Especial: Boy 25
Una semana. Solo pasan siete días desde que subí el último video, y el de Boy23 sigue en cabeza. Recuerdo que cuando coloqué el de Hakyeon, las visitas subieron como la espuma, tanto con el primero como con el segundo los comentarios aumentaban y los números en mi cuenta bancaria me anunciaban claramente que mis ingresos eran dobles. Con el de Ken no llego ni a la mitad, e incluso en su vídeo leo opiniones que hablan aún del anterior, y sonrío ante ello, viendo normal que la gente lo ame.
En ningún momento menosprecio a mis chicos anteriores, pues todos y cada uno de ellos tienen algo que los hace especiales, fascinándome siempre en cada encuentro, pero debo admitir que la química que tengo con él existe realmente, por mucho que quiera negarlo para no caer en la realidad. Por ello vuelvo a intentarlo, necesito una nueva sesión que me haga darme cuenta que no puedo enamorarme, así que después de preparar lo necesario y colocarme el antifaz, abro la puerta a mi chico número veinticinco.
Su piel blanquecina es lo primero que me llama la atención, y pienso que la foto que vi de él está algo retocada, pero no me importa en absoluto ya que la realidad de ese muchacho supera con creces cualquier fotografía editada. El rostro de Leo es tan diferente al de Hakyeon que considero a ambos como la noche y el día, y por ello me golpeo mentalmente por pensar de nuevo en él. No debo aunque es imposible, así que respiro hondo y me centro en la actualidad, dejando entrar a mi nuevo pasivo.
Me fijo en él camino a la habitación, admitiendo que el chico me atrae físicamente muchísimo, tiene un aspecto dulce y sexi al mismo tiempo, haciendo que las ganas de tenerlo suplicándome más aumenten a cada rato. Me sorprende que no parezca nervioso, aunque sí tímido al firmar el contrato, me parece verle esbozar una sonrisa a la vez que se muerde el labio inferior, un gesto que, siendo sincero, me pone mucho.
- Yo... - Comienza a hablar con una voz increíblemente dulce. – Hay algo que me gustaría decirte. – El apodado Leo me mira a los ojos directamente, como si nada cubriera mi rostro, como si hablara con el verdadero Kim Wonsik y no con Ravi. – No quiero el dinero. – Abro mucho los ojos, bastante sorprendido, quiero responder, pero es él quien lo hace. – Vengo de una familia rica, no me hace ninguna falta. – Se encoje de hombros.
- ¿Y entonces...? – Lo veo girar la cabeza, avergonzado, con esas mejillas regordetas sonrojadas.
- Supongo que no lo puedo considerar enamoramiento...Llevo siguiéndote prácticamente desde que comenzaste, y tampoco te conozco pero... Me gustas Ravi. – Me quedo sin habla ya que es la primera vez que alguien se me confiesa de ese modo tan directo, de nuevo traspasando a mi alter ego sin problema alguno. – Sé que es raro, nunca pensé que me contestarías, así que hoy puedes considerar que vas a hacer un sueño realidad.
- Pero yo... - Nunca me había quedado bloqueado de ese modo, no tengo ni idea de cómo decirle que se me haría muy raro seguir con esto sin que él reciba nada a cambio.
- Acepto todas las condiciones. – Me interrumpe.- Aunque debo admitir que me va a costar la norma de los besos. – Y vuelve a sonreír. – No te preocupes, seré bueno.
Fascinante es el único adjetivo que encuentro para este chico de apariencia fría, gestos adorables y voz increíblemente atrayente. La verdad no sé si consiga mi objetivo de dejar de pensar en Hakyeon, pero al menos sé que voy a disfrutar de lo lindo con ese pelinegro sobre o debajo de mí, según se dé la situación y la acción. Levanto las comisuras de mis labios, cayendo ante sus palabras, con sentimientos o sin ellos, ambos queremos pasarlo bien así que le coloco el antifaz con suavidad, notando como le entran escalofríos en cuanto mis dedos rozan su piel.
Las cámaras ya están listas para, tal vez un nuevo video exitoso, pues está claro que Leo dará mucho de qué hablar, sobre todo cuando veo como es él quien lo comienza todo. No me da tiempo decirle que se tumbe, porque sus manos son las que me empujan a la cama, y las primeras en meterse debajo de mi camisa hoy azul, acariciando mis tatuajes como si los conociera de memoria. No es la primera vez que soy yo el que se deja llevar, pero admito que hay momentos en los que me encanta ser yo el que goza primero.
No llegan a ser besos, pero su lengua juega peligrosamente por mi cuello, Leo está a horcajadas sobre mi cintura, haciendo honor a su sobrenombre, devorándome cual animal hambriento. Me permito bajar la mirada cuando de un tirón desabrocha mi camisa, me parece ver algún botón volar, pero sinceramente me da absolutamente igual. Un gemido sale incontrolable de mi garganta cuando ahora sube su boca hasta el lóbulo de mi oreja, a la vez que su mano aprieta mi entrepierna con fuerza, masajeándola y endureciéndola más de lo que ya está.
Que se meza sobre mí me está volviendo loco, no veo ni rastro de la timidez del principio, y eso es algo que me encanta. Subo mis dedos hasta sus nalgas y lo presiono más contra mí, haciendo que al fin sea él el que me regale un sonoro suspiro placentero, excitándome de tal modo que comienzo a quitarle la ropa que le sobra aun estando encima. Leo se deja hacer sin dejar de moverse, dándose placer a si mismo con mi cuerpo, mordiéndose el labio de un modo nada decente.
Lo dejo hacer, está disfrutando de lo lindo, y me encanta mirarle desde abajo. El pelo negro se le está pegando a la frente sudada por el antifaz, regalándome una imagen demasiado ardiente. Mi cadera, aún vestida, empuja sobre su entrada y mis manos le agarran fuerte de los muslos mientras él mismo bombardea sin piedad su miembro, gimiendo fuerte y liberándose sobre mi abdomen al llegar al punto álgido.
Leo suelta un nuevo suspiro sin cambiar de postura, parece algo cansado, así que doblo mis piernas sobre la cama. Lo veo sonreír mientras se apoya en mis rodillas y coloca sus manos sobre las mías, algo demasiado dulce para el modo en el que estaba hace apenas unos segundos.
- Aún no me creo que esto sea real... - El tierno color rojo de su cara me derrite, haciendo de nuevo que me entren ganas de romper a mí también la norma de los besos, pero no lo hago. Así que lo único que se me ocurre es inclíname hacia él, haciendo que sus piernas queden estiradas a cada lado de mí, y su espalda sobre mis muslos. No uno nuestros labios, pero si paso los míos por su nuez de manera muy delicada.
- Pues vamos a hacerlo aún más real ¿De acuerdo? – Me gusta el sonido de su risa cuando asiente.
Con suavidad lo quito de su posición para colocarlo sobre el colchón, y él se apoya sobre sus codos cuando yo me bajo de la cama, con la única intención de quedarme completamente desnudo en cuanto antes. Mi dureza sale al aire por fin, y me encanta el modo en el que Leo la mira, mordiéndose de nuevo el labio inferior, y yo suelto todo el aire que tengo dentro.
- Deja de hacer eso.
- ¿El qué?
Me encanta su ingenuidad, pues al parecer ese gesto es involuntario, y necesito que pare porque no soy capaz de controlar mis impulsos de ser yo el que lo muerda. Por supuesto no se lo digo, Leo frunce el ceño, y yo sonrío, así que para calmar mis ansias, lo que meto entre mis dientes es uno de sus pezones. No aprieto aunque ganas no me faltan, succiono y masajeo cada parte de su cuerpo al mismo tiempo, y esta vez no son suspiros lo que salen de su boca, si no gritos que me ponen cada vez más caliente.
Tengo tal afán por estar dentro de él, que ni me levanto a por el lubricante, y decido al instante que quien nos va a ayudar va a ser su saliva. Adoro que en cuanto mis dedos se dirigen hacia su boca, Leo entienda lo que necesito, y como si de una golosina se tratara, me empapa tres dígitos con maestría y sensualidad. Todo esto mezclado con el frote de nuestras entrepiernas hace que pierda toda mi cordura, y gima con desesperación al son de sus sonoras lamidas.
Llega un punto en el que todo está listo, y cuando veo que es suficiente, mi mano se mete al fin entre sus nalgas. Decido cambiar de sitio para más facilidad, una postura en la que mi miembro queda a la altura de su cabeza y el suyo delante de mi nariz. No es mi intención que lo lama, pero el muy atrevido hace que me sea complicada la tarea de dilatarlo si no para de tocarme.
- Así no hay quien se concentre.
- Pues no me provoques.
Ambos reímos por la conversación en mitad de tal acto, pero eso no quita nada al asunto, sino que lo hace más divertido y excitante. Continuamos con ello, no hablamos más si no que ahora lo único que captan las cámaras son sonidos de placer, unidos al son de mis dedos, cada vez voy más rápido, y con ello Leo está listo para mí. No digo nada, solo me coloco de rodillas a su lado, cojo la protección del cajón y me la coloco rápido por la desesperación de tenerlo dentro de mi cuanto antes.
Mi primera idea es abalanzarme y penetrarlo, pero algo me dice que el pelinegro prefiere tener él algo de colaboración. Y dicho y hecho, me siento sobre el colchón, con las piernas abiertas y las rodillas dobladas, con ello Leo me sonríe, se pone de pie en la cama y baja, encajándose a la perfección en mi pecho, e inundándose él solo, entrando a la primera.
Me gusta que grite echando la cabeza para atrás, dejando su cuello a mi merced para morderlo cual vampiro. Aprieto mis dedos en su culo, como si de ese modo pudiera estar aún más dentro, y él solo se mece rápido y desesperado, colgado de mi cuello, disfrutando de mi igual que yo de él. Su dureza roza mi abdomen, parece que no le hace falta la ayuda de ninguna mano, pues se nota que le encanta ese contacto.
- Ah... Ravi...
Mi nombre dicho con esa dulce voz, solo ha hecho empeorar las cosas pero para bien, no me controlo y voy mucho más veloz ahora. Leo tampoco se queda atrás, y mueve sus caderas a la par, gozando y notando como cada vez ambos estamos a punto de culminar. Sus uñas se están clavando muy fuerte en mi espalda, no me hace daño si no que me da el punto justo de excitación para que toque esa zona interior de su cuerpo, una que hace que mi orgasmo llegue con un gran grito, y que el suyo vuelva a manchar mi abdomen sin importarme.
De repente solo se escuchan respiraciones agitadas en mi cuarto, no cambiamos de posición en ningún momento, ni siquiera cuando salgo de él. Sus manos me rodean en un abrazo que no rechazo, pues es agradable, me gustan las caricias en mi espalda y parece que a él tampoco le desagrada que lo imite en la suya. Escucho una carcajada por su parte, mezclada con el cansancio del momento, está feliz y eso me encanta.
Minutos después me sigue sorprendiendo la verdad de sus palabras, no quiere ni un solo won de mi bolsillo, vuelve a ser el Leo tímido que me ha confesado sus sentimientos.
- Gracias. – Suspira.- Realmente espero que algún día llegues a dar un beso a aquel que te ha conquistado. – Abro mucho los ojos, si supiera que ya lo he hecho...
- ¿Cómo sabes que..?
- Me gusta que hoy me hayas mirado solo a mi... pero hay algo que no ha aparecido, y solo lo he visto con ese otro chico. Sinceramente tenía esperanzas, pero no ha sido así. – Su sonrisa ahora es triste.
Me agarra fuerte de las manos, luego las suelta y se despide camino hacia la puerta de mi casa. Pero...
- Leo.
Para en seco, y aprovecho para llegar hasta él. No digo nada, lo agarro de las mejillas, y aunque mi boca sigue sin ir a la suya, se posa con delicadeza sobre su frente. Es lo mínimo que puedo hacer, ese chico es seguramente el último en mi lista, ha sido muy especial y también difícil de olvidar.
💕💕💕💕
¿Quien más ha muerto con esto? De verdad ha sido dificil pero me ha encantado escribirlo!😍😍
Y mirad si me he emocionado que he hasta imaginado un Chawontaek... Pero no hay nda seguro ya veremos😅
Pues nada, hoy ando muy feliz💕 Lo he contado en mis redes sociales ya, pero igual me apetece ponerlo por aquí tambien😍 Hoy Ravi ha mostrado su estudio en Groovl1n, en el blog de youtube... la cosa es que yo en el concierto de Madrid le regalé el muñeco de un perrito parecido a Buttie, y en el video que ha subido lo he visto en su estantería!😱 Estoy segura que es el mismo, así que imaginad como estoy de emocionada😭
Bueno pues nada, aquí me despido! Espero que os haya gustado, porque a mi me ha encantado el chico 25😏
Besitoss😘😘😘
PD: De nuevo, Gracias AileBlark por la imagen 😜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro