Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo💋


Tan pronto como Yoongi terminó la reunión, entró a su oficina e inmediatamente se quitó la molesta corbata.

—¿Está todo listo? —preguntó, observando directamente a Jungkook.

—Todo —asintió—. Jimin llegó sano y a salvo a la casa, ya obtuviste el visto bueno de SeokJin, el jet les está esperando en el aeropuerto, su equipaje ya está guardado y... El hotel ha sido confirmado —anunció, revisando su tablet.

—¿El trabajo?

—Ya he avisado en el trabajo de Jimin-ah y he despejado toda tu agenda por una semana. También avisé que en caso de emergencia se contactaran conmigo y yo lo haré contigo —respondió eficazmente.

—¿Y ustedes?

—Apareceremos en los últimos tres días para celebrar con ustedes —aseguró—. Todos han confirmado, incluso, el nuevo amigo de Jimin junto a su pareja.

Los labios de Min se torcieron levemente en una mueca ante la mención de aquellas personas.

—Sigo pensando que no es buena idea mantener a su guardaespaldas cuando este está saliendo con su secretario —expresó, arrugado su nariz con cierto disgusto.

—A Jimin le agrada y su sombra ha demostrado no tener ningún problema para protegerlo —se encogió de hombros—. Minnie se ha hecho buen amigo de ellos dos, no los va a separar si no ves una razón realmente buena para ello —expresó.

—Su salud y bienestar es realmente una buena razón para ello —chasqueó su lengua.

—Pero mientras Jimin sea feliz, eso no te va a importar, Hyung —le recordó con una sonrisa arrogante.

—Mocoso —gruñó, pero no lo negó—. Entonces, supongo que ya es hora de ir a secuestrar a mi pareja.

—¿Cómo lo vas a hacer? —preguntó curioso.

—Le diré que es sorpresa y cómo últimamente Jimin está teniendo siestas más pesadas, lo invitaré a dormir mientras viajamos en el auto y me lo llevaré al aeropuerto —reveló tomando sus cosas.

—¿Y no te sale mejor simplemente decirle a dónde van? —preguntó curioso.

—¿Qué parte de que voy a secuestrar a mi pareja no entendiste? —le observó—. Si se entera, ya no hay nada de divertido en ello.

—Claro, porque secuestrarlo sin decirle nada es mucho mejor —resopló.

—Simplemente tú no sabes de romanticismo —descartó saliendo de su oficina.

—Tengo una maravillosa hija de casi un año gracias a mi romanticismo —argumentó siguiéndolo.

—Eso es porque Taehyung tampoco sabe de romanticismo —respondió fácilmente.

Jungkook rodó sus ojos—. ¿Qué hay de romántico en secuestrar a tu pareja?

—Si no lo sabes, tal vez deberías de intentarlo alguna vez —sonrió subiéndose al ascensor—. Pero te puedo decir, que, gracias a mi último secuestro, ahora tengo un hermoso hijo de casi seis meses en camino y unos maravillosos recuerdos que me hacen desear a mi pareja cada vez que pienso en ellos.

—Espera, me estás diciendo que cuando desaparecieron sin aviso por tres días hace seis meses, ¿también secuestraste a Jimin? —exclamó con sorpresa—. Nos tenías preocupados a todos con su repentina desaparición, si no fuera por Jimin-ah que se dignó a llamar, habría hecho que se les buscara por cielo, mar y tierra —refunfuño.

—¿Sabes? Deberías de pensar en relajarte un poco más en tu trabajo y en la vida —comentó saliendo del ascensor, dirigiéndose al estacionamiento.

—¿Y por culpa de quién crees que me estreso? —gruñó observándole con sus ojos entrecerrados—. Tal vez si no tuvieras esa mala costumbre de desaparecer sin decirme nada, no viviría tan estresado —acusó.

—Pero que hay de divertido si te aviso hasta cuando voy al baño —sonrió con inocencia, subiéndose en los asientos traseros de su auto.

—Interesante que pienses así sobre tu seguridad, pero eres cómo un mosquito molesto cuando se trata de la seguridad de Minnie —resopló—. ¿Y me molestabas a mí de ser sobreprotector con mi Tae cuando estaba en espera? Ja, y aún te quedan unos largos tres meses, Hyung, sufre mientras esperas —se burló cerrando la puerta del auto—. Llévalo directo a su casa —ordenó al conductor, golpeando el techo.

Bajando la ventana del auto, Yoongi se inclinó hacia adelante para observar a Jungkook volviendo al edificio.

—¿A qué te refieres con eso? —preguntó.

—Solo espera y verás —respondió sin mirarle, soltando una risa malvada.

Refunfuñando, Yoongi se volvió a sentar bien, permitiendo que el auto comenzara a avanzar correctamente.

—Tú —llamó observando a su conductor.

—Señor —pronunció observándole por el espejo retrovisor.

—¿Tienes hijos?

—Sí, señor, tres —respondió con una sonrisa automática.

—¿Qué significa eso de qué aún me quedan unos tres meses largos de espera? —preguntó interesado—. Mi jefe de seguridad lo hizo sonar como algo realmente malo.

—No es que sea algo realmente malo, señor, solo que su pareja estará pasando por unos días difíciles, en especial en el último mes y uno todo lo que quiere es ayudarle y quitarle el dolor, pero solamente podemos estar ahí para ellos —explicó.

—¿Realmente no hay nada que pueda hacer por él? —preguntó frunciendo el ceño.

—Consentirlo y estar ahí con él, señor —respondió.

—SeokJin no me dijo nada de esto —espetó no muy feliz de ello, sacando su teléfono.

Observando el número de su amigo, Yoongi presionó sobre su nombre y colocó el celular en su oído mientras observaba a través de la ventana.

—¿Por qué no me dijiste que los últimos meses serían los más difíciles de mi pareja? —cuestionó apenas contestaron su llamada.

Supongo que esa pregunta va dirigida a mi prometido, pero ahora Jinnie está ocupado —respondió Namjoon tranquilamente.

—¿Y por qué tienes su teléfono? —frunció el ceño.

—Porque como te dije, está ocupado.

—Dile que deje de darte una mamada y que me atienda —expresó obvio.

—Idiota —exclamó su amigo, casi ahogándose—. Está ocupado con un paciente —indicó—. Imbécil.

—¿Qué? —se burló—. Por qué me tratas así cuando sé que ya se han divertido en tu consultorio —se mofó—. No me sorprendería si antes de ver a su paciente ambos se habían estado divirtiendo, por algo tienes su celular —indicó.

—Bueno, ese bebé que deseamos con mi pareja no aparecerá solo —aceptó.

—Así que lo aceptas —sonrió.

—Si SeokJin pregunta diré que no dije nada —anunció Namjoon.

—Admítelo, te sentiste envidioso de que mi hermoso me diera sorpresitas en mi oficina y quisiste hacerlo también —se burló Yoongi.

—¿Te has puesto a pensar que el que le dio la idea a tu pareja fue nada más que Tae y lo que eso significa? —resopló.

—Claro que lo sé, pero mientras no sea en mi oficina me da igual —respondió con desinterés.

—Idiota —negó Namjoon—. Y para responder a tu pregunta, Jin no te dijo nada porque a medida que van a los controles y avanza el embarazo es que te va diciendo los síntomas, malestares y cambios —explicó—. Ahora, si eso es todo, tengo un almuerzo con mis padres y mi pareja —anunció.

—Te dije que entrarían en razón —comentó.

—Sí, pero haber recurrido al archivo de Jimin para que nos dejaran tranquilos me sigue dejando un sabor amargo —comentó—. Veremos si realmente se están acercando con buenas intenciones o no con el tiempo, hasta ahora me conformo con que traten bien a Jin —expresó.

—Siempre puedes decirme si se vuelven una molestia —indicó, animándose al reconocer que ya estaba cerca de su casa.

—En serio Yoongi, yo te agradezco...

—Si, claro, no hay problema —cortó—. Nos estaremos viendo —se despidió cortando la llamada.

—Ya hemos llegado, señor —informó su chofer.

—Espera aquí mismo, no tardaremos mucho —anunció tras pasar el portón y detenerse frente a su casa.

Bajándose del automóvil, Yoongi subió los tres peldaños del pórtico y abrió la puerta de su casa luego de ingresar el código.

—¿Yoonie? ¿Ya estás aquí? —preguntó su pareja desde alguna parte de la casa.

