Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

21 :: no es el coche

∘₊✧──────✧₊∘

Durante la primera hora de clase, noto a Óscar mirándome varias veces.

No hemos hablado desde la salida al cine, la verdad me decepcionó bastante su actitud ese día, fue muy grosero que no haya querido ayudar a Gavi, y es que por mas mal que alguien te caiga, ¿qué clase de ser humano eres si no le brindas ayuda cuando lo necesita?

El profesor nos da un descanso de 10 minutos antes de la siguiente hora.

De inmediato, me pongo de pie para estirar las piernas, el trasero ya me dolía.

—Angie, podemos hablar? —pregunta Óscar y yo asiento.

Salimos del salón y nos quedamos afuera en el pasillo.

—Fer me dijo que tú y Gavi son novios —suelta elevando el tono de voz en lo último y unas personas que van pasando se nos quedan viendo al igual que otras que están al final del pasillo.

—Puedes bajar la voz y no decir ese nombre

—¿Por qué? Ese es su nombre, que no?

—Sabes por qué —hablo seria. —No entiendo el punto de esta conversación —suena como si me estuviera reprochando, cuando él y yo solo somos amigos.

—Me preocupas, a Fer y a mí nos preocupas

—Ya hable con Fernando, no tienen nada de que preocuparse

—Es que tú no conoces a Gavi

—Y tú si? —me cruzo de brazos alzando una ceja.

¿Por qué la gente se creía con el derecho de opinar sobre Gavi como si lo conocieran a la perfección?

—No hace falta, no tienes que conocerlo mucho para darte cuenta el tipo de chico que es —entre mas habla mas me doy cuenta que no tiene sentido lo que dice. —Un chico como él no te merece, creí que eras diferente —me da una mirada de decepción total.

—Lo que Pablo y yo hagamos no es incumbencia de nadie, mucho menos de ustedes aunque sean mis amigos, y mejor terminamos esta conversación aquí

Regreso al salón, saco mi móvil para distraerme y calmar un poco mi enojo.

Aún no me acostumbro a mi nuevo móvil, el que me regaló Pablo.

Claro que me había encantado pero también sentía que era demasiado y no quiero que piense que lo que me importa son las cosas materiales.

Mi disgusto se esfuma al ver su mensaje hace 1 hora.

Pablito 💙

Te veo mañana en el entreno 😊❤️

Cómo sigue tu oreja?

Es verdad que la cicatriz de Gavi ha mejorado bastante y sus entrenadores le dieron autorización para ir a entrenar, pero aún así me preocupaba.

Mi profesor regresa y Pablo no me contesta, supongo que debe estar ocupado ahora, guardo mi móvil y me enfoco en el resto de la clase.

En la salida me encuentro con Jess y Mia. Podía decir que eran mis únicas amigas aquí.

Ellas me invitan a salir el sábado, a un pub que esta en el centro.

Yo no soy mucho de salir de fiesta, pero tenía ganas de salir con ellas así que acepto y están de acuerdo en que invite a unas amigas.

Pienso invitar a Diana y Bal, sé que aceptarán al segundo, nunca dicen que no a una salida y con ellas siempre hay diversión, sin contar la última vez. Pero sabía que eso no se iba a volver a repetir.

Estaba en las gradas del campo viendo entrenar a Gavi con la selección española.

Él lleva un casco por precaución y aún con eso puesto en la cabeza se veía guapo. Muy guapo.

Una hora y media transcurre y en ningún momento me aburrí.

De alguna manera era satisfactorio ver a Gavi feliz haciendo lo que le gusta.

Cuando el entrenamiento termina, mi novio me hace una seña para que me acerque y me presenta a sus compañeros mas cercanos entre ellos Pedri y Ansu, amigos que ya conocía y que me caían muy bien. Todos eran muy agradables y divertidos, y podía ver que apreciaban a Gavi.

Quedamos en ir a comer, en lo que espero que Pablo y sus amigos se alisten entro a la cafetería del complejo deportivo.

