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XV. The plague and the claim.

XV. La peste y el reclamo.

❝ Me pagas con la misma moneda y

cosechas lo que siembras. ❞

¡NO LECTORES FANTASMAS, POR FAVOR! :C

˓ ֹ A PARTIR DEL INCIDENTE DE MARCADERIVA (también por el nuevo jinete de Canibal) los hilos empezaron a moverse. Rhagnar Velaryon iba y venía a lomos de su gran dragón de ese modo, se tejieron diversos rumores que asentaban a los cónyuges reales; " el consorte ha engañado a la princesa es así como, viaja para encamarse con su amante", " el fantasioso del romance ensueño acabado", " la princesa se revolcó al igual que una golfa en el lecho de Harwin Strong." Tantos cotilleos que apuntaban a una ruptura, sin embargo, la verdad era otra.

No hubo separación, ni discusiones a cambios coexistió el entendimiento y el acogedor sentimiento del amor, pero, las ausencias del esposo de la princesa indicaban motivos políticos a fin de asegurar una sucesión incierta.  Llamadlo paranoia o perdida de compostura lo cierto era que, heredero de Driftmark estaba inquieto con las tensiones que poco a poco surgían.

No obstante, el querer posicionar a su esposa en una sociedad basta de machismo tuvo que hacer continuos sacrificios por lo que, a causa de los prolongados viajes se privó de los dos nacimientos de sus vástagos; a mitades del año 120 d.C  alumbró al mundo de los vivos un varón robusto, de orbes lilas, hebras platinadas, y tes pálidas cual fue nombrado como Aegon Velaryon.  Luego, la princesa heredera en el año 122 d.C se encontró en el lecho paritorio sin su esposo, a comparación de su otro hermano, el niño que había nacido era más pequeño, menos robusto, las hebras platinadas con detalles marrones adornaban las coronillas de la cabeza, Viserys Velaryon grito muy fuerte a pesar de ser tan débil.

Las ramas se mecían debido a una suave ventisca, la luna tan encantadora reflejaba la belleza en las claras aguas, la arena lucia tan fresca, y el rugido frondoso de una criatura perpetuo cada sinónimo de tranquilidad. La familia real pocas veces se refugiaba en roca dragón por el malestar de la constante soledad a cambió convivían más en Marcaderiva, Rhagnar, se bajó con agilidad de los lomos de Babelon.

Una bestia con un atractivo llamativo, las escamas de un tono negro brillante, ojos grandes con un tinte violáceo. A paso firme se dirigió al castillo, el viento revoleteo los oscuros cabellos que ahora yacía más largos, el heredero de Driftmark  cambió por completo, el rostro se perfilo haciendo el honor a los genes que poseía.

Al llegar a la entrada saludo a los guardias que la custodiaban. No esperó la reciprocidad sino se adentró, cruzó por los pasillos que ahora daban la sensación de una extraña calidez, o tal vez era el fuego que alumbraba el camino. Se detuvo delante de una gran puerta por lo que, la abrió con cautela así se introdujo a hurtadillas al salón principal.

Allí se encontraba sus seis vástagos, esposa, padres, hermanos y Sir Harwin, todos dándole la espalda. Se aproximó lo más despacio para atrapar de sorpresa al menor de los niños; Viserys Velaryon, contaba con apenas dos onomásticos. 

— ¡Rhagnar!, ¡padre! — exclamaron en coro los presentes.

Dos años largos de ausencias se desvanecieron en un familiar abrazo. El hombre apenas podía estar regocijándose con el cariño que le brindaban, la sonrisa que se instaló en el rostro era poco con lo que sentía.

— ¿Como te fue, hijo? — inquirió Lord Corlys— hemos escuchado rumores.

El Velaryon observó a quien le hablaba, desconcertado, dejando en el suelo al infante no sin antes de darle un beso en la coronilla.

— ¿Qué clase de rumores, padre?

Con el dedo, Corlys apuntó a la cadera de su heredero; señalando la espada que yacía ahí.

— Has rebanado tantas cabezas que, el miedo navegó hasta por los más terribles piratas, comerciantes, y gente del común.  El cónyuge sanguinario te han apodado o la bestia, sin embargo, encontraron un nombre para tu arma— pausó y cada palabra cual destilaba se resaltaba el orgullo— Demon Slayer.

— Interesante — dijo tras rodear la cintura a su esposa— sumamente fascinante.

—  Cuéntame, hijo, ¿qué conseguiste en estos dos años? — cuestiono ahora Rhaenys.

Laenor que estaba aún costado junto a Harwin se acercó con la intención de ser partícipe de la conversación. Los primogénitos mayores del matrimonio Velaryon— Targaryen se situaron aun lado de su padre con tal de hincharse de orgullo con las nuevas historias; Tantos Jacaerys como Lucerys admiraban aquel que era su progenitor.

—  Reafirme la posición de mi esposa para el reclamo del trono — apertura. Chasqueó la lengua tras rememorar las atrocidades que cometió estando a las afueras— es cierto que, en ocasiones utilicé la fuerza bruta para imponer el temor, pero, conseguí que se arrodillaron los aliados; en las tierras de los ríos tenemos apoyo de los lores de aguasdulces, poza de la doncella, árbol de los cuervos, descanso del caminante... entre otros — relamió los labios.

— ¿Y si nos traicionan? — cuestionó Laenor, ambicioso por una guerra inexistente. 

— Fuego y sangre es lo que tendrán — aseguró en un tono despreocupado— tenemos de nuestro servicio el valle, y las tierras del dominio.... Incluso Daemon también ofreció ayuda si ha de ocurrir un complot.

