VII. The scoundrel versus the heir.
VI. El canalla versus el heredero.
❝No me llames egoísta,
no me gusta compartir. Tú eres mía.❞
¡NO LECTORES FANTASMAS, POR FAVOR! :C
━━ ˓ ֹ LAS MALAS LENGUAS DICEN QUE, la enemistad del Lord lecho de pulgas con el heredero de Driftmark no inició en plena batalla de peldaños, sino debido a una mujer: la primogénita del rey, la heredera del trono de hierro.
Cuando se arribaron a brindar las gratificantes noticias de la victoria además declarar que solo existía un rey para los siete reinos, una celebración a lo grande estalló. Viserys I Targaryen, se pavoneaba de lado a lado sumamente emocionado, canturreando el acontecimiento liderado por su hermano menor y su futuro yerno.
— Rhaenyra — se dirigió con pasos elegantes sosteniendo firmemente la copa que reposaba el brebaje de licor— necesitó que conversemos.
La mujer dejo aun lado los bocadillos que deleitaba. Internamente se regocijaba por ser llamada a pesar de que lo demostrara con indiferencia pues, no deseaba mostrar lo necesitaba que estaba más ahora que la guerra lo convirtió en alguien más varonil o caóticos de esos que tanto le encantaban.
— ¿Ocurre algo? — indagó permitiéndose en detallar cada facción, perderse por aquel par de ojos violáceos tan profundos al igual que los suyos, se relamió inconscientemente los labios cuando atisbó con descaró los ajenos.
Rhagnar se removió hasta sacar un artilugio.
— Antes de regresar recorrí gran parte de los siete reinos — sonrió tímidamente— el comerciante con el cual negocié afirmó que esta joya es hecha de los oros de la antigua Valyria e incluso nuestra conquistadora, Visenya la empleó durante un tiempo.
La princesa quedó maravillada a lo que no tardo en darse media vuelta apartando el cabello. Un escalofrió recorrió tras sentir los cálidos dedos encima de su piel, cerró los ojos cuando los labios contrarios fueron depositados con delicadeza en la nuca.
— El rey y la reina te necesitan Rhagnar — un tono profundo interrumpió el momento generando un gruñido en el mencionado— sobrina, hablemos.
El joven Velaryon a regañadientes se marchó aunque prometió que retornaría. Estaba más que enfadado por la intromisión por lo que maldijo a Daemon Targaryen mientras se se aproximaba al lugar solicitado, posó una de las mejores sonrisas (falsas por supuesto) a los reyes que lo esperaban con aparente jubiló.
— Bien hecho, muchacho— palmeó Viserys en el hombro e inmediato le entregó otra copa llena de licor— confío que serás un excelente esposo para mi querida hija.
Rhagnar asintió ensimismado pues en otra ocasión aquellas palabras lo regocijarían pero, toda su atención se dirigía al dúo de tío y sobrina que, al parecer Daemon reflejaba lo imposible para imponer una cercanía que no le competía.
— La felicitó por un nuevo vástago, mis reyes — bebió un sorbo de alcohol— me apetecía quedarme más a conversar aun así tengo asuntos pendientes que resolver.
Pueda que el príncipe canalla y el heredero de Driftmark hubiesen sido aliados en peldaños, sin embargo, toda bondad se disipó cuando percibió las intenciones del señor lecho de pulgas. Hecho en cólera, se acercó como una fiereza danzado por lo que, apartó con brusquedad a Daemon y sin meditar la acción no tardó en verter el líquido de licor qué bebía con anterioridad sobre el príncipe, lo observó con un profundo odio: celoso, dirían los cantores pero según el joven solo se aseguraba de trazar un límite qué, ni el más osado debía cruzar.
— Tratas de cortejar a mi prometida y...— la voz titileo furibundo.
— ¿Qué pasa si no me apetece obedecer? — se avecinó, retándolo encarándolo con el mismo enojo por la grosería.
— Te mato, principito canalla — no se dejo intimidar al contrarió estuvo alerta por si debía atacar.
— Sobrina— alzó la voz por encima de la del Velaryon— escoge, ¿él o yo?