Me mantengo de pie mientras preparan mi mocha cuando un chico alto entra al lugar.

—Hola —me saluda y le devuelvo el saludo con la misma amabilidad. —Soy Carlos, hijo de Arturo —añade como si yo conociera a su papá. Al ver mis gestos explica. —Mi papá es el fisioterapeuta, todos lo conocen

—Ah vale

—¿Tú de quién eres hija? —me pregunta con interés.

—De nadie —respondo rápido. —De aquí —agrego al ver lo mal que sonó eso. —Yo vine a ver a Gavi entrenar

—Ah, ya sé quien eres, su hermana

Iba a negar cuando aparece otro chico y por su vestimenta supongo que es un jugador.

—Ey, Carlos

—Hola Sancet —el chico a mi lado saluda muy entusiasta. —Ella es —voltea a verme frunciendo el ceño. —No te pregunté tu nombre —suelta una leve risa.

—Soy Angie —me presento y extiendo mi mano hacia el otro chico quien me saluda alegre. Parece simpático.

—Soy Oihan, mucho gusto

—Oye, recuerdas lo qué hablamos la otra vez? —Carlos le pregunta.

—Sí, justo por eso te andaba buscando, ya esta en el estacionamiento —el jugador saca de sus bolsillos lo que parece ser una llave muy moderna y la agita en el aire.

—Venga, vamos a verlo —yo veo la escena sintiendo que sobro ahí hasta que Carlos se voltea hacia mí. —Sancet consiguió el Rolls Royce de un amigo, ¿quieres venir?

Nunca he visto un Rolls Royce en persona, y no se tenía que ser amante de autos para querer conocer uno de esos coches.

—Esos super coches no se miran todos los días —Carlos me lee la mente mientras el tal Sancet nos espera.

—A menos que vivas en Dubai —comenta el otro.

Después de pensarlo mucho y recibir mi café, mi curiosidad me lleva a ir con ellos.

Acompaño a los dos chicos al estacionamiento privado, el mismo donde esta el coche de Pablo.

Llegamos hasta el Rolls Royce que esta en los últimos lugares y nos encontramos a un trabajador tomándole fotos.

El trabajador comienza a hablar con el jugador, y yo contemplo el auto de lujo frente a mí.

Su color era un blanco sumamente elegante e imponía bastante.

Sancet no tarda en encender el coche e invitarnos a subir, Carlos rápido lo hace pero yo prefiero observar de pie.

El interior es aún mas lujoso si es que era posible, pero lo que mas me fascina es el techo estrellado. Estaba precioso sin duda.

—Vamos a dar una vuelta? —pregunta Carlos animado.

—No tengo problema, ya no tengo nada que hacer aquí —responde el jugador y Carlos me mira esperando mi respuesta.

—No, no, gracias —rechazo la oferta de inmediato. —Tengo que esperar a Gavi

Sin mencionar que no lo conocía a él ni al dueño del coche.

—No me digas que Gavi es un hermano celoso

Ahí recuerdo la confusión que hubo desde un inicio pero antes de yo poder decir algo su voz se escucha a mis espaldas.

—No, lo que si soy es un novio celoso

Me giro sobre mis pies y Gavi camina hacia nosotros con su vestimenta post entreno: un suéter y jogger del equipo.

Siempre se ve guapo, pero ahora mismo podría estar babeando fácilmente.

—Qué no es tu hermana? —Carlos se baja del coche.

—Angie es mi novia —Pablo llega hasta mí y pasa uno de sus brazos por mis hombros, atrayendome a su firme torso.

—Perdón Gavi, me confundí

—Hubo una pequeña confusión —hablo yo apenada por la situación.

—Nos vamos o qué? —pregunta el piloto y Carlos asiente ansioso.

El Rolls Royce desaparece en un parpadeo, dejándonos a Gavi y a mí solos en el estacionamiento.

—¿Por qué el hijo de Arturo creía que eras mi hermana? —me pregunta separandose de mí.

—Fue un malentendido, se me acerco en la cafetería mientras te esperaba y le dije que había venido a verte, él dio por hecho que era tu hermana y antes de que pudiera negarlo, llegó el otro chico y me perdí en medio de la conversación —explico sincera mirándolo.

—Vale —asiente pero en sus ojos había dudas.

—No me crees? Eso fue exactamente lo que paso

—¿Qué hacías con ellos aquí? —me interroga serio.

—Pues solo quise venir a ver el coche, ¿qué tiene de malo? —no entiendo porque duda de mí si nunca le he dado razones para hacerlo.

Me duele ver que no confíe en mí.

—Nada —contesta y comienza a caminar hacia el otro lado donde esta su coche.

—Es en serio? —murmuro mas para mí misma. —Pablo, detente —lo alcanzo a los pocos segundos. —Para —lo jalo del brazo. —¿Qué te pasa?

Quiero que me diga cual es su verdadera molestia y que lo hablemos.

Pero él mantiene la boca cerrada, solo me mira con su típica cara de disgusto, idéntico al Gavi que conocí.

—Si no hay confianza en una relación -

—Si confío en ti —me interrumpe. —Es solo que... —balbucea intentando encontrar las palabras de lo que quiere decir. —Una de las razones por las que nunca he estado en una relación antes, es porque las chicas siempre se me han acercado con otras intenciones y en ese momento me recordaste a ellas

Creo que existe una delgada línea entre saber apreciar esos coches y el codiciar uno. Pero mas me duele que piense que soy una interesada por algo tan estúpido y encima me compare con otras.

—Perdón por querer apreciar un coche de lujo que seguramente no vuelva a ver en mi vida —sin querer ya estaba alzando la voz.

—Yo también me puedo comprar un coche de esos

—¡No se trata del coche Gavi! —exclamo mas que enfadada, dolida.

En medio de mi molestia, puedo distinguir algo diferente en los ojos de Pablo, reflejan inseguridad y por primera vez, veo su miedo: que la gente lo quiera solo por su dinero.

Nunca me había puesto a pensar en las cosas que ha tenido que pasar Gavi para ser tan receloso con las personas cercanas a él.

Respiro calmando mis emociones, doy dos pasos firmes hacia él y sujeto su mano.

—Que si me hacía ilusión conocer uno de esos coches que solo se ven en las películas, pero no deseo ninguno de esos coches, sabes por qué? —hablo serena. —Porque te tengo a ti —doy un leve apretón en su mano. —Y no es el dinero ni las posesiones, eres tú, solo Pablo, tú como persona eres mas que suficiente

Me aseguro de que mis ojos le afirmen todo lo que acabo de decir, no quiero que queden dudas dentro de él.

—Aunque no tenga ni un euro? —Gavi era como un niño. Es un niño.

—Yo no tengo nada que ofrecerte y asi me quieres —elevo los hombros.

—Me das de tu amor —sus facciones ya no son duras, y sus ojos expresan cariño como siempre.

—Puedo decir lo mismo de ti —esbozo una leve sonrisa.

—Tienes ojos de aceituna —me sonríe y líneas de expresión rodean sus ojos en una sonrisa genuina.

—Si yo tengo los ojos de aceituna, tú de avellanas

Pablo se me acerca por completo y me da un beso tierno aún con nuestras manos entrelazadas.

𝗚 𝗮 𝘃 𝗶

No le pido a Ferran que me envíe la dirección del restaurante italiano al que iríamos porque ya lo conocía muy bien.

Hemos ido como cinco veces, el lugar es bastante reservado y la comida deliciosa.

Me apresuro a salir de los vestidores porque sé que Angie me esta esperando.

La busco en la cafetería donde dijo que estaría pero no esta. Le mando mensaje y no responde.

Salgo al estacionamiento, después de haber dado un recorrido por el complejo y justo cuando voy a marcar la llamada, la veo junto a Sancet y el hijo del fisioterapeuta de la selección contemplando un Rolls Royce que nunca había visto por aquí.

Conforme me voy acercando lo escucho hablar, no me sabía su nombre, sólo lo conocía por su padre pero decía puras estupideces.

Después de dejar en claro que Angie es mi novia se largan.

Ella me explica lo que le pido, aún así no puedo evitar sentir esta molestia en mi interior, como una punzada constante en el pecho.

Es hasta que siento mis uñas clavarse en mi piel que soy consiente de la fuerza que ejercia en mis puños.

Yo solo asiento y me alejo, lo que menos quería era hablar porque sabía que arruinaría las cosas pero Angie me pide una explicación que no tenía.

¿Cómo se explica que tengo miedo a no ser suficiente? No como Gavi el futbolista del barça, sino como yo, Pablo.

Infinidad de personas se me han acercado a lo largo de mi carrera, y llegó un punto en el que me cansé de que sólo buscarán sacar provecho de mí.

Y no me refiero solo a chicas, también "amigos" que solo me buscaban por interés.

Gente que solamente quería estar en las buenas, cuando me va bien, pero en las malas nadie atendía las llamadas.

Confíe en muchos de ellos, sólo para terminar decepcionado.

Me fue imposible no transportarme a esos tragos amargos de mi vida cuando la vi anonadada frente a ese coche.

Yo sé que Angie no es así y claro que confío en ella, el problema soy yo.

Mi vulnerabilidad salió a flote y no pude detenerme.

Una cosa llevó a la otra y terminamos discutiendo por culpa de mi mierda.

No sé cómo deje que aquellas palabras salieran de mi boca, soy un gilipollas.

Puedo ver que mis palabras le afectaron y estoy listo para que me grite, lo merezco.

Inesperadamente, hace todo lo contrario de lo que imaginé, me toma de la mano y de su boca salen las palabras que apaciguan todos mis miedos y avivan mi confianza.

Esos ojos sinceros despertaron cariño en mí y quitaron mis miedos.

Es lo único que pienso al verla.

—Y-yo lo siento —hablo cuando estamos en mi coche pero ella me calla.

—Esta bien Pablo, quiero que te abras conmigo y expreses lo que sientes libremente, no te guardes nada

Ella busca mi mano y la sujeta con fuerza, yo descanso nuestras manos entrelazadas sobre su muslo.

No sé que hice en otra vida para merecerla.

El tiempo de camino al restaurante italiano pasa muy rápido, nos bajamos en el valet parking y vamos directo al segundo piso donde solo estaríamos nosotros.

Pedimos mas que nada ensaladas, a excepción de Angie que pide una lasaña.

Las siguientes horas se pasan entre carcajadas y los chicos robándole pasta a mi chica.

Me alegra estar rodeado de las personas que quiero cerca.

Me estoy quedando con lo que es de verdad.

𝗔 𝗻 𝗴 𝗶 𝗲

Mientras vamos en el taxi advierto a mis dos amigas que conocía muy bien.

—Nada de irse con desconocidos, ni drogas, ni alcohol en exceso

—Solo lo necesario —Bal se pinta los labios a través de su espejito y yo la miro seria. —De alcohol, de alcohol

—Con lo que probe aquella vez, no me quedaron ganas de probar más —dice Diana por el otro lado.

A Bal solo le faltan unos meses para cumplir los 18, pero Mia dijo que no había problema porque su primo trabaja ahí y nos ayudaría.

Llegamos al pub que me envió Jess por mensaje y en efecto no tuvimos problema a la hora de entrar, es un lugar tranquilo a comparación de otros.

Que bueno, nunca había estado en un pub antes, pero me lo imaginaba diferente.

La música esta a un buen volumen para poder hablar cómodamente.

Mis amigas rápidamente se llevan bien con la peliroja y la castaña, que puedo decir, Bal y Diana son las personas mas sociables que conozco.

Nos sentamos en la barra, y Mia saluda al chico que nos atiende, me fijo en el piercing en su nariz, se le ve bien a decir verdad.

