
❥︎ꨄ︎ C. 001 ☀︎︎
Estaba terminando de arreglarse, su novio y sus amigos habían propuesto salir a divertirse. Pero Kim se encontraba un poco ansioso debido a que era la primera vez que todos salían en grupo, es decir, mayormente las salidas eran con MinHyun y JungKook. Lugares tranquilos para disfrutar, pero jamás lo habían hecho de manera grupal.
Apenas llevaba siete meses de noviazgo con Hwang, en cuatro días más y estarían cumpliendo ocho meses.
Un suspiró salió de sus labios al recordar los extraños mensajes de texto que había visto el día anterior.
Quería creer y confiar en que su novio había cambiado, pero muy en el fondo él sabía que no era así.
MinHyun era todo un casanova, había intentado llamar su atención desde el inicio, todo el tiempo desde que se cruzaron en la fiesta de un conocido en común.
TaeHyung se sintió atraído de inmediato a Hwang, pero lo ocultó sabiendo que los amigos de sus conocidos eran unos completos imbéciles.
Con el tiempo, Min lo empezó a buscar con frecuencia, intentando encontrar una oportunidad para ligarse al doncel hasta que la obtuvo. Comenzaron a salir a citas oficialmente, y poco a poco, Kim fue cayendo en los encantos del hombre.
No pidió nada a cambio más que la seguridad de que él realmente quería una relación y compromiso con la misma. Él lo aceptó, pero ahora la duda se cernía en su corazón.
¿Qué clase de amigos se llaman con tanto afecto?, ¿qué tipo de amistades compartían fotos de sus cuerpos?
Su estómago se contrajo ante la duda. No podía dudar de esa manera de su pareja... ¿o sí?
Pero no podía quitarse de la cabeza aquella extraña conversación que su novio tenía con esa persona.
El claxon de un automóvil lo sacó de sus pensamientos, se asomó por la ventana de su departamento para asegurarse que era MinHyun en compañía de JungKook.
Hablando del pelinegro, había dejado una conversación pendiente aquella vez en la cafetería de la universidad. Quizá aprovecharía y le preguntaría allá.
Su teléfono comenzó a vibrar, se acercó a la ventana para hacerle saber a su pareja que estaba listo y bajaría en seguida.
Cogió su billetera y celular, arregló una última vez su apariencia frente al espejo de su habitación. Se aseguró de que todo estuviera en su lugar, las luces apagadas, el balcón de su habitación y de la sala de estar. Pues a pesar de que su edificio era seguro, no se podía confiar como si nada.
Bajó en el ascensor para llegar rápido y no hacerlos esperar hasta retrasarse.
—Cariño —sonrió con dulzura MinHyun a su pareja.
TaeHyung sonrió, se acercó, él intentó besarlo pero Kim se lo impidió al sentir el aroma a cigarros provenir de su aliento.
—Lo siento, lo olvide —rió, dejando un beso en la mejilla del castaño.
—Como sea —murmuró, distraído con sus pensamientos.
MinHyun le abrió la puerta trasera del auto para después él subirse en el asiento de copiloto, mientras JungKook iba en el de conductor.
—TaeHyung —sonrió el pelinegro de iris celeste.
—Hola, Kook —saludó, el chico asintió encendiendo el auto de inmediato—. ¿Los demás ya llegaron al lugar? —Preguntó a ambos.
—Así es, mi amor —confirmó Min mientras tecleaba en su teléfono.
TaeHyung se recargó en su asiento, lo había visto enviar un mensaje. JungKook notó una mueca en sus labios por el retrovisor.
Lo había visto desde que salió por las puertas de su edificio, iba tan malditamente hermoso, realmente no cabía en sí cómo su amigo había pasado por alto el atuendo de su pareja.
TaeHyung normalmente usaba ropa holgada, atuendos cómodos y vintage, rara vez usaba ropa ajustada para resaltar sus atributos. Su rostro fino sería la perdición de cualquiera que lo viera.
Sabía que su mejor amigo era medio estúpido, si no es que más, pero si TaeHyung fuera su pareja no le permitiría ir así a un lugar público... en su lugar lo mantendría en su cama, quizá haciéndole unas cuantas cositas hasta que sus muslos temblaran.
Mmh... sólo pensarlo, su piel se erizó ante las imágenes creativas de su imaginación. Maldijo en murmuro sin que ninguno de los dos acompañantes escuchará. Trató de centrarse en el camino, pero sus pensamientos del bonito doncel no daban tregua.
Cuando llegaron, todavía no estaba lleno. Había una larga fila a la espera de que pudieran ingresar al lugar. Ellos no tuvieron que esperar, el tío de JungKook era dueño del lugar, por lo tanto, podían saltarse la fila.
La música se escuchaba quizá a una cuadra, mezclada con las calles alegóricas de noche en Gangnam. Un lugar bastante exclusivo para personas de medios de entretenimientos, algunos empresarios u jóvenes herederos de compañías importantes.
TaeHyung estaba asombrado por la vista del lugar, se veía tan elegante, pero simple y muy cómodo a la vez si se dejaba de lado los efectos de luz y sonido.
Se habían reunido alrededor de nueve personas, contándoles a ellos tres. TaeHyung sólo pudo identificar a cuatro, pues compartían alguna clase juntos y los otros no los había visto incluidos en el grupito. Eran dos donceles, una mujer y seis hombres contando a JungKook y MinHyun.
Las charlas comenzaron de forma amena, disfrutando de cómo poco a poco el lugar se llenaba de personas hasta que apenas y podían caminar sin tocar el cuerpo de otros.
Grupitos sociales por un lado, amigos y amantes regados por todos lados, pista de baile encendida donde había unos cuantos disfrutando del ritmo de la música techno.
TaeHyung quiso ir a la pista y bailar en ese instante, pero MinHyun estaba bromeando con sus amigos, hablando de trivialidades que para TaeHyung no tenían sentido alguno o simplemente carecían de relevancia y sentido.
JungKook no había hablado demasiado como lo habían estado haciendo los otros, el doncel y la mujer en el grupo intentaban en repetidas ocasiones incluirlo en las conversaciones al igual que a TaeHyung. Pero simplemente ellos respondían secamente.
—MinHyun —murmuró a su pareja, acercándose a su cuerpo para hablarle de forma más privada.
Hwang simplemente acercó su oído para escucharlo ante su llamado, pero no estaba prestando atención.
—Quiero bailar —dijo finalmente.
—Lo haremos más tarde, cariño —respondió vagamente ante el ruido constante en el ambiente, ya fuera por tacones, voces o la música.
Simplemente la voz de TaeHyung era como una débil melodía de amor.
Kim asintió con la cabeza, alejándose de su cercanía tan pronto para coger su copa de ron y llevarla a sus labios unas cuantas veces.
—Iré al baño, ya regreso —avisó.
MinHyun giró su cabeza.
—¿Necesitas que te acompañe? —Cuestionó, dejando momentáneamente la plática de la que formaba parte.
—Puedo llegar por mi cuenta, Hyunie —sonrió, ocultando su insatisfacción.
MinHyun asintió, regresando su rostro a sus amigos, siguiendo con los temas que abordaban.
TaeHyung se mezcló con la multitud en cuanto se aventuró a la búsqueda de los sanitarios.
Apenas eran las ocho de la noche y ya habían unas cuantas personas coqueteando o agasajándose entre sí.
Un suspiro salió de sus labios cuando creyó haberse perdido. Pero no fue así, a lo lejos pudo visualizar el símbolo representativo.
Una vez dentro, se aseguró de hacer sus necesidades y limpiarse el rostro del maquillaje, el calor que hacía debido a la multitud era demasiado; así que, no tardaría en correrse y ensuciar su rostro. Obtuvó un pañuelo desechable y con cuidado se aseguró de secar cada lugar que mojó.
Su mente vagando en que JungKook no le había hablado desde que llegaron y él tampoco, ¿estaría bien si él iniciará sus preguntas sobre el otro día? ¿Estaba de humor o no?
El rostro del pelinegro de iris celeste era estoico, no se veía a gusto en la reunión o quizá sólo estaba tenso y no tardaría en irse en busca de una conquista.
Salió de nueva cuenta al bullicio de personas, música y luces para regresar con el grupito de amigos.
Tardó alrededor de diez minutos en ubicarlos, en el transcurso había recibido más de un piropo por parte de algún tipo del cual no estaba interesado, asimismo, una que otra invitación a bailar o una bebida y compañía.
Cuando llegó al lugar donde había estado inicialmente con su pareja y grupo de amigos, sólo se encontró con la presencia de cuatro de nueve, cinco contándolo a él.
—¿A dónde fueron los demás? —Preguntó para sí mismo en un hilo de voz.
Notó que MinHyun estaba ausente en su asiento, la mujer y el otro doncel al igual que otro chico no estaban.
Volvió su mirada en busca de JungKook para que respondiera sus dudas. Cuando encontró su mirada, se dio cuenta que él lo había estado observando desde que llegó ahí. Se acercó, sentándose a su lado.
—JungKook, ¿sabes a dónde fue MinHyun? —Cuestionó, elevando su voz lo suficiente para que el de iris celeste escuchará a una distancia prudente.
—Dijo que iba al baño —contestó, susurró, acercándose un poco al espacio personal de TaeHyung.
Kim asintió en agradecimiento, se quedó al lado de JungKook en lo que su pareja regresaba del sanitario, de vez en cuando prestando atención a las personas que estaban junto a él, con JungKook asintiendo de vez en cuando, de acuerdo con sus compañeros de esa noche.
Jeon no pudo evitarlo, MinHyun podría ser su mejor amigo, pero no lo era cuando esa belleza de doncel estaba cerca o pronunciaba su nombre. Su mirada lo escaneó disimuladamente, sus piernas eran bonitas, se imaginaba lo bien que se enrollarían a su cintura, sus brazos eran esbeltos pero no de forma exagerada, lo suficiente como para sostener su torso con fuerza, sus manos... serían perfectas en su espalda, sus belfos sonrosados y esponjosos se verían tan bien con magulladuras...
—¡JungKook! —El grito lo despabiló de sus pensamientos indebidos sobre TaeHyung, necesitaba controlarse estando el chico presente.
—Dime, TaeHyung-nie —dijo en tono dulce cuando el doncel movió su brazo con insistencia.
—Deja de llamarme así —pidió acercándose un poco a él, sus cejas frunciéndose levemente.
—¿Cómo así? —Preguntó—. TaeHyung-nie —volvió a repetir, saboreando cada letra con lentitud.
Soltó una risita cuando Kim rodó los ojos.
—Ya, no te enojes —ronroneó con burla, empujándolo con su hombro.
—Ajá.
—Mmh, entonces ¿qué era lo que decías? —Retomó.
TaeHyung entrecerró los ojos en su dirección, JungKook copió la acción haciendo al castaño suspirar.
—Dijiste que luego hablaríamos aquella vez en la cafetería —mencionó—. Pero realmente no sé a qué te referías en ese tiempo, tenía otras cosas en mente y no pude prestarte mayor atención —sonrió avergonzado por su actitud.
Jeon negó con la cabeza con una pequeña sonrisita de labios cerrados que no llegaba a formarse a una genuina y feliz.
—No es nada importante, descuida —consoló—. Pero es una falta de respeto no escuchar a la persona con la que estás hablando —dijo, dándole un rápido golpecito en la frente.
—¡Oye! —Espetó TaeHyung luego de sostener su frente con una pequeña mueca de dolor.
—No dolió, no seas llorón TaeHyung-nie —rió, su tono siendo aterciopelado, rápidamente dando masajes en la zona supuestamente herida.
—JungKook, nosotros saldremos por un momento —avisó uno de los chicos, dando una palmadita en el hombro del pelinegro.
El de iris celeste asintió, TaeHyung asintió en despedida cuando ellos le dirigieron la mirada con una sonrisa amable.
Soltó otro suspiro, ¿cuánto tiempo iba a tardar MinHyun en el baño?, ¿algo le había hecho daño?
—Tranquilo, ya regresará —soltó cuando notó que buscaba a alguien entre la multitud.
La música realmente estaba siendo demasiado buena y no estaba disfrutando de una bonita velada con su pareja.
Ingirió otro trago de la que era su copa de ron, estaba por terminarlo hasta que JungKook se lo quitó.
—Es exceso de alcohol para tu sistema —dijo, ingiriendo el último poco para que no pudiera volver a tomarlo.
—¿No regresará? —murmuró en pregunta para sí mismo cuando divisó a lo lejos una figura muy conocida sosteniendo a otra por la cintura.
Quiso creer que Hwang no era como antes, así que confió y esperó pacientemente un poco más. JungKook se limitó a verlo durante todo el tiempo que él veía a la multitud bailar, algunos intercambiar acciones, números o bebidas.
MinHyun no volvería, era un hecho, JungKook lo dedujo cuando su amigo no respondió sus textos pero quiso darle unos minutos más de fe. TaeHyung se distrajo brevemente en el teléfono, JungKook pensaba en retirarse de la discoteca, pero lo pensó cuando vislumbró que Kim no se iría sin él.
¿Aquel idiota iba a dejarlo, otra vez, realmente? Su mandíbula se tensó ante la idea.
Media hora después, Jeon habló a un camarero susurró unas cuantas palabras para el hombre bajo la atenta mirada de un aburrido TaeHyung.
JungKook se acercó un poco más. Inhaló y exhaló débilmente, relajándose por sus pensamientos con la pareja del bonito doncel.
—¿En qué piensas, TaeHyung-nie? —Cuestionó, viéndolo vagar visualmente con la multitud bailando y disfrutando del ambiente.
—Nada en concreto —respondió de forma automática—. Sólo en cómo otros pueden divertirse fácilmente —agregó vagamente. Jeon estaba por contrarrestar su comentario, pero fue interrumpido antes de hacerlo.
—Joven, el cóctel que pidió —habló el camarero frente a ellos, colocando la copa frente a un desconcertado Kim.
—Yo no lo pedí, debe ser un error —admitió, el camarero sonrió amablemente en su dirección y luego vio al pelinegro.
TaeHyung lo miró con la intención de interrogarlo, pero antes de que pudiera hacerlo el de orbes color cielo se adelantó.
—Yo lo pedí —corroboró—, no tiene alcohol, es de maracuyá con néctar de cereza y zumo de piña. Son cócteles creados por mí —sonrió cuando el doncel cogió la copa en su mano para darle un sorbo—. ¿Qué tal está? —Preguntó.
—Es muy bueno —asintió con una sonrisa—. ¿Llevas mucho tiempo haciéndolos? —Preguntó.
JungKook negó.
—Son recetas que no están a la venta —sonrió—. Tienen un valor sentimental en el proceso de creación, no puede mostrarse a cualquiera, no lo he creado para eso —dijo, su sonrisa ensanchándose cuando TaeHyung continuó bebiendo, feliz con el sabor.
—No creí que fueras del tipo sentimental —se burló juguetonamente, siendo un poco cariñoso al balancearse a él con un empujoncito de hombros.
—No lo era, pero alguien me hace ser así —admitió, su risita siendo cautivadora para el castaño, no lo había visto actuar así por alguien.
