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Capítulo 24💋

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Sentado en el sofá de su casa, Jimin parpadeaba y parpadeaba mientras contemplaba la TV frente el, donde una pareja de presentadores anunciaba felizmente como él y su esposo irían a Hawái para recuperar aquellos lazos de familia que se habían perdido por un malentendido de su padre.

Malentendido.

¿Desde cuándo ser llamado un maricón era un malentendido?

Bufando, Jimin cambió de canal cuando nuevamente pasaron el video de su padre pidiendo disculpas y esta vez expresando alegremente que se irían todos a Hawái la próxima semana.

Eso había sido anunciado la semana pasada, y ahora... Había llegado el momento finalmente.

Luego de haber pasado una estresante semana no solo por el trabajo, sino que por ya anticiparse a las horribles vacaciones que serían, finalmente había llegado el gran día de viajar a Hawái en familia.

Ugh... De solo pensarlo su cuerpo se estremecía y no precisamente de forma buena.

Su estómago se apretaba de solo pensar en volver a pasar tiempo con su familia, y como sí eso fuera poco, las intenciones que tendría su padre en el viaje no era lo único que le molestaba, sino que también se encontraba solo un poco preocupado por compartir una habitación con Yoongi, ya que estando casados como supuestamente ellos lo estaban, sería raro que se quedaran en diferentes habitaciones.

El solo pensar que estaría compartiendo un espacio con Min Yoongi, una cama, lograba que algo burbujeante y molesto se posara en su estómago.

Un sentimiento de ansiedad, nerviosismo y emoción que no debería de estar ahí.

Ellos eran amigo, ¿qué clase de amigo se ponía nervioso por el simple hecho de compartir un lugar y una cama?

"Alguien que no ve a su amigo como simplemente eso" susurró una parte de su mente.

—No. —se espetó a sí mismo, agitando su cabeza y cambiando el curso de sus pensamientos, se negaba rotundamente a caer en ellos.

El contrato que había firmado terminaría en cuatro meses. Solo ese tiempo tendrían que seguir fingiendo ser parejas, él podía hacerlo.

Apagando la TV, Jimin se levantó del sofá y volvió a su habitación donde se encontraba su maleta a medio terminar.

No sabía cómo había ocurrido, pero tanto Yoongi como Jungkook le habían conseguido el permiso con su jefe para ausentarse por una semana de su trabajo, que era lo que duraba el viaje a Hawái.

Él todavía estaría recibiendo llamadas y por supuesto, debía tener su teléfono en mano en caso de que su equipo le necesitara, pero al menos lo que era lo más primordial del proyecto ya se había visto esa semana, por lo que no creía que su presencia fuera realmente necesaria más que para recibir la aprobación.

Suponía que era mejor estar recibiendo llamadas a que salir del país simplemente para trabajar desde otro lado de igual forma.

Cerrando la maleta luego de equiparla con lo necesario, Jimin observó a su alrededor en busca de algo que se le podría haber olvidado cuando la puerta de su casa fue llamada.

—¡Ya voy! —gritó saliendo de su habitación.

Dirigiéndose a la entrada, abrió la puerta y se encontró con Yoongi del otro lado.

—¿Qué hay con tu camisa? —no pudo evitar preguntar con una sonrisa mientras admiraba el relajado estilo de Min.

Solo era unos pantalones cortos blancos y una colorida camiseta floreada roja con el estilo hawaiana impreso en el.

—Me veo bien —anuncio con una arrogante sonrisa mientras tiraba del cuello de la camiseta—. ¿Ya estás listo? —preguntó.

Inconscientemente, Jimin arrugó su nariz y asintió retrocediendo.

—Solo realmente espero que esto sea una buena idea —comentó dirigiéndose a su habitación—. Ya me puedo imaginar el desastre que serán estas pequeñas vacaciones con mis padres y Su-ji ahí —negó.

—Va a estar bien, te dije que no debes de preocuparte nada de eso —aseguró Yoongi siguiéndolo—. Solo vamos a entrar en su mismo juego y arruinarle su velada y cualquier otra cosa que tuviera planeada. Toma.

Bajando su maleta, Jimin le observó y contempló una camiseta similar a la de él.

—¿Camisas de pareja? —alzó una ceja, tomándola.

—Seremos adorablemente molestos a su alrededor —anuncio con una mirada malvada antes de colocarse sus lentes de sol—. Tu padre y toda tu familia puede sospechar la verdad de nosotros, pero mientras no digamos lo contrario siempre existirá la duda, más aún sí somos amorosos y cariñosos entre nosotros.

Ugh... Sí, Jimin ya se podía imaginar cómo de loco iba a estar su corazón en esa semana.

—Eres alguien malvado, ¿no? —comentó cambiándose la camiseta, ignorando completamente como el mayor observaba sin disimular su cuerpo.

"Somos amigos Jimin, los amigos se chequean entre sí" se recordó a sí mismo.

—Solo por curiosidad —pronunció abotonándose la camiseta—. ¿Tienes alguna idea de lo que mi padre tendrá planeado para nosotros una vez estemos allá? —preguntó y le observó una vez terminó.

—Todo este viaje solo es para arreglar su imagen —anuncio tomando la maleta del menor—. Por lo que al menos en público no podrá hacer nada idiota, y creo que pasaremos la mayoría del tiempo afuera —explicó saliendo de la habitación.

—Tiene sentido, pero temo de lo que pasará cuando estemos sin público, ellos pueden ser demasiado desagradables —fingió un escalofrío recorriendo su cuerpo antes de tomar su bolso y cruzárselo sobre su pecho—. De solo pensar en que fingirán ser todos amables conmigo, mi estómago se hace nudos —expresó cerrando la puerta de su casa, asegurándole con la llave.

—Solo no pienses en ellos —solucionó Yoongi fácilmente, entregándole la maleta a su chofer.

—¿Cómo quieres que no piense en ellos cuando estaremos compartiendo con ellos? —cuestionó frunciendo sus labios.

Dándose vuelta, Yoongi le enfrentó.

—Porque yo estaré ahí contigo —anunció simplemente, alzando sus manos para colocarle unos lentes de sol iguales a los suyos—. Tengo un plan, tú solo espera —le sonrió antes de señalar el auto para que Jimin entrara primero.

Tomando una profunda respiración para calmar las molestas cosas en su interior, Jimin entró en el auto confiando y a la vez temiendo de las palabras de Min Yoongi.

—El aeropuerto —anunció Yoongi y el auto se comenzó a mover.

Luego de unas largas horas de viajar en avión, Jimin despertó con alguien sacudiendo su hombro ligeramente.

—Ya hemos llegado —anunció Yoongi, quien se encontraba sentado a su lado.

—Uh... Sí... Gracias —balbuceó, acomodándose sobre su espalda y alzando sus manos bajo la manta que le habían pasado para restregar sus ojos.

Estirando su cuerpo, bostezó antes de finalmente enderezar su asiento hasta que estuvo sentado.

—Tu cinturón de seguridad —pronunció Min, apartando la manta del regazo de Jimin para colocárselo él mismo.

—Gracias —musitó y observó parpadeando a su alrededor—. ¿Mi prima no se volvió a quejar porque no lo ubicaron en primera clase con nosotros? —preguntó.

—Ellos están en primera clase —contestó Min.

Jimin frunció ligeramente el ceño y observó su vacío alrededor con solo seis asientos dónde ellos ocupaban dos en el centro. Sabía que, en alguna parte, también se encontraba la azafata que los había atendido personalmente durante todo el viaje.

—No los veo —indicó.

Yoongi sonrió—. Esta es clase VIP, niño, pensada especialmente para los famosos y CEOS importantes.

Jimin parpadeó mientras le observaba, en sus oídos escuchó ligeramente la indicación del capitán anunciando que pronto aterrizarían.

—¿Me estás diciendo que tienes un avión dividido en tres clases?

—Tenemos diferentes clases de aviones que satisfacen las necesidades de todos nuestros clientes —sonrió satisfecho.

—Pero ¿qué pasa si alguien pregunta por qué no viajamos con mi familia siendo que es un viaje para arreglar nuestros lazos? —preguntó preocupado.

—Estos son mis empleados —anunció simplemente—. Cada uno a firmado un acuerdo de confidencialidad y serán despedidos y demandados por incumplirla. Además, solo tu familia está en primera clase por lo que solo ellos saben que nosotros estamos aquí.

—¿Y sí deciden de usar esto para darnos una mala imagen? —alzó una ceja—. Ellos son capaces.

—Jungkook ya pensó en una medida para responder aquello —contestó quitándose el cinturón de seguridad cuando dieron permiso tras aterrizar.

—¿A caso ustedes están siempre un paso adelante de ellos? —preguntó con una sonrisa.

—Es la ley de supervivencia —sonrió.

Negando con su cabeza y con una inexplicable confianza en sí mismo, Jimin se levantó y siguió a Yoongi. Bajando del avión, se tomaron de las manos mientras iban en busca de su equipaje.

—Esa es mi maleta —anunció intentando soltar su mano, pero Yoongi lo mantuvo firme a su lado.

Observándolo confundido, contempló como este chasqueaba sus dedos y señalaba su maleta. Pronto, un tipo vestido de negro apareció y la cogió junto al equipaje de Yoongi.

—Debí de haber adivinado que ni aquí en Hawái Jungkook te permitiría viajar solo —comentó solo un poco divertido.

—Me dio un discurso que no escuché, pero fingía que sí porque de todas formas no iba a escuchar mi opinión al respecto —se encogió de hombros y comenzó a caminar.

—No es que me moleste, pero ¿no deberíamos de esperar a mis padres o cualquiera de mi familia? —preguntó siguiéndolo felizmente.

—No podemos viajar todos en el mismo automóvil y, de todas formas, nos terminaremos encontrando inevitablemente en el hotel —expresó saliendo del aeropuerto, subiéndose a un auto que ya esperaba por ellos.

—Jungkook cambió la reservación que mi familia hizo por nosotros, ¿cierto? —recordó de pronto—. Yo puedo dormir en una caja de zapatos como le llamas, pero tú... —negó—. Eres demasiado snob.

—No tiene sentido dormir en un lugar así cuando puedes tener uno mejor —le recordó—. Y sí, Jungkook se aseguró de arreglar todo.

Asintiendo un poco más tranquilo, Jimin se dedicó a admirar el hermoso paisaje tropical a su alrededor, con el atardecer cayendo sobre el mientras viajaban al hotel.

—Me hubiese gustado haber hecho un viaje como este con Taehyung —comentó.

Dejando de observar su teléfono, Yoongi le miró.

—¿Por qué? Aunque hemos viajado con tu familia bajo los planes de tu padre, no significa que debemos de pasar todos los días y todo el día con ellos —indicó—. Podremos dar una vuelta por nuestra cuenta.

—Sí, pero todo es mejor cuando estás con tus amigos, ¿no? —le observó con una sonrisa—. ¿O estando aquí no te imaginas a Tae haciendo una locura y Kook intentando protegerle? Incluso podríamos ir a una fiesta a disfrutar con ellos otra vez, con Namjoon presente.

—¿Por qué invitarías a Namjoon cuando has compartido más con Taehyung y Jungkook qué con él? —preguntó confundido.

—Porque es tu mejor amigo —respondió obvio—. ¿Qué sentido tiene salir con amigos sí no vas a poder estar tú con los tuyos? —expresó bajando la ventana del auto, cerrando los ojos mientras el viento chocaba ligeramente en su rostro, jugando con su cabello.

Observándolo unos minutos más, una sonrisa leve creció en el rostro de Yoongi antes de que volviera su atención a su celular, mensajeándose con Jungkook.

Cuando el auto se estacionó frente a su hotel, Jimin admiró con asombro la estructura cerca del mar, haciendo un maravilloso contraste con su gran forma blanca y moderna, rodeada de verde y la naturaleza.

—¿Esto es realmente un hotel? —exclamó mientras se bajaba del auto, sin poder dejar de observar a los turistas paseándose y los trabajadores dando la bienvenida.

—Por supuesto, uno de los mejores hoteles en Hawái que incluyen sus propias cabañas privadas —pronunció parándose a su lado.

Un par de mujeres vestidas con un bikini en la parte de arriba y una falda larga y floreada se acercaron a ellos con una gran sonrisa y un collar de flores que colocaron en sus cuellos con un alegre saludo.

—Aloha —repitió Jimin con una gran sonrisa—. Esto se ve increíble —exclamó volteando a ver a Yoongi con emoción.

—Aún no has visto nada —le sonrió Yoongi colocando su mano en su espalda baja—. Vamos, tenemos que registrarnos y tomar la llave de nuestra habitación —le recordó.

Y de solo recordar que ambos estarían compartiendo la misma habitación, la misma cama, los nervios de Jimin volvían al ataque mientras entraban en el lobby.

—Yo iré por nuestra llave —anunció Min inclinándose cerca de su oído mientras su mano se trasladaba de su espalda a su cintura en una acaricia que dejó una cosquilleante sensación—. Ignora a los que tienen cámaras y a cualquiera que intente preguntarte algo —aconsejó.

Jimin asintió con una pequeña sonrisa, fingiendo que su repentino acercamiento no había provocado un ligero estremecimiento en todo su cuerpo.

—Por supuesto, cariño.

Asintiendo satisfecho, Yoongi se alejó dejándole con el empleado que estaba transportando su equipaje y las obvias sombras que no podía ver.

Y mientras admiraba a Yoongi hablar con un recepcionista, lo único que logró superar sus nervios, fue contemplar a su familia llegar al mismo hotel.

Con esa arrogancia que lo caracterizaba, su padre fue el primero en entrar con su madre pegada a su costado. Un paso atrás estaba su tía Minah con sus dos hijos Su-ji y Hoseok, quien, por supuesto, estaba acompañado de su prometida, Ye-eun.

Oh si, con tan solo verlos un nudo se había formado nuevamente en su estómago.

Como siempre, no se percataron de su presencia, aunque pasaron por su lado mientras hablaban entre ellos.

—¿Es extraño que ya ni siquiera me importe que no se hayan percatado de mí aun cuando pasaron por mi lado? —expresó una vez Yoongi volvió con él tras obtener su llave.

La mirada de Min siguió la suya, admirando lo mismo que él.

—Significa que ya has madurado y salido del nido de papi —expresó directo.

—Sutil —pronunció con una pequeña sonrisa.

—Acomodémonos en nuestra habitación y salgamos a comer algo —planeó.

—Eso suena...

—Jimin, querido —interrumpió una alegre voz femenina que no dejaba de sonar tan falsa como la sonrisa de su madre.

Entonces, como en una manada, su familia los abordó con expresiones cariñosas y palabras alegres llenas de falsedad.

—Me alegra que hayan aceptado venir con nosotros —pronunció Park Seung-woo, pero a pesar de sus palabras, su expresión y tono decía todo lo contrario.

—Bueno, considerando que buscó en todos los medios, incluso en la televisión, no podíamos simplemente ignorarlo, en especial porque se veía tan arrepentido, ¿cierto, cariño? —expresó Yoongi, rodeándole los hombros y plantando un beso en su sien.

La tensión en el rostro de su padre y Su-ji fue visible instantáneamente ante su cercanía.

—Cierto —asintió rodeando la cintura de Yoongi y apoyando su cabeza en su hombro—. Fue toda una sorpresa cuando lo vi, no sabía que podías mostrar ese tipo de expresiones —comentó con fingida sorpresa.

—Es lo que el arrepentimiento hace —pronunció su madre con una sonrisa.

—Aprecio también tu preocupación por nuestra relación Su-ji, pero lo mejor es que no lo comentes a los medios o podrías terminas como una mentirosa —anunció Yoongi, recordándoles el desliz que había tenido.

—Bueno, ¿entonces por qué no se registran en sus habitaciones para que podamos reunirnos? —preguntó su tía.

—Gracias, pero ya nos hemos registrado en nuestra habitación —aclaró Yoongi mostrando su llave.

—Debe de haber un error, la llave es diferente a la de nuestras habitaciones y la reservación se hizo para que todos quedáramos en el mismo piso —pronunció Su-ji con expresión preocupada.

—Tal parece que hubo un error con la reservación de nuestra habitación, por lo que tuvimos que arrendar una de las cabañas privadas —explicó Yoongi con falsa decepción.

—No importa cariño, seguimos estando en el mismo edificio —le recordó Jimin acariciando su pecho.

—Si nos disculpan, iremos a instalarnos en nuestra habitación y descansar después de un largo viaje. ¿Qué tal si mañana comenzamos con las actividades preparadas? —propuso y tomando su propia respuesta, se despidió llevándose a Jimin con él.

Observando como la pareja se iba, Su-ji pisoteó el suelo.

—Tranquila cariño, recuerda que hay ojos en todos lados —le susurró su madre mientras arreglaba su cabello.

—Nada está saliendo como lo habíamos planeado —se quejó—. Ni siquiera se suponía que ellos vinieran, eran nuestras vacaciones.

—No importa si vinieron o no, desde que lo hicieron lo usaremos a mi favor —anunció el senador Park—. Compórtense —ordenó observando a todos antes de retirarse primero con su esposa.

—Mami —se volvió a quejar Su-ji—. Jimin vino solamente a molestarme.

—Está bien cariño, puedes aprovechar la oportunidad para revelar la falsa relación que tienen esos dos y tal vez hasta para recuperar a tu hombre —indicó con una sonrisa malvada, similar a la de su hija.

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