Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 30💋


Acercándose a la barra del bar, Yoongi se dio media vuelta y apoyó parcialmente su espalda baja en esta. Mientras esperaba su turno, su mirada viajó inevitablemente hacia Jimin, quien jugaba a la mesa de pool con sus amigos. Admirándolo, una sonrisa surcó en su rostro al contemplar al joven rubio divirtiéndose como si nada en el mundo importaba en ese momento.

Ni siquiera dolía que Jimin parecía ser un jugador experto que había engañados a todos fingiendo no saber jugar, a él por lo menos no le molestó, ¿por qué hacerlo cuando gracias a ello pudo presionar su cuerpo nuevamente con el del rubio mientras le "enseñaba" A jugar?

Dios, de solo recordar su cuerpo, su calor y su aroma, volvía a ponerse duro, todo en Jimin le excitaba y atraía hasta un punto que no podía ser sano.

Cuando sus miradas se encontraron, Min no pudo evitar sentirse satisfecho al observar que Jimin se sonrojaba adorablemente antes de señalar el exterior de la gran habitación, hacia la pista de baile.

Era demasiado dulce la forma en que reaccionaba, a pesar de que estaba vistiendo tan sexymente, viéndose tan libre y confiado.

Cuando Yoongi finalmente asintió, Jimin y sus amigos se retiraron para bailar un poco más.

Siendo su turno, Min se dio vuelta y pidió dos tragos sin alcohol. Dejando algo de dinero en la barra, Yoongi tomó sus dos vasos y salió, siguiéndolos.

Tomando una mesa libre, buscó a su alrededor hasta que encontró a sus amigos bailando y divirtiéndose con los divertidos pasos de baile de Taehyung con su dulce vientre.

Tomando un sorbo de su trago, se concentró en Jimin, observándole bailar felizmente despreocupado, luciendo tan libre y sensual mientras se reía de las tonterías de Taehyung junto a la pareja de este.

Un recuerdo de su viaje a las Vegas apareció en su mente y sonrió al comparar ambos momentos. En los dos, Jimin había estado vistiendo sexy y bailando sensual, atrayendo de todas las personas a su alrededor que quedaban atrapados en su encanto natural.

Lo mejor de todo, era que Jimin ni siquiera parecía ser consciente del encanto que le rodeaba, de su propia belleza etérea, por lo cual solo lo volvía más hermoso ante los ojos de los demás que codiciaban ponerle sus manos encima.

Cuando Taehyung dejó de bailar, intercambió un par de palabras con sus amigos y luego se alejó.

—¿Qué pediste? —preguntó una vez llegó a su lado, tomando asiento frente a él, ambos admirando la pista.

—Sin alcohol —respondió—. Ya hemos bebido lo suficiente, no necesitamos más.

—Si, porque cosas ocurren cuando ambos están borrachos, ¿no? —movió sus cejas, robándole uno de los vasos para beber y aliviar su sed.

Yoongi sonrió y sus ojos volvieron a viajar hacia el sexy rubio en la pista, sin negar ni aceptar nada.

—Ustedes realmente han estado muy apegaditos esta noche, ¿no? —comentó, observándolo fijamente.

—Sabes por qué —contestó con desinterés.

—Oh, no lo sé —sonrió divertido—. Estoy bastante seguro de que para su acto no necesariamente tenían que llegar tan lejos como lo han estado haciendo hasta ahora —comentó.

—¿Estás seguro? —le observó—. Te recuerdo que somos una feliz pareja casada.

Taehyung resopló.

—Por favor, una simple sonrisita entre ustedes es suficiente para demostrar que son felices con el otro —argumentó—. Pero los dos se han estado comiendo con la mirada durante toda la noche, se han besado y bailado tan caliente que hasta a mí me ponen cachondo —exclamó—. ¿Qué? —preguntó ante la mirada que le brindó Min—. Soy un chico embarazado, ya sabes cómo funcionan mis hormonas y ustedes son muy calientes —se excusó.

—¿Dónde está Jungkook que no te está controlando? —chasqueó su lengua, fingiendo molestia que ninguno se creyó.

—Estaba bailando con Jimin, pero con todo lo que ha tomado pronto desaparecerá en el baño —rió—. Ya, por qué no me lo dices —exigió.

—¿Qué debo de decirte? —preguntó observando como, efectivamente, Jimin se había quedado solo en algún momento y un tipo aprovechó para acercársele.

—Ustedes dos realmente están saliendo, ¿cierto? —dijo sonriente—. Solo hay que observar la forma en la que se miran y tocan, la tensión sexual que les rodea y como no pueden mantenerse alejado del otro —indicó.

—Solo somos amigos —anunció.

—A otro viejo con ese cuento —refunfuñó su amigo—. Te gusta, no lo niegues.

—Nunca lo negué —se encogió de hombros.

—Espera, ¿qué? —chilló dejando el vaso contra la mesa de forma estrepitosa—. ¿Cómo has dicho? —exclamó con una sonrisa.

Yoongi le observó con una sonrisa petulante.

—¿Qué es lo que he dicho? —preguntó con fingida inocencia.

—No, no me vengas con eso —gruñó—. Acabas de admitir que Jimin te gusta —acusó, señalándolo con un dedo que fue apartado con un movimiento de manos.

—Yo no he admitido nada, solo no he negado ni aceptado nada de lo que me has dicho —expresó divertido.

—No, no intentes jugar con mi mente —chasqueó su lengua y observó en dirección a Jimin—. Dime si no te molesta verlo bailar con otro hombre como lo está haciendo ahora —acusó.

La mirada de Min viajó nuevamente hacia la pista de baile y observó como ambos cuerpos estaban apegados, balanceándose al ritmo de la canción.

Un ligero tic apareció en su mandíbula al contemplar a ese hombre tan cerca, más no mencionó ni reaccionó de otra forma.

—Ajá, ¡vi eso! —exclamó triunfal—. Te gusta Jimin —anunció satisfecho.

—Bueno, por supuesto que lo hace, es mi esposo después de todo, ¿no? —le recordó con una fingida sonrisa.

—Si, si, como digas —descartó felizmente—. ¿Por qué no vas a separarlo si te molesta que otro lo toque? —cuestionó.

—Porque claramente no lo está tocando, están bailando —corrigió—. Además, ya vivió mucho tiempo bajo un idiota que le ordenaba en cada aspecto de su vida, no seré un imbécil al igual que su padre —respondió sinceramente—. Si Jimin quiere bailar con otra persona, bien, que lo haga. ¿Hablar con otro? Perfecto.

—¿Y salir a citas con otros? ¿Besarse con otros? —preguntó alzando una ceja.

Yoongi resopló y alzó una ceja de forma arrogante mientras le observaba, sin permitir que la molestia de esa idea se mostrara en su rostro.

—Yo soy quien está con Jimin, ¿realmente crees que buscaría a otros estando yo a su lado? —cuestionó con obviedad.

—Esa arrogancia tuya... —negó divertido.

—Solo es la verdad —sonrió satisfecho—. Le prometí a Jimin que estando a mi lado aprendería a vivir y disfrutar, y eso es exactamente lo que hago.

—¿Viéndolo bailar con otro?

—Se ve feliz, y hay una clara diferencia entre como bailamos nosotros a como está bailando con ese tipo —le recordó bastante satisfecho con ello.

—Bueno, eso es cierto —aceptó su amigo y le observó con curiosidad—. Nunca pensé que serías del tipo tan liberador en una relación —expresó.

Y Yoongi simplemente sonrió.

—Solo es porque tengo confianza en mí, en él, y en lo que hay entre nosotros —respondió.

—Acabas de admitir que realmente hay algo entre ustedes —sonrió Taehyung, satisfecho.

Yoongi resopló—. Nada que no supieras realmente.

Cuando sus ojos conectaron con los de Jimin nuevamente, se levantó sin pensarlo al contemplar el pedido de auxilio en su mirada.

—Ahora, si me disculpas... —anunció, alejándose mientras iba directamente hacia el sexy rubio que le esperaba.

Acercándose por su espalda, colocó sus manos en su cintura, apartando las ajenas y lo empujó contra su pecho.

—Hey amigo, estábamos bailando —se quejó el otro tipo.

Besando el cuello de Jimin, Yoongi simplemente alzó sus manos entre ellos, mostrando sus dedos entrelazados y el anillo que brillaba en uno de esto en ambas.

—Lo siento, no lo vi —retrocedió un paso, pero se quedó observándoles con curiosidad—. ¿Hacen tríos?

—Piérdete. —ordenó Yoongi mientras su pareja reía suavemente.

Cuando el tipo finalmente se retiró con otra disculpa, Jimin se dio vuelta y rodeó el cuello de Yoongi con sus brazos.

—Gracias, ya me estaba incomodando —pronunció con una pequeña sonrisa.

—¿Qué hizo? —preguntó, observándolo intensamente.

—Solo se le dio por tener manos sueltas —se encogió de hombros—. Mencionó algo de mi traje cuando me negué a más e intentó besarme.

—Estúpida excusa de la vestimenta —negó Yoongi.

—Sí, nunca pensé que por vestirme simplemente así pensarían que era una puta —torció sus labios—. Tal vez por esto mi padre controlaba hasta mi ropa.

—No, tu padre simplemente es un imbécil —declaró con sus dedos pulgares acariciando la desnuda piel bajo la chaqueta—. Todos deberían de vestir como gusten y no ser juzgados por ello, no porque quieras vestirte sexy te convierte automáticamente en alguien en busca de sexo que no puede negarse a ello por el simple motivo de la ropa que usa —expresó—. Este es un problema que viene desde hace tiempo y que abarca en ambos sexos, aunque no muchos hombres hablen de ello por su estúpida hombría y masculinidad —chasqueó su lengua.

—Si tan solo hubiera más personas como tu... —murmuró, observándole intensamente.

—Entonces, ya no sería alguien especial —sonrió ladino.

Los ojos de Jimin recorrieron la sonrisa de Min, tragando, agitó suavemente su cabeza como si intentara sacar algo de su mente e intentó tomar un poco de distancia entre ambos.

Se sentía algo intoxicado con la presencia de Yoongi tan cerca de él, sin poder concentrarse en otra cosa que no fuera en el hombre frente a él y eso no era bueno.

—¿Qué sucede? —preguntó Yoongi, no dejando que se apartara.

—Creo que ya he bebido lo suficiente —murmuró, inclinándose más hacia adelante, su cuerpo buscando más de Min cuando en su mente gritaba todo lo contrario.

—¿Por qué crees eso? —acercó sus bocas.

—Porque mi mente se está llenando de cosas que no debería —sonrió leve, su mirada alternándose de la boca a sus ojos.

—¿Cosas, cómo qué? —preguntó suave, con sus manos trasladándose hacia atrás en una dulce caricia, ahuecando cada perfecta nalga.

—Creo que sabes... —susurró.

Y la única respuesta de Yoongi, fue una sonrisa coqueta.

—Volvamos a la cabaña —declaró, sin pregunta ni nada.

—Yo... ¿Seguro? —tragó.

Min apretó sus nalgas y lo empujó más hacia adelante, para que sintiera su dura erección atrapada en sus pantalones.

—No me ha abandonado desde que te vi salir y bailamos juntos —informó.

Oh, Dios, Jimin estaba realmente en problemas, no podía pensar bien si le mostraban y decían algo así.

—¿Cuánto has bebido? —preguntó con su respiración levemente agitada, sintiendo como aquel calor en su interior no hacía más que empeorar.

—Lo suficiente como para disfrutar, pero no para no poder pensar con claridad —respondió—. O no lograr recordar nada al día siguiente —añadió separándose.

Jimin contuvo el sonidito de disgusto que quiso escapar de su boca cuando su pareja se alejó, deseando sentir su calor nuevamente, su cuerpo envolviéndolo a su alrededor, atrapándolo.

—¿Vienes? —preguntó, estirando su mano.

Jimin mordió su labio inferior, sabiendo perfectamente lo que pasaría si volvía a la cabaña con Yoongi y Dios si no deseaba que eso ocurriera exactamente.

Era en lo único que había estado pensando durante toda la maldita noche.

Pero ¿debía de arriesgarse y caer en su deseo?

—¿Jimin?

Observando aquellos ojos dorados y el indudable deseo ardiente que vibraba entre ellos, Jimin tomó su mano.

Yoongi sabía perfectamente lo que estaba haciendo en ese momento, además, si las cosas no llegaban a resultar como esperaba, siempre podía esperar a que Min no recordara nada como su noche en las Vegas.

—Vamos —aceptó, entrelazando sus dedos.

Con su corazón bombeando fuertemente contra su pecho, Jimin siguió a Yoongi que encabeza el camino. Ni siquiera pensó en sus amigos o en cualquier otra cosa mientras se alejaban.

Sus manos se volvieron incómodamente sudorosas por los nervios, pero Yoongi aun así no soltó su mano y le siguió guiando por los pasillos hasta que llegaron a su cabaña privada.

Tras cruzar la puerta y ser invadidos por el silencio y la soledad del lugar, la privacidad, la duda entró en Jimin de forma tajante.

¿Qué se supone que estaban haciendo?

—¿Estás seguro de...? —la pregunta quedó a medias cuando Yoongi lo empujó suavemente sobre la puerta y enjauló su cuerpo, presionándose contra él, capturando su boca.

Y joder, por un momento todo pensamiento dejó su mente mientras correspondía su beso con la misma pasión, con el mismo deseo e intensidad.

Sus manos se aferraron a los costados de Min, haciéndose puños alrededor de su camiseta mientras sus labios se movían intentando seguirle el ritmo desenfrenado, apasionado.

Una pierna separó las suya y un muslo presionó en su entrepierna, sacándole un gemido que Min devoró completamente y con gusto.

—No pienses en nada —susurró sobre sus labios, observándolo—. Permíteme complacer cada una de tus fantasías esta noche nuevamente —ronroneó, repartiendo besos a lo largo de su mandíbula.

—¿Fa-fantasías? —repitió con su respiración agitada.

—Oh, bebé, no sabes cuántas fantasías he tenido durante toda la noche mientras bailábamos juntos —lamio su oreja, provocándole un delicioso escalofrío a Jimin y arrancándole un gemido—. No te preocupes por nada y solo disfruta —pidió con sus manos deslizándose bajo su ropa—. ¿Qué dices?

Alzando una pierna, Jimin rodeó su cintura con ella y lo atrajo más a su cuerpo mientras una de sus manos se alzaba para agarrar su nuca y presionarlo más contra su cuello que se arqueaba para darle más acceso.

—Por favor —rogó restregando sus entrepiernas juntas.

Y eso fue todo lo que Yoongi necesitó escuchar.

—Has abierto las puertas a lo que puede ser tanto tu infierno como el paraíso, hermoso —ronroneó acariciando el muslo que rodeaba su cintura.

—¿En serio? —le observó juguetón—. Ciertamente recuerdo unas palabras similares en cierto hotel en las Vegas.

—Si, y es hora de recordar aquellos buenos momentos —anunció volviendo a besarlo.


💋1/2💋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro