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Capítulo 41💋


Sentado en medio de una gran cama cómoda, con suaves sabanas azul marino y edredón negro cubriéndolo, Jimin contemplaba con su corazón apretado como en las noticias reproducían una y otra vez el vídeo de su caída en el restaurante en Hawái, mientras que la reportera, hablaba en el fondo, diciendo cosas que eran demasiado dolorosas para poder escuchar realmente.

Enojado, Yoongi le quitó el control de la mano y apagó furiosamente la TV antes de mirarle y tomar su rostro con ambas manos.

—No creas en ninguna mierda de lo que dijeron esos idiotas sin cerebro —advirtió.

Jimin parpadeó.

—Mi tía realmente me empujó hacia las escaleras —susurró con tristeza.

Dejando toda la furia de lado por un momento, Yoongi lo atrajo a sus brazos con cuidado.

—Lo siento, hermoso, te dije que no había sido un accidente —pronunció besando su frente.

—Sí, lo sé —asintió levemente—. Pero verlo en persona es... Diferente —torció sus labios—. Y si ellos ya saben que soy un m-preg, no tardarán en descubrir sobre nuestro bebé y la caída... —susurró.

—No, no lo harán —prometió—. Si Jungkook quiere mantener su trabajo, encontrará una forma de que no salga a la luz —juró alejándose levemente cuando una mano le golpeó sutilmente en su brazo.

—Son los medios, Yoongi, por más que intentemos esconder algo, ellos lo terminarán descubriendo e inventarán su propia historia de ello —le recordó—. Sé cómo se trabaja todo esto.

—Pudimos ocultar lo que ocurrió en las Vegas —indicó.

Una pequeña risa brotó de los labios de Jimin.

—Al final, de todas formas terminó saliendo a la luz, solo que alteramos todo creando una propia historia de ello que encajara con lo que decíamos —le recordó.

Yoongi frunció el ceño.

—¿Qué quieres hacer entonces?

Jimin respiró profundamente.

—Quiero que nosotros seamos los primeros en hablar y explicar —respondió—. Sé que no le debemos explicaciones a nadie —se adelantó, interrumpiendo a su pareja—. Pero vives en los medios Yoongi, no sólo por el nombre de tu familia, sino que por la propia reputación que te has creado tu mismo —le recordó—. Será mejor para nosotros darle la historia antes de que ellos saquen sus propias conclusiones o aún peor, que alguien tome provecho de ello —expresó.

—¿Por alguien te refieres a Su-ji o tu tía? —resopló con desagrado.

Eran las únicas que podían sacar provecho de una situación así después de todo.

—No creo que tu estúpida tía tenga cabeza para pensar en algo más, considerando que se enfrenta a un juicio por lo que hizo —resopló.

—Creo que ya comprobamos lo malvadas que son ambas —expresó y observó la TV apagada—. Lo viste tu mismo antes, el juicio terminó con una gran multa para mi tía y servicio comunitario, ella querrá vengarse en un punto, más aún cuando la preciosa carrera de su princesa va en picada, todos están hablando como intentaba robarte de mí al percatarse de los lujos que me ofrecías sin que yo lo pidiera —le miró con una pequeña sonrisa—. Fueron bastantes claros en ese punto.

—Es la verdad —se encogió de hombros—. Nunca estuviste interesado en mi dinero o influencias, solo en mí —sonrió con arrogancia—. Lo que por supuesto tiene sentido.

Jimin negó con una sonrisa entre sus labios, había una parte de Yoongi que definitivamente no iba a cambiar a pesar de que ambos estaban... Enamorados.

Sí, todavía era un poco difícil para el creer en ello, pero su pareja se lo estaba demostrando con cada palabra, acción y cuidado, por lo que era imposible negarlo.

—¿Quieres que Jungkook lo diga entonces? —preguntó Yoongi, sacándolo de sus pensamientos.

—Pero si tú no lo quieres así, está bien —aseguró.

—Es un tema que debemos de ver juntos, no sólo yo —aclaró tomando su mano libre—. Nos involucra a los dos —le recordó y su mirada vago brevemente a su vientre plano.

—Entonces consultémoslo con Jungkook —entrelazó sus dedos—. Por lo que aprendí, es él el que siempre lidia con este tipo de problemas, por lo que va a saber qué hacer al respecto —argumentó—. No quiero que nadie saque provecho de esto tampoco.

—De acuerdo —asintió y se inclinó para besar su frente—. Estaré llamándolo ahora para que lo arregle —anunció tomando su teléfono—. ¿Quieres que prepare el almuerzo o pido algo? —preguntó levantándose de la cama.

—¿Cocinas? —preguntó con sorpresa fingida, después de todo, Yoongi le había comentado en una de sus citas supuestamente falsas que tenía un pasatiempo en la cocina, a pesar de que la mayoría del tiempo utilizaba a los chefs profesionales para que le cocinaran.

"No tiene sentido ni gracia cocinar para uno mismo" Había dicho, lo que tenía sentido.

Era solitario comer solo.

—Hasta la pregunta ofende —exclamó indignado—. Te prepararé algo con lo que te chuparas los dedos del gusto —aseguró antes de salir de la habitación.

Negando con una suave sonrisa divertida, Jimin se relajó por un momento contra las almohadas acomodadas detrás de su espalda y volvió a encender la TV, bajándole un poco el volumen para que su pareja no se diera cuenta.

Si se enteraba de que la había vuelto a encender, no dudaba de que aparecería en su habitación solo para apagársela, no dispuesto a que se atormentara a sí mismo con las noticias que mostraban sobre ellos y su familia principalmente.

Fiel a su palabra, desde el día anterior que lo sacó de su casa y lo llevó a su departamento, Yoongi no le había dejado ni un segundo solo y se mantuvo a su lado para cuidarlo y mimarlo, algo que expresó quiso hacer en el mismo momento en que se bajaron del avión y Jimin tontamente rechazó.

En su defensa, muchas cosas habían estado ocupando su mente en ese instante, tonterías que solo empeoraron con el tiempo y la soledad, por lo que cuando Yoongi apareció en su puerta y le contó que no lo odiaba, sino que deseaba salir en verdad con él porque se había enamorado a pesar de todo lo ocurrido, fue como si la manta con la que él mismo se cubrió, se deslizara fuera y pudo realmente ver, sentir y escuchar a Min Yoongi otra vez.

No hubo más frío luego de ello, solo calidez que su pareja se encargaba de brindarle una y otra vez con tan solo una mirada, una palabra, un toque.

Si, nunca se imaginó realmente que tendría la oportunidad de salir con alguien como Min Yoongi, quien desde un principio había sido honesto al decirle de sus intereses, pero ahora...

Casi parecía que ambos fueron hechos el uno para el otro.

Cuando en las noticias hablaron de su padre, la atención de Jimin reparó en esta y como exponían sus sucios secretos, desde el robo que su tía había mencionado, su engaño con la hermana de su madre, su verdadero trato hacia él y otros secretos que a lo largo de los años le había tocado a él esconder de la sociedad para que mantuviera su reputación intacta.

Frunciendo levemente sus labios, no pudo evitar pensar en toda su familia y en su niñez.

¿Realmente todo había cambiado cuando sus padres habían descubierto que era un m-preg?

Si recordaba bien, su relación con sus padres desde antes ya era... Mala.

Su padre era estricto y le molestaba cualquier muestra de afecto y signo de debilidad, desde un principio había expresado su disgusto hacia él por no ser demasiado alto, demasiado fuerte o más inteligente.

Solo era un niño pequeño, ¿por qué se suponía que debía de preocuparse por algo que cambiaría con el crecimiento?

Recordaba también que, en ese tiempo, su madre al menos lo había defendido como se suponía que una madre debía de hacer, solo que... Cada vez con menos entusiasmo.

"No seas duro, es un niño, ya cambiará al crecer" Esas habían sido sus últimas palabras después de dejar de defenderlo.

En ese tiempo, su padre recién estaba postulando por primera vez para su posición como senador, por lo que estaba estresado la mayoría del día y cuando algo salía mal, los castigos caían.

Jimin se estremeció ligeramente al recordar las palabras duras, los golpes y el encierro en aquel pequeño closet en su habitación.

Había sido duro, pero como solo era un niño pequeño, pensó que pasaría una vez su padre consiguiera el puesto, como le decía su madre.

Fue verdad en una parte, concentrado en el trabajo, su padre comenzó a dejar de lado a ambos, pero cuando algo salía mal, era él quien tenía que sufrir las consecuencias fuera o no su culpa.

Y tiempo después, la relación de sus padres cayó en picada cuando descubrió a su padre teniendo sexo con su tía en la misma cama que compartía con su madre, inocente como era, le había dicho a su madre que ambos habían estado jugando en su habitación solos y haciendo ruidos raros.

Nada fue igual luego de ese momento para ninguno de ellos.

Pero ¿por qué seguir esforzándose en jugar a la familia perfecta y feliz entonces?

¿Por qué?

—¿Jimin? —llamó Yoongi interrumpiendo en sus profundos pensamientos, recuerdos de un doloroso pasado.

—¿Sí? —respondió parpadeando en su dirección.

—¿Otra vez viendo esa porquería? —reprochó acercándose y cambiando el canal de las noticias por uno donde reproducían una película cualquiera—. No quiero que tu cabeza se vuelva a llenar de estupideces —expresó volteando a verlo—. Suficiente tuve con los días que te alejaste de mí por ellos, no quiero que tu mente se llene de pensamientos malos y te descuides a ti mismo —reprendió con preocupación.

—Lo sé, pero no puedes evitar que no vea las noticias, ellas están en todos lados —le recordó.

—No me retes porque realmente encontraré una forma para mantenerte apartados de ellas por un buen tiempo —advirtió, olvidando el control en la cama—. Ven, la comida ya casi va a estar lista —anunció estirando su mano.

—¿Puedo sacarme el cabestrillo? —preguntó apartando las mantas.

—No hasta que un médico lo diga —respondió.

Frunciendo sus labios, Jimin tomó la mano de su pareja y se levantó de la cama. Su cuerpo se estremeció ligeramente cuando sus desnudos pies tocaron el frío suelo.

—Espera, tengo unas pantuflas de interior por aquí —dijo, haciéndole sentarse nuevamente al borde de la cama mientras las buscaba.

—Estoy bien, me las puedo colocar —indicó apartando sus pies.

Pero Yoongi no tuvo nada de eso, y tomando sus pies con cuidado, se las colocó.

—¿Cómo está tu cuerpo? ¿Te sigue doliendo? ¿Tu pie? —preguntó levantándose y volviendo a tomar su mano.

—No, ya estoy mejor y me he tomado los medicamentos, hoy era el último día —respondió siguiéndolo por el departamento hasta la cocina—. Lo único que queda son algunos hematomas y mi hombro.

—Hasta que un médico diga que no lo necesites, seguirás usando el cabestrillo —declaró—. Y para tus hematomas he comprado una crema especial que te echaré después —anunció y señalo el banquillo frente a la isla.

—Como gustes —suspiró recargando su brazo bueno sobre el mesón—. ¿Puedo ayudarte en algo?

—No, mientras te comas todo yo estaré feliz —respondió dándole la espalda para terminar con las preparaciones.

—¿Cómo te fue con Jungkook? —preguntó.

—Fue el dueño del restaurante quien subió el video. Ahora está averiguando si lo hizo por dinero y quién le dio el dinero —explicó—. Le dije lo que pensabas y me dijo que probablemente era una buena idea, pero que eso no dejaba de ser un tema pesado y delicado.