Kim lo miró directamente, tenía una bonita sonrisa de labios, sus orbes se burlaban del brillo celeste.
—Que afortunada —agregó juguetón—, tiene a todo un playboy detrás de ella —sonrió divertido.
—De hecho, es un chico —rió, Kim abrió sus ojos con sorpresa—. ¿Qué te hace pensar que me fijaré en una chica? —Preguntó divertido mientras veía al castañito sonrojarse avergonzado con su comentario. Tan lindo.
—Bueno, casi la mayoría de veces en las que te he observado te distraes con la retaguardia femenina —comentó intentando burlarse de él, a la par que se encogía de hombros.
Solo que en lugar de molestar a Jung, éste se rió con fuerza. Su pecho calentándose al saber que él lo había observado más de una vez.
Tenía oportunidad.
—¿Ah, sí? —Preguntó, el joven doncel asintió con una risita, repentinamente, nerviosa y movimiento de cabeza—. Realmente no creí que me prestarás tanta atención —admitió, acercándose un poco más a él hasta que su espacio personal fuera el mismo—. Pero si te soy sincero, son una distracción para no pensar indebidamente de él —murmuró en confesión contra su oído, su aliento chocando en su oreja, causando un escalofrío en Kim.
TaeHyung giró en su dirección, sus miradas chocaron por un breve instante, la tensión fue tangible en ambos, estaban a escasos centímetros del otro.
—¿Ah sí? —Contraatacó—. ¿Qué diría él de esto? —Preguntó, relamiendo sus labios resecos, haciendo que JungKook copiara la acción y sonriera con coquetería por verse retado.
—No lo sé —contestó—. ¿Le gustaría que te robara un beso? —Preguntó en deje de broma, arreglando un mechón de cabello tras la oreja diestra del de iris miel.
—A ninguna mujer o doncel le gusta que toquen a su hombre —se dirigió a sus ojos, su delicada sonrisa apareciendo brevemente, su índice empujando su frente sin llegar a apartarlo.
JungKook se apartó unos centímetros cuando él formó una sonrisa inocente, sus respiraciones dejando de ser la misma.
Su cerebro trabajó velozmente y con algo de inquietud se puso de pie. Él había querido bailar luego de haber llegado.
—¿Y qué tal un baile? —Preguntó tendiendo su mano para que él la tomará.
TaeHyung lo pensó por un momento, no era tonto o no tanto, él sabía que JungKook le había dado indirectas con sus acciones y oraciones. Lo había atrapado viendo con deseo sus piernas, y en raras ocasiones, su trasero, casi todo el tiempo o todo el tiempo sentía su pesada mirada sobre sí. Era como si él fuera un imán y no pudiera repelarle.
Cuando estaba con MinHyun a su alrededor su aura se volvía un poco sombría, actuaba de forma robótica. Pero apenas él desaparecía de su alrededor, su estado de ánimo cambiaba radicalmente.
Tenía una pareja, era el mejor amigo de JungKook, ¿él siquiera estaba consciente de eso?
—Supongamos que no es un gran problema como un beso —dijo tomando su mano y dejando atrás la copa vacía junto a sus dudas sobre el comportamiento de ambos, suponía que era una de las tantas bromas que él le había hecho en algún momento.
JungKook sonrió feliz. Guiándolo delante de él a la pista, una canción apenas estaba comenzando.
—Tae —se acercó un poco a él pero sin pegarse a su cuerpo—. ¿Sabes qué pasos le agradarían a él? —Preguntó, disfrutando de las suaves notas de la canción mientras su mano flotaba a un lado de la cintura ajena.
TaeHyung lo pensó por un instante, MinHyun no estaba cerca, a JungKook no le importaba meterse con la pareja de su mejor amigo. Pero mientras lo pensaba, él había mecido su cuerpo al compás de las notas instrumentales sin tomarse libertades de tomarlo de la cintura, midiendo sus acciones.
—Vamos TaeHyung-nie —susurró en su lado izquierdo, su aliento caliente chocando con su oído—. ¿Estaremos así todo el tempo? —Cuestionó.
Si se dejaba llevar ¿hasta dónde llegarían? No sabría la respuesta si no lo intentaba, pero ¿y si pasaba algo que no debía?
Llevaba demasiado tiempo queriendo bailar, pero MinHyun estaba conversando y no le prestó atención, todo el tiempo pasó sentado bebiendo su copa de ron cada cierto tiempo hasta que le dieron ganas de ir al baño y después de eso, su pareja desapareció como si no hubiera llegado con él.
—Tengo novio, JungKook —murmuró cuando su rostro estuvo al alcance del otro para que pudiera escucharlo.
—No lo veo por ningún lado —susurró, dejando un suave beso en su oreja y un segundo en su mejilla.
TaeHyung jadeó sorprendido, sufriendo de un escalofrío por segunda vez, uno tan exquisito.
Quiso apartarse, intentar hablarlo con JungKook para hacerlo razonar sobre lo que le estaban haciendo a MinHyun, pero Kook lo detuvo, sosteniendo la curva entre su cadera y dorso con una mano.
—Ssshh, dulzura —lo llamó—. Sé muy bien lo qué hago, no necesito razonar ni nada si eso intentas, no estoy bajo el efecto del alcohol —admitió—. No te obligare a nada que no quieras, pero puedo decir que es todo o más lo que deseas, Tae —murmuró, su respiración acompasada hizo estremecer al castaño—. Un poco de diversión no le va mal a nadie, pero lo mío no es sólo diversión, querido —confesó.
El gusto era evidente, la atracción también, la tensión entre ellos estaba y JungKook jamás lo trató como lo haría un amigo ¿y tenía que reflexionar sobre ello en un momento cómo ese? Se estaba perdiendo el delicioso ritmo de like crazy de JiMin, integrante de Bangtan Sonyeondan.
Así que no contestó a nada de lo que JungKook le dijo, simplemente se apartó y lo encaró con una sonrisa rebosante de seguridad, confiando un poco en él. Pero apenas y pudo estar unos centímetros lejos de él, volvió a ser envuelto por su extensa mano en la cintura.
Aunque la canción ya estaba en la nota final, ambos disfrutaron de la música a su manera en ese último tempo.
Algunas otras canciones habían pasado y ellos ya habían escalado con el otro, disfrutando de la cercanía y el calor que proporcionaban todos al estar en una multitud donde la mayoría buscaba enredarse con alguien.
A TaeHyung se le había acercado más de un hombre, pero todos fueron alejados por Jeon cuando en acto posesivo se hacía de su cintura y caderas. Al castaño le gustó, que sólo para provocarlo un poco, se alejaba.
—TaeHyung —murmuró JungKook contra su oído, su voz grave y ronca estremeciendo su piel.
El de iris miel estaba a punto de alentarlo, pero la introducción de una nueva canción le prohibió hacerlo.
I can't believe, we're finally alone, I can't believe, I almost went home. What are the chances? Everyone's dancing and he's not with you.
TaeHyung pensó en la letra y el momento que estaba viviendo.
The universo must have divined this, what am i gonna do?
Escuchó en un susurró la voz de JungKook pero no quiso creerlo, sólo eran alucinaciones debido a sus pensamientos y suposiciones.
—Not grab your wrist? —Escuchó está vez con claridad, rápidamente se dio la vuelta para verlo, pero no le dio tiempo cuando él había sujetado sus manos por detrás, a la altura de su cadera—. I could be a better boyfriend that him, i could do the shit that he never did.
Estaba cantando, ¿cantándole a él?
No quería hacerse ideas erróneas, pero cada letra que salió de su boca fue expresada mientras bailaba y él trataba de seguirle los pasos tan... ¿comprometedores?
—Thinking i'm gonna steal you from him, i could be such a gentleman... plus all my clothes would fit —recitó, cada palabra en su oído mientras hacía con sus caderas lo que quería.
Pegando su vientre a su trasero mientras acariciaba su cintura, su mano dando un viaje en línea recta desde el lado lateral de su muslo hasta quedarse en su costado diestro.
—No debo repetirlo dos veces y mencionarte todas las cosas en las que él no es suficiente, si puedo darte un consejo —tradujo con total seguridad, su sonrisa ensanchándose cuando TaeHyung buscó su contacto en cuanto lo giró para encararlo—. Sí fuera tú, me iría conmigo esta noche —susurró sobre sus labios, mientras su mano ajustaba a su espalda baja y su izquierda sostenía su barbilla con ternura.
TaeHyung no pudo despegar por un momento la vista de los labios ajenos, realmente necesitaba saber cómo se sentían. Quizás era la canción o simplemente había estado tan preocupado por su pareja que no se percataba de los atractivos que eran los belfos de Jeon y todo él.
—The universo must have divined this, mmh mmm... ladies first, baby, i insist —dijo tomando su mano mientras dejaba un beso en su dorso luego de colocarla a la altura de sus labios y darle un giro fugaz en su eje.
Su pequeño espectáculo había atraído la atención de algunas personas en la pista, pero poco le importaba, solamente quería la atención de él, de quién se había enamorado apenas lo vio. Y TaeHyung, aunque estaba un poco perdido de los hechos, de cómo se había desarrollado, sólo quería probarlo, sentir sus belfos con los suyos, succionarlos y morderlos, degustarlos con dedicación. La sensualidad con que los movía lo cautivaba segundo a segundo.
—I could be a better boyfriend; I never would have left you alone —elevó un poco su voz, mientras sus brazos lo soltaban para tomar distancia de su anatomía por un breve instante—. Here on your own, glued to your phone, never would have left you alone for someone else to take you home...
Su entonación derritió al doncel y cualquiera que estuviera cerca de ellos, pues se había formado un círculo a su alrededor, todos sorprendidos por todo lo que estaban presenciando.
Un precioso doncel con una pareja que no le prestaba la suficiente atención como para que el mejor amigo, que había estado enamorado en secreto, lo arrebatara de sus brazos, buscará su atención, hiciera de las suyas para atraerlo sin importar aquel que lo había dejado varado como soltero con un corazón roto.
—I could be a better boyfriend than him, i could do the shit he never did up all night I won't quit, i'm gonna steal you from him, I could be such a gentleman... Plus you know my clothes would fit.
La canción terminó unos segundos después, junto a JungKook presionando un beso de labios abiertos sobre la nuca de TaeHyung que avergonzado por la acción, rápidamente buscó esconderse de la mirada de todos en el cuello de Jeon.
Él se rió divertido por su reacción tímida cuando le había hecho de todo un poco sin abusar de su confianza.
Algunos habían aplaudido por el mini espectáculo, otros habían envidiado a ambos, y otros volvieron a lo suyo.
—¿Por qué tan tímido después de que, técnicamente, te frotaste contra mí? —Se burló, casi besando el lóbulo de su oreja.
Una de sus piernas rozando accidentalmente la entrepierna de Kim con suavidad, ganándose un jadeo junto a un apretón de las esbeltas manos a su pectoral.
—No agarres demasiado fuerte o pensaré otra cosa —insinuó, su rostro olfateando el aroma de su cabello.
—Necesito aire —apenas y pudo decirlo.
Cuando se despegó de él, sus ojos estaban un poco cristalizados, fuera por el sudor o por lo que sea que estuviera pasando por su mente. JungKook intentó limpiarle el rostro, pero él no lo dejó, en cambio, tomó su mano, entrelazándolas, y salieron en dirección al estacionamiento.
JungKook no le pidió explicación, simplemente se dejó hacer por él, iría a dónde él lo llevará, lo seguiría así él soltará su mano, no le importaba mientras pudiera velar por su bienestar así fuera a la distancia o cerca de él, pero siempre tendría un límite en ello.
Cuando llegaron, ambos se detuvieron frente al auto en que llegaron, TaeHyung lo pensó por un momento pero finalmente se dio la vuelta pero no alcanzó a decir algo porque el de iris zafiro había asaltado sus labios con pasión.
No se negó al ritmo ni a sus labios, era lo que realmente quería. Quizá por el ambiente en el que habían estado, quizá por despecho o simplemente porque sí, no podía negar lo guapo que era él.
Subió sus manos a sus cabellos mientras él lo encerraba entre su anatomía y la parte delantera del auto, deleitando sus manos con las curvas que encontraba en su cuerpo, jugando con caricias que les elevaba la temperatura corporal.
Sus belfos se mordieron más de una vez y sus lenguas se encontraron en sincronía repetitivamente, succionándose y acariciándose con vehemente adoración lujuriosa, deseosos de fundirse en el otro.
El pelinegro tomó sus muslos y lo subió encima del auto sin separarse de su dulce buz, sus manos venosas hicieron de las suyas con la parte interna de las piernas ajenas mientras él las envolvía con fuerza a su cintura y sus brazos se aferraban a su cuello y espalda.
Sus labios bajaron por su cuello, dejando un húmedo recorrido de caricias seductoras, estimulando su libido con pasión.
Dejó dulces succiones mientras bajaba a sus clavículas y Kim jadeaba gustoso por su exquisito tacto, pero antes de que se adelantara a más cosas se apartó con la respiración agitada, dejando unos cuantos besos en esos labios que había anhelado tanto degustar.
—¿Hasta dónde quieres llegar, dulzura? —Preguntó, jugando con sus belfos magullados por su causa, suspirando y tratando de regular sus respiraciones.
—No sé, ¿tienes un límite? —Respondió con inquietud, jugando con los hilos de su melena oscura y sedosa.
JungKook prensó lábilmente con sus dientes un poco de aquellos delicados pétalos que tenía por labios.
—¿Deseas que lo ponga? —Cuestionó, sus palabras yendo con doble intención, mientras movía sus caderas hacia adelante con iniciativa.
TaeHyung gimió cuando él tomó sus labios otra vez con calma mientras restregaba algo duro contra la división de sus glúteos. Se apegó más a su cuerpo, en busca de mayor contacto, queriendo que su ropa desapareciera con simplemente pensarlo. Su vientre se contrajo con calor.
—Mgh, aah —soltó cuando se separaron para que le contestará—. Toda la noche, eso dijiste, pero que sea hasta que no pueda soportarlo —pidió.
Sus preciosas estrellas celestes brillaron con intensidad ante la idea de tenerlo para él toda la noche y el día siguiente, sin despegarse de la cama más que para cumplir sus responsabilidades.
Tenía una preciosa sonrisa que encantó a Kim con tan solo darle un pequeño vistazo.
—Entonces, que así sea —aseguró—. Vamos a mi departamento —sonrió, atrayendo al doncel consigo.
—¿Tu apartamento? —Cuestionó.
—Mmh, ¿esperabas que llevará al chico que me trae pendiendo de un hilo a un motel? —Preguntó mientras abría la puerta del auto para él.
El de iris miel claro se sonrojó, no eran suposiciones, ahora era un hecho.
No respondió mientras lo dejaba abrocharle el cinturón de seguridad, y sus labios volvían a encontrarse en un lento beso que poco a poco iba escalando grados.
—Eres tan exquisito como siempre lo creí —sonrió para él, dejando un último beso en la comisura de sus labios antes de que se le antojará desnudarlo ahí mismo.
Kim asintió, su rostro estaba ruborizado, sus ojos dilatados y su buz hinchado por haber compartido exquisitas caricias de belfos.
Ambos partieron en cómodo silencio a pesar del giro inesperado que habían tenido esta noche. Uno estaba feliz, tenía a la persona que le fascinaba a morir en sus brazos; mientras el castaño estaba un poco nervioso, pero decidido a todo.
JungKook podía notarlo, y en un intento de distraerlo, posó su mano en el muslo contrario dando leves caricias de arriba abajo que solo hacían al castaño estremecerse con su toque. Cuando su mano subió más para ayudarlo con su erección, él presionó sus piernas juntas.
—Relájate, cariño —pidió con ternura—. No haré nada que tú no quieras o te guste, siempre pediré tu permiso; pero ahora quiero distraerte —informó—. ¿Puedo?
TaeHyung se mordió el labio inferior, sus piernas se relajaron inmediatamente.
—Necesito una respuesta verbal —sonrió, concentrado en la velocidad del auto y por cada calle que recorrían.
—De acuerdo —asintió, mirándolo en el mismo instante en que él lo hizo.
JungKook guiñó un ojo, su mano avanzó, dos de sus dedos acariciaron su escroto cubierto por tela, provocando pequeños jadeos al doncel.
Su mano recorrió la extensión y subió para encontrarse con el broche junto a la cremallera para poder tener acceso.
Su mano diestra se inmiscuyó dentro de su pantalón, acariciando su miembro sobre la tela de lo que detectó como encaje y sólo eso le hizo ejercer mayor fuerza con la zurda en el volante.
—¿De qué color es? —Cuestionó, sus labios relamiéndose, pasando saliva, su manzana de Adán moviéndose con prontitud, su erección endureciéndose más.
El de iris miel se sonrojó aún más fuerte, su vientre se contrajo con excitación, tragó saliva.
—Rosa con blanco y negro —susurró avergonzado.
—Holy shit, baby —suspiró, su mano presionando con mayor fuerza el volante, mientras aguantaba las ganas de aparcar el auto, quitarle los jeans ajustados para verlo con sus propios ojos.
Uno de sus dedos se coló debajo de la prenda delicada, a la vez, acelerando un poco más el trayecto a su departamento que no estaba tan lejos de la discoteca.
Pasó su anular por toda la extensión hasta encontrarse con el glande donde plasmó pequeños círculos, haciendo que se mojara más y se le escapen gemidos de placer.
—No tapes tu boca, déjame escucharte, quiero saber cómo son las notas de tus dulces gemidos —exigió cuando lo vio amagando cubrirse la boca.
Él obedeció, sonrojado por las acciones de ambos y lo fácil que le costaba dejar de lado su timidez con él, quizá era el efecto de sus ojos color cielo o simplemente él no era alguien especialmente tímido.
—Dime, TaeHyung-nie —lo llamó mientras bombeaba la erección, Kim estaba gimiendo y ahogando algunos en su garganta lo más que podía, tratando de no distraerlo del camino—. ¿Te gustaría que te lo haga suave, que te haga sentir lentamente lo jodidamente delicioso que eres hasta que tus piernas tiemblen porque ya no puedes más con lo suave? —Preguntó aumentando el ritmo de su mano sobre él—. ¿Mmh?
—Y-yo aaah, ah, mngh, jun-ng —se entrecortó cuando él aceleró más el ritmo de su mano.
Sus piernas se abrieron más para que él pudiera hacerlo con mayor velocidad, los dedos de sus pies tensándose, curvados, por la excesiva excitación, sus manos sosteniéndose de dónde podía y sus caderas pidiendo más de los tortuosos vaivenes.
—¿O te lo hago duro sin llevar un ritmo en concreto, donde todo tu cuerpo tenga espasmos de excesivo placer, donde tus piernas quieran cerrarse, pero también abrirse más para que te haga venir hasta que tus gemidos se vuelvan gritos con mi nombre? —Dijo con voz ronca, su mano siguiendo su ritmo, su mandíbula tensa por sus deliciosos gemidos que trataban de atraerlo como abeja a la miel—. ¿Te gustaría eso, te gustaría que te tome sin cuidado, que te llene tanto como pueda y quiera, que te haga mío toda la noche hasta que amanezcamos y continuar al día siguiente, tú arriba, montándome sin descanso?
—Aaah, aah, oh sí, mngh, yo-yo quiero-aah, cristo, mngh detén el auto, por favor, detenlo y hazlo, por favor —rogó ronco, excitado, nublado por el placer que sus palabras provocaban y su mano que había bajado para ir en busca de su entrada.
—Estamos cerca del edificio, corazón —dijo, acelerando la velocidad del auto mientras metía un segundo dedo en la entrada de Kim, dilatandolo.
Jeon detuvo sus caricias tan pronto como aparcó en el estacionamiento, chupó sus dedos manchados con el lubricante natural del doncel que respiraba agitado y trataba de regular su respiración pero le era imposible, las palabras de él se habían grabado en su mente.
—Vamos, dulzura —alentó luego de haberle abrochado el pantalón con una mano.
TaeHyung asintió a duras penas, pero sintiéndose raro al levantarse del asiento para caminar junto a él, la humedad incomodándolo, pero no esperó que lo cargara hasta el ascensor donde tuvieron una pequeña sesión de besos y toqueteos hasta que se abrieron las puertas en el piso correspondiente.
Continuaron su camino entre pequeños besos, teniendo cuidado con no tropezarse, pero antes de que pudieran ingresar al apartamento, JungKook lo pegó a la pared. Comiéndole la boca, amasando sus voluptuosos cachetes con vehemencia, sus lenguas enredándose para luego frotarse el uno con el otro.
—Sé mi novio antes de tomarte, déjame ser tuyo antes que sea de otra forma, déjame quitarte de sus brazos desde hoy —pidió contra sus labios, suspirando pesadamente—. Me esforzaré por demostrarte la relevancia de tu presencia en mi vida, valorar tu amor y cuidarte como a mi vida —su mano se posó en su mejilla, limpiando la lágrima que se le escapó—. No pretendo fallarte ni defraudarte, no es mi estilo, puede que haya tenido innumerables aventuras pero nada se compara a lo que siento por ti, TaeHyung-nie, sólo quiero amarte más cerca, porque ya he tenido demasiado con tu ausencia, dulzura —sonrió limpiando las demás lágrimas que siguieron.
Él dejó un suave beso sobre sus labios, omitiendo cualquier palabra que pudiera salir quebradiza. Él sólo quería ser amado sin condiciones, sin reproches y sin preguntas para amar sin respuestas. Quería una persona que lo quisiera por cómo era y no para lo qué era o debía ser bueno.
—Sí, claro que sí, por supuesto —asintió repetidamente, causando una bonita sonrisa en el contrario.
Unos cuantos besos lentos y cariñosos fueron la perdición de su romántico placer cardiaco sentimental para darle paso al carnal.
Ingresaron al apartamento con rapidez, ninguno perdió tiempo en detenerse a quitarse los zapatos debidamente, la ropa fue desechada de sus cuerpos hasta quedar en la ropa interior, ambos cayendo en el colchón de la alcoba de Jeon.
JungKook se deleitó con la vista del doncel, era un encaje de preciosos bordes con dos banditas que se ajustaban con una liga desde sus muslos hasta sus caderas, dejando su retaguardia al descubierto al sólo tener la parte media dividiendo sus glúteos a la perfección. Su cintura, su piel, sus curvas, sus lunares y todo lo que formaba parte de él era bello. Era lo más bello y caliente que había visto.
Su mano recorrió su costado con delicadeza, las yemas de sus dedos acariciando con dedicación mientras sus labios se daban el lujo de enfrentar el buz ajeno nuevamente.
Lento, suave y pasional, poco a poco aumentando el ritmo, bajando por su cuello y reclamando ese lugar como suyo, llenándolo de mimos húmedos para estimularlo más de lo que lo había hecho en el trayecto al departamento.
Su boca tomó uno de los botoncitos del doncel, succionando con fervor, su lengua trazando círculos a su alrededor para volverlo a succionar a la par de sus dientes que se unieron para endurecerlo. Su zurda se dirigió al contrario de su boca, acariciándolo con su pulgar para después separarse y mojarlo con su saliva, dirigiéndolo de nueva cuenta al mismo.
TaeHyung jadeó gustoso, su cuerpo estremeciéndose por la atención que le estaba dando a sus pezóncitos. Quiso brindarle el mismo placer, así que, su mano acarició por encima del bóxer su extensión, tragando saliva cuando sintió lo prominente que era.
JungKook gruñó con satisfacción.
—Adentra tu mano, amor —pidió, dejando besos en su pecho para volver a su boca.
El castaño obedeció, su mano se coló en el bóxer tomando la erección, jadeando cuando sintió el presemen escurrirse por el glande, bajando por la extensión tensa por los estímulos auditivos que había recibido.
—Tus gemidos fueron demasiado para mí, amor —musitó contra sus labios mientras intentaba no soltar gemidos por el placer que su esbelta mano le estaba dando—. El encaje sólo hizo que deseara arrinconarte en el asiento y mandar mi cordura a descansar —rió levemente, tragándose un gemido cuando el castaño bombeó su falo a la par de su pulgar trazando caricias en la apertura preseminal.
—¿P-por qué no lo hiciste? Yo lo pedí —susurró, su mano ocupada masajeando el pene del otro, la otra intentando descubrirlo.
JungKook dejó besos en la comisura de sus labios, volviendo a bajar por su barbilla hasta encontrarse con la nívea delicada en su cuello, sus besos siendo tiernos hasta su clavícula.
—Porque los príncipes deben ser tratados cómo tal —musitó mirando brevemente sus ojos miel, aquellos que parecían brillar contra los suyos cada vez que se encontraban—. Porque a pesar de que me enloqueces sexualmente, incluso estando bajo los efectos del calor, mantienes consciente mis sentimientos por ti —expresó.
A él se le cortó la respiración, cuando pensaba que JungKook no podía ser mejor de lo que había imaginado y pensado sobre él, él simplemente estaba yendo más allá de lo que imaginó en algún momento.
Su mano fue sacada de la ropa interior ajena y guiada hasta sus labios donde degustó la esencia de Jeon, chupando sus dedos con satisfacción de haberlo hecho derramar más presemen con sus pequeños movimientos.
—Entonces, si así será en el día, quiero lo contrario por la noche, quiero todo lo que preguntaste en el auto, quiero que enloquezcas sexualmente —pidió, sus manos posicionándose sobre los hombros ajenos.
JungKook sonrió, bajando por su estómago hasta quedarse encima de la prominente erección de Tae, abriendo sus labios sólo para mojar más con su saliva la delicada tela. Pronto su lengua salió, dibujando una línea por toda la extensión hasta que sus dientes se arrastraron con debilidad, estremeciéndolo con sus acciones. Sus manos acariciaron el interior de sus piernas, abriéndolas para entrometerse en ellas, deleitarse con su piel en sus manos.
Sus besos fueron al interior de su muslo, besando húmedamente y mordiendo la tierna piel que poseía, subiendo hasta quedarse jugando en sus testículos, su lengua haciéndolo expulsar incontables gimoteos de satisfacción.
Un jadeo ahogado se escuchó de sus labios, él dirigió su mirada a su rostro rosado por el calor y la vergüenza, con su palpitante corazón elevando sus latidos con el pasar de segundos en los que JungKook se tomaba su tiempo. Pronto su lengua descendió junto a uno de sus dedos por el escroto hasta detenerse en su entrada sobre la línea delgada de encaje, presionando con su índice y lengua el íntimo lugar.
—Aah, no, Jung-aah —trató de negarle, tomando sus cabellos pero Jeon fue más rápido e introdujo su dedo debajo de la tela, su lengua ayudando a estimularlo.
Sus gemidos fueron inevitables por el placer al igual que dos dedos adicionales que se introdujeron con agilidad para estirarlo aún más, aumentando el vaivén, con su lengua acompañándolos rítmicamente.
—Aah, mngh —gimió tirando de sus cabellos, dándole mayor espacio cuando él empujó fugazmente sus piernas flexionadas a cada costado.
Las embestidas con su lengua se detuvieron para darle atención a su perineo con pequeñas succiones y lamidas, sus dientes ayudándolo a darle mayor sensibilidad sin llegarlo a dañar.
Sus dedos salieron de su entrada para acariciar circularmente con su pulgar, subiendo sus ojos al rostro del chico que se deshacía en lloriqueos eufóricos de placer, sosteniéndose de sus cabellos con dureza, su mirada entrecerrada y sus labios entreabiertos, su pecho subiendo y bajando en repetidas ocasiones, sus piernas temblando débilmente ante las descargas de placer.
Sus movimientos con su pulgar se hicieron pausados, disfrutando de las facciones placenteras que su chico hacía. Con su otra mano sacó el pene del encaje, masturbándolo a su gusto, haciendo que él soltará sus hebras oscuras, sus muslos enrollándose en su torso.
—Aaah, sí ¡JungKook! —Gritó cuando estaba a punto de correrse, pero fue impedido por el mencionado—. N-no, déjame... —Sus palabras quedando al aire cuando sintió la caliente humedad de su boca envolver su miembro.
—Y lo harás, pero en mi boca —dijo a la par que desabrochaba las ligas que sostenían el encaje para bajarlo hasta mitad de sus muslos.
Su lengua había comenzado a girar alrededor del orificio para después hacerlo con el contorno de la extensión, procediendo a embestirlo con rapidez mientras TaeHyung elevaba sus caderas para que fuera más profundo, sintiendo el nudo que se formaba en su vientre.
Los dedos diestros de Kook volvieron a insertarse en su ano, embistiendo, tratando de hacerlo llegar más rápido al clímax con golpear su punto de delirio constantemente para finalmente sentir la esencia ajena en su paladar. Kook lo tragó en cuanto el largo lloriqueo del doncel terminó, se levantó de la cama para quitarse su estorboso bóxer, masturbó su erección para lubricarla con su presemen en lo que él se recomponía de su primer orgasmo.
—Date vuelta, corazón, de espalda y rodillas —pidió segundos más tarde, él lo hizo girando sobre sí, JungKook se rió por la pereza de su cuerpo.
Apenas estaba comenzando. Quería hacerle tantas cosas, quería joderlo sin piedad alguna, golpear su punto incontables veces para provocarlo a exclamar su nombre en lloriqueos y dulces notas placenteras para su sentido auditivo.
Besó su hombro con ternura antes de hacerlo recostar su torso contra el colchón, arqueando la cadera del doncel a la vez que posicionaba su rodilla en la orilla del colchón; se masturbó un poco con la vista del precioso trasero a unos cuantos centímetros de él, pero antes de que pudiera adentrarse, se deshizo del encaje en los muslos del doncel, dejándolo únicamente con las dos ligas envueltas a sus esbeltas piernas.
—Dolerá un poco a pesar de la preparación —avisó, frotando su miembro circularmente contra el orificio de Kim.
—N-no importa, sólo mételo —exigió por lo bajo, conteniendo un gemido cuando la punta se presionó contra él.
—¿Qué tal si después te lo hago en el balcón, bajo las estrellas? —Preguntó queriendo distraerlo, ingresando su pene poco a poco.
—A-adoro las estrellas —respondió en medio de un jadeó.
—Mmh, entonces las amarás en cuanto te haga verlas —complementó, el doncel se limitó pronunciar un gemido cuando sintió aquella polla dar justo en su punto apenas habiendo ingresado.
Acarició suavemente su cadera para tranquilizarlo e hizo que su cadera se arqueara un poco más. TaeHyung posicionó su rostro del lado diestro antes de que Jeon pudiera darle inicio a sus embestidas, sus manos ayudando a sostener su peso.
—¿Una palabra de seguridad por si quieres que me detenga? —Cuestionó comenzando un suave vaivén.
—¿MinHyun? —Respondió, pero sonó más a pregunta.
JungKook rió vagamente.
—Eso sólo me motivará a ir más rápido hasta que menciones mi nombre, corazón —explicó, su ritmo avanzando otro poco.
—Aah, no sé, no creo aagh querer que te detengas —concedió, sus caderas buscando mayor contacto de las ajenas.
JungKook asintió silenciosamente, sus manos sostuvieron con dureza la cadera de TaeHyung dando unas últimas embestidas suaves para incrementar la velocidad. Su diestra quedando en el hueso sacro de Kim, presionando un poco para después mover sus caderas adelante y atrás, lento, suave, pero también aumentando la fuerza de sus empujes para dilatarlo y poder tomarlo a gusto.
Llevaba anhelando tenerlo para sí, hacía tanto que quería tomarlo, quitarlo de los brazos del estúpido de su amigo. Pero jamás se presentaba la ocasión para ello. Estuvo cerca de irse a casa sin aprovechar la oportunidad que se le presentaba.
TaeHyung era exquisito, no sólo en cuerpo, en mente y corazón. Pero estaba siendo quebrantado poco a poco, su cariño y amor se estaba desbordando por culpa de Hwang. Lo estaba descuidando tanto. Pero él se encargaría que ese amor no fuera desperdiciado, si su querido amigo no deseaba tener en sus brazos a un doncel como Kim, él sí.
El movimiento de sus caderas incrementó y con ello los sonoros lloriqueos del castaño junto a su trasero buscando más de aquel choque de piel, pero JungKook sabía que los gemidos a veces podrían ser falsos en tan corto tiempo.
Su zurda acarició su pecho, rozando ambos pezóncitos erectos, bajando verticalmente hasta llegar a su vientre para luego capturar el falo, sintiendo la humedad envolverlo, su pulgar acariciando el glande circularmente la erección que se había formado de nueva cuenta.
TaeHyung se estremeció con su toque, sintiendo la mano de JungKook masturbarlo brevemente para luego soltarlo y seguir su recorrido hasta la parte interna de sus muslos, donde su lubricante escurría por toda la estimulación, el toque y la temperatura corporal de ambos, el deseo palpitante, las súplicas silenciosas ansiosas de saciarse.
Los gemidos fácilmente podrían engañar a cualquiera, pero la humedad jamás lo haría.
Una sonrisa de autosuficiencia elevó la comisura de sus labios a la vez que atrapaba la esquina del belfo inferior con sus dientes, ejerciendo mayor fuerza en sus vaivenes de cadera cuando lo escuchó intentando gemir su nombre.
—Vamos, bebé, di mi nombre bien —pidió, su voz ronca resonando en el bonito chico.
Kim intentó levantar su torso, pero las caderas de JungKook lo entorpecieron en el transcurso a la par de las suyas, obligándolo a arquearse.
—¡Ah! ¡Jung-Aah! Koo-Aah —intentó, Jeon rió divertido por cortarlo con cada embestida.
—Tu puedes, amor, vamos —alentó dejando un azote en el glúteo diestro de TaeHyung.
—¡JungKook! ¡Más, es-toy cerca, aah! —Pidió, su voz volviéndose aguda al final. Todavía estaba sensible por su orgasmo anterior, los espasmos en su parte baja lo colocaban en evidencia, pero por más que sintiera llegar a la cima, no sería tan fácil como el primero.
—Carajo, lo que pidas —asintió, su mano que estaba esparciendo la humedad en el interior de los muslos subiendo para ayudarle a su diestra a sostener sus posaderas.
Sus dedos se extendieron amasando la blanda carne con suavidad, separándolas un poco y bajando su pierna, atrayendo el trasero del doncel consigo.
Una vez posicionado, sus caderas no tuvieron descanso, se sumergieron en un frenesí junto a los gemidos de ambos, lloriqueos, exclamaciones, sacudidas de cuerpo contra cuerpo hasta que TaeHyung no pudo con tanta rudeza bañándolo de gozo con sus manos aferrándose a las sábanas cuando llegó su clímax, nublado por las cristalinas gotas saladas en sus iris, su vista dando vueltas al haber visto puntitos blancos que lo desorientaron como en una solitaria noche bajo la luz del cielo nocturno y sus astros.
Jeon lo atrajo para darle un beso desordenado por la posición, sus caderas todavía buscando satisfacerse con más embestidas certeras al punto del chico, sintiendo el roce de la próstata con su orificio preseminal.
—Mmhpf —gimió contra su boca cuando sintió el semen de su acompañante llenarlo.
JungKook suspiró contra sus labios, volviendo a besarlo, sus brazos envolviendo su cintura con adoración. El corazón de TaeHyung se calentó, y su vientre también cuando sintió otra erección formarse en el pelinegro de iris celeste.
—Ops —emitió Jeon con una risita, mordiendo el labio de Kim con levedad—. Eres demasiado exquisito, tú y tu trasero —soltó, obteniendo una risita del castaño.
—No me digas —se burló.
JungKook lo giró saliendo de su interior, subiéndose al colchón mientras buscaba su delicioso buz para devorarlo, TaeHyung retrocedió para acomodarse, sus piernas envolviéndose alrededor de la cintura del otro para invitarlo nuevamente a pesar de que su cansancio quería consumirlo.
Dos dedos del pelinegro se dirigieron al agujero del doncel, metiendo su esencia derramada con suavidad y sacando varios jadeos del castaño, sonrojándolo más. Sus cabellos alborotados dándole un paisaje idílico.
—Quisiera colocar un espejo en mi techo para que veas el precioso desastre que eres ahora mismo —murmuró, sus labios marcando su cuello y yendo detrás de su oreja, adorando su tersa piel.
—Un hombre con necesidad de entrometerse en las piernas de alguien siempre dirá maravillas —musitó, obteniendo una embestida de sus dedos, su boca abriéndose para expulsar un gemido.
—¿Y si te las digo mientras te vuelvo hacer el amor? —Preguntó al castaño, su pene ingresando de nuevo en el agujero que estaba por volver a su tamaño, chupando su precioso hombro, expulsando roncos gemidos por lo apretado que se estaba volviendo.
El chico dejó escapar un gemido, sus piernas aferrándose a las caderas del hombre, sus brazos enredándose en la espalda ancha del pelinegro, atrayendo su boca para sí.
—¿Y si me las dices mientras te monto? —Murmuró, su lengua saliendo para darle una caricia a los labios de JungKook—. Dime, ¿qué tal si te monto hasta que no pueda mientras susurras todas esas maravillas que quizás sólo digas para obtener más? —Preguntó, sus belfos dejando un recorrido hasta encontrarse con el lóbulo del oído ajeno, succionando y mordiendo lábilmente.
A JungKook le gustó, demasiado, adoró el atrevimiento, sus pequeños toques, el movimiento de cadera que hizo de adelante atrás. Pero había algo en lo que él se equivocaba.
Atrapó su boca con la suya, su beso no fue rudo ni desesperado, pero llevaba la suficiente fuerza para que él abriera su boca y sus lenguas se juntaran de nuevo, jugando con la otra, saboreándose, deleitándose con sus toques. Las caderas de JungKook lo embistieron con fuerza, logrando desestabilizar el choque de belfos.
—Hay una clara diferencia entre un hombre que dicta mentiras preciosas con otro que expresa los pensamientos ocultos sobre los atributos de la persona que ama, querido —comentó como si fuera una charla cualquiera, puesto que sus caderas no habían dejado de moverse tortuosa y certeramente contra él.
—¿Cómo cuáles, mngh? —Preguntó, sus uñas clavándose en la espalda de su novio.
—Constantemente hay alguien en mi mente —empezó con un suspiro—, mi corazón se entorpece cada vez que lo miro, su sonrisa y mirada me fascinan tanto como la textura suave de sus labios —musitó, acariciando sus labios con los impropios, sus caderas haciendo movimientos pausados que hicieron al otro echar su cabeza hacia atrás—. He querido que sus ojos me vean a mí y sólo a mí, el amor que le tengo ha obstruido mi sueño incontables veces, intenté escapar muchas veces de este amor no correspondido, pero volvía a pensar en él y todo se iba a la mierda —explicó—, su presencia es incomparable y su belleza no la tiene nadie, pero aún si intento describirlo las palabras no se sienten correctas y no puedo formar una coherencia tan explícita para explicarle a mi amante una de las tantas maravillas que posee —sus belfos dejaron un camino de besos hasta su oreja—. Pero sin duda alguna puedo decirle que mi amor por él es inexorable, sempiterno, indeleble e inmarcesible —finalizó, sus palabras calentando el pecho ajeno, sus caderas golpeando con fuerza.
TaeHyung ocultó su rostro por segunda vez en su cuello, sus ojos se habían humedecido, ¿qué se suponía que debía hacer? Carajo, estaban en un momento para nada romántico y él venía a retarle pensando que él seguiría su juego.
Pero ese era su problema, pensar que era un juego porque lo había sido para MinHyun, así él lo negara en su interior.
—¿Lo entiendes o quieres que te lo expliqué también mientras me montas? —Cuestionó, viéndolo con sus párpados entrecerrados por el placer que le provocaba en su interior.
El cuerpo del doncel recibió un exquisito escalofrío, su corazón se saltó algunos latidos y su respiración dejó de sentirse tan débil.
De un momento a otro su cuerpo había abandonado el colchón y se encontraba erguido mientras sus caderas se encontraban de nueva cuenta, dirigiéndose entre ellas como si no hubiera mañana, chocando sin pausa alguna, el delicioso sonido de piel con piel resonando en la habitación.
Siendo bañados por el calor, las gotas de sudor y sus incontables gemidos hasta que ambos volvieron culminar en un fantástico orgasmo donde TaeHyung perdió el equilibrio de su cuerpo y reposó sobre JungKook, temblando, soltando jadeos bajitos quien con adoración lo bañó de besos y caricias placenteras, palabras mimosas contra su oído que sólo estremecía a su corazón con el profundo sentimiento rebosante de afecto inmaculado.
La euforia que sentía no la había experimentado ni con quien le había conquistado hace poco más de siete meses.
No cualquiera podría llamarse novio o amante, aunque ambas tenían un distinto significado, no había mucha diferencia cuando los corazones latían en sincronía por el otro.
Después de algunos minutos de descanso, JungKook lo había limpiado con diligencia habiendo tomado una ducha caliente, conteniendo sus cuerpos deseosos en el transcurso; le había puesto una camisa suya y acomodado el desorden de cama junto a las prendas que habían utilizado antes de, candentemente, terminar envueltos en las sábanas.
Su corazón estaba pleno, el chico por el cual había estado perdiendo la cabeza los últimos ocho meses estaba en su cama con sus piernas entrelazadas a las suyas, siendo su pareja y amante al cual se encargaría de enamorar para que nadie lo apartará de su lado.
Un beso fue depositado en la sien del doncel con una sonrisa mientras continuaba admirándolo de cerca, acariciando con ternura y despejando las hebras castañas de su rostro, listo para robarle un piquito a sus sonrosados belfos cuando su móvil empezó a timbrar en la habitación.
Eran las cuatro de la mañana, sólo podía ser una persona que él conocía.
Rápidamente buscó el aparato electrónico para pausar el sonido y que su querido amante no despertara.
—Mierda —masculló, con una nota de pánico.
—¿Sí? —Preguntó Jeon, envolviendo nuevamente a Kim en sus brazos, salpicando besos en sus mejillas.
—Hermano, dime que TaeHyung regresó bien a casa, por favor —pidió—. Regresé para buscarlo, pero ninguno de los chicos estaba y no te vi por ningún lado —explicó.
—Mmh, lo dejé en casa —asintió, sus ojos cerrándose por unos segundos, sopesando sus oraciones.
—Gracias, JungKook —suspiró aliviado—. Estaba a punto de preocuparme, no sé qué hubiera hecho si algo le pasaba —admitió.
JungKook soltó una risita, divertido.
—Hipócrita —espetó, desconcertando a su amigo—. Pero no te preocupes por eso, en tu ausencia me encargué de cuidarlo y acompañarlo mientras su novio se revolcaba con alguien más —murmuró, una sonrisa en sus labios—, despreocúpate, tu pareja, no, no —intentó explicarlo—. Tu exnovio gime exquisito, amigo mío, es jodidamente delicioso, lamento mucho tu perdida —soltó.
—¿Qué mierda, Jeon? —Preguntó, su cerebro posiblemente reaccionando ante la confesión.
—Lo que escuchas, querido, me jodí a tu exnovio, llevó queriendo tenerlo para mí desde que lo conocí —expresó, su voz gozando de burla y repugnancia—. No te preocupes por su cuidado, desde ahora yo me haré cargo —finalizó.
Le hubiera gustado escuchar lo que Hwang iba a decirle, pero simplemente no lo dejó hacerlo explicarse, sabía que de su boca sólo saldría mierda y más mierda. Tiró el celular al suelo, activando el no molestar para que no perturbara el sueño de TaeHyung ni el suyo.
Tenía mejores preocupaciones ahora, sabía que el doncel no le creería ni una palabra dicha durante su acto, por eso mientras dormitaba también su cerebro trabajaba para poder explicarse ante su bonito chico.
Pero si él necesitaba una confirmación de los hechos, de sus palabras, de sus acciones, de su corazón, de su mente... él lo perseguiría no para demostrárselo. Él lo enamoraría así le costará meses o años hacerlo.
Lo de horas atrás simplemente había sido cortesía del inicio de lo que a ambos les deparaba en su brillante y presente futuro.
Fin.
Helloou JAJJA, luego de un tiempo, subo este maravilloso os que por poco no logró terminar, no me lograba concentrar en la escena ht y tuve que investigar un poco, consultando fuentes confiables. Además tengo un montón de estrés encima, también jugó parte en que casi no lo puedo terminar.
Me fue un poco complicado, lo admito, este os lo modifique una vez en muchísimos aspectos y mientras lo hacía pensé en hacerlo un fic cortito con otro punto a tocar ahí, pero simplemente no lo veo de otra forma, además ya tengo suficiente con los fics publicados sin comenzar, los en emisión y los que faltan por publicar jsjsj.
Realmente he amado realizar este os a pesar de las pequeñas complicaciones que tuve con recordar el aspecto de los personajes JSJSJAJ pq mientras hacía esto estaba con otros tres fanfics y mis proyectos, sip, trabajo excesivo para mí. Necesito un sugar sin importar si es daddy o mommy TT.
Las definiciones utilizadas por JungKookie las encuentran en un diccionario o google por si no lo saben, no me apetece escribir más por el momento y espero que todos tengan en claro lo que es el tempo jsjs pero si no, les explicó así bien resumido: velocidad de la interpretación musical.
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