
Capítulo 32💋
Sentándose en la mesa para cuatro personas de su habitación, Jimin hizo una ligera mueca de molestia cuando su trasero entró en contacto con la dura superficie de la silla, provocándole un rayo de dolor que atravesó todo su cuerpo.
Observando a su alrededor para asegurarse de que Yoongi seguía en la puerta, se levantó con cuidado y se acercó al sofá, donde tomó un cojín para colocarlo sobre su silla y así sentarse más cómodamente.
Cuando pensó que iban a divertirse esa noche, realmente creyó que solo lo haría como máximo dos veces, ya que esa era la cantidad de protección que habían tenido a la mano.
Por lo que no se imaginó que ocurriría lo mismo que en las Vegas y lo hicieran muchas más veces, tomando pequeños interludios de sueño para despertar y volver a hacerlo con el mismo entusiasmo de un principio, como si hubiesen consumido algo que mantuvo en alto su deseo sexual durante toda la noche, pero en realidad, solo era la pasión de ambos trabajando.
Había pensado también, que, al despertar en la mañana, ya no existiría la pasión del momento nublando sus mentes y que Yoongi ya no estaría a su lado en la cama, ya que en el viaje a las Vegas Min le había dejado sin despedirse, lo cual por supuesto que no le molestaba porque en ese momento ninguno se soportaba.
Pero... Pero otra vez había pensado erróneamente.
Cuando se despertó, lo hizo con el cuerpo de Yoongi apegado a su espalda, con su tierna boca repartiendo besos a lo largo de su cuello, con sus manos recorriendo su torso y... Con su duro pene deslizándose entre sus muslos, moviéndose lentamente y con cuidado.
Incluso cuando despertó bien y le observó sobre su hombro, Yoongi simplemente le besó y se acomodó volviéndolo en su espalda e internándose otra vez entre sus muslos para volver a... A hacerle el amor lentamente mientras ambos se miraban y se besaban con dulzura, sin rastro de aquella fogosa pasión que los consumió durante la noche.
Sería que Yoongi estaba cansado luego de una noche de desenfreno y descontrol, que deseaba hacerlo lento o porque simplemente quería alargar el momento, Jimin no lo sabía, pero en su estúpida mente se arraigó la idea de que Min le estaba haciendo el amor, y por más que intentó descartarla, no pudo.
Pensó incluso que, al terminar, Yoongi mantendría un poco de distancia con él, pero no... Él simplemente le abrazó y le besó larga y perezosamente, le preguntó cómo estaba y después se levantó de la cama para ir a preparar la tina.
Al volver, limpió su cuerpo y lo ayudó a ir al baño donde los dos se sumergieron en la tina relajándose por sus buenos minutos en un cómodo silencio.
Era... Eran casi como una cariñosa pareja real donde Yoongi estaba cuidado de él culpable por haber utilizado su cuerpo durante toda la noche.
No es que se quejara Jimin realmente, había disfrutado cada maldito segundo de eso, por lo que cada dolor muscular estaba bien justificado.
Y aunque un Yoongi tan cariñoso y atento no tendría que ser algo difícil de apreciar considerando que así se había mostrado en cada una de sus salidas, Jimin lo seguía sintiendo... Diferente.
—Ten, las pedí junto al desayuno —anunció Yoongi dejando frente a él unas pastillas y un vaso de agua—. Son para el dolor muscular.
—Justo lo que necesitaba —aceptó agradecido, tomándola rápidamente y observando como el contrario servía el desayuno que había sido entregado a su puerta.
—¿Debería de conseguir algo más? —preguntó Min tomando asiento frente a él.
—No, estaré bien —aseguró—. Solamente tendré que evitar cualquier actividad física, aquella noche en las Vegas también me dejaste hasta el punto en que caminar era incómodo y no me pude sentar correctamente casi por tres días —recordó con una sonrisa.
Yoongi sonrió levemente mientras colocaba su mano sobre la de Jimin.
—Lamento haberte dejado solo aquel día.
—Está bien, ninguno de los dos nos llevábamos realmente bien en ese momento —se encogió de hombros.
—¿Sabes? He tenido una duda desde hace tiempo —anunció, comenzando con su desayuno.
—¿Qué cosa? —preguntó, alzando una ceja.
—Por la forma en la que te has expresado y lo que me has revelado mientras hablábamos en nuestras citas... Aquella noche en las Vegas no fue tu primera vez, ¿o sí? —cuestionó.
Jimin picó algo de fruta con el tenedor y le observó.
—¿Quieres la respuesta común o la verdad? —preguntó.
—Comencemos con lo que vendría siendo tu respuesta común —indicó interesado.
—Por supuesto que no era mi primer contacto sexual, tuve otras personas antes —respondió.
—¿Y la verdad?
—Nunca llegué hasta el final con ninguno de ellos —anunció y le observó—. Hasta aquella noche en las Vegas.
—Entonces sí fui tu primera vez —pronunció luchando contra una esquina de sus labios que deseaba alzarse en una sonrisa—. Lo hice bien, ¿cierto?
Jimin resopló divertido—. ¿Es lo único que te interesa?
—No, pero es un punto importante —argumentó.
—Ahora como estoy es tal cual como me sentí aquel día en las Vegas al despertar —anunció—. Eso debería de decirte todo lo que quieres saber, ¿no? —le sonrió con burla.
Los ojos de Min recorrieron el cuerpo de Jimin, contemplando con satisfacción las marcas que se revelaban gracias a la camiseta holgada, sabiendo perfectamente que bajo esa ropa había muchas más, justo como en su caso.
—En parte —asintió—. El sexo es una parte fundamental en toda relación —comentó como si nada—. Hay otro tema que mencionar —expresó con un poco más de seriedad, observándole de una forma que...
Le hizo sentir solo un poco incómodo, como si algo estuviera mal entre ellos.
—¿De qué se trata? —preguntó, evitando su mirada, fingiendo que esas simples palabras no le habían afectado para nada.
¿A caso se estaba arrepintiendo? ¿Habían arruinado su amistad? ¿Ya no deseaba seguir con él? ¿O se percató de que muy probablemente había roto la regla más importante de su contrato?
O Dios, las preguntas comenzaron a invadir su mente una por una sin descanso, angustiándolo en el proceso.
—La última vez que lo hicimos —pronunció interrumpiendo sus pensamientos—. Bueno, la última antes de caer dormidos y esta mañana al despertar, no utilice condón —informó.
—Oh, era eso —parpadeó, observándole con visible alivio.
—No es solo eso, Jimin —frunció el ceño—. Es importante cuidarse en ese sentido —dijo con tono de reproche.
—Pero ambos estamos limpios —se encogió de hombros—. Que te hayas venido una o dos veces en mí no importa mucho —aseguró con un leve sonrojo en sus mejillas.
—¿Cómo estás tan seguro de que no tengo ninguna enfermedad? No es por alardear, pero obviamente he tenido más relaciones y parejas activas que tú —indicó con seriedad.
—Si tuvieras alguna enfermedad no me habrías expuesto a ella al tener sexo sin protección, siendo simplemente tu amigo, amante, etc. No me habrías puesto en peligro —respondió con confianza—. ¿O me equivoco? —preguntó, observándolo fijamente.
Y ahí estaba esa cosa en los ojos de Yoongi otra vez, había un sentimiento como de ¿satisfacción? ¿Felicidad? ¿Orgullo? Era una mezcla que Jimin no alcanzaba a distinguir del todo.
—Tienes razón —asintió finalmente—. No me habría acostado contigo de ser el caso y solo para tu información, no me he acostado con nadie más desde nuestra noche en las Vegas —anunció, lo que por supuesto hizo feliz a Jimin a pesar de que no lo dijo—. Pero esto no es de lo único que deseaba hablar contigo.
—¿No? —frunció el ceño.
—Cuando lleguemos a Seúl quiero hablar de nuestra relación y el contrato que firmaste —anunció confirmando el mal presentimiento que había tenido inicialmente Jimin.
—¿Qué ocurre con eso? —preguntó observándole preocupado.
—Nada malo —aseguró Min—. Solo hay algo de lo que deseo hablarte cuando lleguemos —explicó escasamente, dejando de igual forma a Jimin.
Asintiendo mientras se guardaba su temor y su miedo, Jimin siguió comiendo su desayuno con las preguntas volviendo a acosar su mente.
¿De qué era de lo que quería hablar Yoongi?
—¿En serio no vamos a mencionar nada? —anunció Taehyung saliendo junto a sus amigos de la sala de spa en el quinto piso del hotel.
—¿De qué hablas, cariño? —preguntó Jungkook, observándole igual de confundido que los otros dos.
Tae señaló a Jimin y Yoongi, quienes se mantenían juntos con sus manos entrelazadas de forma tan natural que ninguno de ellos se había percatado de ello.
—¿Nosotros qué hicimos ahora? —preguntó Jimin, frunciendo el ceño.
—Cuando se sacaron sus batas mostraron su cuerpo —indicó.
—Tu igual lo hiciste, Taehyung —le recordó Yoongi no muy interesado.
—Sí, pero yo solo mostré mi vientre, ustedes mostraron su piel llena de marcas —acusó con una sonrisa—. Marcas que quedan después de, ya saben... —movió sus cejas pervertidamente.
Sonrojándose levemente, Jimin observó a Yoongi esperando que este dijera algo, pero solo se mantuvo en silencio.
—¿No vas a decir nada? —preguntó Tae con un puchero.
—No es como si yo te dijera algo por las marcas de mordidas en tu cuello, ¿o sí? —contestó alzando una ceja.
—¿Qué yo qué? —exclamó intentando verse a sí mismo—. Kookie —pronunció con severidad, observando a su pareja.
—Me dijiste que podía mientras fuera en un lugar donde no se vieran —se excusó sin culpa alguna en su rostro—. Tú no las ves y los demás no la verán a menos que se te acerquen invadiendo tu espacio personal —argumentó.
Jimin soltó una ligera risa sin poder contenerla.
—No te rías, Jimin-ah, que tú también fuiste bastante salvaje con Yoongi —acusó su amigo gestante.
—Bueno, eso no lo podemos negar —respondió Yoongi, observándole con una sonrisa.
—Tal vez, pero entre los dos tú fuiste más salvaje —se defendió el rubio.
—Y eso no lo puedes negar, Yoongi-sshi —se carcajeó Jungkook—. Me sorprende tu energía considerando tu edad, viejito —se burló, consiguiendo que los demás dieran bajo, excepto Min.
—Tú —entrecerró sus ojos en su dirección—. Estás cruzando una línea de la cual te arrepentirás, Jeon Jungkook. ¿O crees que no me enteraría de que subiste fotos mías burlándote de mí en tus redes sociales? —cuestionó, lo que empeoró la risa de los demás.
—Yo no me burlé, solo expuse un hecho —argumentó—. Tienes canas, Min Yoongi, es hora de aceptar que la edad te está golpeando, viejito —le sonrió inocentemente.
—Creo que estás olvidando quién es tu jefe aquí —anunció Min, alzando su mentón con arrogancia.
—No me puedes despedir —aseguró.
—Puedo, pero no lo haré. Lo que sí haré, será darte trabajo aburrido de papeleo que te mantendrá confinado en un escritorio —sonrió malvado—. Tu trabajo soñado, ¿no?
—Eres malvado —sonrió Taehyung.
—Tú fuiste el que comenzó todo esto, obligando a tu pareja subir una foto mía con mi lado malo —refunfuñó Jungkook, finalmente perdiendo toda arrogancia.
—Y por eso mismo todo acaba aquí, ¿no? —intervino Jimin con una adorable sonrisa—. Yoongi atacó, tú respondiste, fin de la historia —observó a su pareja—. ¿Cierto?
—Por ahora —aceptó Yoongi, sin prometer nada más.
—Dejando este tema de venganza infantil —interrumpió Tae—. ¿Qué es lo que vamos a hacer ahora? —preguntó interesado.