Rhagnar quedó estático, sin embargo, en un arranque de adrenalina lo agarró impetuosamente por las prendas. Escuchó los susurros que se formaban alrededor por el espectáculo propuesto, mientras tanto el heredero rogaba que lo escogieran a él por las tantas veces que, él dispondría en elegir a la princesa heredera por encima de todos. Soltó en seco al príncipe, resignado y en silenció, contempló la escena que protagonizaba su prometida y el canalla entre tanto deseaba que su nombre saliera de los labios de la joven.
Ufanó, se dispuso a darse media vuelta e irse sin dar la oportunidad de oír la elección. Quizás, el orgullo que poseía estaba siendo pisoteado cínicamente por Daemon delante el ojo publico y el no lo permitiría. No se atrevió en virar a los reyes, tal vez, la vergüenza del momento lo consumió por lo que con pasos apresurados avanzó, lejos.
¿Era correcto incitar a Rhaenyra a escoger? los celos cegaron el buen juicio pero, con la mente ya más calmada se lamentaba por ser tan insensible con respectos a los sentimientos de su prometida.
Merodeó por horas en la ciudad buscando entretenimiento.
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━━ ˓ ֹ TANTAS HISTORIAS QUE RHAENYS LE RELATABA SOBRE UN PASADIZO SECRETO que se ubicaba en los aposentos de la heredera por lo tanto, se oso a bien aventurarse a entregarle una maleta a las doncellas con la orden de dejarla en la habitación de la princesa.
Se dedicó a esperar en un sitió que según sus cálculos daba con el cuarto de Rhaenyra, mantuvo la esperanza por la carta que dejo donde relataba que si él era la opción, o que si ella lo escogía por alguna razón, se encontrarían ahí y él mostraría lo que eran las calles de desembarco en las noches como regalo del consentimiento.
Suspiró, se acomodó la capa sobre la cabeza tratando de aceptar el rechazó pero, al instante que quería desertar una voz lo detuvo.
— ¿Te iras sin mí, mi señor? — la princesa se acomodó al lado, ajustando el gorro que ahora empleaba para ocultar los cabellos platinados.
— Pensé que...— balbuceó perplejo por verle allí tan entusiasmada.
— ¿Qué no vendría? — lo cortó tan deprisa— te fuiste como una fiera que no escuchaste que te elegí por encima de Daemon...después de todo eres el único que se atrevería a estar conmigo sin intenciones de lastimarme o decepcionarme.
Rhagnar sonrió de lado a lado y sin objetar algo más se arriesgó en sujetar la mano de la princesa, una sensación cálida al entrelazar los dedos o más bien la sensación que lo infestaba lo era. Arrastró a la princesa a los sitios recónditos que apenas conocía hasta llegar a las rendijas de luz, al centro de la ciudad en el cual un espectáculo se abría paso.
La obra de teatro que se aperturaba no causó gracia alguna a la heredera es más abucheó por la nefasta interpretación de ella de tal manera, el Velaryon nuevamente la condujo a otros lados a puestecitos humildes; compró un par bocadillos pero, en un intento de adrenalina robaron unos cuantos siendo así perseguidos por el vendedor, no obstante, logró perderlo entre tanta multitud o más bien hasta que Rhagnar jaló a la princesa dentro de un establecimiento.
— ¿Qué es este lugar? — inquirió la princesa admirando alrededor.
El heredero inspeccionó con la mirada y recordó vagamente cuando era un niño se perdió justamente por estos sitios, ¡oh! nunca había testiguado a su madre tan enfadada con Corlys que, por poco lo despoja del propio Driftmark.
—Las calles de ceda, princesa— masculló, cohibido al deleitar el ojo de tantos desnudos.
Por unos segundos quedaron frente a frente, silenciando los gemidos que provocaban las personas de allí solamente enfocándose en ellos mismos. No eran ni señores, ni princesas, ni herederos pues, en el precisa coyuntura se trataban de personas comunes sin un titulo que poseer.
Rhganar dio el primer paso en sostener entre sus manos el rostro de la mujer; Rhaenyra no era una niña, eso lo podía ver con claridad. Estampó sus labios contra la femenina, disfruto el dulce sabor como si estuviera saboreando un veneno fatal, las cálidas manos de la joven se posaron en el cuello del heredero, anhelando adquirir más cercanía.
El chico probo el mal....¿ O no?
Nunca pensó que su primer beso se tratara en un burdel pero, le gustó. El Velaryon empujo a la Targaryen contra un muro, los besos húmedos descendieron al igual que sus manos que se aferraron a los firmes pechos de la contraria, las acarició por encima de la tela generando jadeos en ella. Rhagnar se tensionó tras sentir con descaró como la dulce niña brindaba toqueteos a su ahora erecto miembro que era protegido por el pantalón, gruñó.
Regresó una vez más para atisbarla fijamente y dijo:
— Estaba celoso, Rhaenyra — confesó en breve mientras sus manos se deslizaban por el abdomen de la mujer hasta infiltrarse por el pantalón de la ajena, sonrió con satisfacción al percatarse de la humedad en la zona.
— Demuéstralo — suspiró mordiendo el labio inferior. Anhelaba tenerlo más de cerca o sentir lo que solía leer en esos libros eróticos.
Rhagnar acarició con lentitud la feminidad al punto de que la joven secretara un liquido. Poco a poco se atrevió a navegar más allá por lo que introdujo sus dedos, al principió espero que ella se acostumbrara, sin embargo, al obtener gemidos y aprobación continuo con la acción.
Se dice que, la princesa heredera perdió la virtud con el heredero de Driftmark antes de consagrarse en matrimonio pues, muchos han consolidado que vislumbraron a Rhaenyra Targaryen y a Rhagnar Velaryon marchándose de la calle de ceda con los ropajes sumamente desordenados envueltos en risas, acompañados de besos fogosos.
Lo cierto era que cuando Rhagnar escoltaba a su prometida a los aposentos de ella, el caballero que custodiaba la entrada, el aclamado Criston Cole los interrogó debido a la inesperada escapada.
— Solo nos divertíamos, caballerito — rodeó la cintura de la joven intercambiado miradas encarecida de rivalidad. El heredero no era para nada estúpido y se diviso las miradas llenas de un amor no correspondido que Criston le dedicaba a la princesa.
— Tranquilo, Sir Criston, estoy bien — le regaló una sonrisa.
El caballero fruncia el ceño debido a la descarada cercanía.
— Si me lo permites — alzó la voz el Velaryon— follaré a mi prometida, otra vez.
Sin esperar una respuesta contundente ambos se adentraron dejando al hombre con las palabras en la boca. ¡Oh! los cuerpos danzaron con lo que contrastaba la noche, fundiéndose bajo las estrellas causando que las pieles chocaran y extasiarse por más.
Lo que se sabe que al día siguiente un Criston Cole se adentro sin tocar virando la escena de los cuerpos desnudos reposar en una cama hecha de plumas, aun unidos.
— Princesa—tosió— el rey la necesita urgentemente.
Rhaenyra que duras penas abrió los ojos y entre removerse despertó aun Rhagnar que se reflejaba radiante, es asi que observó con hastió a Criston que parecía devorar con la mirada el cuerpo desnudo de la contraria.
— Ven y te unes, Cole — dijo tras posarse detrás de la mujer, sostenerla por la cintura y aferrarse a los pechos de esta. Depositó castos besos en la longitud del cuello.
— Lo siento, mi señor — castañeó los dientes— pero, la princesa ha de cumplir su deber.
Sin rechistar y a regañadientes se vistieron no sin antes de brindarse uno que otro toqueteó por el nuevo placer que descubrieron. La princesa se alistó a lo que el Velaryon tuvo que desertar a cumplir uno que otro labor real sin saber de la reprimenda hacia la heredera, el anunció de adelantar el matrimonio o que le hicieron beber el te de luna.
NOTITAS: ¿Qué les pareció el cap? me inspiré dsngks.
Quiero anunciar que pronto un fic de Spider- Man con oc masculino aaaaa.
¿Teorías?
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