Capítulo 49💋
—¿Quieres dejar de mirarme así? —pidió Jimin con una sonrisa entre dulce y divertida mientras peinaba su cabello frente al espejo, observando el reflejo de su esposo de vez en cuando a través de este.
—¿Cómo se supone que te miro? —preguntó—. ¿Como la cosa más sexy de esta tierra? ¿El ser más hermoso que he visto? ¿Como mi amada pareja? ¿O mi encantador esposo al cual no le puedo sacar los ojos de encima? —exclamó, acercándose por detrás, apoderándose de sus caderas con sus manos—. Porque todas esas cosas son absolutamente verdad —besó su cuello.
—Yo iba a decir que me miras como si estuvieras a punto de comerme —le sonrió estirando su cuello para darle más acceso.
—Bueno, eso también —sonrió contra su piel—. ¿Cómo no hacerlo cuando tienes una apariencia tan sexy y dulce a la vez? —susurró en su oído—. Tan encantador que te quiero quitar la ropa en este instante y llevarte a la cama otra vez —mordió el lóbulo de su oreja.
—Hyuuung, no me hagas esto —se quejó deteniendo las manos de su pareja que intentaban abrir sus pantalones—. Se supone que debemos de salir —le recordó cerrando sus ojos cuando este comenzó a repartir besos dulces alrededor de su mandíbula y cuello.
—¿Quién necesita salir a esa fiesta? —exclamó—. Podemos quedarnos aquí y...
—No, no pueden quedarse —anunció una tercera voz.
Abriendo sus ojos, Jimin contempló con un adorable sonrojo a Jungkook en la puerta de su habitación, observando a ambos con seriedad.
—¿Qué haces aquí? —cuestionó Yoongi con mal humor, chasqueando su lengua.
—Tuve una corazonada de que algo podrías hacer cuando te llamé para avisarte a qué hora sería el evento y me respondiste con un simple y desinteresado "uhmp" —respondió con una dulce sonrisa—. Les queda unos minutos para terminar de arreglarse, estaré esperando en la sala —anunció dejándolos solo.
—Y... ¿En qué estábamos? —cuestionó volviendo su atención a su pareja.
—En nada —rió suave, alejándose del tentador cuerpo con manos traviesas de su pareja—. Ya escuchaste a Kook, solo tenemos unos minutos.
—Uno puede hacer maravilla en tan solo minutos —expresó arrogante.
—Sí, menos nosotros dos —resopló—. Una vez que iniciamos no podemos parar —negó divertido—. Si seguimos en este plan, pronto me estarás trayendo en una silla de ruedas —bromeó sacándole una jugosa risa a su pareja.
—Puedo admitir mi parte de la culpa —anunció alzando una mano para atrapar un costado de su rostro—. Eres tan delicioso y sensual que no me puedo contener, me he vuelto adicto a ti hasta el punto en que no me siento bien si no tengo algún contacto contigo —expresó acercándose—. Aunque no lo creas, nunca me pasó con otros, tú has sido diferente desde el principio.
Sonriendo suavemente, Jimin se acercó juntando sus labios en un beso casto y dulce.
—A veces puedes ser tan dulce sin darte cuenta —suspiró recargando su frente en la contraria.
—Hey, si yo admití mi parte, tú también tienes que hacerlo —declaró divertido.
—¿Yo también tengo culpa de que me asaltes y mantengas en la cama? —exclamó con sorpresa.
—Por supuesto —asintió con seriedad—. Desde que te mostré el arte de la intimidad sexual que te has vuelto adicto a ella, aunque bueno, siendo que yo soy tu compañero, tiene sentido que siempre quieras más —sonrió arrogante.
—Eres imposible —negó divertido.
—Prefiero increíble.
—Yoonie —rió suave, empujándolo sin fuerza para que se apartara.
Si ambos seguían tan cerca, otras cosas iban a suceder y Jungkook aparecería para separarlos en una posición bastante comprometedora.
Y no, definitivamente no era una experiencia por la cual quería pasar.
—Oh, creo que te dejé un poco brillo labial —murmuró alzando su mano para limpiar sus labios con su pulgar.
—¿Brillo labial? —alzó una ceja.
—Si, Tae me lo regaló el otro día cuando me quejé de que mis labios estaban secos —explicó—. Dijo que el brillo era un bonus extra y que me vendría bien a mí.
—Y tiene la completa razón —asintió inclinándose para besarlo una vez más—. Aunque hay otras formas más entretenidas en las que podría mantener tus labios húmedos y me involucra directamente —expresó.
—Si, lamentablemente, no puedes estar todo el día a mi lado —resopló divertido.
—¿Quién lo-...?
—Chicos, les queda poco tiempo y tengo que darles la charla —gritó Jungkook interrumpiendo y logrando que ambos bufaran.
—Es triste, pero tiene razón —pronunció Jimin tomando la mano de su pareja—. Vamos —anunció arrastrándolo con él fuera de la habitación.
—A veces, dudo seriamente quién es el jefe aquí —refunfuñó por lo bajo, entrando en su extensa sala de estar.
—Ya era hora —exclamó al verlos finalmente.
—No te aproveches —advirtió Yoongi observándole mal.
—No me odies por llevarte a cumplir con tu palabra, tú aceptaste ir —le recordó.
—Solo porque Jimin quiso ir —le observó.
—Porque tú me dijiste que era una fiesta benéfica importante —argumentó encogiéndose de hombros.
—Si, pero una llena de snob —arrugó su nariz—. Esa son las más fastidiosas.
—Solo es necesario que estén un par de horas, que los demás vean sus rostros y des tu donación personalmente antes de irte —explicó Jungkook—. No es tienen que estar de principio a fin como.
—Un par de horas no es mucho —aceptó Jimin más aliviado—. Antes tenía que estar en las fiestas de principio a fin, sin importar de qué se trataran, lo odiaba a muerte —arrugó su nariz.
—Bueno, aquí no es necesario —prometió su amigo—. Y no estarás solo, Namjoon y SeokJin también estarán por ahí.
—¿Tae y tú no irán? —preguntó curioso.
—Este tipo de fiestas no son el estilo de Taehyung —respondió su pareja—. En especial desde que su vientre se nota tanto, a cualquiera que mencionara algo al respecto saltaría sobre ellos porque nunca tienen la suficiente inteligencia como para cerrar su boca si solo van a compartir mierda —explicó.
—Él tiene razón —asintió Jungkook—. Por eso evitamos esas fiestas, aunque podríamos asistir sin problemas gracias a Yoongi.
—Hay que salir los seis algún día —comentó Jimin—. Solo una salida normal entre amigos, como las que teníamos en Hawái.
—Por supuesto —asintió Jungkook—. Entonces, sobre la seguridad, solo tendrán a sus guardaespaldas siguiéndole en el trayecto y los acompañarán hasta fuera del edificio del evento donde les esperarán para el viaje de vuelta. —anunció.
—¿Por qué no nos pueden seguir al interior? —cuestionó Yoongi frunciendo el ceño.
No era muy fan de estar perseguido por sus sombras, pero no le agradaba mucho la idea de que le dejaran en ese tipo de fiestas, en especial cuando Jimin iba a estar ahí con él.
—Los organizadores del evento no lo permiten, anuncian que ellos ya se encargaron de la seguridad de cada miembro invitado y que no es necesario —explicó—. No me gustó mucho la idea, pero luego de comprobar sus palabras y asegurarme de que se comprueba y verifica a los invitados y personal de forma eficaz, no me volví a quejar —expresó.
—No me gusta, ¿qué sucede si alguien de la familia de Jimin se presenta? —cuestionó cruzando los brazos sobre su pecho.
Y Jimin realmente se sorprendió de no haber pensado en eso, ese tipo de eventos y cualquiera que llamaba la atención era a los que a sus padres y tía estaban acostumbrados a asistir, en especial Su-ji.
—Ya he visto eso —contestó Jungkook, revisando su tablet—. Esta vez ellos no fueron invitados y la madre de Jimin se ha negado a cualquier contacto con su esposo y su hermana —explicó.
—Vaya, esperaba que, a estas alturas, ella ya hubiera caído en los engaños de padre otra vez —expresó Jimin con sorpresa silenciosa.
—Al igual que tú, ella también necesitaba de un lugar para alejarse donde tu estúpido padre no pudiera llegar —pronunció Yoongi—. Pero que no espere nada más, porque no lo habrá por mi parte.
—Está bien, gracias por eso —le sonrió Jimin tomando su mano.
—Entonces, creo que es hora de ir —anunció Jungkook—. Si necesitan retirarse antes solo salgan, los guardias le estarán esperando afuera y no se irán hasta que ustedes lo hagan.
—¿Qué sucede con los reporteros y esa cosa de que estoy embarazado otra vez? —preguntó Jimin mientras se dirigían al ascensor.
—Ya lo he arreglado y todos han pedido una disculpas por sus palabras duras —respondió.
—Palabras duras —resopló Yoongi mientras atraía a su pareja a sus brazos—. Una simple disculpa para nada sincera no arregla nada.
—Lo sé —asintió Jungkook—. Pero si sigues insistiendo con el tema este seguirá rondando y tú me pediste que sacará esa estupidez de los medios —le recordó.
—Sí, pero hacerlos sufrir un poco en el proceso no está mal tampoco —indicó.
—Solo olvídate de ellos, Yoonie —pidió Jimin acariciando las manos que rodeaban su cintura—. Aunque lidies con unos pocos, siempre habrá otros.
Refunfuñando por lo bajo, Yoongi dejó el tema y salió del ascensor junto a los demás cuando las puertas se abrieron.
—¿Por qué no está el auto que pedí? —cuestionó Yoongi al contemplar una limusina frente a ellos.
—Porque no es fácil para los guardias mantenerte el paso mientras conduces un deportivo por tu cuenta —respondió su amigo—. Eso es más seguro para ambos —señaló el auto.
—Le quitas toda la diversión a la vida —refunfuñó Min antes de subirse al automóvil.
—Gracias —le sonrió Jimin antes de seguir a su pareja—. Deja de ser tan malo con Jungkook, él solo hace su trabajo —le recordó acomodándose a su lado.
—Eso no significa que deja de ser menos molestoso —resopló observando por la ventana cuando el auto se comenzó a mover.
—Hey, quítate ese mal humor de encima —pidió moviéndose para sentarse a horcajadas sobre su regazo—. Se supone que vamos a una fiesta, no puedes tener esa expresión en tu rostro.
—¿Qué expresión?
—Así —respondió frunciendo el ceño profundamente—. Asustarás a todos —fingió su tono intimidante, logrando sacarle una pequeña sonrisa a su pareja.
—Eres adorable.
—No lo soy —rodó sus ojos.
—Por supuesto —asintió y acarició sus perfectos muslos atrapados en aquellos pantalones negros.
—Si no quieres ir, aún tenemos la oportunidad de volver al departamento —propuso Jimin.
—No es que no quiera ir, solo me molesta la posibilidad de que todos vuelvan a hablar mierda —explicó—. Porque si fuera por mí, créeme, te llevaría a todos lados, a cada fiesta a la que he sido invitado para mostrar lo hermoso que eres y restregarles en sus caras que eres completamente mío.
—No exageres —bufó con un adorable sonrojo.
—Y que no sepas de tu propia belleza, solo te hace más increíble a los ojos de los demás —le guiñó un ojo.
—Eres demasiado bueno para mi ego —suspiro uniendo sus labios en un suave beso.
—Tal vez el día en que tu ego esté nivelado con el mío, me detendré.
—Pffff, nadie puede superar o igual al tuyo —bromeó.
—Gracias —sonrió encantado.
Soltando una risita, Jimin negó divertido.
—¿Cómo te fue con el psicólogo hoy? —recordó Min.
—Bien —asintió—. Hoy hablamos sobre mi claustrofobia y como podría haber surgido —comentó—. Y sí, antes de que preguntes, fue debido a la forma en la que mi padre me disciplinaba.
—¿Disciplinar? —se burló—. Ese estúpido hombre solo usaba excusa para desquitarse con ustedes, de ti, culpándote de sus fracasos y errores. Por eso aún ahora lo sigue haciendo —negó.
—Pero en ese entonces no lo sabía, yo solo era un niño que sabía que su padre siempre tenía la razón —explicó—. Y ya más grande, solo deseaba su aprobación aun si no aprobaba sus formas de actuar o pensamiento. No puedo creer que voy a decir esto, pero realmente le agradezco a Su-ji por haberse acostado con mi novio en ese entonces, logrando que viajara a las Vegas e hiciéramos el primer contacto para traerte a mi vida —expresó.
—Por primera vez, ser tan malvada le salió al revés —sonrió Yoongi.
—Oh, sí, y no puedo ni imaginar lo molesta que debe de estar aún —reflejó su sonrisa—. Si fuera una persona un poco más malvada como ella, tal vez aprovecharía cada oportunidad que apareciera para restregarle en la cara la felicidad que me brindó.
—Cariño, no hay que ser malvado para hacer aquello, solo necesitas buscar la oportunidad perfecta para ejercer justicia y emplear el karma a tu favor —explicó.
Sonriendo divertido, Jimin lo besó por última vez antes de bajarse de su regazo al sentir como el auto disminuía la velocidad.
Cuando el auto finalmente se detuvo frente al hotel, Jimin arrugó ligeramente su nariz.
—No pensé que habría tanto periodista —murmuró mientras esperaban que la puerta fuera abierta.
—Cariño, cada millonario y persona con poder se encuentra en esta fiesta —indicó—. Por supuesto que iba a haber periodista en todos lados esperando por un jugoso chisme. ¿Estás listo? —preguntó.
Observando a la ventana, Jimin respiro profundamente y asintió.
—Vamos.
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