04
SI DELILAH HUBIESE ESTADO EN la fila en donde repartían la buena suerte, de seguro, la dejo para irse a la de la torpeza. Pero, tampoco era tan malo, ser torpe le ayudaba bastante, no lo veía como una debilidad sino, una cualidad.
—¿Cómo eres tan irresponsable?—preguntó con molestia Sirius cuando ella abrió los ojos.
—¿Irresponsable?—preguntó con voz gangosa, provocando que arrugara la nariz— no soy irresponsable
—Si lo eres, no tienes que mentirme—rodó los ojos el Gryffindor.
—Si tienes algún problema o alguna queja, mándamela con Maggie, ella la dejará en el montón de cosas que no me importan en lo absoluto
—¿Cómo es que no me dijiste que eras alérgica a la calabaza?—preguntó, ignorándola.
—¿Siquiera te conozco para decirte si soy o no soy alérgica a algo?—Preguntó confundida— que yo sepa, solo fue una carta Sirius, no es para que te pases películas conmigo
—Nadie se esta pasando películas con nadie—respondió de modo esquivo— te desmayaste
—No me digas, pensé que el piso me había tirado para besarlo
Y así comenzaron a discutir. Sirius la regañaba por cualquier otra cosa, pero todo se debía a que estaba resentido, no le había agradado que más de alguna persona hubiera recibido una carta como la que había recibido, le dañaba bastante el ego. O sea, si, sabía que las chicas de Hogwarts que pasaban por su cama podían irse con otros, pero nada tan espiritual y sentimental como una carta.
—Sea como sea, no me gustas, la carta que te llegó fue un error, supéralo—dijo aburrida de pelear, estirando el brazo para poder tomar su bolso que estaba a los pies de su cama.
—¡¿Un error?!—chilló el chico ofendido.
—Si, un error—sacó su diario y se lo extendió, abierto en la página dedicada para Sirius Black— si no me crees, la carta solo corta lo que realmente dice esta página
Estaba avergonzada, pero si eso significaba que podía sacarse a Black de encima, se arriesgaba.
Los ojos del chico leyeron todo, con una cara inexpresiva.
—¿Cuántos más?—preguntó.
—¿Qué?
—Remus y yo recibimos una carta, ¿cuántos más la recibieron?—preguntó sin dejar de leer.
—¿Para qué quieres saber?
—¿Cuántos más?—insistió.
—Tres más...—suspiró.
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DELILAH ESTABA CENANDO con la cara bastante roja, junto a unas manchas un poco más oscuras en distintas partes de su rostro.
—¿Qué paso?—preguntó Mike preocupado.
—Calabaza—Christine y Adelaide respondieron al unísono.
Cada cosa que le daba alergia, producía distintas manchas y distintas reacciones en el cuerpo de Lilah, lo cual, era fascinante.
—Evitando a Remus Lupin, besé a Sirius Black, quien desayuno mucha calabaza—frunció el ceño— ¿por qué tiene tanto amor por la calabaza?
—No lo se—Mike suspiró— las cartas fueron mala idea, Lupin, Snape y los otros dos Ravenclaws estuvieron preguntándonos por ti todo el día
—Yo dije que era mala idea—Christine negó— ¿podríamos borrarles la memoria?
—Primero, quitémosle a Spakrs el azúcar —dijo Adelaide, quitándole el bowl a su amiga de las manos.
—Hey!—chilló— ¿y eso por qué?
—No voy a soportar tener que escucharte lloriquear porque te duele el estómago—la miró mal— y segundo, todo se resuelve de una forma...
—Di que eres lesbiana—Propuso Mike— di que todo fue un experimento social
—¿Cómo le explicas eso a Sirius, quién vio mi diario?—dijo bufando— tuve que mostrarle que mis sentimientos por él fueron cosa pasada
—Bueno... —Christine comentó— ¿Qué tal un novio falso?
—¿Quién va a ser mi novio para eso?—preguntó confusa— yo quiero a Remus Lupin
—El tipo de Mike son las Slytherin—dijo riéndose Adelaide, viendo como Selena, una Slytherin le mandaba un beso a su amigo— y nadie va a creerse esa relación entre tú y él
—¿Qué tal Potter?—preguntó Mike— digo, es amigo de Remus, podrás darle celos
—No voy a arriesgarme a separar una amistad por simple caprichos—hizo una mueca— y esta bastante obsesionado con Lily Evans, ese terreno no es para mi
—Pues, de todas maneras, Sirius parece haber hablado de ti—apuntó Chris, apuntando la mesa Gryffindor, quienes buscaban con la mirada a Lilah— no pierdes nada
—Mejor habla con Remus—aconsejó Chris, analizando todo— quizás no te corresponda, pero, con el tiempo puede haber algo
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EL AMOR ERA UNA DESGRACIA y aquello lo había aprendido de mala manera. O bueno, al menos, ella tuvo la mala suerte de que sus amigos la involucraran en algo que parecía ser bastante complicado y desagradable. Estaba atrapada, ¿cómo explicarle a cuatro chicos que ya no sientes nada por ellos y a uno, que la carta que le llegó, reflejaba todo pero no querías ser rechazada, siendo que ya no hay nada de por medio?.
—Debería darme un shock anafiláctico —suspiró— o podría hacer que me expulsen
—¿Qué harás?—preguntó Adelaide, peinando su cabello.
Ninguna tenía sueño como para irse a la cama temprano, por lo que, hablarían por bastante rato
—No se—se encogió de hombros.
Por otro lado, en la habitación de los merodeadores, Sirius estaba mirando sus manos vacías.
—Delilah se quedó con mi carta—soltó un gruñido.
—¿Estuviste con Delilah?—preguntó Remus confundido— yo no la vi en todo el día, o sea, en la cena pero tenía la cara bastante irritada y no quise molestarla
—Estuve más tiempo del que quise compartir con ella—suspiró Black— ella me besó de repente y le dio alergia porque, es alérgica a la calabaza, incluso, le dio asco besarme, ¿pueden creerlo?
James soltó una risa— si le dio asco, ¿por qué lo hizo?
—Quizás porque quería evitar a Lunático—hizo una mueca.
Remus dejo de escuchar, anotando en el libro que estaba leyendo en una esquina Delilah es alérgica a las calabazas, para acordarse.
—La pobre debe estar demasiado avergonzada—comentó Peter—Christine me comentó que alguien filtro las cartas de ella hacía cinco chicos distintos
—¡¿Cinco?!—dijeron Remus y James al mismo tiempo.
Asintió Peter y Sirius habló — solo falta que sepamos quienes son los otros tres
—Snape y un par de Ravenclaws —dijo Peter— estuvieron preguntando por ella a Christine
—¿Qué tienes con Christine?—preguntó frunciendo el ceño Sirius.
—Es mi compañera de herbologia algunas veces—dijo obvio— solemos hablar bastante, es realmente agradable
—Bueno... de todas formas, no deberías quejarte por la carta Sirius—Remus habló, tratando de ser lo más suave— no eres quién le gusta en estos momentos
—¿Acaso tú si?—ladró con molestia.
Aquello le estaba haciendo perder los estribos, parecía todo una pésima broma.
—No, yo no soy—dijo Lupin, tratando de no comenzar una pelea estúpida.
—Si no lo eres, muéstrame tu carta
—Estas loco Sirius—dijo riéndose— es solo una carta, no es nada importante
—Lo que pasa, es que eso le toca el ego—Peter comentó rodando los ojos— se cree un alfa, cuando solo es un omega
—Esto gracioso porque la comparación de Colagusano es tan cierta—James soltó una risa escandalosa— Remus es el hombre lobo y tú un simple perro
Sirius bufó y salió de la habitación, dispuesto a ir hacía las habitaciones de chicas de Hufflepuff para recuperar su carta y discutir nuevamente con Sparks.
—¿Puedo leer tu carta, Lunático?—James preguntó mirando a Lupin con cara de cordero degollado
—Ni lo sueñes
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