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Con las dobles puertas doradas del ascensor abriéndose simultáneamente ante él, Yoongi entró directamente a su departamento moderno en el cual los tonos negros y azules dominaban todo el lugar.

Encendiendo las luces con un simple choque de manos, fue directamente hacia su pequeño bar en la esquina de la sala de estar y se sirvió un vaso de whisky.

Tomando el vaso, se dirigió hacia el gran ventanal de una pared completa que estaba en la sala y contempló las brillantes luces del centro de Seúl iluminándolo y brindándole un perfecto paisaje digno de enmarcar.

Tomando su teléfono celular, marcó a Namjoon y colocó el alta voz.

—¿Yoongi? ¿Qué sucede? —preguntó su amigo con tono adormilado tras contestar.

—Nada realmente —respondió y bebió un trago—. ¿Por qué Su-ji no es de tu agrado? —preguntó.

Namjoon soltó un suspiro—. ¿Qué sentido tiene explicarte esto ahora cuando te casaras con ella dentro de unos días? —resopló y pasó una mano por su rostro—. Lo que sienta yo o los demás no importa, Yoongi, de todas formas terminarás uniendo tu vida a ella y solo me quedará aguantarla, así como lo hago contigo a veces —expresó.

—Ah, pero yo ya estoy casado en este momento —le recordó observando el vaso de cristal.

—Uh, ¿no se supone que hablarías esta noche con el primo de Su-ji para que firmara el divorcio? —cuestionó y bostezó.

—Y lo hice, hablé con él. Pero antes de mencionar el divorcio, me dijo que Su-ji me engañó con su novio —reveló como si nada—. No me molesta tanto el hecho de que se haya acostado con otro desde que yo lo hice con su primo aun si no lo recuerdo, pero me perturba un poco que lograra interesarme con sus mentiras —comentó como si nada.

Como si no acabara de decirle a su mejor amigo que la novia perfecta con quien había elegido pasar su vida, acababa de engañarle.

—¿Qué ella hizo qué? —exclamó.

—Me dio pruebas incluso, una foto que ella misma tomó solo para expresarle con orgullo que había logrado arrebatarle otra cosa —soltó un suspiro—. Por supuesto que mentí diciéndole al niño que no le creía, pero... La verdad es que sí lo hago, no soy un idiota cualquiera.

—Espera Yoongi, vas muy rápido y no puedo capturar todo lo que me estás contando cuando me has despertado en medio de la noche —indicó y se sintió ruido como si se estuviera acomodando en la cama.

—Sé que no amo a Su-ji, pero ella era una mujer hermosa y supuestamente perfecta, lo que mi familia querría para añadir al clan Min que me daría herederos que siguieran con el renombre de los Min —frunció sus labios—. Pero me sigue molestando el hecho de que me haya engañado en más de un sentido.

—¡Sabía que no estabas realmente enamorado de ella! —festejó.

—Tienes razón, debería de ir a ese hotel en el cual me citó Jimin —asintió decidido—. Gracias por escuchar mientras decidía que hacer.

—Claro, para eso estamos los amigos —bostezó Namjoon acostumbrado a esa actitud en su mejor amigo—. Espera, ¿a dónde vas a ir con quién? —exclamó con su cerebro recién procesando esa noticia.

Sin responderle, Yoongi cortó y llamó a Jungkook en cambio. Alejándose de la ventana, dejo el vaso lleno de whisky sobre el mármol del mueble de su bar.

—¿Sabes qué hora es? —gruñó su jefe de seguridad tras contestar.

—Voy saliendo —anunció.

—¿Qué? ¿No acabas de volver de tu fiesta de compromiso? —bostezó.

—Sí, y ahora iré a un hotel con Jimin —respondió volviendo al interior del ascensor.

—Ah, bueno. El documento de divorcio estará mañana a primera hora, por lo que no tiene sentido que salgas a encontrarte ahora con él —explicó.

—¿Quién dijo que era para firmar ese papel? —expresó.

—¿Qué? ¿Entonces para qué vas a ir a encontrarte con él? —exclamó confundido—. Espera, ¿dijiste hotel?

—Te hablo después, tengo cosas que hacer —cortó y guardó su celular.

Metiendo la mano al bolsillo, sacó la tarjeta que Jimin le había dado.

"The Paradise"

Con las puertas abriéndose ante él, Yoongi salió y abrió con su tarjeta llave las puertas de vidrio para salir al estacionamiento subterráneo.

Tal y como había esperado de su jefe de seguridad, con tan solo esperar dos minutos, ya tenía un automóvil negro deteniéndose frente a él.

—Al hotel The Paradise —anunció subiéndose en los asientos traseros, entregándole la tarjeta al acompañante del conductor que no dudaba que se trataba de su guardaespaldas de turno.

No muchos minutos después gracias a un tráfico rápido, seguramente por ser ya tan tarde, Yoongi estaba estacionándose frente al modesto hotel, que dentro de todo no dejaba de ser lujoso.

Bajando la ventanilla del auto, observó a Jimin vistiendo el mismo traje aburrido de la fiesta.

—¿Qué haces? —cuestionó.

—Espero —respondió señalando con el mentón el hotel—. En cualquier momento ellos dos aparecerán —anuncio seguro, pero a la vez amargo de ello.

—Sube —ordenó volviendo a subir el vidrio.

Arrugando su nariz ante la arrogante orden, Jimin chasqueó su lengua, pero de todas formas rodeó el auto y se subió en este, sabiendo que era menos probable que lo reconocieran estando dentro que afuera en la calle.

Cerrando la puerta, se quedó observando a través de la ventanilla que le permitía perfectamente observar el exterior mientras que los de afuera no podían observar el interior.

—¿Por qué estás tan seguro de que Su-ji aparecerá también? —preguntó Yoongi, observándolo.

—Porque Kang se me acercó para hablar durante la fiesta —anunció—. Le dije que lo seguía amando y que necesitábamos hablar al respecto para poder superarlo juntos, que le estaría esperando en este hotel y puede que lo soltara lo suficientemente cerca para que Su-ji lo escuchara.

—¿Y es así?

Jimin resopló—. El idiota se acostó con Su-ji a pesar de ser supuestamente gay, cualquier cosa que podría haber sentido por él murió en ese momento.

—Tú también te acostaste conmigo —le recordó—. ¿Por qué te molesta tanto?

—Porque lo que ocurrió con nosotros fue después de enterarme de lo que él me hizo —reveló—. Tal vez para usted esté bien tener una relación abierta, señor Min, pero soy fiel seguidor de la monogamia. Además, lo que más me molesta, es con quién me engañó —refunfuñó volviendo a concentrarse en la ventanilla.

—No soy una persona que rompe su palabra, señor Park, con Su-ji iba en serio, por eso nos íbamos a casar —corrigió.

Jimin le observó con un brillo de interés en sus ojos.

—Interesante que lo hicieras sonar como un acuerdo mutuo el que no se iban a engañar y no como una promesa silenciosa por el amor que ambos se tienen y por el cual se van a casar —comentó.

Yoongi abrió su boca y la cerró al no encontrarle sentido argumentar contra lo que era verdad.

—Eso pensé —resopló y observó por la ventana—. Ahí está Kang —anunció.

Sintiendo su teléfono vibrar en su bolsillo, Jimin lo ignoró sabiendo perfectamente que se trataba de Kang.

—Y... Esa es Su-ji —reconoció Yoongi a la hermosa castaña que vestía un abrigo que en vez de ocultarla centraba la atención en ella.

—Te dije aparecería —pronunció y un amargo dolor apareció en su pecho al contemplar que Kang dejaba de intentar contactar con él para centrarse en su prima.

Ambos, observaron desde el interior del auto como Su-ji finalmente lograba convencer y cautivar a Kang, tomando su mano y llevándoselo al mismo hotel donde supuestamente se iba a encontrar con Jimin.

—¿Es muy infantil de mi parte querer seguirlos para grabarlos teniendo sexo y después subirlo a las redes? —cuestionó pensativo—. Sé que puede ser una estupidez, pero deseo tanto que los demás vean a la verdadera Su-ji... —chasqueó su lengua—. Aunque conociéndola, logrará librarse de ello.

—Interesante idea. Toma.

Girando a mirarlo, Jimin observó con una ceja alzada como Min Yoongi extendía un vaso de alcohol en su dirección.

—¿De dónde salió esto? —preguntó recibiéndolo.

—¿Quién no tiene algo de alcohol en una limusina? —cuestionó—. Llévanos al bar más cercano —ordenó a su conductor y volvió a concentrarse en Jimin—. Dime, ¿realmente estarías dispuesto a perseguirlos para grabarlos teniendo sexo? —preguntó interesado.

Jimin observó el vaso entre su mano. Acercándolo a sus labios, inclinó su cabeza y se lo bebió todo de un trago.

—Sí —anunció decidido—. Ya estoy aburrido de la situación, mi situación en la familia, como todos complacen a Su-ji y tapan sus desgracias echándole la culpa a los demás —expresó—. Estoy cansado de que mi padre use su poder para cumplir los caprichos de ella y después yo tengo que arreglar la imagen de ambos si se ensucian —sonrió amargo—. Me harté de fingir que somos la familia perfecta y amorosa cuando no es así, de escuchar cada uno de sus mandatos en busca de una aprobación que sé que nunca llegará sin importar lo que haga.

—Y eso es exactamente lo que me aburría de ti —indicó Yoongi.

—¿Qué cosa? —le observó.

—La imagen del niño aburrido y sumiso que escucha y sigue todas las órdenes de su padre —anunció—. Si, Su-ji obviamente me comentó mierda sobre ti, pero a menos que despierte mi interés no es de mi importancia lo que hacen los demás. Mi tiempo es demasiado valioso como para desperdiciarlo y con solo verte con tu traje aburrido, tu estilo y... Todo tú, me exasperaba —reveló.

Observando su traje, Jimin torció sus labios.

—Mi padre me dijo que debía de proyectar una imagen más madura y varonil, por lo que envió un modista a mi casa para que confeccionara mi ropa —comentó—. A mí tampoco me gusta realmente.

—¿Una apariencia más madura? ¿En serio? —se burló—. ¿Y cómo te ves exactamente sin esta ropa aburrida?

—Lo sabes —respondió el rubio, observándolo—. Me viste en ella en las Vegas.

—¿Lo hice? —frunció el ceño.

—Si —le sonrió y sus rasgos parecieron cambiar, volviéndose más atractivo ante los ojos de Min—. Ah, pero no recuerdas nada de lo que pasó esa noche, ¿no?

—Tengo destellos de momentos —reconoció bebiendo un trago.

—Entonces debes de saber que no coloque droga en tu trago —indicó divertido.

—Dichos destellos solo parecen estar relacionado con alguna parte de tu anatomía —reveló—. Por lo cual sigo pensando que es absurdo que utilices esa desgracia de ropa que no hace justicia a tu cuerpo.

—Uh... Supongo que gracias —murmuró levemente sonrojado—. Creo que eres la primera persona que me halaga por algo, aunque sea por mi cuerpo.

Observando como la postura que hasta hace unos momentos se había mantenido firme comenzaba a caer, Yoongi apretó sus labios, molesto con la cosa extraña que presionaba contra su estómago.

—Eres lamentable —espetó.

—¿Perdón? —parpadeó, observándolo.

—Terrible, no soporto verte —negó.

—¿Realmente eso es algo que le dirías a una persona que te acaba de decir que su novio le engañó con su prima y luego te contó su patética vida? —cuestionó.

—De acuerdo, está decidido entonces —anuncio repentinamente, solo confundiendo más a Jimin ante la conversación unilateral que parecía tener Min Yoongi.

Algunas personas con dinero realmente tenían una extraña personalidad, debía de suponer que Min Yoongi no escaparía de esa peculiaridad con la obscenidad de dinero que poseía.

—Iremos a beber para superar las penas de tu corazón roto y de mi engaño para después planear tu venganza contra tu familia —decretó.

—¿Mi venganza? —preguntó sorprendido y... Curioso.

—Exacto —asintió—. Eres tan lamentable que ya no soporto verte así, además dijiste que estabas aburrido de tu situación en tu familia, pero si sigues viviendo bajo los zapatos de tu padre nunca harás nada —indicó fríamente.

—Esto fue lo último que le aguanté a todos —murmuró observando sus manos—. Después de que la fiesta terminara mi padre me llamó a su despacho. No sé cómo, pero él sabía que me gustaban los hombres y por supuesto que también estaba al tanto de lo que sucedió con Su-ji y Kang, y en vez de intentar consolarme o algo, me acusó por haber permitido que ellos dos se conocieran, prácticamente culpándome por las acciones de ella —sonrió amargo, con un nudo formándose en su garganta al recordar la expresión de desagrado en su rostro y su duro tono mientras le regañaba.

En serio, acababa de descubrir que su pareja le había sido infiel, a él, a su propio hijo, y solo le interesaba lo que sucedía con Su-ji y el matrimonio de esta.

Ni siquiera hizo mención de su homosexualidad a pesar del desagrado que tenía por los gays, y solo para concentrarse en Su-ji.

Su perfecta princesa, la de todos.

—Esto fue lo último que le aguante a todos, pero ya no más —juró.

—Entonces, me aprovecharé de tu deseo de venganza para vengarme del engaño de Su-ji y tu familia —sonrió Min—. Y por supuesto, te ayudaré con tu lamentable situación para que seas una persona digna de mirar, para que seas tú.

El corazón de Jimin se agitó furiosamente ante la promesa en las palabras de Yoongi, quien le prometía la libertad que había estado anhelando durante toda la noche y más.

—Pensé que no te importaba si Su-ji te había engañado —le recordó, algo dudoso.

—Y no lo hace —asintió.

—¿Por qué quieres vengarte entonces? —pronunció confundido.

—Porque tu familia y ella me proyectaron una imagen idealizada de la persona que estaba buscando para incluir en mi familia, cuando todo era mentira, ellos intentaron estafarme a mí y todo el clan Min —expresó—. Y nadie se mete con el clan Min.

—Señor, ya hemos llegado —anunció su conductor.

—Entonces, ¿vienes conmigo? —preguntó Min, abriendo la puerta de su lado.

Jimin mordió ligeramente su labio inferior y soltó un suspiro.

—¿Qué mierda? —espetó con la decisión cubriendo su cuerpo, alentándolo a seguir—. Que se pudran Su-ji y todos ellos —anunció abriendo su puerta, saliendo con Yoongi.

Si ambos sintieron algunos sonidos de cámaras mientras se divertían a lo grande en el bar, ninguno mencionó nada.

Y para Jimin, pudo ser una noche tan maravillosa como la de las Vegas, pero con la promesa de libertad eterna mejorándolo mucho más.

Ah, tal parece que había tenido razón al pensar que todo cambiaria desde esa noche.

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Imagen del padre de Jimin en insta 👀

Se me cuidan un montón mis copitos, muchos besos y abrazos!<3