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Bajo el volumen de mi móvil al abrir el jueguito de cocina con el que estaba viciada desde hace semanas.

No traía audífonos y estaba en un lugar donde vendían bubble tea esperando a Valeria, que como siempre ya tenía 40 minutos de retraso.

—Me paso algo horrible —por quien estaba esperando llega y se sienta a mi lado. —¡Perdí el brazalete que me regaló Alex!

Cierro la aplicación y me fijo en la hora.

—48 minutos tarde

—Si, lo sientoo —mínimo se disculpa. —Pero, si escuchaste lo que dije?

—¿Qué pasó? —actuo como si no supiera nada y no lo tuviera en mi bolso.

—No sé, desperté esa mañana y ya no lo tenía conmigo, no me di cuenta dónde ni cómo —se lleva las manos a la cabeza y se alborota unos mechones. —Ya lo busque por toda la casa, hasta fui a la discoteca a preguntar pero nada —apoya ambos codos sobre la mesa y se frota el rostro sin nada de delicadeza.

—Tal vez si no hubieras tomado hasta perder la conciencia recordarias donde lo dejaste

Y olvidé mencionar la cosa esa que se fumo en el baño.

—No estoy para regaños, ya me odio lo suficiente —deja caer la cabeza entre sus brazos sobre la mesa y suspiro.

No la hago sufrir más y saco el objeto de mi bolso.

—Valeria —alza la cabeza sin ánimo, cuando sus ojos conectan con la pieza, éstos se le iluminan y abren abruptamente.

—No jodas... —estira sus brazos hacia mí, agarra el brazalete con ansía como si se tratará de la última botella de agua en el desierto. —Gracias Angie, gracias, gracias —comienza a besar mis mejillas eufórica.

Rápidamente el brazalete vuelve a su muñeca.

—Prometo no volver a perderlo

—No vas a preguntar donde lo encontre? —inquiero.

—Eso no importa, lo importante es que ya esta con su dueña —reparte besos a cada uno de los dijes alrededor de su muñeca.

Pedimos nuestra orden y en minutos ya tenemos nuestras bebidas. Yo pedí mi boba de matcha y Bal de caramelo.

Su estado de ánimo cambió notablemente, ya estaba tranquila y feliz con su brazalete en mano. Pero no dejaba de mirarme, parece no estar segura de si hablar o no. Me quedo esperando a que diga lo que quiere decir pero no abre la boca mas que para morder las perlitas de tapioca y repiquetea sus uñas sobre el plástico de su vaso.

—¿Qué tienes ahora?

—Alex confesó que le gusto, solo estaba esperando a que cumpliera los 18 —suelta como si nada y no sé aún como debería tomarme esta situación. —Es un amor —se lleva ambas manos a sus mejillas coloradas.

¿¿Mi hermano un amor??

Ugh. Por una parte quería vomitar y por la otra me alegraba por mi amiga, aunque era raro que me contará estas cosas y que el chico en cuestión sea el bobo de mi hermano.

—Y qué pasa con Santiago? —recuerdo que la última vez Bal estaba emocionada con él.

—En la disco fui clara con mis sentimientos y le dije que no me gustaba, por eso se fue esa noche

Esa madrugada, pienso.

Ni cuenta me había dado de aquello.

—Te voy a decir la verdad —se recarga completamente en el respaldo de su silla y me mira con una seriedad que en nuestros 3 años de amistad nunca había visto en ella. —Si pensaba intentarlo con Santiago esa noche, pero cuando vi a Alex llegar, me di cuenta que mis sentimientos aún no se habían ido, y que tardarían en irse. Al estar con Santiago no solo iba a engañarlo a él, sino a mí misma... y ya he pasado por eso, y siempre termina mal —expresa con la mirada perdida en una de las paredes del lugar. —Santiago en verdad me agrada, es un chico excepcional y él no merece eso de mí

En pocas palabras, mi mejor amiga me estaba diciendo que intentaría algo con mi hermano.

Sus ojos me miran con miedo e incertidumbre. Aunque me toma un momento, le respondo con una leve sonrisa.

—Me alegro por ti Bal, sé cuanto quieres a mi hermano y confío en que las cosas saldrán bien entre ustedes —estaba hablando con el corazón.

—Te amo Angie —me rodea con sus brazos en un cálido abrazo y percibo cómo unas cuantas lágrimas se deslizan por sus mejillas. —Oficialmente puedo decirte cuñada —chilla emocionada cuando nos separamos.

—Ok, eso si es raro

Las dos nos reímos y nuestra conversación continúa con normalidad mientras disfrutamos de las bebidas y del ambiente del lugar, donde justo estaban pasando una canción de Ed Sheeran que a ambas nos encanta. Casi no había personas y podíamos hablar con comodidad.

—Polo me agrada, solo que es muy serio —comenta Bal dándole el último sorbo a su boba.

No sé porque la gente asocia la seriedad con no ser agradable.

—Me duele que no me haya invitado a su fiesta

—No es una fiesta, solo es una comida en su casa con amigos cercanos —aclaro.

—Ah ok —se lleva una mano al corazón y se limpia una lágrima falsa, tan dramática. —Igual no podría ir, mañana es la competencia de taekwondo de Julio

Mañana era el cumpleaños de Polo, me lo comentó apenas ayer, dijo que iba a ser una simple comida en su casa y esperaba que fuera.

Gavi regresa mañana también, a ver como se dan las cosas. Tal vez lo vea por la noche.

Y por supuesto tenía un regalo que comprar. Aunque iba ser una tarea difícil, nunca le he regalado a un chico que no sea mi hermano o mi novio.

☆

Al llegar a casa voy directa a la habitación de mi hermano.

Entro sin tocar y lo encuentro tirado en la cama como el gran vago que es.

—Tú y Bal no pueden besarse frente a mí —él me mira un microsegundo y vuelve su atención al móvil entre sus manos.

Yo no tenía problema en verlos besándose (o eso quería pensar) pero tenía que devolversela.

—Vale, les otorgo el permiso oficial a ti y Gavi de besarse en mis narices

Me sorprende la rapidez con la que ha cambiado de opinión. Ni siquiera lo pensó dos veces.

—Ok... —sigo de pie frente a su cama con los brazos cruzados a la espera de no sé... sinceramente no esperaba esa reacción de su parte.

—Cuando Gavi regrese hay que salir los 4 —levanta la mirada y nuestros ojos se encuentran. Mi hermano, en contraste conmigo, poseía unos ojos de una tonalidad oscura excepcional.

Viendo que no dice nada más, me doy la vuelta lista para irme a mi habitación a terminar la serie que estaba viendo.

—Angie —me detengo en el marco de la puerta. —Pero... no te molesta que salga con Bal, o si?

Me giro sobre mis pies y Alex ya no esta distraído en el móvil. Toda su atención recae en mí ahora.

—Si te pido que no salgas con ella, lo harías?

—No —responde al segundo y ruedo los ojos.

—¿Para qué preguntas entonces?

—Eres mi hermana, y ella tu mejor amiga, no quiero que las cosas cambien entre ustedes por mi culpa —contesta y vacila antes de añadir. —Y tu opinión me importa

—No me molesta que Bal y tú sean novios —digo sincera. —Solo... —busco sus ojos al hablar. —Compórtate y promete no romperle el corazón

—Yo soy un caballero, ¿por quién me tomas? —se hace el ofendido.

—Que tu única relación "estable" haya sido con Kimberly dice mucho —alzo las cejas y si, lo tengo que juzgar con la mirada.

—Eh, si no he estado en una buena relación es porque no he querido

—Lo que digas —le corto su rollo. —Solo prometelo Alex

—Lo prometo, enana

Amaba a mi hermano pero si veía a Bal llorar por su culpa haría que se arrepienta.

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valerial10 via Instagram Story

Respondió a la historia
╰►pablogavi mía 😍😍

sii toda tuya, ey gavi pero no olvides la botella de jägermeister