—¿Lo que significa?

—Que, aunque digamos lo que sucedió, no faltarán los inútiles que no nos crearán, nos atacarán e inventarán su propia historia de ello —respondió—. Así como también habrá personas que nos apoyarán.

—Entonces no fue una buena idea —suspiro.

—No es que sea mala o buena, solo que sin importar lo que digamos y hagamos, serás un tema de conversación de cada día hasta que aparezca otro —expresó sirviéndole un plato—. De ser honesto, en verdad me gustaría evitar esta situación de ser posible, cuando llegamos al aeropuerto casi te da una crisis con todos los reporteros que nos esperaban —le recordó.

—No estaba en mi mejor momento —reconoció observando cómo se sentaba frente a él.

—Y ahora, ¿lo estás? ¿Crees que podrás soportar los malos comentarios de las otras personas, sus acusaciones, sus miradas de sentencia y compasión? —cuestionó.

—Yo... —mordió su labio inferior—. No lo entiendo —murmuró—. Pasé toda la vida con los comentarios despectivos y desagradables de mi padre, con el desprecio de todos, creí que podría soportar cualquier cosa después de ello... ¿Por qué ahora me duele tanto y me aterra que otra persona piense así de mí? —expresó confundido.

—Porque te demostré lo que es vivir sin esas preocupaciones, así como tú me demostraste lo que es realmente vivir la vida, de la verdadera felicidad —respondió tomando su mano.

—Extraño, recuerdo que eras tú quién me decía que me enseñaría a vivir la vida —recordó con una pequeña sonrisa.

—Ya ves, todo el mundo cambia y descubrimos cosas nuevas —le sonrió—. Yo no sabía que estaba tan perdido y solitario hasta que llegaste tú.

—Y yo no sabía que podías ser tan cursi cuando quieres —bromeó, lo que alegró a Yoongi al estar presenciando nuevamente al Jimin del que se enamoró.

Observar como aquellos hermosos ojos apagados lentamente adquirían una chispita de vida, calentaba su alma.

—Solo es uno de mis muchos talentos esperando ser descubiertos —le guiñó un ojo—. Come, debes de alimentarte.

—Si sabes que preparaste mucho, ¿no? —pronunció observando la mesa.

—No te obligaré a comer todo, pero sí a que comas algo —aclaró.

Asintiendo, Jimin tomó los palillos y cogió una porción de arroz junto a la carne salteada y un poco de acompañantes.

Con el primer gemido escapando de su boca, Yoongi sonrió automáticamente mientras comenzaba a comer también.

—¿Jungkook? —preguntó Jimin, señalando el teléfono sobre la mesa que sonaba.

—No —respondió luego de darle una pequeña mirada—. Nada importante.

—Para ser nada importante, sigue sonando —comentó tomando algo más de comida.

—Solo es trabajo —anunció ignorando el sonido insistente.

—Hablando de trabajo, eso me recuerda que debo de llamar al mío para justificar mis ausencias —recordó.

—No te preocupes, con Jungkook ya hemos arreglado eso —aseguró—. No será necesario que vayas aún, Siwon aceptó que siguieras trabajando desde casa una vez tu licencia se acabara.

—¿No es eso mucho privilegio? —preguntó frunciendo el ceño—. Ya me ha dado una semana para viajar a Hawái.

—No te encuentras bien de salud, tu jefe entiende y sabe que eres un buen trabajador que no quiere perder —expresó y bufó irritado cuando su teléfono volvió a sonar.

—Tal vez deberías de contestar —indicó.

—No, dije que no trabajaría hoy y no lo haré —anunció.

—Pero tu trabajo es importante.

—Soy el dueño y CEO, debería de tener un respiro si así lo deseo —expresó observando con odio el aparato.

Jimin lo observó, y sonrió divertido cuando Yoongi finalmente se rindió y contestó la llamada con enojo cuando la persona insistió.

Siguiendo con su comida mientras su pareja hablaba, Jimin encontró como sorprendentemente, había logrado comer más de la mitad de todo lo que había servido Yoongi.

—No, no iré, dile a Jungkook que se encargue de ello —anunció Yoongi cortando la llamada con molestia.

—¿Tienes que ir? —preguntó observándolo.

—No, te prometí que me quedaría a tu lado —respondió observando su teléfono.

—Te molesta, quieres ir a ver que sucede —observó.

Min suspiró y apartó su plato.

—Prometo volver enseguida —anunció levantándose.

—No hay problema —prometió.

—Puedes hacer lo que desees, y si te apetece salir hay una terraza arriba del edificio, solo entras con el mismo código de mi departamento —explicó—. Mis autos también están disponibles, solo avísame a dónde irás y llévate a una de las sombras que contrató Jungkook —ordenó.

—Está bien —asintió y le observó cuando se acercó.

—No es necesario que limpies nada, alguien vendrá en la tarde —indicó—. Volveré enseguida —volvió a prometer besando dulcemente sus labios antes de alejarse sin mucho gusto.

Siguiéndolo al ascensor, Jimin le observó hasta que las puertas doradas se juntaron, ocultando la imagen de su pareja.

Soltando un suspiro, se abrazó a sí mismo y se dirigió a la cocina para guardar la comida que había quedado y dejar los trastes sucios en el lavavajillas antes de volver a la habitación.

Tomando su teléfono, contempló los miles de mensajes de su padre, Su-ji y su tía, cada uno de ellos siendo más desagradable que el otro, casi como si compitieran por ello.

Ignorándolos, volvió a bloquear su teléfono y encendió la TV para distraerse un poco y no pensar en la pesadilla que era su vida otra vez.

Cambiando de canal, se detuvo cuando su padre salió en persona en uno de los canales, dando una entrevista en vivo donde explicaba... El último accidente en Hawái, donde defendía a su tía y desmentía todo lo que habían dicho sobre ellos desde su romance, su robo y más...

Él estaba esquivando toda la culpa y problemas, lanzándoselo a él otra vez, como siempre.

Había esperado que Su-ji o su tía tomaran provecho de la situación, no su propio padre, que anunciaba que todo había sido una actuación suya para hacerlos ver mal, llegando incluso a utilizar una vida inocente para ello.

Por supuesto que el entrevistador se emocionó con ello y las preguntas no tardaron en caer, así como las respuestas bien planeadas de su padre.

Él realmente estaba mencionando la vida de su inocente bebé que había perdido por culpa de ellos.

"¿Por qué?" volvió a aparecer en su mente con un furioso dolor resurgiendo en él.

Por qué sus padres le despreciaban tanto cuando no había hecho nada para ganárselo, o realmente solo eran unas personas sin sentimientos que tenerlo solo había sido el medio para unirse, ¿algo que sus familias habían exigido?

Enojado y frustrado de que estuvieran intentando utilizar la vida del pequeño ser inocente, Jimin se levantó de la cama y buscó algo de la ropa de Yoongi para cambiarse.

Ya era hora de darle un capítulo final y un cierre a esa parte de su vida si deseaba seguir avanzando, y para ello, debía de enfrentarles y detenerlos.

Podían hablar mierda de él y utilizarlo como tan acostumbrados estaban a hacer, pero no iba a permitir que hicieran lo mismo con su bebé.

A pesar de que ya sabía la razón de su desprecio injusto, necesitaba que saliera de sus propios labios, por más doloroso que fuera, porque no era justo que el mundo perdiera una vida inocente por el egoísmo de su padre, y estos lo utilizaran a su favor.

No era justo que ellos hubieran perdido algo tan asombroso por culpa de su familia.

—No es justo... —murmuró, con su mano acariciando su vientre donde ese pequeño había estado viviendo sin que él se diera cuenta.

Donde habría seguido estando, si tan solo... Su familia le hubiera dejado en paz.


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