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Capítulo 12💋

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Mientras esperaba a Yoongi, Jimin bebía de su malteada y revisaba su celular, fingiendo que no se percataba de las miradas que recibía de las personas a su alrededor, así como ignoraba la sombra parada detrás de él impidiendo que alguien le molestara.

Era algo tonto, Jimin nunca había recibido tanta atención ni cuando estaba al lado de su padre actuando en su papel de perfecto y respetable senador, pero tal parecía que el haberse casado con Min Yoongi lo había vuelto en una estrella por la cual todos sentían curiosidad.

Lo cual era entendible en cierto punto.

Él era un hombre aparentemente normal si no contaban a su familia y Yoongi... No.

Su supuesta historia de amor se había difundido en todos lados, por lo que la curiosidad sobre cómo se habían conocido, cuándo, y cómo terminaron enamorándose debía de ser como la caja de pandora que muchos deseaban abrir.

Deslizando su dedo por la pantalla, se detuvo en una noticia que anunciaban que las reelecciones de senadores estaban a la vuelta de la esquina.

Sus labios se torcieron alrededor de la pajilla y bajó su mano con el batido, colocándolo sobre la mesa mientras sus ojos pasaban rápidamente por el artículo.

Cuando llegó a una foto de su padre, resopló una risa ante sus palabras de falsas promesas.

Saliendo de la página antes de que volviera a enojarse al recordar que había sido despedido por su culpa, navegó un poco más por la internet hasta que encontró un artículo interesante sobre su boda en las islas Jeju, el cual se dispuso a leer inmediatamente.

En este había un debate sobre su supuesta historia de amor, algunos argumentaban que le había robado el novio a la pobrecita de Su-ji, y otros creían en el cuento que se habían inventado de ella ayudándolos con su amor.

La cosa estaba bastante reñida, y le molestaba un poco saber que, en ese momento, su prima tal vez estaría feliz de estar recibiendo tanta atención de los medios a pesar de haber sido humillada, después de todo lo único que la importaba a Su-ji era ser el centro de atención.

El único punto bueno de todo es que la imagen de su padre había sido manchada y había salido a la luz su desagrado por los homosexuales a los cuales, supuestamente había estado apoyando.

Y no, no parecía haber reparo en ello, ya que en ese momento, había más personas que gustaban del mismo sexo tanto como el contrario que se estaban quejando al respecto.

Era un poco triste si lo pensaba, los hombres m-preg seguían luchando para que le respetaran sus derechos, y aunque los homosexuales no estallaban tan seguido como antes, la verdad era que se trataba de una lucha con la cual también seguían lidiando día a día.

"Bueno, sin trabajo y habiendo roto los lazos con ellos mi padre ya no puede recurrir a mí para que limpie este desastre" pensó positivamente, volviendo a beber de su malteada por la pajita.

Con las reelecciones tan cerca, su padre estaría desesperado por volver a tener el apoyo de todos, por lo que esperaría ansioso ver qué es lo que haría para ello.

Lo que era de su preocupación de momento, es que en cuanto Su-ji dejara de recibir atención no dudaba que atacaría para finalmente hablar en su contra y exponerlos.

—No es necesario que veas mis fotos si me extrañas, cariño, solo debes de llamarme y te iré a ver —pronunció aquella voz grave y saturada de confianza.

Alzando su mirada de su celular, se encontró con su supuesta pareja parado a su lado con una gran sonrisa que apretó su estómago.

Joder, ¿por qué tenía que ser tan atractivo?

—Solo no quería molestarte en el trabajo —explicó siguiéndole el juego.

—El trabajo puede esperar cuando se trata de ti —aseguró y colocando una mano sobre la mesa se inclinó hacia él y capturó sus labios en un beso que por más corto que fue, de igual forma sacudió su cuerpo.

Relamiendo sus labios, le observó fijamente antes de desviar su mirada hacia la pantalla de su teléfono.

—Mira, es sobre nuestra boda —dijo solo un poco nervioso.

Enderezándose, Min tomó asiento frente a él y quitó su celular de sus manos.

Observándolo, Jimin tomó una profunda respiración intentando calmar esa extraña cosa en su estómago. Yoongi no parecía para nada afectado por su beso, por lo que él tampoco debería de estarlo.

—Uhm, no hay una foto realmente decente aquí sobre nosotros —anunció—. Prefiero las que están en nuestro álbum de bodas —le sonrió entregándole su celular.

—Lo sé, yo igual las prefiero —correspondió su sonrisa y estiró su mano intentando recuperar su celular.

Pero en vez de entregárselo y dejarle ir, Yoongi capturó su mano entre la suya y entrelazó sus dedos.

—¿Cómo estás? ¿Sigues molesto por lo que sucedió en tu trabajo? —preguntó con preocupación exagerada que no calzaba en él.

No cuando se lo comentó en su llamada lo tomó como un simple problema menor. Además, si Min realmente deseara consolarlo al respecto usaría otros tipos de palabras donde no dudaba que apareciera el "lamentable".

—Claro que estoy molesto todavía —resopló de igual forma siguiéndole el juego—. Me despidieron por ser, cito textualmente, "un maricón que se casó solamente para ser la puta de un multimillonario".

—No me dijiste esa última parte en la llamada —indicó el contrario con el ceño fruncido.

Jimin se encogió de hombros.

—No tiene sentido molestarte a ti también con ello.

—Eres mi esposo, estoy de tu lado, por supuesto que debo de molestarme por este tipo de cosas —le reprochó apretando su mano.

Y vaya, parecía tan sincero que Jimin se lo estaba creyendo, lo cual no era algo bueno.

—Pero pensar que tu padre llegaría tan lejos para incluso meterse en tu vida laboral —comentó.

Por el rabillo de su ojo, Jimin capturó como algunas personas susurraban entre ellos, estando atentos a su conversación.

Ah, de eso se trataba. Por supuesto.

—Temía esta reacción si se enteraba de nosotros, por eso no quise decirle a mi familia sobre mis gustos hacia los hombres ni que estábamos saliendo —soltó un suspiro—. Pero viendo lo que hablan en internet, me siento un poco tonto por haber ocultado nuestro amor.

—Tonterías —espetó Yoongi—. Lo hiciste porque buscabas el apoyo de tu padre, tu familia, entiendo eso —prometió—. Además, no podemos decir que nuestra escapada a las Vegas no resultó bien.

—Las Vegas... —murmuró y su mirada viajó automáticamente hacia el anillo en su mano—. Sí, tienes razón —asintió.

—Venga, vamos —anunció Yoongi levantándose y tirando de Jimin con él.

—¿Qué vamos a hacer? —preguntó siguiéndolo.

—En lo que llega Taehyung iremos a cambiar ese anillo —contestó.

—¿Taehyung? —preguntó—. Espera, no es necesario comprar otro anillo —protestó tirando de su mano, logrando que se detuviera al igual que sus sombras.

—¿Por qué no? Necesitamos un anillo perfecto que refleje una buena imagen en ti —explicó.

—Es un gasto innecesario, ya tenemos un anillo —le recordó alzando sus manos unidas.

Yoongi arrugó su nariz al verlos.

—Cariño, eso fue algo apresurado que escogimos en nuestro viaje a las Vegas, te mereces algo mejor —indicó—. Algo que vaya con tu verdadero estilo.

—Oh, Yoonie... —musitó abrazándolo, alzando sus manos para rodear su cuello—. No dejaré que me compres un costoso anillo innecesario, por lo que será mejor que dejes el tema si no quieres que tengamos nuestra primera discusión en público —susurró en su oído.

Alejándose, contempló la molestia en el rostro de Yoongi.

—Está bien, ganaste esta vez solamente porque quedamos inicialmente en que compraríamos ropa —expresó con una sonrisa.

—¿Ropa? —repitió Jimin.

—Así es, y esta persona será quien nos ayudará —anunció colocando sus manos en los hombros de Jimin, volteándolo para poder observar a un hombre de cabello alargado y azul amarrado en una coleta.

Reconocía a ese hombre, era el guardia que siempre estaba con Yoongi, pero no tenía ni idea de quien era el otro tipo de cabello negro y ojos azul intenso que lo acompañaba.

Y a pesar de no conocer al otro hombre, había algo extraño en él, sentía como si lo hubiera visto en otro lugar antes, pero Jimin no podía recordar de dónde.

—Jimin, él es Taehyung, la pareja de Jungkook. Ambos son buenos amigos míos —presentó—. Chicos, ya conocen a mi esposo, Jimin.

—¿En serio? ¿Por eso me hiciste ir a recoger a mi pareja? —refunfuñó Jungkook.

—Déjalo cariño, sabes que me encanta comprar ropa —tranquilizó Taehyung, golpeándolo ligeramente mientras sus azules ojos seguían posados sobre Jimin con curiosidad.

—Uh, no es que me moleste ni nada, pero ¿por qué necesitamos ayuda para comprar ropa? —preguntó curioso.

—Porque ya quedamos en que necesitas asesoría para tu lamentable ropa sin estilo y no iremos con Jackson desde que me dijo que te quería comer —expresó Yoongi—. Así que quién mejor que Taehyung, entre mis tontos amigos es el tipo que más sabe de marcas y estilo —se encogió.

—Gracias, trabajar como modelo te deja con buenos gustos —sonrió el pelinegro.

—¿Modelo? —las cejas de Jimin se alzaron con sorpresa—. ¡Eso es! —exclamó—. Eres Vante, aquel modelo de la revista Vogue. Por eso me parecía haberte visto en otro lado —sonrió.

—Ya me caes bien —anunció Taehyung acercándose al rubio—. ¿Eres un fan?

—Uh, no realmente —se sonrojo leve—. Pero una vez mi empresa trabajó con ustedes y quede encantado con tus fotografías, tus rasgos son tan perfectos —explicó.

—Bueno cariño, detente o me tendré que poner celoso —comentó Yoongi rodeándole la cintura con un brazo, recordándole su presencia.

—Gracias. Tienes un chico muy dulce, Hyung —observó a Yoongi—. Kookie se estaba quejando conmigo sobre que ibas a faltar a una reunión importante en el trabajo, no es necesario que te quedes, puedo encargarme de tu esposo —prometió.

—No es necesario —negó Yoongi.

—Si tienes una reunión de trabajo debes de ir —pronunció Jimin observándolo—. Si no fuera porque me despidieron por mi padre ni siquiera nos estaríamos juntando ahora —indicó.

—Ellos pueden esperar —aseguró Min.

—No puedes cambiar la reunión, esta ya se retrasó debido a tu boda en Jeju —interrumpió Jungkook y Yoongi le observó con el ceño fruncido—. Solo digo la verdad.

—Está decidido entonces —anunció Taehyung tirando de Jimin a su lado—. Yo me encargo de tu esposo mientras tú vas a tu reunión, si terminas temprano podrías pasar a buscarnos —indicó.

—Me parece un buen plan —asintió el rubio, observando a su pareja—. ¿Podríamos quedar a cenar?

—Almuerzo —anunció.

—Solo si no tienes trabajo —argumentó Jimin.

Yoongi observó a Jungkook, quien tenía una tablet en su mano para revisar su horario.

—No, quedaste en almorzar con alguien importante —negó Jungkook—. Pero tienes libre para la cena, solo si te vas ahora —indicó.

—De acuerdo, pasaré a buscarte para ir a cenar —accedió no muy feliz de no haber ganado la batalla—. Deja a más de un hombre para que los cuide —ordenó a su jefe de seguridad quien inmediatamente asintió con firmeza.

Observando a Jimin, Yoongi se acercó y besó su frente antes de trasladarse a su oído.

—Disfruta por ahora, niño —susurró antes de alejarse.

Saliendo del centro comercial, Min observó a su guardia resentido.

—¿En serio tenías que mencionar esa reunión? —se quejó.

—Es una importante —respondió abriéndole la puerta del auto.

—Podía esperar —resopló tomando asiento.

—Sí, pero no era justo cuando tenías tiempo libre para desperdiciar en el centro comercial —argumentó.

—De que me sirve ser el CEO entonces —chasqueó su lengua—. Las fotos de lo que sucedió en las Vegas, ¿aún las tienes? —preguntó observando por la ventana.

—Sí —respondió luego de darle la indicación al chofer—. ¿Por qué?

—Quiero que las saques ahora —ordenó—. Inventa una historia al respecto, como una salida de amor con una boda a escondidas al no poder esconder más nuestro amor.

—Está bien —asintió tomando la Tablet—. ¿Algo más o solo los menciono a ustedes?

—Solo a nosotros, pero destaca que debemos de esconder nuestro amor debido al padre y la familia de Jimin que no lo aceptan por su sexualidad —pensó—. También filtra que fue despedido injustamente y que su padre tuvo algo que ver, luego llama a mi abogado para que demanden a la empresa por decirle a mi esposo que es una puta por casarse conmigo.

Jungkook se detuvo y le observó.

—¿En verdad le dijeron eso?

—Sí, también le llamó maricón y todo lo que implica a Jimin ahora también me concierne —expresó tensando su mandíbula—. Este tipo de problemas es mejor sacarlos de la raíz.

—En eso tienes razón —asintió—. ¿Alguna otra cosa?

—Sí, averigua sobre el ex de Jimin.

—¿Por qué? ¿Sientes curiosidad por el tipo de hombre que se siente atraído? —cuestionó divertido.

—Soy el tipo de hombre que todos quieren —resopló—. El idiota ha estado llamando a Jimin y Su-ji está demasiada tranquila, cuando se acabe su momento no dudo que comenzará a hablar mierda de nosotros, por lo que hay que quitarle la única persona que le apoyaría en esto —explicó.

—Da un poco de miedo lo rápido que trabaja tu mente, adelantándote a las cosas —murmuró Jungkook.

—No pensé que a Jimin lo despedirían por ser maricón —frunció el ceño—. ¿Con quién es la cena importante que tengo?

—Uh... Averiguaré si necesita un trabajador —comprendió rápidamente.

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