Las horas buenas continuaron en los siguientes años; importantes señores reconocían a Rhaenyra Targaryen como la legitima cosa que tranquilizo un poco a la familia. No obstante, las tensiones estaban y las movidas apenas empezaban. Rhagnar, se aseguró en instruir a la perfección a sus hijos con la ayuda de su esposa además de Harwin con los entrenamientos, siendo diestros en las espadas.

El año 129 d.C se avecinó, la princesa nuevamente estaba a la espera de un nuevo bebé bajo la percepción que sería una hermosa niña.  Pero, la tranquilidad no es sinónimo de felicidad... Aquel mismo año, la Serpiente Marina y el heredero de Driftmark contrajeron unas fiebres repentinas. Cuando se encamaron, rodeados de sus maestres, surgió la cuestión de quién debía sucederlos como Señor de las Mareas y amo de Marcaderiva si el mal se los llevaba. Puesto que su heredero estaba de igual o peor de enfermo, Laena falleció repentinamente, y Laenor ni le interesaba poseer los mares, sus tierras y sus títulos debían pasar por ley a Jacaerys, su nieto mayor; pero, dado que seguramente ascendería al Trono de Hierro tras su madre, la princesa Rhaenyra con el dolor en el alma propuso a su suegro que nombrase a Lucerys, su segundo hijo. No obstante, lord Corlys también tenía media docena de sobrinos, y el mayor de ellos, ser Vaemond Velaryon.

Un cuervo aterrizo causando conmoción en Marcaderiva. Rhagnar no era estúpido, ni ciego, ni sordo, pese a la enfermedad estaba consciente que algo ocurría. Se indujo un falso sueño con la intención de espiar a quienes se adentraban a sus aposentos. 

Un tacto suave acarició las mejillas, apartó los cabellos que caían por el rostro.

— Mi amor.... Han puesto en tela de juicio la legitimidad de nuestros hijos... Vaemond solicitó una audiencia — la voz se entrecortó— creen que mi suegro y tú perecerán...les ruego a los dioses que sean be-benévolos.

La mujer rompió en llanto, ¿sería capaz de sobrevivir si ha de perder su otra mitad? estaba muerta de terror.

— Partiré a desembarco acompañada por los niños— Rhaenyra presionó delicadamente los labios contra los de ellas— te necesitó, esposo.

Efectivamente, Rhaenyra se marchó, aunque lo que más desease era cuidar a Rhagnar; cuando la noche cubrío Marcaderiva el heredero se levantó, coloco la armadura, y porto la espada. Los Maestres le rogaron el reposo, pero, este se negó por lo que en un arrebato de colera termino en lomos de Babelon.

Voló parte de la noche, madrugada hasta el amanecer y el aterrizar fue en la colina de Visenya.

Al acceder a la fortaleza roja solo aspiró un par de suspiros de sorpresa por los nobles; la princesa había llegado sola, paso la noche en soledad, ¿acaso este ser no había muerto? los dioses parecían injustos cuando el mal se arrimó al salón del trono.

— No me anuncies — ordenó. Al contrarió con sigilo se adentró, por ende, atestiguo de una bochornosa audiencia.

Vaemond Velaryon, vociferaba irritado por el agravio de la decisión del enfermo rey; definitivamente, se asombró por el estado tan lamentable que Viserys presentaba.

— ¡sus hijos son bastardos! — grito encarando con enojo a Rhaenyra—  ¡y ella una golfa!

Los susurros iniciaron cuando camino por el sendero que lo conducía directo a su tío, coloco la mano en el pomo y de un momento a otro la desfundo, una extraña sensación lo acorralo al instante que le rebano la cabeza a Vaemond Velaryon, manchándose del líquido espeso, una impetuosa carcajada se emitió.

— ¡Si mi tía con mis sobrinos vienen a hincarse en desesperación! — observó al rey tras clavar la espada en el cráneo de Vaemond— cortadlos, y dale las sobras a los dragones como se hará con el cuerpo de este infeliz.

Al retirar la espada la paso por su propia boca, y con la lengua saboreo la sangre; brindando una mirada hostil a la familia de la reina, entregando la advertencia que si han de traicionar el destino solo sería uno, la muerte.

El rey tan enfermo solo boqueaba por la situación que concurría. Sin embargo, Rhaenyra empezó un llanto desconsolador al momento que se refugió en brazos de su esposo, seguido de  Jacaerys, Lucerys, Rhaenys y Baela que recientemente arribó con Rhaena a Marcaderiva.

— Lucerys Velaryon, me sucederá a mi Rhagnar Velaryon cuando sea el momento — proclamo fuertemente— mi legitimo heredero.

— Pensé que perdería a otro hijo— fue el turno de sollozar de Rhaenys,

Rhagnar la vislumbró por encima, enternecido.

— Aun no los dejaré, madre— la vista se enfocó en los vástagos de la reina— he de vivir para eliminar cierta estirpe.

El inició del fin denominaron aquel evento del reclamo... Es así como, el consorte sanguinario resonó con más fuerza ¡oh! ¿sería lo suficiente osados para aguantar los golpes que se llevaría a cabo? Rhaenyra se aferró a su amor entretanto le cuestionaba del porque se levantó del lecho.

— Mientras yo esté aquí, esposa — canturreó saliendo del salón— yo los protegeré.

Otto Hightower, supo que la amenaza no era Rhaenyra Targaryen sino aquel que los desafiaba en las sombras por lo que las ratas molestas debían ser asesinadas... Oh! Harwin Strong escoltaba a su amigo y familia tras atisbar de reojo las muecas de la mano del rey...

NOTA: ¿Ya saben lo que se viene? juju. Que random el Rhagnar venia a hacerle el trabajo a Nyra para así irse jsjs.

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