Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

022

"¿Problemas Psicóticos?"

Narrador Omnipresente

Tomó su cabeza entre sus manos, aplastándola un poco, tratando de amortiguar las punzadas de dolor que le daban, halo sus cabellos castaños en desesperación.

La gran habitación estaba toda destruida, muebles rotos, fotografías rotas, ropas esparcidas, cama desordenada, todo estaba vuelto un desastre.

-Maldición...-gruñó entre dientes, aturdido por una bulla inexistente, voces inexistentes-Ella es mía, solo mía... Ellos son míos, de nadie más... Míos... Míos... Míos...-su voz sonó vacía, terrorífica y de la nada empezó a reír, imaginando una vida feliz tomando una fotografía de una chica castaña-Pronto estaremos juntos mi amor, los cuatro seremos muy felices, Camille...-sonreí en grande, con amor y locura.

Sebastián cada día caía más en la ansiedad, desesperación y locura por estar con Camille, con el gran amor de su vida.

[*]

Camille

El día de hoy me levanté con una pereza poco usual en mí y con una rara sensación en mi pecho que me ponía de mal humor, así que solo me bañe y me vestí con algo ligero.

Hoy sería el día que vería a los señores Hill, no se que querrán decirme, tal vez Sebastián les convenció de hablarme para engatusarme y estar con él, lo cual sería poco probable porque por lo que sé, Sebastián no se llevaba del todo bien con sus padres, eso lo noté cuando lo conocí siendo unos adolescentes.

Me preparé unas simples tostadas con mermelada y cociné unas tiras de tocino, junto a un jugo de manzana. Termino de comer y lavo todo para empezar a limpiar un poco el departamento.

Y el tiempo pasó volando, cuando me di cuenta de la hora habían pasado dos horas desde que comencé a limpiar y acomodar mi departamento.

El timbre comenzó a sonar.

-¡Voy!

Caminé hasta la entrada, tocando mi panza dónde los bebés se movían, pareciera que se estuvieran acomodando. Abrí la puerta.

-Señores Hill...

-Hola Camille-respondió la mujer, sonriendo ambos con amabilidad.

-Hola, pasen, por favor...-contesté haciéndome a un lado para dejarlos pasar.

Los guíe hasta la sala, dónde nos sentamos en los muebles que tenía.

-¿Gustan algo de tomar? ¿Agua? ¿Jugo? ¿O café?-ofrecí amable.

-¿Y tienes café? En tu estado no puedes tomar café ¿lo sabés no?

-Si, lo sé, solo lo tengo para visitas-contesté tranquila.

Ambos asintieron.

-Señores Hill...-los mayores me miraron-No es por nada, pero... ¿Que desean? Es raro que tan de repente quieran hablar conmigo...-comento lo más apacible que puedo, sin que mis palabras suenen mal intencionadas.

-Camille... Desde que te conocimos... Desde que Sebastián te llevó a nuestra casa, cuando eran unos adolescentes... Vimos en ti, una gran persona, una mujer muy inteligente...-empezó a relatar el hombre, entonces me acomode mejor en el mueble dónde estaba.

-Sebastián, sabía tanto de ti que nos impresionaba, te amaba tanto que hasta nos preocupaba ese amor...-continuó la mujer.

-No entiendo a dónde quieren llegar...-susurre confundida.

Ambos señores se miran dudosos, hasta asustados.

-Camille...

-Sebastián tiene una obsesión contigo nada sana...

-Tememos pueda hacerte daño a ti...

-O a alguien cercano a ti...

-¡¿Que?!-exclame aturdida.

La señora Hill, se acerca a mi, sentándose en la mesa ratona para tomar mi mano.

-Camille...-comienza hablar-Sebastián desde niño ha sido muy diferente a cualquier otro, su comportamiento, su manera de hablar, su forma de ser...

-Siempre intentamos ignorarlo, creer que era normal o era algún niño súper dotado...-sigue él hombre.

-Como todo padre, nos cegamos y no vimos lo que realmente pasaba...

-No entiendo nada ¿Que es lo que le pasa a Sebastián?

-Sebastián sufre de Esquizofrenia...

-Y Limerencia...

-¿Que?

Los señores se quedaron mirándome apenados, muy avergonzados. Yo no salía de mi shock, no sabía cómo reaccionar.

-Sebastián a los 5 años de edad empezó con comportamientos muy raros... Cómo hablar solo, tener humor negro, fantasear con tener el control de todo y hasta ser demasiado agresivo.

-Al principio no caímos en cuenta de lo que pasaba con él, pues pensábamos que eran etapas... Pero cuando cumplió los 10... Tuvimos que tomar medidas...

-A sus 10 años, Sebastián casi mata a piedradas a un niño de 8 años, el cual era un amigo; solamente porque el niño no quería hacer lo que Sebastián le ordenaba....

-¿Que? ¡Por Dios!-exclame asombrada.

-Sebastián solo se justificaba con que todos debían hacer lo que él dijera porque sino les iría mal...

-Desde ese momento empezó a ir con psicólogos y a medicarse. Así estuvo por unos años, con muy pocos episodios de inconsciencia...

-Hasta que se volvió a reencontrar contigo-interrumpe la señora Hill.

-¿Que me quiere decir con eso?-pregunte seria, acariciando mi barriga, dónde los bebés estaban inquietos.

-Cuando Sebastián te conoció en la preparatoria...-relata la mujer-Él cambio mucho, en un buen sentido, tomaba sus medicamentos con frecuencia, no sé oponía en ir al psicólogo, ni al psiquiatra cuando se requería...

-Todo lo hacía con el fin de estar bien para estar a tu lado... Porque Sebastián deseaba estar contigo-completo el hombre.

Tragué saliva con dificultad, demasiado inquieta por todo este relato más los bebés que no dejaban de moverse.

-Es imposible que Sebastián tenga problemas psicóticos...-murmuro asombrada y preocupada-Él siempre fue alguien normal, él...

-Porque se medicaba para no sacar a flote sus malos pensamientos...

Mierda. Yo solo pensaba en mis bebés...

-¿Pero porque? ¿Porque el sufre de Esquizofrenia? ¿Y que es Limerencia?

-Fue por un mal desarrollo y mal cuidados en mi embarazo-contesta la mujer avergonzada, el hombre le toma la mano comprensivo.

-Limerencia es un tipo de obsesión amorosa hacia otra persona demasiado fuerte, combinado con la esquizofrenia...

-Es una locura-interrumpo pasmada, levantándome de mi asiento, casi cayendome por un mareo, de no ser porque los Hill me sostienen.

-Camille, tranquila niña-trata de calmar la mujer, sentandome otra vez-Trae un vaso de agua, por favor-pide ella a su esposo.

El hombre se pierde en la cocina.

-Es increíble todo lo que me están diciendo... Mis hijos... Pueden... Pueden... ¡Oh dios!-exclamo horrorizada, tapando mi cara con mis manos.

-No sabemos si puede ser hereditario...

-¿Porque?-interrumpo mirándola retadora, furiosa.

Es estúpido que me digan esto a estás alturas de la vida. ¿Porque no antes? ¿Porque no antes cuando supieron de mi embarazo? ¿Porque no cuando lo conocí a los 13 años? ¿Porque ahora que me puede perjudicar? No por mi, sino por mis hijos, no quiero hacerlos sufrir.

-Camille, solo...

Llega el hombre con un vaso de agua en sus manos.

-Vayanse de mi casa, no los quiero más aquí...

-Camille...

-¡Largo!

Con el grito que di tan colérico y mi levantamiento del mueble, provoque que el señor Hill dejará caer el vaso al suelo, ambos sorprendidos.

-Solo queremos que estés bien y, tal vez, nuestros nietos...

-Yo espero no sean sus nietos, ni nada ¡LARGO YA!

Con mi cara enojada, los acompañe hasta la puerta, cerrándola en sus caras. Ya estando sola, me recargue en la puerta tocando mi panza, que estaba dura. Caminé hasta la cocina, no recogí el reguero del vaso con agua, no tengo ganas de limpiar.

Dios. Ahora estoy preocupada por mis bebés, no quiero hacerlos sufrir llevándolos a psicólogos o psiquiatras.

Me senté unos minutos en un banquito de la cocina, analizando la situación. Suspiré cansada y me levanté del banquito, yendo a buscar los utensilios de limpieza. Limpie el desastre del agua y el vaso, y guarde todo; busque otro vaso aún pensando en lo que los Hill me dijeron.

-No puede ser... Se veía tan normal...-susurre yendo a la nevera por agua, la cuál tomé sentandome en un banquito otra vez-Apenas mis hijos nazcan les haré una prueba de paternidad... Y si tal, empezaré a hacerle exámenes...

Me levanté del banquito y de inmediato tuve que volver a sentarme por un fuerte mareo, resople muy agotada así que con cuidado me levanté, acariciando mi panza y lentamente caminé hasta mi cuarto, acostandome en la cama e inesperadamente mi corazón dió un vuelco nervioso, asustandome pero no pude hacer nada más porque caí inconsciente en la cama, sin saber o sentir nada.

***************************************

¡Y VOLVÍ!

Mil disculpas por mi desaparición, no hay palabras que pueda decir para excusar ni lamentar mi retraso en esta novela.

Solamente diré que tuve un colapso mental en el que no sabía que escribir ni que hacer con mis historias.

¡Pero igual no me desanimé y vengo ya con energías de terminar esta historia!

¡Así que disfrútenla!

Besos y abrazos (ꈍᴗꈍ)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro