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20 :: barça

∘₊✧──────✧₊∘

Mientras espero a mi papá afuera de mi facultad, un coche suena el claxon. Era una camioneta blanca.

No le doy importancia pero vuelve a sonar repetidas veces por lo que fijo mi vista ahí y noto que Gavi es quien esta detrás del volante.

Me acerco al auto y él baja la ventanilla del copiloto.

—¿Qué haces aquí? —ya estaba sonriendo desde antes de hacer la pregunta.

—Tú papá me pidió que pasara por ti —le doy una mirada desconfiada. —Bueno, yo se lo pedí

—Desde cuado tienes coche y manejas? —alzo una ceja.

—Siempre he tenido coche, solo me falta la licencia de conducir

—O sea que eres un peligro al volante

—En unas semanas hare el examen, no exageres —yo permanezco de pie sin intenciones de subirme. —Anda, súbete

Me subo en contra de mi voluntad y lo primero que hago es ajustar bien el cinturón de seguridad.

Pablo arranca y parece que sabe lo que hace aunque aún tengo mis dudas.

—Pon la música que quieras —me señala su móvil con la mirada.

Esté esta en un pequeño espacio entre la palanca de cambios, lo tomo y me dicta la contraseña: 1111.

—Wow, que contraseña mas difícil, imposible de desbloquear —me burlo un poco.

—Ey, no soy bueno con las contraseñas

Al desbloquearse el móvil puedo ver una foto de nosotros de fondo de pantalla, una que nos tomamos en el billar.

—Que guapos —le muestro la pantalla para que sepa a lo que me refiero olvidandome que va manejando.

—Yo siempre, pero tú más —voltea a verme sonriendo.

—Ojos a la carretera, Pablo

Encontrar Apple Music entre las aplicaciones descargadas no es problema ya que no tiene tantas y de inmediato reproduzco el álbum de Harry Styles.

—¿Cómo te fue en la uni hoy?

—Bien, esta semana ha estado relajado todo, y a ti cómo te trata el mundo del fútbol?

—Los entrenos son mas pesados que nunca, de hecho tenemos partido pasado mañana y atrás hay algo para ti

Volteo a ver los asientos traseros pero no veo nada.

—En el suelo —aclara y bajo mi mirada encontrándome con una bolsa café.

La agarro y la coloco sobre mis muslos, en segundos saco su contenido.

Extiendo en el aire una camiseta azul y roja, del barça.

—Pero volteala

Yo lo hago y me encuentro con un nombre muy familiar.

—¿Qué tú no usabas el 30? —pregunto al ver el número 6 abajo de su nombre.

—Este es mi nuevo número, te gusta? —me da una mirada rápida para volver a enfocarse en la carretera frente a él.

—A ti cualquier número te queda bien —respondo con una sonrisa aunque no pueda verme.

—Pontela —me pide y no hace falta que lo haga dos veces.

Me la pongo encima de la camiseta que traía puesta y me queda bastante bien.

Me veo en el espejo del asiento acomodando unos mechones que se me despeinaron.

—A ver, volteate

—Si vienes manejando, ya me verás cuando nos bajemos

Nos paramos en un semáforo, él me mira expectante y yo suelto un suspiro.

Me quito el cinturón de seguridad para poder girarme por completo y mostrarle mi espalda.

—Contento?

Cuando regreso a mi lugar, Pablo se desabrocha su cinturón en un movimiento rápido, se inclina totalmente hacia mí y me besa sujetandome de la nuca.

Besarlo, era saborear su esencia, sentía ese agridulce, esa explosión de alegría combinado con la intensidad que lo representa. Ese sabor se ha vuelto adictivo para mí.

Nos separamos después de que los claxon de los coches de atrás se hicieran presentes.

Cuando llegamos a mi casa, él se baja conmigo y se queda a comer.

El próximo sábado vendría su familia y los conocería finalmente. La verdad pensar en eso me daba nervios pero quiero creer que les daré una buena impresión a sus padres.

𝗚 𝗮 𝘃 𝗶

Estos días el entrenador ha estado exigiendonos mucho.

Mañana es el partido y lo que mas me emocionaba por primera vez no era salir al campo sino que Angie estaría ahí usando mi camiseta, por fin.

Daría todo de mí en el terreno de juego como siempre.

Aprovecho estos minutos de descanso del entreno y me tiro en el césped, mojandome la cara con una botella de agua.

Enseguida me rodean los tres mosqueteros: Pedri, Ansu y Eric.

—Oigan, mañana salimos después del partido? Hay un nuevo lugar, dicen que esta guay y necesito conocer a alguien —propone Ansu quien se deja caer a mi lado.

—Más bien quieres decir que necesitas follar —dice Eric con burla.

—Pues también, llevo un mes desde la ultima vez, ¡un puto mes! —Ansu se reincorpora y se sienta sobre el césped.

—Nuevo record —me mofo.

—Pedri es el que lleva mas tiempo —señala al pelinegro.

—¿Cuánto? —pregunta Eric interesado en el tema.

—Tres meses —responde Ansu por Pedri.

—Gavi tú cuánto? —me pregunta Eric el fisgón.

—En serio estan hablando de eso? —pongo los ojos en blanco. —Creo que 5 meses, no recuerdo bien

Hasta ahora que lo digo en voz alta me doy cuenta que fue hace mucho, mi yo del pasado estaría decepcionado.

Desde que conocí a Angie no he vuelto a estar con ninguna otra chica. Y yo que creía que no podía ser fiel.

—¡¿Qué?! —exclaman y me siento sobre el césped encontrándome a todos viéndome como si estuviese loco.

—Pero si tú eres el que tiene novia —habla Ansu a mi lado.

—Angie y yo no hemos tenido sexo

—Y qué esperas?

—No sé, es la primera vez que tener sexo no es una de mis necesidades, estoy satisfecho con simplemente dormir abrazado a ella o comer juntos

—Vaya, si que estás enamorado

—Gavi maduro chicos, déjenlo —dice Eric y le doy una sonrisa.

Eric era el único maduro entre nosotros, es ese amigo sabio que nos da consejos y cuida de nosotros, me ha salvado de muchas.

—No te creo, tengo que preguntarle a Angie —Ansu saca su móvil y se lo arrebato de una.

Ni siquiera sé como es que lo trae consigo si estamos entrenando.

—Ni se te ocurra preguntarle eso —lo amenazo serio.

—Era bromaaa —levanta los brazos en señal de rendición y aviento su móvil lejos detrás de él. Estoy seguro que no le pasará nada, ya lo he hecho otras veces.

—¡Gavi! —Ansu se levanta rápido y sale corriendo por el aparato mientras los demás se carcajean.

El moreno regresa frotando su móvil contra la tela de su camiseta.

—Bueno, a Gavi ya lo perdimos, mañana salida de solterones

Yo ruedo los ojos y me levanto del césped para ir por otra botella de agua.

𝗔 𝗻 𝗴 𝗶 𝗲

Hoy era el partido de Gavi, me puse su camiseta y me preparé para ir.

Pensaba ir en taxi pero al bajar a la sala me encuentro a mi hermano con la camiseta de Lewandowski esperándome.

—Hasta que bajas, vámonos

Mi hermano se invitó solo, pero no protesto.

Llegamos al estadio y estaba emocionada por ver a Gavi jugar, esta vez era diferente a los anteriores partidos.

Es la primera vez que lo vería jugar como su novia y me hacía ilusión.

El equipo contra el que jugaban era el osasuna, yo no sabía mucho de fútbol pero podía notar que eran buenos. Estaba teniendo mil infartos cada minuto por su culpa, ha habido varios intentos de casi goles pero para suerte del barça han sido fallidos.

—¿Qué ha pasado? —me pongo de pie rápido al ver a Gavi tirado en el suelo.

Pero Alex no me responde, esta igual de pasamado que yo viendo la escena.

Toda su oreja sangraba sin parar.

No me gusta ver la sangre pero no puedo quitar mi mirada de Pablo.

Él me busca con la mirada y cuando me encuentra me da una leve sonrisa que dura solo unos segundos, luego es reemplazada por muecas de dolor.

¿Cómo podía sonreírme mientras le engrapaban toda la oreja?

—Que tu novio se ha quedado sin oreja —suelta Alex pero yo no estaba para bromas.

Gavi se cambia de camiseta rápido y regresa al campo.

—Pero, ¿por qué regresa a jugar? —pregunto en voz alta, era absurdo.

—Porque Gavi es un guerrero

Entendía la pasión de Gavi por el fútbol y su club pero no se medía, arriesgaba demasiado y solo salía herido.

No podía no preocuparme por lo intrépido que es.

El resto del partido se me hace eterno, cuando finalmente termina, mi hermano y yo nos apresuramos a ir a ver a Gavi.

Vamos hasta al área donde esta la enfermería y los vestuarios. Ahí un señor nos deja pasar al decirle mi nombre.

—No entiendo por qué no nos dejó pasar con mi nombre, soy el cuñado —Alex va todo ofendido detrás de mí. 

Recorremos un pasillo muy largo hasta llegar a la enfermería donde veo a Pablo sentado en una camilla.

—Estoy bien —es lo primero que dice cuando me ve.

En mi opinión esa oreja no luce nada bien, esta llena de grapas, sangre seca y matices violetas. No quería ni ver.

—No pueden estar aquí —nos dice una enfermera.

—Esta bien, es mi novia —se apresura a decir Gavi.

—Y yo soy el cuñado —habla mi hermano para después sentarse en una silla cerca de Gavi.

La enfermera asiente y continua con sus tareas.

—Voy a estar bien, fue solo un corte —asegura.

—Solo un corte? Acaso ya te viste? Esta horrible

—Ya no me vas a querer por mi oreja? —hace un puchero en medio de la situación.

Yo me acerco por completo hasta él y acaricio su mejilla.

—Me asustaste horrible, tienes que tener mas cuidado Gavi

—Lo siento —cierra sus ojos unos segundos por el tacto de mis dedos sobre su piel. —No puedo prometerte que algo así no vuelva a pasar pero si tú estás conmigo voy a estar bien —él toma mi mano y deja un beso sobre está, yo me tranquilizo un poco con sus palabras y esbozo una sonrisa enamorada.

—Bueno, HERMANO, me puedes explicar por qué no diste mi nombre también a los de seguridad? —suelta mi hermano y yo retrocedo unos pasos, pero Pablo me atrae hacia él y me sienta sobre sus piernas mientras habla con Alex.

Después, aparece el doctor junto al entrenador y le indican a Gavi todos los cuidados que debe tener de ahora en adelante para que su herida sane correctamente y lo mas pronto posible.

Cuando termina la charla, entran unos jugadores a ver a Gavi. Entre ellos Pedri, Ansu, Balde y Ferran que ya los conocía.

Mi hermano estaba maravillado de conocer a los jugadores de su equipo favorito.

Unas horas mas tarde, mi hermano y yo llevamos a Gavi a su casa.

Al llegar, noto un coche que nunca había visto afuera.

—Se supone que esta no era la manera en que conocerias a mis papás —me dice Gavi antes de entrar.

—Mi amor, tomamos un vuelo en cuanto nos enteramos —una señora nos recibe, supongo que es la madre de Gavi. —Ay, dios mío —exclama al verle la oreja.

—Estoy bien, mamá —repite Pablo por décima vez en el día.

Sus padres al fin se dan cuenta de la presencia de dos personas más: mi hermano y yo.

—Mamá, papá, ella es Angie, mi novia —me presenta Pablo.

—Hola, es un placer conocerlos

—¡Ay, Angie querida! —la mamá de Pablo me abraza y me da dos besos que correspondo. —Que guapa eres —yo me sonrojo en automático y saludo al padre de Pablo también.

—Hola, yo soy el hermano, Alex —mi hermano se presenta muy alegre.

—Ya veo que viene de familia —comenta la señora, lo que faltaba para alimentar aún mas el ego de mi hermano. —Belén, la madre de este muchacho, encantada

—Pablo, es bueno conocerlos

Se presentan los padres de Pablo y no me sorprendería que la hermana se llame Belén también.

Todos nos sentamos en la sala y Gavi les cuenta a sus padres la situación y las indicaciones del médico.

Ellos deben regresar mañana a Sevilla por sus trabajos y Belén me pide  cuidar de Gavi estos días e informarle sobre su mejoría. Lo cual no será ningún problema para mí.

𝗚 𝗮 𝘃 𝗶

Doy gracias que solo fue un corte en la oreja y que podré seguir jugando los próximos partidos, con ciertos cuidados pero puedo jugar y eso es lo que me importa.

Admito que cuando juego, la mayoría de veces no me contego, pero es que no es mi culpa, es como si estuviera hipnotizado cada vez que piso el campo porque no pienso en que puedo salir lastimado, únicamente pienso en hacer de todo por ganar y meter goles. No me limito.

Mi vida cobró sentido el día que patee una pelota por primera vez. El fútbol es mi pasión y mi vida, sin él no podría vivir igual.

Lo único que me inquietaba era causarles preocupación a mi familia y ahora a Angie.

La manera en la que sus ojos me miraron en la enfermería, reflejaban mas que angustia, miedo.

No quiero que nadie se preocupe por mí, por eso debo moderarme, tener mas cuidado con mis acciones.

Mis papás acaban de irse de vuelta a Sevilla no sin antes darme una extensa charla sobre cosas que ya se, y me aburro mientras espero a Angie.

Me tiro en el sofá y abro Instagram, leo todos los comentarios deseandome una pronta recuperación y les respondo a algunos amigos. Sigo deslizando por la app cuando me sale la publicación de una chica posando con poca ropa y de una manera muy provocativa.

Me meto a su perfil y me cuestiono por qué la sigo.

Porque se te había hecho guapa.

Pero eso fue cuando estaba soltero, así que la dejo de seguir y comienzo a checar la lista de las personas que sigo y voy quitando el follow de muchas cuentas que ya no me interesan más.

Dejo lo que estaba haciendo cuando mi chica llega a alegrar mi día.

—Mi mamá te preparó avena y mi papá te manda esto —me dice dejando las cosas sobre la isla de la cocina.

Voy hasta ella y paso mis manos por su cintura, tengo su espalda contra mi pecho y hundo mi cabeza en su cuello.

Inhalo su aroma y me deleito en el olor a champú y vainilla.

—Hueles a vainilla, te quiero —beso su mejilla.

—¿Ya comiste? —ella se voltea cara a cara conmigo, y me permite ver sus bonitos ojos de gato sin miedo en ellos, solo llenos de amor para mí.

Reconocería esos ojos pasadas un millón de vidas.

—Comí lo que me dejó mi mamá —asiento como bebé.

—¿Cómo esta tu oreja?

—Mirala tú misma —me volteo para que pueda verla bien, la verdad esta cicatrizando muy rápido.

—Vamos a ponerte la pomada —me da un besito en los labios y subimos arriba con nuestras manos entrelazadas.

Yo me siento en mi cama y dejo que ella haga conmigo lo que quiera.

Mi chica se situa entre mis piernas por lo que las abro completamente para ella, y con la cabeza un poco ladeada siento la crema fría en mi piel.

Sus dedos suaves acarician mi oreja y me da un pequeño masaje por toda está.

En automático cierro mis ojos y disfruto de su tacto que para nada me causa dolor.

No sé cuanto tiempo pasa hasta que ella habla.

—Ya esta lista tu orejita —me da un pico en los labios y es ahí cuando abro los ojos.

Yo la sujeto de las caderas para que no se aleje de mí.

La quiero sentir tan cerca que...

Me permito besarla como quiero, exigente y rudo, sin una pizca de gentileza.

Ella termina subiéndose a horcajadas sobre mí, muerdo sus labios y en medio del beso la sangre se mezcla con nuestra saliva.

En unos segundos ya estoy encima de ella sobre la cama sin despegar mi boca de la suya.

Mis manos van directo al borde de su blusa y se introducen por debajo de la tela, recorro su abdomen y sin pensar bajo hasta sus pantalones, donde mi mano se adentra con agilidad por la tela de su ropa interior, pero no alcanzo a tocar mas allá de su abdomen bajo cuando Angie me detiene.

—Debemos parar —dice con la voz entrecortada y frenando mis manos.

—Lo siento, no quise incomodarte —soy un gilipollas cuando el deseo me nubla la cabeza.

Le doy espacio y ella se incorpora en la cama, se acomoda la camiseta y se pasa una mano por sus labios limpiando los rastros de sangre.

—No pasa nada —afirmo, no quiero que se sienta incómoda por mi maldita culpa. —Tengo que ir al baño —añado con urgencia.

Necesitaba arreglar mi problema y no quería hacer mas estupideces.

𝗔 𝗻 𝗴 𝗶 𝗲

Gavi es el primer chico que me toca así, y me gusta. La idea de perder mi virginidad con él enciende algo dentro de mí, pero a la vez, me da miedo no poder parar y aún no me siento lista.

Tampoco quiero que Pablo se aburra de mí, es obvio que él esta mas que dispuesto ha hacerlo.

—Pablo, tenemos que hablar —digo cuando él regresa del baño y se sienta a mi lado.

—Vas a terminar conmigo? —cuestiona con temor.

—¿Qué? No —niego rápido y no pienso mucho lo que quiero decir. —Es solo que aún no estoy lista para eso —confieso un poco insegura.

—Angie, yo no voy a presionarte —me toma de las manos y acaricia mis nudillos. —Esperaré cuando estés lista, no quiero que pienses que para mí el sexo es lo mas importante, contigo no

Busco sus ojos, que ya estaban puestos en mí.

Sin ninguno decir nada, eleva mis manos y besa cada uno de mis nudillos.

Cuando termina, levanta su cabeza y me da una de sus sonrisas mas bonitas.

Y me di cuenta que nuestro primer beso no fue con la boca, sino al mirarnos y ambos sonreír.

—Vemos una película?

—Pero yo la elijo —respondo con una sonrisa también.

La verdad era que Gavi tenía pésimos gustos a la hora de elegir películas.

Él va por el control de la TV y Simba se sube a la cama.

—Lo que faltaba

—Déjalo —digo cuando hace el intento de bajarlo.

Él me pasa el control, se acomoda a mi lado y mientras busco que ver nos cubre a ambos con las sábanas.

Gavi le hace caricias a Simba mientras esté busca su lugar, termina acostandose en medio de nosotros dos.

—No me gustan las peliculas de navidad —arruga la nariz al ver la película que acabo de poner. —Pero si es contigo no importa

—Por eso tú no eliges las películas, grinch

Media hora después, Pablo se duerme sobre en mi hombro y yo veo el resto de la película atenta a cada detalle.

Cuando la película se acaba, me entretengo acariciando unos mechones de su pelo que caen por su frente y es hasta que suena el timbre que lo despierto.

—Pablito, despierta —toco su frente y sus cachetes con la palma de mi mano pero no da señales de vida.

Me inclino para darle un beso y en el momento en que nuestros labios apenas se rozan, él despierta tomándome de la cintura y estampando nuestras bocas por completo.

—Tú no estabas dormido? —digo en medio del beso, pero él responde besandome con mas ganas.

El timbre me trae devuelta a la realidad y me aparto.

Bal iba a venir después de su trabajo para estar con Simba un rato, debía ser ella.

—Ya llego Bal

—No me dejes —hace un puchero al ver que me levanto de la cama.

Yo me acerco para darle otro beso y emprendo mi camino, Simba me acompaña bajando las escaleras.

Le abro la puerta a mi amiga y después de abrazarnos pasa cargando unas bolsas.

