02
Jeon Jungkook
— ¿De nuevo aquí? — reí ante la pregunta de aquel enorme hombre que mantenía una pose firme frente a la entrada.
— ¿Qué crees? Cierta chica me tiene cegado — sus carcajadas llamaron la atención de las personas que esperaban por entrar.
— Suerte con eso chico — su mano palmea mi espalda, dando acceso a mi entrada e inhalar el aire que abundaba dentro del local.
Mi vista fue directo a la joven tímida que hoy atendía la barra.
Kali..La pequeña y pura Kali, aunque esto último no lo era tanto y eso me lo había dejado claro hace algunos días.
— ¿Desea algo... — y sus palabras quedaron suspendidas en el aire al chocar con mis ojos.
— ¿Te comió la lengua el ratón? Un tequila linda — su cuerpo no reaccionó al momento, asintiendo a mi petición y analizar todos sus movimientos hasta su trasero, tan grande que de seguro mis manos no serían suficientes para taparlos.
— ¿Aún no te incluyen en el menú? — tomo un sorbo al recibir el trago, notando la chispa en sus ojos y verla bufar — En algún momento será linda.
— No vendo mi cuerpo a nadie idiota y lo que viste ayer nadie más lo sabrá — sonreí, dejando a un lado la copa y dedicarme a ella.
— ¿Qué tengo que hacer para tenerte para mí linda? — un suspiro brotó de sus carnosos labios, volteando sus ojos y analizarme.
— Que dejes de ser tan idiota — negué retomando mi pose anterior.
— No era exactamente la respuesta que deseaba, pero bueno — mi vista se desvía de ella, al menos podría tener diversión con otra, ¿no?
Mis ojos captan el movimiento de una morena acercándose a mi dirección, y desde aquí podía observar su figura, relamiendo mis labios al tenerla encima de mí.
— ¿No deseas nada guapo? — mis antebrazos se dejaron posar sobre el mesón, dándole la espalda a la joven de ojos esmeralda y dedicarle mi atención a la morena.
— Lo que estés dispuesta a darme — sus rojizos labios no comentaron nada, sino que fueron directo a la acción, deleitándome con sus labios sobre los mios y apretarla contra mi cuerpo, pero lastimosamente, la erección que crecía entre mis pantalones era al imaginarme a una chica de ojos verdes montando mi polla con fiereza, y un gemido abandona mis labios al sentir un golpe en mi espalda y analizar la oscura mirada de la chica que minutos atrás me llamó idiota.
¿Me había lanzado un trapo? ¿En serio?
— ¿Ocurre algo? — comento al verla con sus brazos cruzados y su mirada puesta en otro lado.
— Pasa que eres un total gilipollas — y habíamos vuelto con los insultos.
— ¿La conoces? — niego ante la incógnita de la morena que aún descansaba sobre mí y escuchar un murmurllo por parte de la chica a mis espaldas — ¿Continúamos?
Y sin poder evitarlo, admiro como Kali deja su delantal encima del mesón y sale entre murmurllos del lugar, dejándome confundido y con una sonrisa en mis labios.
Interesante...
[•••]
— La chica de ojos verdes — comento hacia el barman que esperaba por mi incógnita — ¿No vendrá hoy?
— Lamento decirle que no puedo darle tal información — asiento con lentitud dejando caer mis dígitos en la madera del mesón y jugar con mis dedos en esta.
— Otra pregunta, la chica que bailó aquella vez, ¿volverá hoy?
— Habitan muchas chicas aquí señor, no sé de quien me habla — suspiro volteando mis ojos, el sonido de un celular se escuchaba por lo bajo a causa de la música, prestando atención a su conversación y lograr escuchar el nombre de la joven de ojos color esmeralda.
¿Se presentaría hoy nuevamente?
Las luces bajaron su intensidad, conociendo la canción que comenzaba a sonar y recuerdos de aquella noche con cierta pelinegra cubierta de una peligrosa lencería roja azotó en mi mente.
Mi cuerpo no esperó las palabras que iban a dedicarme aquel chico detrás de la barra, tomando camino al centro de aquella plataforma y esperar con ansias la presencia de Kali, pero para mi mala suerte, un cuerpo menos voluptuoso y de cabellera rubia se presentó ante nosotros, bajando todos mis niveles de felicidad a cero y dejarme caer rendido en aquel sillón.
¿Aún se mantendría entre las sombras?
Porque mi cuerpo la pedía con urgencia, la necesidad de sus manos sobre mi pecho, su boca llena por mi polla y observar sus acuosos ojos mientras se deslizaba con ella, simplemente una fantasía demasiado peligrosa para mi estabilidad mental.
Mi cabeza se deja caer, cerrando mis ojos ante mi imaginación y dejarme llevar por mis pensamientos.
Unas manos finas y delicadas acariciando mi pecho, dejando caer su trasero en mi hombría y suspirar ante los movimientos que realizaba encima de este, un gruñido abandona mis belfos, dejando que aquel juego de mi mente continuara importándome poco si alguien alrededor me estuviese observando.
— ¿Disfrutando? — una sensual y baja voz habló en mi oído, erizando por completo mi cuerpo y abrir mis ojos ante el reciente aumento de gritos de la población masculina y no era para menos, el mayor trofeo había llegado — ¿No crees que has sido un niño malo al posar tus ojos en otra mujer?