—¿Dónde estás cariño? —preguntó descartando la sala de estar al no verlo.

—Aquí —anunció—. Comedor.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó al verlo sentado en la cabecera de la mesa con muchas fotografías frente a él.

—Tengo que escoger una de estas fotos, pero estoy entre Tae embarazado o sosteniendo en brazos a su hija —explicó observando concentradamente la mesa.

—Se suponía que al llegar a casa ninguno de los dos trabajaría en nada —indicó colocando sus manos sobre sus hombros—. Esa es una regla que tú impusiste —le recordó.

—Lo sé, pero... Es importante para Tae y no quiero hacerle esperar ni arruinarle escogiendo mal —explicó y colocó sus manos sobre las de su pareja—. Es la primera vez que lo hago desde esa vez —prometió.

—Y la última —advirtió.

—Y también la última —aceptó sonriente—. ¿Qué haces aquí tan temprano? —recordó de pronto, observándole.

—Vamos a salir —anunció con una gran sonrisa.

—¿A dónde?

—Sorpresa —respondió—. Por lo que termina pronto porque el auto espera afuera —indicó.

—Pero... ¿A dónde iremos? —indagó curioso.

—Es sorpresa, hermoso —sonrió—. ¿Dónde está tu almohada para el cuello? Últimamente te quejas cada vez que viajamos en auto —expresó.

—Está arriba en la cama —respondió siguiéndole con la mirada cuando Yoongi se alejó.

Volviendo pronto con él, Min corrió la silla de su pareja y tomó su mano ayudándole a levantarse.

—¿Cómo se ha comportado este chico? —preguntó colocando su mano sobre el vientre abultado de su pareja.

—Ha pasado días más inquieto —sonrió, colocando su mano sobre la de su pareja—. Será un pequeño torbellino cuando lo tengamos con nosotros —expresó.

—No lo puedo esperar —sonrió besando castamente los labios de su pareja.

—Ni yo.

—¿Has terminado? —preguntó observando la mesa.

—Sí, ya envié una respuesta —asintió y Yoongi no esperó más para colocar su mano en la espalda baja, guiándolo a la puerta—. ¿Realmente no me dirás a dónde vamos? —preguntó.

—No, pero puedes intentar adivinar —respondió saliendo de la casa, cerrando la puerta detrás de ellos.

—No tiene sentido hacerlo, siempre haces una cosa diferente e inesperada —resopló.

Subiéndose al auto con cuidado, Jimin saludó al conductor y luego observó a su pareja cuando se sentó a su lado.

—Pensé que querrías utilizar uno de tus autos deportivos —observó.

—Lo dices como si tú no lo hubieras conducido cada vez que tuviste oportunidad —resopló.

—Yoonie —exclamó entre risas—. Sería un delito no haberlo hecho, además, ahora no me gusta tanto utilizarlos desde que mi vientre se cruza en el camino —sonrió rodeando su abultado abdomen con sus brazos—. Muchos accidentes son a causas por el exceso de velocidad y tus autos son una tentación —expresó.

—Lo sé —sonrió rodeándolo con sus brazos—. Sinceramente, tampoco me gustaría que condujeras uno en este momento —aceptó entregándole su almohada.

—¿Qué? —preguntó, observándole.

—Duerme un poco —ordenó—. No quiero que me dejes conversando solo como en nuestra última cita, en la cual te quedaste dormido.

—Nunca olvidarás eso, ¿no? —se quejó con un bonito sonrojo—. Ya te pedí perdón y te expliqué que fue por el exceso de trabajo.

—Lo sé, por eso surgió la regla de no trabajo en la casa —sonrió tirando de su pareja con cuidado hasta que estuvo sentado sobre su regazo, con algo de ayuda de este, claro.

—Bien, pero te advierto que no sé si podré dormir —pronuncio acomodándose en él.

Yoongi resopló, pero no dijo nada al respecto mientras bajaba la ventanilla del auto un poco y lo rodeaba con sus brazos.

No muchos minutos después, sonrió al escuchar los suaves ronquidos en su cuello. Observando a su pareja, besó su cabello rubio y lo acunó con sus brazos con cuidado, cuidando de su sueño.

—Señor, creo que hay periodistas —advirtió su conductor mientras ingresaba finalmente al aeropuerto.

—Ignorarlos, aunque nos hayan encontrado, no podrán seguirnos hasta el interior —aseguró revisando su teléfono.

—Sí, señor —asintió este.

Cuando el auto finalmente se detuvo en el estacionamiento, la puerta a su costado fue abierta y Jungkook apareció.

—Vaya, realmente lograste que se quedara dormido —comentó con ambas cejas alzadas.

—Últimamente las está tomando en la tarde cuando llega del trabajo y su sueño no es precisamente ligero, afortunadamente —sonrió.

Asintiendo, con cuidado tomó a Jimin entre sus brazos y lo alzó sacándolo del auto.

—Ha subido algo de peso —comentó.

—No me digas, Sherlock —bufó Yoongi bajándose también—. ¿El conductor dijo que había periodistas?

—Sí, pero tomaremos una ruta de empleado para que no nos vean —anunció comenzando a caminar—. No me quiero ni imaginar la estupidez que podrían inventar sí nos ven así.

—Ni me lo digas —resopló colocándose sus lentes de sol.

Caminando por los desérticos pasillos del aeropuerto, pronto llegaron al jet que les esperaba listos para partir.

—Que tengan un buen viaje —se despidió Jungkook luego de acomodar a Jimin en la cama—. Y por favor, tómense la molestia de llamar de vez en cuando —pidió.

—Sí, sí, lo que digas —se despidió Yoongi, acomodándose al lado de su pareja para seguir abrazándola, susurrándole cosas a su hijo.

Cuando Jimin despertó, rodó lentamente sobre su espalda, sintiéndose completamente descansado. Bostezando, alzó sus manos y restregó sus ojos mientras estiraba su cuerpo hasta que estuvo satisfecho.

Parpadeando un par de veces, finalmente enfocó sus ojos y contempló un techo que definitivamente no reconocía.

—Oh Dios, ¿me quedé dormido de nuevo? —exclamó sentándose con cuidado en la cama, observando una extensa habitación lujosa que no reconocía.

—¿Oh? ¿Ya has despertado? —sonrió su esposo, apareciendo con unos cómodos pantalones blancos sueltos junto a una camisa de algodón abierta, mostrando su perfecto torso desnudo y una copa de vino en la mano.

—Estoy seguro de que cuando me quedé dormido, tú estabas utilizando traje —comentó, observando interesadamente su cuerpo.

—Sí, pero quise ponerme algo más cómodo tras llegar —respondió.

—¿Llegar? ¿A dónde? —preguntó y volvió a observar a su alrededor.

Fue entonces que se percató de unas dobles puertas abiertas que revelaban el cielo estrellado, permitiendo que el sonido de olas se metiera en el interior.

—¿Ese fue el mar? —preguntó en el mismo momento en que su estómago rugió.

—Y ese fue nuestro hijo exigiendo comida —sonrió—. Vamos, la cena espera por nosotros.

Jimin se ruborizó dulcemente mientras se movía trasladándose a la orilla de la cama, deteniéndose inmediatamente cuando percibió algo raro.

—¿Amor?

—Sí, cariño.

—¿Metiste algo en mi trasero? —le observó y tragó cuando su pareja sonrió contra la copa de vino antes de beber un trago.

—Te puedo asegurar que yo aún no he entrado —respondió—. Pero eso no significa que no haya metido cierto objeto en tu dulce culito —sonrió mostrando el pequeño control—. Amo que tu sueño se haya vuelto tan pesado últimamente —expresó malvado.

—Hyung —gimió retorciéndose cuando su esposo apretó el botón, encendiéndolo en el primer nivel.

—Pero dejaremos esa diversión para después —expresó, apagándolo antes de acercarse.

Estirando su mano, ayudó a su pareja a levantarse de la cama.

—Tenemos que alimentar a nuestro hijo antes de hacer cualquier cosa —sonrió besando castamente sus labios.

—Uhm, vino —saboreó—. ¿Hace cuánto has estado tomando? —preguntó siguiéndolo.

—Es mi primera copa, no llegamos hace mucho tiempo tampoco —expresó y sonrió cuando escuchó el suave jadeo de su pareja.

—¿Por qué es esto? —exclamó, observando la romántica cena en la terraza, bajo la luna llena y frente a un hermoso mar—. Es más, ¿dónde estamos?

