Yoongi no estaba seguro de la que estaba por hacer. Es decir, ¿Era legal? Mierda, ¿Y si Jimin lo denunciaba por eso?

La idea le agradaba, no lo iba a negar por nada del mundo, era honesto.

Había despertado hace veinte minutos y mientras observaba el rostro dormido de su bellísima novio dormir, una palabra y un recuerdo cruzaron su mente.

Somnofilia.

En la cafetería, las pequeñas "clases de dominación" que Yoongi le impartió a Jimin.

Buscó en Internet que mierda significa esa parafilia y como podía complacer a su lindo pollito con eso.

Y vaya que se sorprendió, Park Jimin si que tenía muchas sorpresas.

Se dio un baño rápido y ahora estaba frente a su cama con solo una toalla en la cadera, observando la espalda desnuda de Jimin mientras seguía durmiendo, y la verdad que ver al menor boca bajo siempre fue una debilidad para Yoongi. Sobre todo en ese momento, porque Jimin estaba desnudo por completo, tenía una sabana de su cadera para abajo y su trasero se veía tan...

No lo habían hablado antes, pero eran pareja con un año y medio juntos, conociéndose de toda la vida y Yoongi sabía la parafilia de Jimin, esperaba tener el consentimiento con todo eso porque ya no podía dar marcha atrás.

Se quitó la toalla de la cadera y se acercó sigilosamente a la cama, retiró con cuidado la sabana que cubría a Jimin, se resistió mucho al no azotarlo ahí mismo.

Subió con cuidado a su cuerpo, pegándose solo un poco y comenzó con esto trabajo.

Somnofilia. Interactuar sexualmente cuando una persona se encuentre dormido.

Empezó repartiendo cortos y húmedos besos en la nuca y cuello del menor, llevó una de sus manos a la cintura y comenzó a masajearla con cuidado de no despertar tan pronto al menor.

Los besos viajaron del cuello a la espalda de Jimin, quien comenzó a removerse un poco aún dormido. Yoongi comenzó a frotar su miembro con el trasero de Jimin quien soltó un pequeño sonido, el mayor no sabía si reír por eso o morir de ternura.

Tomó el bote de lubricante que estaba sobre la mesa de noche en el lado de Jimin, y esparció por sus dedos, bajó sus besos hasta los lindos hoyuelos de venus que tan mal lo tenían y llevó una de sus manos a los glúteos del menor, quien ya estaba comenzando a despertar, o eso creía Yoongi.

Llevó un dedo a la entrada de Jimin, se mentalizó a que probablemente el chico iba a despertar al sentirlo y que podían pasar dos cosas.

Una, que lo pateara y lo demandara por idiota.

O dos, que el niño quiera continuar.

Cualquiera de las dos posibilidades, las respetaría.

Y después de pensarlo muy poco realmente, comenzó a introducir con lentitud un dedo, el cual no tardó mucho en entrar. Jimin soltó un, a penas audible, jadeo, pero lo que sorprendió a Yoongi fue que el menor no despertó. Pero después recordó que la noche anterior lo habían hecho como tres veces, supuso que ya estaba algo dilatado aún.

Comenzó con los movimientos lentos de su dedo, Jimin solo suspiraba de repente pero no pasaba nada más, así que decidió meter un dedo más. Al igual que el anterior, lo hizo despacio, con cuidado y listo para recibir una demanda.

Un jadeo un poco más alto fue lo que consiguió.

Y bueno, era ganancia.

Sin esperar nada, introdujo un dedo más, siendo tres y recibiendo un lindo gemido de un medio dormido Jimin.

Yoongi se comenzó a desesperar por la casi nula reacción del menor.

Los movimientos en sus dedos incrementaron y metió la mano libre entre el colchón y el cuerpo de Jimin en busca del miembro de este. Y bueno se sintió algo mejor, el amiguito de Jimin estaba más despierto de él mismo Jimin.

Apretó solo un poco el miembro del menor y alzó su cadera con un gemido más.

Y por fin despertó.

— A-Ah~ — Gimió en cuanto sintió los dedos en su interior. — Y-Yoongi... — Le llamó alzando más su cadera.

Bueno, Jimin estaba gimiendo, no golpeándolo ni gritándole entonces...

El asunto podía comenzar.

— Shh... — Lo calló. — Sabes lo que pasa si hablas sin mi permiso. — Le susurró mordiendo el lóbulo de su oreja, el punto débil de Jimin.

Solo pudo apretar los ojos y los labios para no gemir de nuevo, porque si hablaba sin el permiso de Yoongi, entonces él dejaba de estimularlo de todas formas en las que estuviera haciéndolo.

Yoongi sacó los dedos de la entrada de Jimin, sonrió ladino cuando vio como arqueaba su espalda, sin embargo no dejó los movimientos en la mano que atendía el miembro duro de Jimin. Y sintiéndose el mismo, algo desatendido, comenzó a frotarse nuevamente contra el trasero del menor.

Sus labios comenzaron a besar la línea de la mandíbula, las mejillas y nuevamente, cerca de las orejas.

— Jimin, ponte en cuatro. — El menor asintió como pudo, sentía sus piernas temblar y lentamente comenzó a alzar un poco más su trasero, tal vez demasiado lento porque sintió como la mano de Yoongi se estrellaba en sus glúteos, mordió su lengua para no gemir. — Más rápido, Minnie. Vamos. ¿Estás cansado o qué? — Le preguntó con sorna, Jimin negó con la cabeza, terminando de acomodarse. Yoongi alineó su miembro en la entrada de Jimin haciendo poca presión. — Te quiero escuchar, pero solo quiero que gimas mi nombre, ¿Entiendes? — Jimin asintió, con su respiración cada vez más acelerada.

Y Yoongi entró de un solo movimiento de un momento a otro.

— Ah~ Y-Yoongi... — Gimió al sentirlo por completo, apretando las sábanas entre sus manos.

A Yoongi le ponía muchísimo la sumisión que Jimin tomaba al momento de tener relaciones. El era totalmente dominante, ¿Qué más podía pedir? ¡Se complementan a la perfección!

Salió casi por completo y volvió a entrar, rápido y profundo, amando los gemidos con su nombre que Jimin dejaba salir.

Comenzó a acelerar los movimientos, los gemidos roncos de Yoongi, los necesitados de Jimin y sus pieles chocando era lo único que se escuchaba en la habitación, y probablemente en toda la casa.

— Yo-Yoongi~ por favor... — Jadeo sintiendo su cuerpo ser sacudido con más velocidad cada vez. Yoongi azotó una vez más el trasero de Jimin para después apretarlo entre sus manos. — A-Ah... Bebé~

— Te dije que solo mi nombre. — Le recordó disminuyendo la velocidad de las estocadas. Jimin bufó con frustración.

— Yoongi~

— ¿Qué quieres, bebé? — Preguntó regresando la velocidad y succionado la piel del cuello del menor.

— M-Más rápido... Quiero... — Balbuceó como pudo, recibió un azote más y la velocidad aumento.

Al parecer Yoongi estaba más complaciente que otros días.

Yoongi tomó con fuerza la cadera de Jimin en cuanto aumentó la velocidad, amaba dejar marcas de sus manos en todo el cuerpo de su novio y esa era una buena manera de hacerlo.

— ¿Ya casi, no? — Preguntó, susurrando en el oído de Jimin, quien asintió.

Y unas cuantas estocadas más, Jimin se corrió sobre el colchón.

Yoongi necesito un poco más de tiempo, seguía penetrando, ahora con más velocidad al menor quien era un total desastre de gemidos y jadeos.

Volvió a golpear el trasero de Jimin y su orgasmo llegó, soltando un gemido ronco.

Después de recuperar un poco el aire que le faltaba, salió del interior de Jimin y se recostó recostó su lado.

— Buenos días para ti también, Gigi. — Me dijo corriendo a acostarse en el pecho del mayor.

— Días, bueno estas tú. — El menor rió.

— No se si amo o odio tu fetiche por dominar. — Le dijo haciendo trazos invisibles en el pecho de Yoongi.

— Lo amas. — Alardió. — Si no lo hicieras, no me harías caso.

— Bueno, puede que tengas razón.

— Minnie. ¿Porqué te gusta tanto ser el de abajo?

— Uhm... No sé, solo me gusta mucho que me la metas. ¿Algún problema? — Yoongi negó divertido, rodando los ojos.

— Metemela a mi, entonces. — Le dijo con tranquilidad, Jimin se recargo sobre sus hombros, alarmado.

— Oh no. No, no, no, Min Yoongi. Olvídalo. No te harás el bottom de la relación. — Y Yoongi se carcajeó.

— ¡Claro que no lo haré! — Le dijo riendo. — Solo que es muy divertido molestarte con eso.

— Idiota. — Dijo dándole un golpe sin fuerza.

— Te amo, Jiminnie. — Dejó un besito en su cien.

— Yo más. — Le dijo como un niño mimado, abrazando el abdomen de Yoongi. — Deberías hacerlo más seguido. — Susurró.

— ¿Calentarte mientras duermes?

— Si. — Le confirmo. — Gracias por recordar eso.

— ¿No me vas a demandar?

— Claro que no, tonto. Es una parafilia que te dije que me gustaba.

— Deberías dormirte a las cinco de la tarde, Minnie.

Jimin rió ante eso, sin embargo, claro que lo haría.

Después de todo, ya solo era un bottom y dos corazón igual de enamorados.