—Creo que mi padre tenía planes para nosotros después de las cuatro —recordó Jimin no muy feliz.
—Pero eso es ahora —indicó Jungkook, revisando la hora.
—Nos deben de estar buscando ahora —suspiro infelizmente.
Yoongi le observó.
—¿No quieres participar hoy? —le preguntó.
—No tenía la energía antes y mucho menos ahora después de un relajante masaje y tiempo en el jacuzzi —respondió—. Si fuera por mí, hoy me quedaría simplemente en el hotel, hay suficiente entretención y maravillas, pero ellos no nos dejarán tranquilo, mucho menos al quedarnos solo dos días más aquí —expresó.
—Si tienes tantos deseos de quedarte en la cabaña, podemos hablar con tu padre al respecto —decidió.
—Yo estoy totalmente con la idea —anunció Taehyung—. Hemos estado saliendo desde que llegamos, necesito un descanso con este pequeño y la vista en el hotel no es exactamente mala —comentó.
Jimin resopló.
—Ya conocen a mi padre, no nos dará permiso para faltar a sus actividades familiares —refunfuñó.
—Pero nosotros no estaremos pidiéndole permiso, solo le informaremos de nuestra decisión —corrigió Yoongi.
—Y si intenta algo a cambio, siempre puedo subir todo el material que he juntado —sonrió Jungkook.
—Bien, entonces está decidido —sonrió Taehyung—. Iremos por un pequeño aperitivo, ¿nos encontramos en la piscina? —propuso.
—Ahí nos vemos —asintió Yoongi y contemplaron en silencio como la otra pareja desaparecía tras tomar el ascensor.
—Si sabes que mi padre se pondrá en contra de dejarnos aquí, ¿cierto? Con Tae y Kook puede que no haya tanto problema, pero nosotros... —negó.
—No puede forzarnos a participar en su falsa actividad familiar —indicó—. Pero si necesitas excusa, solo le diremos que no te sientes bien. Después de todo, probablemente quieran ir a otra playa y no quiero ir a ninguna si Su-ji está ahí —expresó con desagrado.
Jimin soltó una ligera risita ante ello.
—No te rías —demandó, lo que solo aumentó más la risa del menor.
Soltando un bufido con aparente molestia, Yoongi lo empujó suavemente, pero incluso eso fue suficiente como para que Jimin perdiera el equilibrio.
En un rápido movimiento, Yoongi rodeó su cintura con un brazo y estrelló su cuerpo junto al suyo, sosteniéndolo con fuerza.
—Vaya, realmente dejé tus piernas débiles —comentó con una sonrisa arrogante.
—No debes de lucir tan satisfecho por ello —refunfuñó observándole con sus ojos entrecerrados.
—¿Por qué no lo estaría cuando esto eleva mi ego completamente? —explicó sonriente, sin soltarlo.
—¡Hasta que finalmente los encontramos! —exclamó cierta voz femenina molesta.
Observando sobre su hombro, se encontraron con la tía de Jimin junto a la pareja de Hoseok.
—¿Qué es lo que hacen aquí? Quedamos en que nos encontraríamos fuera del hotel para salir juntos —reprochó acercándose con rapidez.
—Oh, lamento hacerles esperar, pero en esta ocasión no iremos —anunció Yoongi sin soltar a Jimin.
—¿Por qué no irían? Vamos a ir a escalar esa gran muralla de la que todos hablan —expresó confundida.
—Suena encantador, pero como ya dije, no iremos —repitió—. Jimin no se siente bien.
—Entonces que él se quede con Ye-eun —resolvió con facilidad.
—¿Conmigo? —preguntó la nombrada.
—Sí, de todas formas, te estabas quejando de que serías un estorbo para nosotros —descartó y se concentró en Yoongi—. Vamos, no puedes privarte de los placeres que puede darte esta isla, solo estaremos aquí dos días más antes de volver a Seúl —expresó y observó a Jimin con disgusto—. Ni siquiera deberías de haberle pedido que se quede contigo, eres un adulto que puede cuidar de sí mismo —reprochó.
—Yo no le pedí nada —respondió Jimin solo un poco enojado.
—Si no fuera así, Yoongi no estaría hablando de quedarse contigo —se burló.
—Mi esposo tiene razón —interrumpió Yoongi con molestia—. No me pidió nada, yo quiero quedarme con él y cuidarlo porque así lo deseo, porque es mi pareja, mi esposo y quiero estar con él —expresó.
—Pero no estaremos aquí mucho tiempo más —indicó Minah.
—No me importa, siempre puedo volver con Jimin otra vez cuando él quiera o podríamos ir a conocer otro lugar —se encogió de hombros—. En tema de dinero no es problema y siempre haré tiempo para él.
—Ye-eun, si gustas puedes quedarte con nosotros —anunció Jimin observando con curiosidad a la mujer que parecía visiblemente cansada—. Nos quedaremos en el hotel, estaremos en la piscina con nuestros amigos.
—Me en-...
—No es necesario —se interpuso Minah—. Si no tienen planeado ir, entonces tendrás que decirle tú mismo a Seung-woo —anunció, como si eso fuera una gran amenaza.
—Está bien, Yoongi —pronunció Jimin llamando su atención del mayor—. Será mejor quitarnos ese peso ahora y mejor tú que yo —le sonrió suave—. Bajaré a la piscina con los chicos y te estaré esperando ahí.
—Bien —aceptó no muy feliz, pero siempre era mejor que él lidiara con el estúpido padre de Jimin que él mismo.
Soltando su mano, Jimin inclinó ligeramente hacia atrás su cabeza cuando Yoongi le alzó desde el mentón y cerró sus ojos instantáneamente, tan pronto sus labios se tocaron con suavidad.
—Espérame con los chicos y pídeme algo para beber —susurró sobre sus labios y Jimin asintió con un suspiro feliz.
Besándolo por última vez de forma suave y dulce, Yoongi se alejó y tomó su mano para dirigirse a los ascensores.
—¿Algo en específico? —preguntó observando como su tía llamaba al ascensor con visible mal humor.
—Solo quiero una gaseosa —respondió y ambos observaron hacia el frente cuando las dobles puertas doradas se abrieron ante ellos, revelando a las personas en el interior.
—Ugh, esperaré el siguiente —anunció Jimin soltando la mano de Yoongi.
—Está bien, sigan ustedes que nosotros podemos esperar el siguiente —pronunció Min dirigiéndose a las otras dos mujeres.
—No puedes hacer esperar más a Seung-woo, se pondrá de mal humor y es descortés —insistió Minah.
—Solo ve con ellos y encontrémonos en la piscina —resopló Jimin, empujándolo suavemente.
No muy feliz por tratar con el senador Park, Yoongi finalmente se subió al ascensor, observando fijamente a Jimin hasta que las puertas se cerraron frente a ellos.
Estirando la mano, Jimin volvió a apretar el botón llamando cualquiera de los dos ascensores que estaban en el piso.
Cuando el ascensor a su izquierda se abrió primero, completamente vacío, se subió y apretó el botón del primer piso.
Apoyándose en una esquina, golpeó suavemente los bolsillos de su bata buscando su teléfono hasta que recordó haberlo dejado cargando en su habitación.
Cuando las puertas se abrieron un piso más abajo, Jimin alzó su mirada y observó confundido como Su-ji aparecía y apretaba todos los botones antes de salir tras apretar el que cerraban la puerta.
—Espera, ¿qué crees que haces? —cuestionó, enderezándose mientras sus manos se volvían puños.
—Suerte quedándote aquí solo atrapado —canturreó—. Por mientras, me iré con Yoongi —sonrió con las puertas cerrándose firmemente para el horror de Jimin.
¿Qué se supone que debía de hacer ahora? ¿Cómo saldría?
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Hola mis copitos! Espero que estén tendiendo un buen fin de semana y se me cuidan un montón, que los resfriados están terribles últimamente e incluso yo caí (〒▽〒)
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