—Él es Santiago, mi primo —nos lo presenta y todas lo saludamos con una sonrisa.

—Muchas gracias por la ayuda —agradece mi amiga.

—Cuando quieras, Valeria —el chico le guiña un ojo a mi amiga y Mia se gira dándonos una sonrisa pícara.

—Creo que pueden llamarme cupido —me susurra al oído.

Después de que el primo de Mia nos prepara unas bebidas que prefiero no saber que tienen, vamos a buscar una mesa.

—¡Ya quiero ser mayor de edad para que mi crush deje de verme como una puta niña y me haga caso de una buena vez! —Bal brinda y se bebe su primer trago de la noche, yo la miro seria, todavía no esta borracha y ya esta diciendo incoherencias.

—Cuando las vuelva a ver, Valeria tendrá un hijo —me dice Diana exagerando por enterarse que tengo novio.

—Cállate, no manifiestes —dice Bal para luego tomarse otro trago.

Entre risas y mas tragos se nos pasa la noche.

Al ver el estado de las dos, me pregunto en qué momento se volvieron unas alcohólicas.

En el bachillerato también salíamos a fiestas y tomábamos, pero lo normal.

Bal ahora no puede tomar una cerveza sin terminar tomándose 20 litros de alcohol y medio inconsciente.

Mi móvil suena, es una llamada de Pablo.

—Es tu novio Gavi... ota —balbucea Bal al ver mi pantalla.

—¡Quiero un novio! —Mia lloriquea hundiendo su cabeza entre sus brazos sobre la mesa.

—Vamos a conseguirte uno, lo necesitas —Jess la anima.

—Yo sé donde encontrar chicos guapos —habla Diana, entre borrachas se entienden.

Me levanto de la mesa y contesto la llamada.

Hola —digo mientras voy caminando hacia los baños.

¿Cómo te la estás pasando?

Soportando a las borrachas de mis amigas, pero bien

Puedo ir por ti

A estas horas? —debía ser casi medianoche.

No me queda tan lejos tu ubicación

¿Cómo sabes dónde estoy? —frunzo el ceño aunque no pueda verme. —Nunca te dije el nombre del pub

Por accidente me compartiste tu ubicación en tiempo real hace mucho, lo olvidaste? —su risa resuena a través de la bocina.

Ah —eso explicaba muchas cosas.

Dime cuando quieras que vaya por ti

Me volteo y veo a mi grupo de amigas a lo lejos. Bal esta dormida sobre la mesa, Diana se levantó y esta hablando con una silla mientras Jess y Mia se carcajean.

Creo que fue suficiente por hoy.

Gavi dice que en 20 minutos llega, minutos que se pasan muy rápido, me despido de Jess y Mia quienes se van a quedar un rato mas hasta que su primo termine su turno.

Bal y Diana apenas pueden caminar,  se sientan en una banca afuera mientras esperamos a Gavi, quien llega en corto.

Se baja del coche en unos pantalones chandal grises y suéter del mismo color y un gorro negro en la cabeza.

Me examina con la mirada desde los pies hasta la cabeza mientras se acerca a donde estoy con mis amigas.

—Tú siempre te ves guapa, pero con ese vestido —sus ojos me vuelven a escanear de arriba a bajo y muerde su labio inferior, y casi de inmediato nuestros labios se unen.

Traigo un vestido negro ajustado de manga larga que me llega a las rodillas, me quise poner bonita para salir con mis amigas, pero los alagos de Pablo siempre me hacen sonrojar.

Cuando ya tiene suficiente de mis besos, me ayuda a subir a las borrachas a los asientos traseros y una vez que todos estamos arriba del coche arranca con su mano en mi muslo, mi vestido se sube un poco por lo que uno de sus dedos hace contacto directo con mi piel.

No tengo ánimo de escoger alguna canción por lo que simplemente pongo la estación de radio que me gusta.

Pablo ya tiene su licencia de conducir así que ya confío un poquito mas en sus habilidades de manejo.

Unos minutos después, estaciona el coche frente a la casa de Valeria, el motor se apaga, la música deja de sonar, yo desabrocho mi cinturón de seguridad y para todo esto, Gavi no ha quitado su mano de mi muslo.

No sé si es por la oscuridad de la noche que nos rodea, o si solo soy yo, pero se puede sentir una tensión en el aire.

Solo bebi dos tragos, el alcohol en mi sangre es mínimo, aún así, pensamientos indebidos me nublan la mente.

Mi corazón palpita intensamente, sentía que todos podían escuchar mis latidos desenfrenados, y por todos me refiero solamente a Pablo, mis dos amigas estaban mas que inconscientes en la parte de atrás.

Soy la primera en romper la distancia entre nosotros, extrañaba sus besos.

Me subo encima de él para poder besarlo mejor, me apoyo en sus hombros y le doy acceso a toda mi boca mientras disfruto su sabor.

Él me sujeta con firmeza de las caderas mientras le quito el gorro de la cabeza y lo aviento por ahí, me permito acariciar su abundante pelo.

Pablo reclina el asiento para atrás y murmura una grosería mientras intenta quitarse el cinturón de seguridad, yo suelto una risita y cuando lo logra estampa sus labios con los míos otra vez. No es delicado, sino exigente y ansioso a la hora de besarme.

Gracias a mi vestido puede acariciar fácilmente mis muslos, sus manos calientes hacen contacto con mi piel y ese simple tacto me hace estremecer.

—Eres preciosa —mientras recupera el aliento me mira embelesado y acomoda unos mechones de mi pelo.

Palpitaciones en mi parte íntima comienzan a hacerse presentes y ya podía sentir esa zona mojada por un par de besos.

Me muevo sobre él, y sin querer hago fricción con su miembro duro resultando en una sensación muy placentera.

Él suelta un gruñido y baja sus besos húmedos por mi mentón, lame y cuando comienza a chupar mi parte sensible del cuello, echo la cabeza para atrás y cierro los ojos con fuerza.

Cuando Pablo termina de chupar todo lo que quiere, busco sus ojos y ya no son avellanas, sino chocolate oscuro.

Rodeo su nuca con mis manos y él aprieta mis muslos a sus costados pidiéndome permiso con sus ojos llenos de deseo, yo asiento y telepáticamente le expreso un “sí, tócame.”

Junto nuestros labios hambrienta a la vez que él recorre mi piel desnuda hasta llegar a mi trasero, lo aprieta y masajea a su antojo marcando sus huellas dactilares sobre mí. 

Llega a mi punto más sensible, sus dedos solamente me rozan encima de la delgada tela de mi ropa interior, para después presionar ligeramente sobre la tela, se me escapa un gemido que Pablo me calla con beso desesperado.

—Todavía ni te he tocado como quiero y ya estás empapada —dice en medio del beso y muerde mi labio inferior. —Joder, debemos parar

Me levanta de su erección y en un movimiento me aparta, dejándome en el asiento de copiloto donde hace unos minutos estaba.

La verdad es que no tenía fuerzas para parar. En mi mente solo pensaba: "quiero más."

Intento controlar mi respiración y asimilar todo lo que acaba de pasar... y todo lo que estoy sintiendo.

Él me acomoda el vestido para luego bajar del coche.

Trago grueso antes de bajar también.

Voy apretando mis piernas hasta llegar a la acera donde esta parado.

No comento nada sobre el bulto en su entrepierna yo tambien era un desastre ahí abajo.

—No me tortures así —comienza a hablar aún agitado. —No quiero tocarte a medias, quiero tocarte y hacerte mía en ese preciso momento

Lo escucho sin saber que decir y él continua.

—No voy a tocarte hasta que estés lista —me acaricia la mejilla y únicamente asiento.

Creo que era lo mejor.


valerial10 via Instagram story


valerial10 cuando se repite? 😘

jorge_luis guapas

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro