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Capítulo 44💋


Sentado en una de las cómodas sillas reclinables en la terraza, disfrutando de un hermoso anochecer estrellado frente a la piscina iluminada dignada de la gran casa de los Min, Jimin sostenía una copa entre sus manos a medio llenar con algo de vino que Yoongi había sacado de la colección personal de toda su familia.

Era en celebración por haber pasado cuatro maravillosos días descansando en una hermosa casa de campo alejada de todos y de todo.

Sí, era verdad que mientras Yoongi le había mostrado los alrededores o él mismo había salido a dar una vuelta, más de alguna vez se encontró con un trabajador, pero ellos simplemente lo reconocían con un firme saludo de cabeza y luego actuaban como si no estuviera ahí.

Ninguno le ignoraba directamente por supuesto, si él les hablaba tendría una respuesta, pero ellos seguían fingiendo no estar ahí mientras trabajaban a su alrededor como si intentaran no molestarlo.

Dicha acción, solo había relajado más a Jimin al percatarse de que Yoongi tuvo la completa razón al decir que solo serían ellos dos alejados del mundo.

Cuatro días enteros disfrutando de ellos mismos, la casa, los alrededores, la tranquilidad y paz había sido tan maravilloso, que, si había una pequeña cosa que seguía pinchando a Jimin con molestia, era que Yoongi no lo había vuelto a tocar.

Oh, él realmente le seguía besando hasta que el mundo dejaba de existir, le abrazaba cada vez que lo deseaba y tomaba su mano entrelazando sus dedos mientras caminaban, ellos incluso seguían durmiendo juntos, pero solo eso, dormir en los brazos del otro y nada más.

Era dulce, pero Jimin ya estaba extrañando el apasionado amante que sabía podía ser Min Yoongi, y aun así, su pareja no daba señal alguna de querer algo más de él a pesar de las indirectas muy directas que le había lanzado.

Lo que inevitablemente le llevaba al, ¿por qué?

Y el preguntarse eso era malo, porque entonces su cabeza comenzaba a pensar en miles de respuestas, cada una peor a la otra, y así, se atormentaba a sí mismo sin necesidad.

Ciertamente sería más fácil si le preguntaba a su pareja directamente, pero tenía miedo de la respuesta que podría recibir con ello.

¿Y si Yoongi realmente le odiaba por haber perdido a su bebé?

Sabía lo importante que era para Yoongi el nombre de su familia, él mismo se lo había expresado en su momento, así como los mismos medios, perder al que podría haber sido el heredero no debía de ser fácil para él.

"Pero él ya te dijo que no le importaba nada de eso" le recordó una vocecita en su mente.

Pero las personas cambiaban de parecer, ¿no?

Soltando un profundo suspiro, Jimin bebió un trago de su copa y se enderezó para dejarla sobre la pequeña mesita a su costado.

Su mirada cruzó la piscina y viajó hacia las dobles puertas abiertas de vidrio frente a él, observando a su pareja todavía hablando por teléfono para arreglar el viaje de vuelta a Seúl el día siguiente.

Habían sido unos bonitos y relajantes cuatro días después de todo, aun cuando no habían intimidado como una verdadera pareja.

No había escuchado o visto de su padre o cualquier integrante de su familia, así como tampoco de todos los escándalos en los cuales se había vuelto involucrado por culpa de ellos.

Había sido... Unas verdaderas vacaciones a comparación de su viaje a Hawái, que, a pesar de que sí había logrado divertirse gracias a sus amigos, no podía quitar e ignorar los miles de momentos de tensión que habían surgido cada vez que se juntaba con su familia, sin contar al obvio reportero que viajó con ellos y les siguió a todos los lugares.

Observando la piscina frente a él con el reflejo de la hermosa luna en ella, su estómago se apretó ligeramente al pensar en que mañana tendría que volver a enfrentar todo.

A su padre.

Su familia.

Los medios.

Y los malditos rumores que seguramente habían surgido con todo el escándalo provocado.

Su trabajo también le preocupaba, más por lo que dirían las personas con quienes trabajaba que por ir a trabajar en sí, le gustaba lo que hacía después de todo.

El volver a su casa luego de haber estado compartiendo tanto su tiempo, espacio y su cama con Yoongi también le molestaba, se había acostumbrado a la presencia de su pareja, y el solo pensar en que tendría que volver a su casa solo...

No podía, no le gustaba lo que la soledad provocaba en su cabeza, despertando y removiendo aquellos sentimientos, esos pensamientos que había enterrado, rehusándose a hablar de ellos, de su infancia, de su bebé, el accidente, todo...

Yoongi había intentado hablar con él al respecto, expresándole que guardar todo y fingir que estaba bien no era algo bueno y que, tarde o temprano, terminaría por explotarle todo.

Y Jimin lo sabía, pero saber y poder hablar de todo ello... Era algo diferente, difícil, y a lo que no estaba acostumbrado.

Sí, había compartido con Yoongi miles de recuerdos y experiencias en sus citas, pero nunca compartió ningún detalle realmente significativo que había quedado clavado en él, en su corazón, ya que cada una de ellas, eran lamentablemente malas experiencias.

Haber vivido tanto tiempo ocultando sus propias emociones que volvía algo difícil el compartirlas con alguien más, aunque ese fuera su deseo.

Algunas costumbres y rutinas no se podían cambiar de la noche a la mañana, y Yoongi parecía entender aquello, porque no volvió a insistir al respecto, a pesar de que el deseo de que lo compartiera todo con él estaba ahí.

Arrojando un suspiro, Jimin se levantó de su silla y se acercó al borde de la piscina, comprobando el agua antes de comenzar a desvestirse hasta quedar solo en su ropa interior.

En la casa de sus padres, teniendo una gran piscina, más de alguna vez se había imaginado así mismo nadando en medio de la noche en completa tranquilidad, y lo único que lo había detenido, fue que esa no era su casa, y por supuesto, que no lo tenía permitido.

Pero ahora no estaba en esa casa, no tenía por qué escuchar los deseos de su padre y podría hacer lo que él quisiera.

Sin pensarlo más, se lanzó al agua en un perfecto clavado y nadó lo que más pudo hasta que reventó en la superficie en busca de oxígeno.

Pasando sus manos por su rostro, retiró el agua y peinó su rubio cabello hacia atrás para que no molestara.

—¿Tenías calor? —preguntó su pareja al borde de la piscina, observándole con una pequeña sonrisa.

—No realmente, pero no sabes cuántas veces soñé con hacer esto —respondió y una pequeña idea cruzó por su cabeza.

Era su último día en la casa, última noche con Yoongi... No perdía nada con intentarlo una vez más, ¿no?

—¿Qué haces? —cuestionó Min cuando contempló al hermoso rubio deslizar sus manos por su cuerpo bajo el agua.

—Bueno, tengo que arreglar una cosa para realmente cumplir con mi sueño —expresó y alzó sus manos revelando su ropa interior.

Al reconocer la prenda, los ojos de Yoongi se volvieron lujuriosos al saber que no había absolutamente nada que cubrieran aquel maravilloso cuerpo de su pareja.

Cuando Jimin se dio vuelta y nadó, su lengua emergió entre sus labios al contemplar como aquellas perfectas nalgas emergía sobre el agua.

—¿Qué crees que estás haciendo? —expresó, observando como nadaba hacia él.

—¿Por qué crees que estoy haciendo algo? —respondió con inocencia, deteniéndose frente a él, apoyando sus manos en el borde de la piscina.

Agachándose, Yoongi tomó su mentón entre sus dedos.

—No creas que no me he dado cuenta de las indirectas que me has estado lanzando estos últimos días —indicó, apreciando aquellos abultados labios rellenos.

—Pero aun así no has hecho nada... —susurró cerrando sus ojos cuando el dedo pulgar se presionó contra su labio inferior.

—Solo porque me he controlado —contestó.

—¿Por qué? —preguntó Jimin, con dolor siendo reflejado en sus ojos—. ¿Ya no me quieres? —se apartó.

—Jimin, ven aquí —pidió cuando su pareja comenzó a retroceder, alejándose de su alcance.

—¿Es por lo que ocurrió en Hawái? —preguntó bajo, sin mirarle.

—Sabes que no se trata de eso, te dejé en claro que lo ocurrido ahí no cambiará como me siento por ti —expresó, irritándose un poco por como Jimin solo se alejaba más.

—Pero no me has tocado —acusó—. Te creo cuando llegamos recién a Seúl, no estaba en condiciones, pero aquí y ahora... —negó—. ¿Hice algo mal? —preguntó succionando su labio inferior.

—Jimin, ven aquí —ordenó.

—Déjalo, Yoongi —pidió negando, abrazándose a sí mismo—. Fue una estupidez, déjame solo un momento, ¿sí? —dijo forzando una pequeña sonrisa antes de darse vuelta y nadar lejos.

Ahora se sentía como un estúpido por haberse quitado su ropa interior, lanzando la fuera de la piscina.

Mierda, ¿en qué estaba pensando?

Con el sonido del agua estrellándose, Jimin se sobresaltó y se dio vuelta justo a tiempo para que unos brazos le rodearan y el cuerpo de Yoongi apareciera entre el agua colocándose frente a él.

—Si no quieres volver, entonces yo iré por ti —anunció acercando más sus cuerpos completamente desnudos.

—¿Por qué? —exclamó en una exhalación sorprendida.

—Pequeña cosa tonta, me estuve conteniendo de tus sensuales insinuaciones, no porque no deseara estar contigo, sino porque todavía estaba preocupado con todo lo que te había ocurrido —expresó—. Si no quieres hablarlo con nadie y finges que nada ocurrió, ¿cómo se supone que sabre que estás bien realmente? —preguntó estrellando sus frentes.

—No es que no quiera Hyung, es que me cuesta —pronunció colocando sus manos en los hombros de su pareja.

Yoongi cerró sus ojos por un momento cuando imágenes de un Jimin llamándolo Hyung llegaron a su mente, tenía que concentrarse.

—Si no puedes hablarlo conmigo o tus amigos, tienes que buscar la ayuda de un profesional —pidió—. No puedes simplemente guardarte todo para ti, te terminará envenenando, hermoso, créeme.

—¿Un profesional? —preguntó alzando una pierna para rodear la cintura del mayor, logrando que ambas erecciones semi erectas se rozaran directamente.

—No intentes distraerme —reprochó bajando una mano para apretar un glúteo.

—No lo hago —prometió con una pequeña risita combinada con un gemido.

—¿Podrías ver a un psicólogo cuando volvamos a Seúl? —pidió concentrándose—. Fueron demasiados cambios en tu vida, necesitas hablarlo con alguien —expresó.

—¿Eso te haría feliz? —preguntó, observándole directamente a los ojos.

—Me aliviaría saber que estás hablando con alguien de tus problemas, así no sea conmigo —respondió—. Pero no se trata de lo que yo quiero, sino de lo que tú deseas —aclaró.

Jimin frunció ligeramente el ceño, pensativo.

—No es necesario que me des una respuesta ahora, puedes pensarlo y mañana darme una —ofreció.

—Suena bien —asintió y un gemido sorprendido escapó de sus labios cuando Yoongi empujó sus caderas, logrando una exquisita fricción entre sus miembros.

—Ahora, creo que podré disfrutar de lo que tanto me has ofrecido —ronroneó besando su cuello.

—¿Por qué esperar hasta el último día? —se quejó arqueando su espalda.

—Ya te dije, quería asegurarme de que estuvieras bien —respondió—. Pera has estado jugando tan malvadamente conmigo, ofreciéndome tu exquisito cuerpo —gruñó deslizando unos dedos por la grieta de su culo, buscando aquel pequeño agujero fruncido.

—Ah... Yoongi~... —gimoteó Jimin, agitando sus caderas mientras un dedo violaba su interior.

—Solo mírate, tan perfecto, ¿cómo se supone que me iba a seguir resistiendo? —expresó y capturó su boca en un húmedo beso cuando Jimin le observó.

—¿Lo haremos aquí? —preguntó jadeante, excitado con la idea.

—Bueno, dijiste algo sobre una fantasía en la piscina —sonrió retrocediendo, llevándolos a la orilla.

—No dije una fantasía exactamente —indicó divertido—. ¿Y si alguien viene y nos ve? —preguntó mordiendo su labio inferior.

Sin poder aguantarse, Yoongi se inclinó capturando su boca nuevamente, saboreando el vino que había bebido su amante mientras succionaba su lengua hasta quitarle el aliento.

—¿No es más divertido así? —sonrió besando y mordiendo juguetonamente su labio inferior.

—Hyung —se quejó Jimin mientras su espalda chocaba suavemente contra la orilla de la piscina.

—No te preocupes por nada, cariño —pronunció deslizando la mano que había estado guiándolo por su cintura para trasladarla al frente, donde juntó ambas erecciones.

Jimin se sacudió con un suave jadeo y apretó su pierna más alrededor de la cintura de su pareja, mientras un dedo volvía a penetrar su interior.

—Yoongi —gimió, comenzando a mover sus caderas también.

—Oh, hermoso, sabes cómo tienes que llamarme ahora —le recordó arrastrando sus labios tentativamente por su mandíbula, subiendo hasta su oído—. Dilo.

—¡Hyung! —exclamó inclinándose hacia adelante, rodeando con sus brazos el cuerpo de su pareja.

—Si, hermoso —jadeó y gruñó excitado cuando Jimin bajó sus manos, apoderándose de sus nalgas y apretándolas hasta el punto de enterrar sus uñas en ellas mientras lo forzaba a mover sus caderas hacia adelante.

—Más —exigió con un tono desesperado—. Por favor, te extrañé, estoy cerca —balbuceo girando su rostro para besar su cuello—. Por favor, Hyung.

—Mierda, sí que sabes cómo pedirlo amablemente, cariño —se quejó apretándolo más contra su cuerpo mientras ingresaba otro dedo en su interior, buscando su...

Jimin gritó y se estremeció exquisitamente contra su cuerpo cuando encontró su punto dulce, urgiéndolo mientras movía sus caderas de forma desesperada.

Con una sonrisa malvada, Yoongi se detuvo completamente y solo lo observó.

—No, ¿por qué? —exclamó desesperado, observándolo.

—Te vendrás —anunció con simpleza, acariciando perezosamente sus erecciones juntas para el placer y dolor de Jimin.

—Por favor, te he extrañado —gimoteó—. Quiero venirme.

—Bien, pero después no te podrás quejar cuando te haga venir otra vez al estar en tu interior —advirtió, a lo que Jimin aceptó felizmente agitando su cabeza.

Besándolo, Yoongi se comió cada gemido de su pareja mientras volvía a mover sus dos manos sobre su cuerpo, dentro y fuera.

Cerrando sus ojos, Jimin se fundió contra su amante y permitió que Yoongi absorbiera cada sonido de él mientras finalmente llegaba a su anhelado clímax.

Jadeante, se separó con sus manos aferrándose a sus hombros mientras bajaba lentamente su pierna temblorosa.

—Oh hermoso, no me mires así, que aún no hemos terminado —anunció Yoongi besando su frente antes de colocar sus manos en su cintura para alzarlo y sentarlo en la orilla.

—¿Hyung? —parpadeó, intentando volver a concentrarse mientras lo observaba todavía en el interior de la piscina, rebuscando entre su ropa.

—Date la vuelta, abre tus piernas y preséntame ese lindo trasero tuyo —indicó sacando un sobre de lubricante y una tira de condón.

—Pensé que habías estado demasiado preocupado por mí para hacerlo —recordó divertido.

—¿Te has mirado a ti mismo, Jimin? —alzó una ceja—. Sabía que si esta noche te me insinuabas una vez más, no iba a poder resistirme otra vez —expresó—. Por lo que vine preparado.

Mordiendo su labio inferior, Jimin se inclinó hacia Yoongi tomando su rostro entre sus manos y le besó dulcemente.

—Gracias —susurró sobre sus labios.

Yoongi asintió y sonrió mientras contemplaba a su pareja darse vuelta, colocándose sobre sus manos y rodillas, presentándole su trasero, tal cual le había pedido.

—Baja un poco más —pidió y contempló como Jimin usaba uso de su excelente flexibilidad para abrir más sus piernas hasta que estuvo a la altura perfecta para él.

—¿Así está bien, Hyung? —preguntó observándole sobre su hombro.

Min sonrió mientras tocaba con sus manos aquellas perfectas nalgas.

—Te ves adorable sonrojado solo por esto, considerando lo que acabas de hacer en la piscina, o lo que hemos hecho antes —comentó separando sus glúteos, observando aquel pequeño y ansioso agujero.

—Sí, pero ahora se siente más pervertido —se quejó arqueado su espalda mientras bajaba sobre sus antebrazos y apoyaba su frente en sus manos.

Yoongi sopló sobre aquel fruncido agujero húmedo y sonrió satisfecho ante el pequeño gemido de Jimin en respuesta.

Inclinando su rostro, plantó un beso dulce sobre aquel agujero y luego pasó su lengua, obteniendo un dulce jadeo por parte de su pareja que se transformó en un grito de felicidad cuando le penetró con su lengua.

—O-oh Dios~... —gimoteó temblorosamente su pareja, con sus manos haciéndose puños sobre el pasto verde bajo de ellas—. Se s-siente tan bien —sollozó y se quejó cuando Yoongi se alejó.

—No creo que pueda jugar mucho contigo hoy —dijo urgidamente mientras tomaba el lubricante—. Estoy todo duro por ti cariño, hasta el punto en que me duele —gruñó introduciendo un dedo lubricado en su interior.

—Por favor, quiero más —jadeó pasando una mano bajo su cuerpo para ir por su propia polla que ya se estaba recuperando perfectamente ante las atenciones de su pareja.

—Deja eso —ordenó Yoongi alejando su mano y capturando él su pene—. Esto es mío, y no te puedes venir hasta que esté profundamente enterrado en tu interior —exclamó deslizando su mano hacia arriba, su dedo presionando en la pequeña abertura donde el pre-semen emergía.

Jimin sollozó siendo ignorado por su amante quien jugaba con su cuerpo, con dedos entrando y saliendo de su interior, mientras su mano subía y bajaba, apretando alrededor cuando sus gemidos eran muy ruidosos y volviendo a acariciar la cabeza una vez se calmaba, dejándole un sentimiento de frustración placentero.

Acercando su rostro, Yoongi besó una de las perfectas nalgas antes de morderla suavemente.

—Muévete cariño, ya no lo soporto más —expresó y Jimin felizmente gateó por el césped para dejarle espacio a su pareja.

Colocando sus manos en la orilla de la piscina, Yoongi salió del agua y siguió a su pareja. Deteniéndose a sí mismo, abrió y rodó un condón por su sensible erección y luego colocó más lubricante sobre ella.

Con eso listo, volvió a ubicarse detrás de Jimin y colocó sus manos en su cadera.

—Hyung —gimoteó dulcemente su pareja.

—Ahora voy, hermoso —prometió, deslizando sus manos para separar los glúteos de su pareja, revelando aquel brillante agujero que se contraía ansiosamente.

Empujando hacia adelante, Yoongi contempló lujuriosamente como su polla rompía en el interior de su pareja desaparecieron centímetro a centímetro hasta que ya no hubo distancia alguna entre sus cuerpos.

—T-tan lleno —balbuceo Jimin, cerrando sus ojos mientras sentía el miembro de su pareja llenándole completamente.

Soltando sus nalgas, Yoongi se inclinó sobre su cuerpo, colocando sus manos sobre las de Jimin, entrelazando sus dedos mientras empujaba sus cuerpos unidos hacia abajo, hasta que su amante estuvo recostado en el pasto con él cubriéndolo completamente.

—Te haré venirte sin la necesidad de tocarte —prometió oscuramente en su oído antes de comenzar a mover sus caderas lentamente en un principio, restregando sus cuerpos húmedos juntos.

Jimin gimió largamente, sentiendo esa larga, dura y gruesa erección entrar y salir de él mientras el cuerpo de su pareja le presionaba.

Se sentía tan bien. Tan lleno. Tan...

Amado.

Pronto, Yoongi aumentó un poco el ritmo de sus embestidas, provocando sucios sonidos pervertidos de sus pieles húmedas chocando mientras sus labios recorrían todo su cuello, dejando marcas que a Jimin no le importaba mostrar a otro.

—Y-yo también... —gimió mientras Yoongi besaba la comisura de sus labios.

—¿Tú qué, hermoso? —jadeó con esfuerzo—. ¿Un beso?

—No... Tu cuerpo —exclamó apretando su culo—. Quiero ver-verte y besarte, de-dejarte mis marcas —jadeó.

—Dios cariño —gimió Yoongi en su cuello—. Date vuelta —pidió alejando su cuerpo, saliendo de su interior.

Con la ayuda de su pareja, Jimin inmediatamente se dio vuelta sobre su espalda y separó sus piernas mientras estiraba sus brazos para rodear y juntar sus cuerpos.

Sus labios se unieron inevitablemente y ambos gimieron cuando Yoongi volvió a empujar en su interior de una estocada, manteniendo un ritmo rápido esta vez, casi desesperado mientras sus bocas se movían lentamente, pero con desorden.

—Estoy cerca —gruñó Yoongi sobre su boca, trasladando sus besos por su cuello.

—Lléname, Hyung, lléname —rogó Jimin rodeándole con fuerza con sus dos piernas.

Yoongi gruñó y gimió mientras sus embestidas se volvían más desordenadas hasta el punto en que ni siquiera existía un ritmo real en lo que perseguía su anhelado clímax, y entonces, voló alto al encontrarlo, llenando con su semilla el condón.

—Joder, tan bueno, bebé —jadeó respirando de su aliento.

—Intenso —gimió Jimin aflojando sus brazos hasta que cayeron a sus costados—. En verdad me hiciste venirme sin tocarme —jadeó observándole con alegría satisfecha.

Besándolo suavemente, ambos se quedaron simplemente ahí, disfrutando de un momento.

—Si lo hacemos otra vez, ¿puede ser en la cama y una vez mis piernas funcionen? —preguntó Jimin cuando su pareja se retiró de su interior.

—Pequeño monstruo del sexo —bromeó Yoongi, amarrando el condón.

—Dices eso, pero tu amiguito parece estar dispuesto —se rió suavemente de forma alegre, señalando su entrepierna.

Y Yoongi nunca se sintió más feliz de escuchar ese hermoso sonido otra vez.

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