(!) 𝘀𝘂𝗽' 𝗱𝗲𝘂𝘅: 𝗺𝗮𝘂𝘃𝗮𝗶𝘀𝗲 𝗶𝗱𝗲́𝗲!
"it was a
bad idea
needing
you so late"
El amor. Dichoso amor.
Nashira había pasado los primeros años de su vida creyendo que el amor no era más que un engaño. Que un matrimonio era un contrato, no un sueño.
A ella jamás se le pasó por la mente que las palabras que los poetas les dedicaban a sus amantes fueran reales y no una enrevesada mentira. Nunca creyó que podría haber otra razón para casarse y tener hijos más que la de continuar su estirpe. Nashira, durante toda su vida, no había conocido el amor.
Hasta que se dio cuenta de que el problema no era que ella no podía enamorarse, la cuestión estaba en que no lo haría de ningún hombre. Viviendo observando tan solo matrimonios concertados le había cerrado los ojos a lo que sentía en su interior, algo tan puro y humano como amar.
Pero su secreto corría peligro de salir a la luz en un descuido. Un descuido de pelo rubio por la altura de los hombros; una chica tímida por la que siempre había notado cierta inclinación que se negaba a aceptar.
Por eso el verano de 1975 fue un cúmulo de malas ideas para Nashira. Fue el último verano de la vida de Agatha, y el primero para las mentiras de su hija mayor.
Durante aquellos dos meses, el clima en la mansión estaba bastante cargado. Por una parte, Eridanus estaba muy ocupado planificando su boda, que ocurriría en Navidad. Por la otra, Nashira no había sacado las notas que su padre esperaba en los TIMO, y eso había derivado en sesiones de estudio de Aritmancia hasta altas horas de la madrugada. Debía mantenerse en lo alto de su promoción si quería ser Premio Anual y sacar los Extraordinarios que le exigían en los próximos EXTASIS.
No le importaba dar lo máximo de sí porque todo sumaba a su imagen de hija perfecta.
Nashira, la prefecta, la que tenía los mejores resultados académicos de sus hermanos.
Nashira, quien se casaría con su primo con tal de mantener el linaje puro de su familia, llevándose las ovaciones deseadas.
Pero también era Nashira, la chica a la que le gustaban otras chicas, la que se negaba el amor a sí misma, quien tenía que esconderse en el armario para seguir formando parte de su familia.
Una noche de agosto, Nashira entró al baño como parte de la rutina del día a día. Solo que se le había olvidado que, al mudarse a una de las habitaciones del último piso, el baño no era exclusivo para ella, sino para la habitación contigua. Y eso quería decir que Leonor, quien se había quedado en la mansión a dormir para hacer más fácil el montar los preparativos de su boda, estaba dentro, vistiendo un fino camisón de seda.
—Lo siento —se disculpó Nashira, apartando la vista—. Volveré más tarde.
—Tranquila, ya me iba.
Leonor recogió la ropa que había dejado sobre el cesto y se marchó por la puerta que daba a su habitación, dejando a Nashira con su imagen grabada en la mente durante el resto de la noche.
Permaneció una semana entera en la mansión, y noche tras noche Leonor y Nashira se encontraban en el baño. A veces se paraban a charlar y dirigirse miradas que cada día se tornaban más descaradas. No mencionaron ni una sola vez la boda que tendría lugar en unos meses.
La última noche, sin embargo, cuando Nashira entró al baño, Leonor no se encontraba ahí. Aguardó. De alguna forma, la espera para verse a solas le provocaba una sensación en el bajo del estómago, a pesar de haberse visto en la cena hacía apenas un par de horas.
Se sintió inútil al darse cuenta de que llevaba diez minutos sentada sobre la tapa del váter. Pero, cuando se levantó, reprochándose a sí misma el dejarse llevar aunque fuera solo en sus pensamientos, un leve chirrido le alertó de que la puerta se estaba abriendo. Leonor se asomó, con el maquillaje de los ojos corrido y las mejillas brillantes por las lágrimas.
—¿Estás bien? —preguntó Nashira en un susurro, sin darse cuenta de que hablaba en voz alta.
—Sí —mintió Leonor, tratando de limpiarse con los dedos sin mucho éxito.
Nashira suspiró y, con un movimiento de varita, los rastros de maquillaje desaparecieron.
—Gracias.
En lugar de contestar, Nashira se dio la vuelta, dispuesta a encerrarse en su habitación y atormentarse a sí misma durante toda la noche. Antes de que pudiera hacerlo, Leonor volvió a hablarle:
—¿Cómo lo soportas?
—¿Soportar el qué? —dijo Nashira con fingido desinterés.
—Sabes a lo que me refiero.
No se dio la vuelta ni contestó.
—Vamos, Nash. No puedes negar que te pasa lo mismo que a mí. Por mucho que he intentado afirmar que me gusta tu hermano y estoy feliz casándome con él, no es cierto.
—Casarse por amor está sobrevalorado —opinó Nashira, sin dejar de mirar el pomo de la puerta—. ¿Acaso crees que estoy enamorada de mi primo? El amor te hace débil, la pureza es lo que mantiene fuertes a las familias.
—Eso ya lo sé. Pero no lo hace más fácil.
—Eridanus es un buen chico —dijo Nashira, alzando un poco la voz—. Tienes suerte de poder casarte con él.
—No es a quien yo preferiría —se atrevió a decir Leonor.
Entonces, Nashira sí que se giró, encarándola.
—Lo que tú prefieras no importa, Leonor. Es lo que toca si no quieres desperdiciar tu vida.
—Escúchame, ya sé que voy a casarme con él. Y sé que no será un mal marido, pero deberías entenderme. No quiero un marido —enfatizó.
—No sé por qué debería entenderte.
—Deja de negarlo —pidió Leonor, acercándose a ella, suplicante.
—Ha sido una mala idea entrar aquí hoy —admitió Nashira, retrocediendo un paso y agarrando, de espaldas, la manija de la puerta.
Dejarse llevar por sus fantasías era algo que no podía permitirse.
Pero no podía mantener la compostura mientras los ojos verdes de Leonor le siguieran la pista. No podía mantenerse firme tan tarde por la noche, con la cabeza llena de impurezas, perdida en sus sentimientos. Tenía dieciséis años, quería vivir su vida.
Por eso, en vez de encerrarse en su habitación, se quedó parada y dejó que Leonor la abrazara. Su perfume inundó las fosas nasales de Nashira y supo que a eso olía lo prohibido, a té rosa.
Y por eso dejó de pensar cuando el anhelo de besar sus labios se volvió tan grande que no supo cómo frenarlo.
Algo que sabía a libertad no podía ser un pecado.
plot twist? me parece que Dahlia no es la primera chica a la que Nashira le da un besito de buenas noches :) me pregunto qué tiene ella que opinar al respecto...
¿qué os ha parecido? ¿os lo esperabais? yo me apuesto a que no AAAHHH
aclaro que no pretendo justificar nada de lo que Nashira haya hecho, esto solo es su punto de vista.
nos vemos el lunes con el capítulo 53, cada vez falta menosss
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