres el único complemento que necesito para ser feliz. No sé... no sé qué haría sin ti.
—Tampoco quiero saber qué sería de mí sin ti, pero aquello no creo que pase, mi amor. Tú y yo estaremos juntos, a través de cada tormenta, te lo aseguro. Porque no hay nada como tú y yo, cariño. — abrazó con más fuerza el pequeño cuerpo del menor.
—Te amo... te amo tanto, Jinnie. — susurró, abriendo sus ojos nuevamente. Sus labios se pegaron a los del pelinegro, buscando un mayor contacto entre ambos.
Hyunjin pasó sus manos por toda la espalda del menor, acariciando todo lo que se le era permitido hasta dejarlas en su pequeña cintura, rodeándolo y abrazándolo desde allí con fuerza, sintiendo los suaves y brillosos labios de Felix moviéndose con delicadeza contra los suyos.
Apresó su labio inferior, eran apenas roces delicados. Lamió un poco de ellos, delineándolo para pedir entrar a su cavidad bucal. Felix accedió, separando con timidez sus lindos labios, dándole paso al sinhueso de su novio.
Hyunjin sonrió antes de pasar su lengua hacia dentro, porque a pesar de estar por devorar la boquita de Felix, éste estaba siendo muy tierno y tímido respecto a lo que estaba pasando. Nunca perdía su toque. Y le encantaba.
Paseó su lengua por todas partes, hasta enredar su lengua con la contraria, sintiendo cosquillas burbujear en su interior. Sintió las manitos del menor posarse en cada mejilla, acercándose más a su cuerpo, inclinando su cabeza hacia un lado para profundizar el beso un poco más.
Hyunjin acomodó mejor sus piernas, para poco después tirar con delicadeza a Félix de la espalda, la cuál tocó el colchón. El menor se separó, su carita sonrojada y sus labios hinchados mostraban el acto reciente que habían tenido. Hyunjin estaba fascinado.
—Lix…
—Quiero hacerlo, Jinnie. — se apresuró a decir, acomodándose mejor bajo el cuerpo del pelinegro, ubicando sus manos nuevamente en las mejillas del mayor, viéndole con una sinceridad emocionante, sus ojitos estaban brillando. Y Hyunjin en ese momento decidió que eran las pequeñas estrellas que para siempre quería ver. La única constelación que quería apreciar con su vida.
—¿Tú... e- estás seguro?— cuestionó, queriendo saber si Felix realmente estaba seguro de querer hacer eso con él ahora mismo.
Los padres del menor no estaban en la casa, y Felix no quería perder esa oportunidad para demostrar su amor de una forma diferente a la de siempre.
—Sí. — asintió, acariciando la mejilla de Hyunjin. — Sólo si tu quieres también. — aclaró.
—Claro que quiero, mi vida. — sonrió.
Pronto se envolvieron en un nuevo beso, ambos eran totalmente novatos en lo que estaban a punto de hacer, pero aprenderían juntos, eso estaba claro.
—Te haré sentir bien, te lo prometo. Cuidaré de ti, cariño. — susurró en sus labios, acariciando con parsimonia el lado izquierdo de la cintura del menor.
—También voy a hacerlo. — susurró Felix dulcemente, tomando entre sus labios los contrarios, pasando sus manos por el cabello del mayor, desordenándolo por completo.
Hyunjin quería besar todo lo que se le era permitido. Cada recóndita parte de piel de Lee, quería besarla y conocer cada una de sus debilidades, hacerle saber cuán enamorado estaba de todo su ser.
Teniendo en cuenta eso, bajó sus besos con mucha lentitud hasta su cuello, pasando primero por la comisura de los labios, luego besando una de sus mejillas y bajar hasta su mentón, dónde suavemente mordió en una ocasión, bajando con besos húmedos, precisos y lentos hasta su cuello, donde aspiró el adictivo aroma que Felix desprendía por mera naturaleza humana de su ser. Dejó besos húmedos y picos cortos, cambiando de lugar para besar, como ya había dicho, todo lo que se le era permitido.