—La isla Jeju —respondió corriendo una silla para él—. Feliz aniversario —besó su mejilla—. Tuve que secuestrarte porque te podrías negar a una semana entera para descansar —expresó.

—Creo que ya celebramos nuestro segundo aniversario juntos hace unos seis meses en Hawái —le recordó divertido—. Y nuestro hijo es prueba de ello —dijo, acariciando su vientre.

—Sí, pero ese fue de la primera vez que nos casamos, este es de la segunda vez —explicó tomando asiento frente a él.

—No puedo creer que me hayas secuestrado otra vez, y peor aún, que me dormí toda la parte del viaje —exclamó divertido—. ¿Seguro y no me diste algo para quedarme dormido?

—Solo te presté mi cuerpo —sonrió estirando su mano por la mesa, dejándola sobre la su esposo—. Literalmente, te estuve abrazando todo el rato mientras hablaba con nuestro hijo.

—No me sorprende que durmiera tanto entonces —sonrió enamorado, entrelazando sus dedos—. Siempre dormimos mejor cuando estás con nosotros. Pero hablando en serio, ¿qué se supone que vamos a hacer una semana entera aquí?

—Bueno, yo tengo muchas ideas de lo que podemos hacer estos días —movió sus cejas.

—No podemos pasar la semana entera teniendo relaciones —se rió tomando el servicio para comenzar a comer.

—Cuando le pregunte a SeokJin si estabas bien para viajar por nuestro hijo, le pregunte cuál número consideraba aceptable para tener relaciones y me dijo que al menos uno por día estaremos bien, tal vez dos si tú estás bien con ello —explicó—. Pero eso no significa que no haya otras formas de entretenernos sin que tenga que estar en tu interior.

—Realmente, no me sorprende que le hayas preguntado eso a Jin —negó divertido—. Y... Me vas a hacer sufrir toda esta semana, ¿no? —preguntó mordisqueando su labio inferior con interés.

—Solo de forma placentera —prometió guiñándole un ojo.

—Creo que será otro aniversario inolvidable —sonrió dulce.

—No lo dudes.

—Te amo —expresó apretando ligeramente su mano.

—Yo también te amo —respondió automáticamente—. Fuiste lo mejor que me pudo haber pasado esa noche en Las Vegas.

—Y tú —sonrió—. ¿Quién dijo Su-ji nos ayudaría a encontrar la felicidad gracias a su engaño? Si no fuera por ella, nunca habría ido a Las Vegas y nosotros nunca nos habríamos conocido realmente, conectado —expresó, observando lleno de amor a su encantador esposo, que todos los días buscaba la forma de complacerle, mimarle y alegrar su día, a veces con pequeños gestos y otros grandes.

Como secuestrarlo para celebrar un aniversario.

—Lo sé, por eso le he enviado regalos de agradecimiento a Su-ji —sonrió malvado—. Fotos de nuestra felicidad juntos.

—Me gusta —rió bajo—. ¿Pero no estaríamos alimentando su odio? —alzó una ceja.

—En este momento se encuentra demasiado ocupada sobreviviendo con un solo trabajo de simples mortales y una madre demandante como para preocuparse de nosotros —sonrió con burla—. No te preocupes, amor, yo cuidaré muy bien de ti y nuestro hijo —juró.

—Lo sé —sonrió—. Lo has hecho desde el día en que te conocí y te has esforzado más después de darte esa segunda oportunidad —expresó, acariciando el anillo en su mano—. Sigo agradeciendo el día en que me contaste todo y me pediste otra oportunidad.

—Y yo de que me la hubieras dado, hermoso —expresó observándole lleno de amor y adoración, al igual que su esposo—. Venga, terminemos esto para ir a hacer cosas divertidas a la cama, quiero aprovechar nuestro tiempo juntos antes de que nuestros amigos vengan a celebrar con nosotros —comentó y Jimin soltó una risa divertida y completamente enamorada.

Así de felices y amorosos habían sido sus días desde que le dio otra oportunidad a Yoongi, algo de lo que nunca se arrepentiría, después de todo, amaba completamente a su arrogante, sexy y un poco loco esposo, que sabía, que los amaba con locura a él y su hijo en camino, tal cual él lo hacía con ellos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro