Capítulo cinco !!
—No era así~— rió tontamente, colgado en la espalda de su mejor amigo. Hyunjin sostenía sus piernitas mientras caminaban. — Era "La vaca Lola, la vaca Lola, tiene cabeza y tiene cola". — recordó, cantándola mientras tanto, recibiendo una risita Hwang.
—¿Cómo sabes que es así?— preguntó con voz baja. Eran aproximadamente las nueva de noche y ellos estaba aún caminando por las calles de la ciudad, tonteando como todos los viernes. Pasaban el fin de semana juntos de aquí para allá. Ese momento en específico, Felix le había pedido con ojos de cachorrito que lo llevase en la espalda, y Hyunjin aceptó embobado. — Recuerdo el de la lechuza. — rió.
—¡Cántala!— pidió, moviendo sus piecitos de atrás para adelante. Felix amaba la voz de su mejor amigo, siempre le había dicho que tenía una voz hermosa, pero el azabache no le creía.
—La lechuza, la lechuza, hace ¡shh!, hace ¡shh!. Todos calladitos, como la lechuza, hacen ¡shh!, hacen ¡shh!— cantó, las personas que pasaban a su lado los veían confundidos y algunos con ternura, pensando como siempre, que se trataba de una adorable pareja.
—Tu voz es tan bonita. — comentó Lee, estirándose y dejándole un beso en la mejilla como pudo a su mejor amigo. Este sonrió y bajó a Felix de su espalda.
—¿Qué-
Antes de que pudiese seguir hablando, Hyunjin se había sentado en uno de los bancos blancos que habían por allí, sosteniendo la manito del castaño y atrayéndolo a su anatomía, sentándole finalmente en sus piernas, quedando Felix con las dos piernas a un lado.
El menor sonrió y empezó a mecer sus piecitos ya que no llegaban a tocar el suelo.
—¿Quieres quedarte a dormir en casa, Jinnie?— preguntó el castaño, posando su cabecita en el fornido pecho del azabache, éste posó sus manos alrededor de la cintura de Felix y entrelazó sus propios dedos.
—No sé si mamá me deje. Con suerte consigo que me deje salir contigo los fines de semana a la noche. — hizo una mueca y empezó a acariciar la cinturita del menor.
—¡Yo la convenceré!— exclamó Lee emocionado, mirando al azabache y besando su mejilla dulcemente.
—Mamá no puede resistirse a ti, Yongbokie. Estás jugando sucio. — rió el mayor, besando la nariz del castaño, quien soltó una risita.
—Es un punto a favor de Bokie. — habló en tercera persona, haciéndolo ver extremadamente tierno a ojos de cualquiera.
—Mmh. — asintió, dándole la razón. — ¿Quieres un helado, bebé?— preguntó, viendo los ojitos de Felix, los cuales brillaron y asintió frenéticamente saltando del regazo del mayor de una vez, agarrando la mano de Hyunjin y tratando de levantar al azabache para ir a la heladería que estaba cerca de ahí. Hacía un frío para morirse, pero en ese momento no importaba con tal de tener un helado.
—¡Vamos, Hyunjinnie, vamos!— pidió como un niño pequeño, haciendo fuerza para que pudiese conseguir levantar al azabache del asiento, fallando en el intento, mas Hyunjin se levantó por sí solo. Éste entrelazó las manos de Lee con las suyas y vio a Felix casi correr, arrastrándolo hasta la heladería más cercana.
Entró con su mejor amigo a la heladería, viendo los ojos brillantes de Lee. Sonrió.
Se acercaron a la vidriera y comenzó a ver los sabores que el local ofrecía, pasando por toda la vidriera jalando de la mano de Hyunjin, no quería soltarla así que lo arrastraría.
—Chocolate, y... — se mantuvo pensativo por unos segundos y luego exclamó con alegría. — ¡Limón!— sonrió, mirando a Hwang quién asintió y ahora él fue quien comenzó a ver la vidriera.
Se acercaron hasta la chica que servía los helados.
—Hola. Quiero dos conitos de dos sabores, chocolate y limón para Lixie, menta granizada y crema del cielo para Jinnie... d-digo... — carraspeó, viendo como la chica se moría de ternura ante la actitud del azabache. — para mí. — sonrió, viendo a la chica asentir y empezar a servir lo pedido.
—Mmh, tierno... — dijo sonriendo el castaño, agarrando las mejillas de Hyunjin apretándolas, sintiendo la mano del más mayor agarrar su cintura, cómo era costumbre. — ¿Puedes bajar un poco tu cabecita? Eres muy alto y no llego a darte un besito en la frente. — puchereó, el mayor carcajeó y se inclinó, recibiendo un beso en la frente por parte de Felix.
—¡Awww! ¡Ustedes son muy tiernos, amigos!— dijo la empleada, viendo con su mentón apoyado en la palma de su mano embobada a los mejores amigos. Al instante esta pareció reaccionar y carraspeó, dándole los helados a los amigos con una sonrisa.
—Muchas gracias. — sonrió el azabache, dándole su conito a Felix, pagando el costo de los helados y agarrando la mano de éste, empezando a salir del local.
—¡Larga vida al amor, amigos!— gritó la chica del local cuando los dos salieron por la puerta.
Lee rió tontamente soltando la mano de Hyunjin y caminando felizmente mientras lamía su helado.
El azabache se acercó al pequeño cuerpecito del más bajito. Siguieron así por unos diez minutos más, Hyunjin persiguiendo por todos lados al adorable Felix, hasta que algo se le ocurrió.
Se escondió detrás de una pared de un callejón, esperando que el castaño notara pronto que faltaba, lo asustaría y luego le daría un besito, le parecía una idea genial.
Y justo unos segundos después, Felix se dio media vuelta, viendo que nadie estaba tras él, su labio inferior tembló con miedo.
—¿Jinnie?— preguntó, dándose la vuelta completa y buscando con la mirada a su mejor amigo. — ¿Jinnie, dónde estás?— preguntó, esperando recibir respuesta, más nada se presentó. Caminó sobre sus pasos, pasando de largo el callejón oscuro donde el azabache se escondía, y en ese momento aprovechó, salió de su escondite.
Lo siguió un par de pasos y se acercó sigilosamente atrás de él.
—¡Lixie~!— exclamó, haciendo al menor saltar y chillar del susto. El helado de Felix cayó al suelo y el castaño siguió aquello con la mirada.
Hyunjin sabía lo que venía.
¡Hola hola!
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