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Capítulo veintiuno !!

—J-Jinnie... — intentó hablar, más el placer que sentía no se lo permitía del todo. — Hyunjinnie hyung... — llamó otra vez, mientras que sentía la lengua de Hyunjin chupar sus clavículas.

—¿Mmh?— preguntó, apretando los dedos que se ubicaban en la fina cintura de su dongsaeng.

—Ya-Ya debemos ir a c-clases. — trató de formular mientras Hwang hacia un camino de besos por su cuello, mentón y finalmente llegando a sus labios, donde apenas los rozó.

—Bebé, yo... tengo algo que decirte antes. — susurró en sus labios, rozándolos entre sí.

Era el momento.

—Um... di-dime, Jinnie. — sonrió, moviendo sus piecitos de atrás hacia adelante –ya que permanecía sentado en la mesada de lavamanos– mientras esperaba a que el mayor hablara.

—Verás... — empezó, alejándose un poco de su rostro para poder hablar, sintiéndose relajado por cómo Felix acariciaba su cabello. — A mí... A mí me gusta alguien. — dijo, mordiéndose el labio inferior.

Los ojitos de Felix perdieron su brillo rápidamente, sintiéndose decaído, hizo un pequeño puchero que Hyunjin no llegó a ver.

—¿Te... t-te gusta alguien, Jinnie?— preguntó, su mirada decayendo, no pudiendo mirar a los ojitos a Hyunjin.

El pelinegro asintió con lentitud, haciendo un pequeño ruido de afirmación.

Lee se mordió el labio inferior.

—Entiendo... — susurró. — ¿Quién es, Jinnie?— preguntó sin más, sus ojitos picando.

El silencio reinó en el lugar. Hyunjin estaba seguro de querer decírselo, después de todo, conocía a su mejor amigo y estaba claro que el sentimiento era mutuo por todos los besitos que se estaban dando. Aún así, no dejaba de sentirse inseguro.

Tragó saliva, sintiéndose más pequeño –gracias al nerviosismo– conforme pasaba el tiempo. No le hacía sentirse más seguro ni mejor el que Felix no estuviese viéndole.

¿Y si sabía lo que iba a decirle, y por eso repentinamente se había puesto así? ¿Y si no sentía exactamente lo mismo?

Mordiendo su labio inferior, descartó aquellos pensamientos. Ya no quería guardárselo más, quería tener aquel peso menos y hacerle saber a su mejor amigo lo que sentía.

Felix habló otra vez, desconcertando a Hwang.

—¿Es esa chica, con la que te besaste antes?— preguntó poco audible, apenas llegando a los oídos contrarios.

Hyunjin negó efusivamente, con sus ojitos grandes a causa de la sorpresa.

—No, no, ya sabes la historia, mi vida. Fue todo culpa de... de ya sabes. Ni siquiera sabía quién era.

—Um... — asintió. — Entonces... ¿quién?— temiendo preguntar, no sabía si estaba preparado para una respuesta.

Porque Felix a veces podía ser tan ciego.

—Me... — empezó, cortándose al instante y tragando saliva otra vez. — tú m-me gustas, Lixie.

Lo hizo, finalmente lo hizo. Quizá no de la mejor manera, quizá no en el mejor lugar, porque no, claramente el baño del instituto no era el lugar más romántico ni bonito para confesarse, pero quería hacerlo, y por el siempre hecho de estar con Felix allí, ya lo hacía especial. Mucho más, después de ver cómo el castañito levantaba la vista con rapidez, su boca entreabierta, ojitos grandes y brillosos observándolo con sorpresa.

Tan precioso. Inefable.

—¿Q-Qué?

—Que me gustas tú. — repitió. — Lo siento si... si no me confesé en las mejores condiciones, pero q-quería... debía hacerlo, no podía más. Me gustas mucho. Me tienes loco, Yongbokie.

Los ojitos del nombrado brillaron aún más, y su sonrisa resplandeció en cada recóndito lugar de aquel baño.

—Pues... — movió aún más sus piecitos. — tú también me gustas, hyung. — soltó en un casi susurro.

Esta vez, los ojitos de Hyunjin brillaron, no esperando que Felix atrajese su rostro y pegase sus bocas.

Reaccionó moviendo sus labios al ritmo de los de Lee, apretando el cuerpecito del menor contra del suyo.

Sus bocas jugaron entre sí, saboreando el contrario con cariño. Hyunjin lamió el labio superior de Felix, haciéndole jadear ante la sensación cosquilleante que sintió.

El mayor llevó sus manos a los muslos de Felix otra vez, levantándolo desde allí. El castaño enredó sus piernitas a la cadera del mayor, sosteniéndose con fuerza de él y sintiendo su espalda chocar con un poco de fuerza –que lo hizo jadear– a la pared.

—Mi amor. — susurró Hwang en la boca de Felix, apretando sus dedos en los muslos del menor mientras con un poco de desesperación comía la boca contraria. — Eres mío... sólo mío, corazón.

El castaño jadeó ante aquello, animándose –porque no tenía nada que perder– a ahora él, sorprender al mayor y bajar sus besos al mentón de Hyunjin, mordiendo un poco esa zona, escuchando el gruñido que Hwang soltó. Bajó sus besos hasta el cuello, chupando allí, dejándole un pequeño chupón antes de decir.

—Y tú mío, Hyung. — sentenció en el cuello del mayor, mordiéndole luego.

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