Con cuidado, buscó con sus manos la parte inferior de la camisa de Felix para sacarla. Antes de hacerlo, pasó sus manos por debajo de su camisa, acariciando la pancita del menor, el cual siseó.
—E-Están frías. — aclaró, timidez impregnada en su voz, acariciando la ancha espalda que Hyunjin tenía.
—¿Puedo?— cuestionó refiriéndose a la camisa del menor, quien asintió con un sonrojo en las mejillas.
Hyunjin sonrió, siguiendo con sus besos mientras intentaba despojar a Felix de su camisa, y una vez tenía entre sus dedos el dobladillo de su ropa, con una lentitud digna del pelinegro, sacó con ayuda de Felix, el cual levantó los brazos por encima de su cabeza, la camisa blanca que portaba esa noche.
Felix se avergonzó completamente cuando Hyunjin bajó su vista a su torso, apreciándolo mientras la yema de sus dedos acariciaban cada parte de su pecho y pancita.
Felix levantó un poco su cabeza, buscando los labios del pelinegro los cuales al instante obtuvo cuando Hyunjin se dió cuenta de sus intenciones.
—¿Puedo?— ahora fue Lix quién preguntó, y Hyunjin asintió enternecido, volviendo a juntar sus labios.
Siguiendo los pasos, buscó con sus manos el primer botón de la camisa de su novio, desabotonándolos con lentitud y movimientos torpes.
Una vez consiguió lo que quería, bajó su vista al dorso de Hyunjin, casi quedándose sin aire cuando vió lo que parecían ser abdominales.
¿Un eight-pack, quizás?
La tentación fue más grande que su timidez, pasando sus manos por el tonificado pecho de Hyunjin para luego bajarlas con delicadeza hasta sus abdominales, tocándolos, haciendo sonreír a Hyunjin.
—¿Cuándo conseguiste estas que yo no sabía, Jinnie hyung?— Felix cuestionó con un puchero, tocando cada uno de los cuadraditos duros que se ubicaban en la panza del mayor.
—Voy al gimnasio de vez en cuando, ¿te gustan?
Felix asintió relamiéndose los labios, y lo próximo que hizo –para sorpresa del mayor– fue mover el cuerpo de Hyunjin lejos de sí, poniéndose de rodillas en la cama para luego empujar suavemente a Hyunjin otra vez, ahora la espalda del pelinegro tocando el colchón.
Bien, Hwang se estaba poniendo duro tan solo con aquel simple acto.
Felix se acercó gateando a su cuerpo, poniendo sus piernas en cada lado del regazo del mayor para luego sentarse allí. Observó con atención los ojos oscuros de Hyunjin, llevando sus manos al eight-pack, sintiendo el tensar del cuerpo contrario ante su tan delicado toque.
—Mhm... — siseó Hyunjin ante la sensación. Sus manos igual estaban frías.
Felix sonrió, buscando dejar sus manitos en las mejillas de Hyunjin, acunando su rostro mientras besaba sus lindos labios.
—Jinnie, yo... no sé qué hacer. — comentó apenado, separándose de Lee, dejando su frente apoyada a la contraria. — Lo siento...
Hyunjin frunció el ceño.
—No te disculpes, bonito. Aprenderemos juntos. — susurró en sus labios, sonriendo y volviendo a juntar sus bocas, dando vuelta sus cuerpos, ahora Felix quedando acostado en el colchón de la cama.
—Hyung, ¿tú... tú ya-
—No, claro que no. — le interrumpió, acariciando el costado del torso de su novio con adoración. — Tú eres el primero, y serás el único, bebé. — susurró.
—Tú también. — sonrió, acomodándose bajo el cuerpo de Hyunjin, procediendo a bajar sus manos por el cuerpo del azabache hasta sus jeans ajustados. — ¿Puedo?
—Puedes hacer lo que quieras conmigo. — besó una de sus mejillas sonrosadas, sintiendo el estirar de sus cachetes ante la sonrisa que se le escapó al menor.
—Tú también puedes hacer lo que quieras. — susurró, buscando entre sus dedos los botones del pantalón y cierre.
Una vez hecho, su sonrojo se hizo más notable al escuchar un jadeo de su novio. Había rozado sus nudillos con la polla de éste.
—Puedes hacer lo que quieras. — repitió. — No tengas vergüenza. — se apoyó de mejor manera en sus brazos a los costados de la cabeza de Felix.
Lee, con movimientos torpes, se deshizo del jean de Hyunjin con ayuda de éste para empujarlo fuera de sus piernas. El menor se sonrojó, el azabache estaba únicamente con unos boxers color negro y un bulto sobresaliendo de aquella fina tela.
Hyunjin abrió la boca para decir algo, más de allí solamente salió un gemido al sentir la mano de su novio apoyarse ahí, acariciando toda la extensión de arriba a abajo tímidamente.
Un suspiro escapó de sus labios, apoyando su frente en el hombro del menor.
Un apretón más fue dado allí, para que Hyunjin decidiera empezar a despojar los pantalones de Felix.
—Me haces la persona más feliz del mundo cada día. — susurró el mayor, dejando un casto beso en los labios contrarios antes de sacar completamente el pantalón.
Felix se sonrojó de un intenso rojo carmesí, ya que su erección podía notarse bajo sus calzoncillos.
Hyunjin sonrió, rozando sus narices en un beso esquimal para luego bajar una de sus manos por el cuerpo del menor, empezando por su pecho hasta llegar a sus pelvis, acariciando allí antes de bajar y escuchar el suave y tímido gemido que escapó de los labios de Felix cuando tocó su polla.
—J-Jinnie... — lloriqueó cuando Hyunjin empezó a masturbarle por encima de la prenda.
Los lindos, tiernos y a la vez calientes gemidos salían de la boca del menor inevitablemente. Hyunjinestaba realmente encantado.
Su mano se aventuró un poco más, decidiendo adentrarse a los bóxers de su novio.
—A-ah~ —gimió el menor cuando sintió el contacto de la mano de Hwang, quien empezó a acariciar su extensión de arriba a abajo. — U-uh... mmh...
Hyunjin besó sus labios, despojando con velocidad los calzoncillos contrarios. Felix se avergonzó, ya que estaba completamente desnudo. Hyunjin se separó un momento, viendo al menor sin ningún tipo de obstáculo que obstruyera la perfecta vista de Felix sin prendas.
Remojó sus labios, aumentando la velocidad en sus movimientos.
Felix gimió más fuerte y su orgasmo se acercaba, y cuando Hyunjin se dio cuenta de ello, se detuvo. Lee abrió los ojos que por el momento tenía cerrado, ladeando la cabeza.
Lo próximo que el menor vió, fue a Hyunjin despojarse de su propio bóxer para proceder a masturbarse un poco.
—Te prepararé, ¿sí, amor?— cuestionó con dulzura.
Felix asintió con lentitud.
Dos dedos fueron chupados, y pronto un dígito del mayor empezó a ingresar con dificultad a aquel estrecho lugar.
—Espera. — pidió el menor. Sentía que le iba a doler como el infierno.
—Está bien, bebé. No haré algo que te hará daño, ¿sí?— sacó por completo su dígito. — Pero si no hago esto será muy difícil que entre en ti, y también te dolerá aún más. — susurró, besando castamente sus labios mientras con aquel dedo rodeaba el exterior de aquel anillo de músculos, escuchando los jadeos del menor.
Felix asintió, cerrando sus ojos y dejando de salir un poco de jadeos.
—E-Está bien, Jinnie.
Hyunjin asintió, chupando sus dedos una vez más y prosiguiendo a intentar nuevamente. Sin lubricante aquello era más complicado.
Felix gritó cuando el dígito empezó a entrar. Hyunjin acarició con la mano libre su muslo, intentando calmarlo.
—Arde... J-Jinnie... — lloriqueó.
Hyunjin subió su cuerpo hasta llegar a sus labios, besándolos.
—Será un ratito, príncipe. Ya pasará, ¿está bien?
Felix asintió, sintiendo su estrecho ano empezar a extenderse por los movimientos de Hyunjin.
Unos cuantos minutos después, con dos dedos dentro, empezó a escuchar dulces gemidos salir de la boca de su novio.
—¿Se siente mejor?— cuestionó con dulzura, acariciando el abdomen contrario.
—M-Mejor. —asintió su novio, moviéndose lentamente para que aquel dedo llegue un poco más allá. — O-oh... se siente b-bien.
Hyunjin asintió, empezando a hacer sus movimientos más rápidos, escuchando los gemidos de Felix llenar la habitación.
Un fuerte gemido salió de la boca del menor, quien juntó sus piernas por pura inercia cuando sintió el orgasmo cerca. Hyunjin las separó nuevamente, siguiendo con sus movimientos más veloces hasta sentir que era suficiente. El quejido de Felix cuando sacó sus dedos de él le pareció adorable.
—Creo que necesitamos condones, bebé. — susurró el mayor.
—¿Por las enfermedades?— preguntó agitado. Él estaba consciente de que no podía quedar embarazado.
El mayor asintió mientras veía a Felix embobado.
—No tengo. — puchereó Lee.
Hyunjin apretó sus labios, creando una fina línea con ellos. Sacudió su cabeza, concentrándose en el reciente problema. Y es que era algo difícil si tenía a su novio con las mejillas sonrojadas, los ojitos brillosos y la boca entreabierta con saliva en ellos; desnudo.
—Yo tampoco.
Felix entrecerró sus ojitos, pensando. Su respiración fue calmando poco a poco.
—Ya sé. — susurró, dejando un corto beso en la mejilla de su novio para luego empujarlo despacio, levantándose. — No mires, Jinnie. — le regañó infantilmente cuando sintió la mirada de Hyunjin, tapando su traserito mientras salía de la habitación.
Sus padres le había dicho que había condones en alguna parte de la habitación por si en algún momento necesitaba, pues ellos creían que Felix debía estar siempre preparado por si había alguna ocasión en las que los necesitase.
Con pasos rápidos se adentró a la habitación de sus padres, buscando aquel cajón que le habían dicho.
¡Bingo! Festejó en su mente cuando encontró un paquete de condones en dicho cajón.
Con velocidad y las mejillas sonrojadas ya que, estaba feliz de poder haber encontrado un condón para hacer cositas con su novio, llegó a la habitación, viendo la perfecta imagen de Hyunjin acostado en su camita, apoyando su cabeza en sus antebrazos cruzados tras su nuca con una sonrisa satisfactoria mientras lo veía entrar, observándole de pies a cabeza. Felix agachó la mirada, acercándose con lentitud a la cama, su rostro estaba cual tomate por la vergüenza.
—Eres sinónimo de perfección, Lix. — escuchó el murmullo salir de los labios contrarios. Pronto sintió un brazo agarrando su manito para jalar de él, quedando encima de su novio.
—T-Tú lo eres, Jinnie. — susurró con pena. Sonriendo aún así.
Su cuerpo volvió a tocar el suave colchón de su propia cama, viendo al mayor agarrar el sobrecito del condón.
—¿Dónde estaba?— preguntó divertido, intentando abrir el sobre.
—En la pieza de mis padres... — murmuró con una pequeña sonrisa. — Ellos dejaron eso ahí por si alguna vez lo necesitaba.
—Eso es genial, Lix. Que bueno que sean conscientes de que en algún momento necesitarás uno.
Felix asintió, viendo divertido como el mayor intentaba ponerse el condón sin éxito alguno.
—Déjame intentarlo, Hyunjinnie. — pidió, agarrando las manitos de su novio quien sonrió con las mejillas enrojecidas, entregándole el elemento.
La genital de Hwang estaba sensible, por lo que apenas sintió el roce, gimió. Felix, con paciencia y un poco de torpeza logró ponerle el condón.
—Gracias. — agradeció con pena, besando sus labios mientras lo recostaba nuevamente, recorriendo el cuerpo contrario con sus manos.
Las manos de Felix nuevamente se posicionaron en las mejillas de su novio, acunándolo.
Jadeó cuando el mayor mordió su labio inferior.
—Me vuelves loco, mi amor. — susurró en sus labios, posicionando su pene entre los muslos del menor, delineando la entrada de este.
Felix enredó sus piernas en la cadera de su novio, abrazándolo desde su cuello.
—Tú también me vuelves loco de amor, Hyunjinnie. — susurró en sus labios, cerrando y apretando sus ojos cuando sintió el ardor volver a recorrer su cuerpo cuando Hyunjin empezó a ingresar con delicadeza a su interior.
Hwang gimió, aquella sensación no se comparaba en nada cuando se masturbaba. Era mil veces mejor.
—Oh... Dios. — Felix lloriqueó, enterrando sus cortas uñas en la nuca de su novio, quién besó su boca para distraerlo por unos cuantos minutos.
Sus bocas y lenguas danzaban entre sí. Felix gemía cada vez que el mayor se enterraba en él. Era lento pero profundo, y a ambos aquello les estaba volviendo loco.
—Te amo como no tienes idea, príncipe. — dijo el mayor, dando una estocada más firme, sacándole un gemido más.
—Yo también te amo, amor. Mucho, en serio, m-muchísim- ¡ah!— gimió cuando Hyunjin se enterró otra vez en él, una estocada certera.
—E-el apodo... — gimió el mayor, enterrando su rostro en el cuello de su dulce novio, besando allí, dando otra embestida, sacudiendo el cuerpo de Felix, escuchando su fuerte gemido, había dado en su próstata. — Me encantas. — susurró, bajando su mano hasta la polla del menor, masturbándole con rapidez, escuchando sus gemidos descontrolarse. Dió una última estocada, su esencia disparó en las paredes anales de su novio, gimiendo fuertemente después de eso. Felix igual llegó segundos después. Sus respiraciones eran agitadas. Sus pechos subían y bajaban. Sus rostros sonrojados y sus ojos brillosos. Felix tenía los ojos cerrados, tratando de regular su respiración, sintiendo los besos que Hyunjin había empezado a repartir por todo su rostro y cuello. Sus sonrisas eran enormes, junto con la felicidad que sentían ambos corazones.
—Te amo tanto, Hyunjinnie. — susurró el menor, abriendo los ojos y encontrándose con los contrarios, viendo que este le observaba con una mini sonrisa en su rostro. — Me gustó mucho. Tú me gustas mucho.
Hyunjin acarició su mejilla con adoración, saliendo con sumo cuidado del interior del menor para proceder a sacarse el condón y tirarlo al tacho que se encontraba a un lado de la cama de Felix.
—Eres lo más precioso que tengo. — susurró, besando una de sus mejillas. — Y lo más precioso que tendré en toda mi vida. — un casto beso fue dejado en los labios contrarios.
Felix acunó su rostro, dejándole un besito en la frente.
—¿Nos damos una ducha, Jinnie hyung?— preguntó con ternura.
Hyunjin sonrió, asintiendo.
Y luego de una sesión de besos y mimos después del baño, ambos se abrazaron felizmente bajo las frazadas que los arropaba, de un hermoso día junto a la persona que amaban.
Aquellas cuatro paredes habían sido testigos del terrible amor que se tenían y habían demostrado con acciones. Sus corazones latiendo al mismo ritmo, mientras deseaban cerrar sus ojitos e irse juntos al mundo de los sueños.
Pero pronto, sus sueños se vieron interrumpidos al escuchar unas patitas corriendo fuera de la habitación.
Ambos se miraron, y sonrieron, porque aquello recién era el comienzo de un largo recorrido que les esperaba de lo que sería su preciosa y hermosa... historia de amor.
¡Hola! ¿Qué tal estás?
(Aviso que este capítulo ya fue publicado hace mucho tiempo, solo que lo mandé a borradores temporalmente por miedo a la nueva política de Wattpad)
Sinceramente se me había olvidado que no había terminado está historia, una disculpa.
Con este extra se termina la historia, espero que te haya gustado.
Si te gusta el Hyunlix te invito a seguirme y darle alguna oportunidad al resto de las historias y adaptaciones que tengo 💗
Me ayudarías mucho si lees mi historia "Cute Kitten", es Hyunlix y está en su totalidad escrita por mí.
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