—Espero no haber interrumpido nada —habla en doble sentido y yo ruedo los ojos.

De las bolsas saca unos snacks para el gatuno y un juguete, es un pescadito de peluche.

—Simba, tengo algo para ti —le muestra el peluche a Simba, lo coloca en el piso cerca del gato, presiona el estómago del pescadito y empieza a sacudirse como si estuviese vivo.

La reacción de Simba es simple, se acerca a olerlo y lo lame.

—¡Le encanto! —chilla Bal.

—Lindo juguete —Pablo baja y ve la escena.

—Le traje premios a Simba, estos sólo puedo dárselos yo —Bal señala un paquete en específico y Gavi asiente tranquilo.

Vamos hasta la cocina, y él le indica donde acomodar la comida para Simba mientras yo me sirvo limonada y le ofrezco a mi amiga.

Los tres nos sentamos en la sala, Bal acuesta a Simba en sus piernas.

—No puedes subir fotos de Simba a Instagram —advierte mi amiga.

—Nomas he subido como dos —responde Pablo mientras pasa su brazo por mis hombros.

—Pues esas dos fueron mas que suficiente para que me llegará hate

Bal primero estaba contenta con la atención que había recibido de parte de los fans de Gavi, pero ahora se la pasa quejándose por los comentarios negativos que recibe.

La verdad era admirable y temible al mismo tiempo como los fans notaron las características de Simba en unas fotos y ataron cabos. 

—No es mi culpa —dice Gavi indiferente a la situación.

—¡Claro que si!

—No es culpa de Gavi —digo yo y mi amiga me asesina con la mirada.

—Te recuerdo que antes de ser novia de Gavi eras mi amiga —habla la más dolida de España.

—Solo desactiva los comentarios y los mensajes —habla Pablo en medio de todo esto.

—¿Crees que no lo hice ya?

—Ayer estabas feliz por tus seguidores —le recuerdo.

—¡Si! Pero jamas imagine que la gente me atacaría —dice frustrada. —Al inicio solo era gente curiosa preguntado si era el gato de Gavi, pero después, la gente dio por hecho que si lo era y me comentan cosas feas porque piensan que estoy saliendo con Gavi

En medio del lamento de mi amiga, no pude pensar en, si lo mío con Pablo se llegará a hacer público sin duda recibiría hate por todas partes. Y yo no creo poder soportar eso.

Que si hay fotos nuestras por internet, pero nadie sabe quien soy y yo no me meto a ver lo que opina la gente. Por mi salud mental no quería saber y no pensaba en ello.

Realmente no pense en eso cuando acepte ser su novia, solo me deje llevar por mis sentimientos como cualquier adolescente normal. ¿Por qué tenía que ser tan complicado salir con alguien que me gusta?

Porque la persona que te gusta es un chico famoso con millones de seguidores.

Gracias conciencia.

Pero la verdad es que no es culpa de Gavi, él no tiene control en como van a reaccionar sus seguidores ni mucho menos en las repercusiones de publicar una simple foto.

—Debería publicar una historia diciendo que si es mi gato y que a ti no te conozco?

—No servirá de nada, de todas maneras la gente cree lo que quiere creer —responde Gavi serio. —En un mes la gente te dejara en paz si ninguno sube nada de Simba

—¡Es mi gato! Deberia poder subir lo que quiera cuando yo quiera —se queja Bal.

—Si, pero así funcionan las cosas —mi novio eleva los hombros.

Esta sereno y parece acostumbrado a estos escenarios.

—Hazle caso a Pablo y ya Valeria —hablo mirando a la pelinegra.

Gavi es el que sabe lidiar con estas cosas así que no hay otra mejor opción.

—Simba esto lo causaste tú —mi amiga levanta al gatito y lo eleva hasta su rostro. —Pero te perdono porque eres MI hijo —sonríe y lo abraza contra su pecho.

—Yo soy el que le da de comer todos los días —y así comienza otra pelea por ver a quién le pertenece mas Simba.

Estos dos son insoportables.

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