Sus labios se deslizaron por mi cuello, dejando un recorrido de besos aún estando detrás de mí. Sus manos comenzaron un recorrido por los botones de mi camisa, dejando mi pecho al aire y sentir una risita por su parte en mi cuello.
— ¿No crees que mereces un castigo al estar imaginando escenarios frente a tantas personas? — un gruñido es mi respuesta a sus palabras y más cuando una de sus manos se deja caer en mi pene y apretarlo en el proceso — Has sido un chico malo.
Un gemido abandona de sus labios y mi polla saltó con ese simple sonido que para mis oídos eran gloria.
Mis ojos analizaron como su cuerpo pasaba por un costado del mio y se dejaba posar delante de mí abriendo sus piernas y como si todo fuese planeado, la misma música de aquella vez sonó, dejándome apreciar un baile totalmente diferente al de aquella vez y mi mente junto con mi pene no podrían estar más alegres.
Habíamos comenzado un juego del cual ninguno estaba consciente, un juego del cual no sabríamos quien sería su ganador.
Su trasero quedo a la altura de mi cara, al verla inclinarse dejando sus tetas a la vista de aquellos asquerosos y los celos nacieron en mí, dejando mis venosas manos sobre estos y apretarlos con fuerza, dejando escuchar sus gemidos por encima de la música y sonreír para mí ante esto. Su gran culo dejaba ver un baile totalmente exótico, disfrutando cada segundo de mi maldita vida y dejar ir una palmada encima de una de estas, apreciando el color rojizo que amenazaba con salir en cualquier momento sobre esta.
Su cuerpo volteó de un segundo a otro, analizándome con sus ojos cargados en deseo y aquellas esmeraldas brillaron en demasía, haciendo que ambos riéramos de lado mientras se dejaba caer encima de mí.
— Los niños malos mercen un castigo bebé — susurró con parsimonia, sintiendo el roce de sus pezones contra mi desnudo pecho — Mereces un castigo cariño.
Y en menos de un pestañeo su cuerpo subió a la tarima recibiendo groserías por parte del público mientras se restregaba junto a la rubia que no había detenido su espectáculo.
Mis brazos pasaron por encima de mis ojos, alejándome de la zona teniendo su vista fija en mí y tomar camino al baño del bar.
Mi cuerpo empujaba con suavidad a cuánta chica se tirase encima de mí, negándome a una noche con ellas cuando sólo tenía en mente a una, mi mano empuja con fuerza la puerta del baño, encontrando a una pareja en plena acción y carraspear ante mi aparición, ignorando sus miradas y colocarme frente al espejo para esparcir agua por toda mi fisonomía intentando borrar todo tipo de pensamiento.
Los rápidos pasos de la pareja alejándose se escucharon gracias a los tacones de la chica y junto con el sonido de la puerta cerrándose mis dedos cerraron el grifo y apreciar mi silueta en el gran espejo.
¿Qué me ocurría con una chica que tan sólo había visto bailar e intercambiar pocas palabras?
Pero toda culpa se la lanzaba a mi hombría.
Dejo caer mis párpados, dejando la oscuridad apoderarse de mí y sentir unos cálidos dedos abrazar mi cuerpo junto a un menudo cuerpo abrazándome desde atrás y reconocería ese perfume en cualquier lugar.
— ¿Sorpresa? — su voz salió ronca, tomando mi mano entre la suya y llevarla directo a su sexo expuesto ante mí, dejándome apreciar la humedad que escurría por su entrada y suspirar ante eso — ¿Lo disfrutas bebé?
Sus labios besaron mi mejilla, teniendo sus manos ocupadas desabotando mi cinturón y dejar libre mi erección, paseando sus pulgares por la cabeza de este y agarrarme con fuerza de su trasero, dejando ir una maldición ante el maldito placer que me hacía sentir con un solo toque.
Su mano se deslizaba de arriba hacia abajo por mi falo, dejando ir varios gruñidos uno detrás del otro sin importarme el ser escuchado, su cuerpo se dejó caer, apreciando como sus labios se dirigían hacia mi polla y agarrar entre mis manos su cabello en una coleta y obligarla a comerme el pene que exigía con furia su toque.
Su cavidad bucal realizaba un excelente trabajo, dejando ir mi cabeza hacia atrás y suspirar ante la nueva sensación que comenzaba a sentir, estaba cerca.
¡Y vaya que lo estaba!
Pero antes de poder correrme su boca se alejó, dejando ir una maldición al verla sonreír mientras limpiaba sus labios e inclinarse frente al espejo recibiendo una perfecta vista de su anatomía.
Me la follaría aquí mismo contra el muro, dejando sus tetas pegadas al espejo y su trasero tan rojo que no podría sentarse.
— Tómalo como un adelanto cariño — murmuró acomodando su labial con sus dedos y sonreírme.
Su cuerpo se acercó al mio y su mano se adentró a uno de los bolsillos de mi pantalón, sintiendo el contenido de un papel ser dejado en este y verla retirarse con aquel caminar que dejaba a más de uno en un mundo de fantasía donde su cuerpo era la protagonista del sueño.
Mis dedos se incrustaron dentro de mi pantalón, dejando apreciar una pequeña servilleta y negar ante el contenido de esta.
Será una noche bastante interesante.
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