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014

"Para mi bebé (Pt.II)"

-Gracias señor-agradecí al taxista, pagándole.

Baje del auto y mire el edificio frente a mi. Entre en éste con algo de inseguridad pero manteniendo firme mi postura y serio mi rostro, me acerque a la recepcionista y pregunte por el señor que me dijo Will pero antes de responder ella, otra voz masculina la interrumpe.

-¿Camille Grigio?

Media vuelta y un señor algo mayor de edad me mira dudoso.

-¿Augusto Sensar?-asiente firme-Mucho gusto señor, soy la hijastra de Will...

-Si, ya sé quien eres. También es un gusto conocerte, admiro tus peleas-sonríe emocionado, sonrío un poco, su aura es muy cálida-Prosigamos a enseñarte el departamento

Asiento y caminamos a los ascensores, al estar en éste presiona el botón 2 y las puertas se cierran.

-El lugar es pequeño pero cálido, tiene una sala, una cocina pero eso si, tiene solo una habitación porque es de soltero y por lo que sé, estás en estado...-me mira con ojos algo grandes, inseguro.

-No se preocupe, solo seré yo y mi bebé, por lo que mientras crece dormirá conmigo-sonrío calmada. Asiente mirando a las puertas ya abiertas.

Caminamos por un pasillo hasta parar frente a una puerta, la abre, dejando ver un pasillo corto algo estrecho, pasamos éste para ver una sala de estar color blanco, con sillones, mesa ratona, televisor y algunos adornos seguro del señor Sensar.

-Ésta es la sala...

-Por acá esta la cocina-camina por el lado izquierdo de la sala, traspasando ésta misma.

La cocina no era para nada grande y ostentosa, pequeña pero lo adecuadamente grande para una persona con una futura gran panza.

Salimos de la cocina.

-Y aquella puerta es la habitación, que también tiene baño propio-sonríe ladino.

La puerta estaba a un lado de la sala, en la esquina. La abre dejándome pasar primero. Era bonita, oscura con algunos colores mas cálidos y se veía muy acogedora la cama.

-Y el baño es aquella puerta-señala una puerta blanca del lado derecho.

Me acerco a ésta y la abro, también era blanca la habitación, con una pequeña tina, regadera, váter, lavado y demás cosas.

Asiento conforme con toda la arquitectura y regreso con el hombre. Nos sentamos en la sala a hablar de negocios.

-¿Que te parece?-pregunta.

-Es muy bonito pero...

Lo observo indecisa.

-Si dudas por el precio, no están caro, unos 50.000$ ¿así o mas caro?

Abro grande los ojos de asombro.

-Dios...-reímos un poco-Me encanta el departamento, como para cuando el lugar estará libre

-Hoy es miércoles ¿no?-asiento-El fin de semana todo estará despejado de mis pertenencias-asiente.

-¿Y usted cuando se va?-pregunto confusa.

-El viernes-responde.

-¿Puedo saber a donde?-curioseo sonriendo.

Augusto se ríe.

[*]

Todo el día en la calle, paseando y gastado dinero en taxis. Pensando, aclarando ideas, despejándome. Decidir, asegurar. Decir que salir de casa por un día no me ayudó, seria mentir, mucho me ayudó poder decidir que haré de ahora en adelante. Solamente espero que el destino no me haga una jugada en donde mi plan de vida cambie abruptamente.

Ahora mismo son las siete y treinta y uno de la tarde. Ahora mismo estoy sentada en una mesa de un restaurante, un restaurante en donde hombres de negocios vendrían para cerrar un trato con alguna empresa y un restaurante con unos platillos muy buenos.

Espere a que me atendieran y no tardó mucho en eso. Un chico joven de sonrisa coqueta, cabellos chocolates, ojos del mismo color y cuerpo promedio fue quien me atendió.

-Buenas noches-saludó cortés.

-Buenas noches-saludo sonriendo educada.

-¿Y ya sabe que deseará?-pregunta amablemente, conservando aun su sonrisa.

-Si-miro el menú encima de la mesa-Un Cobb Salad mediano, por favor-pido amable también.

-Claro ¿y para tomar?

-Agua solamente

Asiente y se retira. Mientras espero observo las mesas, hay hombres hablando seriamente, otros riendo, también hay algún que otro matrimonio con niños o sin ellos. El ambiente era cálido, muy familiarizado, hay una música de fondo que relajaba. Todo acogedor.

-Señorita...

Gire mi cuello frunciendo el ceño ante la voz tan baja y tímida.

Un niño de seis años me miraba tímidamente, con la cabeza gacha, sus manos en las espalda y balanceándose en sus pies.

-Dime pequeño...-le hablé suavemente.

Levanta la cabeza, mirándome con sus ojos azules intensos.

-Es usted Camille, la que boxea ¿verdad?

Wouh, hasta los niños me conocen.

-Si, ella misma pequeño-pincho su nariz con un dedo juguetona, sonríe encantador-¿Porque? ¿Quieres un autógrafo? ¿Donde están tus papás?-le pregunto notando que el niño vino sólo hasta a mi por lo que seguramente debe estar con sus padres cerca.

-Mis papás están allá-señala a su derecha, giro a ver y una mujer y un hombre me saludan cordialmente con una sonrisa. Volteo a ver al niño, que sigue mirándome aun pero ahora como un tomatito-Y quería saber si podía darme un beso aquí-dice casi inaudible, señalando su mejilla.

Sonrío enternecida y acaricio sus cabellos rojizos.

-Por supuesto cariño

El niño sonríe, me hago hacia atrás un poco con la silla y me inclino un poco para besar tiernamente la mejilla un poco regordeta del pequeño. Me alejo notando su sonrisa emocionada y su cara roja.

-¡Muchas gracias señorita, Camille!-chilla feliz, dando un saltito dándome la sorpresa de besar mi mejilla también antes de correr con sus padres feliz.

Río un poco ante tal escena tan especial. Momentos así con mis admiradores me quedan grabados eternamente en la mente.

A los segundos el mesero que me atendió llega con mi cena y mientras la ordena en la mesa un mensaje me llega al teléfono.

Mami
Cami, ¿a que hora llegás?

En todo el día no había recibido llamadas, solamente la de Will, y entiendo a mi madre de preocuparse por mi tanto como ella me entiende a mi para darme mi espacio.

Yo
Dentro de una hora mami, estoy en un restaurante no me vayas a guardar cena

Mami
Esta bien, cuidate, :·*

-Provecho-dice el joven sonriendo y se retira.

La Cobb Salad, es algo así a como una ensalada, tomate, lechuga, cebolla, huevo, aguacate, demás ingredientes y además de pollo.

[*]

Steve, el joven mesero, empezó a recoger los platos y me miró al terminar.

-¿Algún postre?-pregunta.

Arrugo mis labios porque de verdad pienso que este bebé hará que engorda de mas.

-Un Banana Split, por favor-sonrío algo avergonzada.

El chico ríe un poco y se retira, volviendo a los veinte minutos después con un envase con el helado.

-¿Podrían darme unas veinte galletas de chocolate para llevar, por favor?-le pregunto en suplica.

-Si, claro. En un rato se las traigo-sonríe y se retira.

Consumo el antojo del bebito en mi panza con paciencia, saboreando los sabores en mi boca. Cuando estoy por acabar el banana split, Steve llega con una bolsita transparente con el nombre del restaurante. Le pido la cuenta y acabo el helado. En un rato mas ya estoy pagando y dándole propina a Steve.

Entonces regreso a casa.

[*]

Llegue a casa casi a las nueve de la noche y al entrar mi madre estaba despierta sentada en un sofá de la sala leyendo un libro con su vestimenta de dormir.

-Mamá ¿que haces despierta?-le pregunto acercándome a ella, que al verme se levanta dejando el libro.

-Te estaba esperando cariño quería saber a donde fuiste-responde un poco ansiosa.

-A todos lados y a ningún lado a la vez mamá-respondo sentándome cansada en un sofá, dejando las bolsas del CC a mis pies, viajar con ellas fue fastidioso.

Mi madre ríe ante las palabras que seguramente no entendió.

-¿Y esto?-registra las bolsas curiosa-¡Ay, que lindo!-chilla al ver la ropa del bebé.

Sonrío y termino dándole las galletas que compre en el restaurante para después enfrascarnos en una charla de temas triviales hasta que una pregunta me desconcierta.

-Hija ¿y que harás al saber quien es el padre?-pregunta mi madre cautelosa, preocupada también.

Respiro hondo antes de soltarlo lentamente, calmando mi cuerpo tenso.

-Ya tome una decisión mamá y es que no me casare con ninguno, sólo sé que mi hijo tampoco crecerá sin padre-respondo calmada-Iré a dormir ya, estoy cansada-me levanto y beso su frente para tomar las bolsas y caminar a las escaleras-No vayas a acostarte tan tarde, mamá-le riño subiendo y encerrándome en mi cuarto.

Acomodo las bolsas en una esquina, me doy un baño relajante, me visto con un camisón y me acuesto en mi cama apagando las luces.

Lo ultimo que recuerdo es haberme dormido acariciando mi vientre.

*****************************

Espero lo hayan disfrutado.
Nos leemos en el próximo cap.

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