Botado XXV
Historia Original, personajes de propiedad de Masashi Kishimoto.
Aclaración: Infidelidad (como que últimamente todas tienen esto ¿no? XD), Sexo explícito, lenguaje soez. Me olvidé de decir: personajes con OoC (aunque lo habrán notado XD)
Botado
Naruto se despertó con Hinata todavía en sus brazos. Su espalda se quejaba por la posición horrible en la cual se durmió y gimió un poco, intentando moverse. Llevó sus manos a las piernas de Hinata, para acomodarla en la cama y tocó la taza. La agarró a ciegas y la dejó en la mesita, para poner a Hinata en otra posición. Se acostó a su lado con un suspiró de alivio y sonrió cuando Hinata lo buscó dormida y lo abrazó.
No sabía qué hora era, pero no le preocupaba ya que al otro día no tenía clases. Suspiró mientras acariciaba los cabellos de Hinata, ella se hizo espacio entre las piernas de Naruto y colocó la suya y suspiró dormida.
—Naruto...—, murmuró.
Naruto la miró, esperando encontrarla despierta. Pero seguía con los ojos cerrados y una respiración constante. Él pasó su dedo índice por su mejilla, amando su suavidad. Ahora entendía un poco mejor a Hinata, y él porque de su muralla. Había estado tan acostumbrada, desde tan joven, a escuchar esos murmullos en su contra. Ella simplemente se había cansado de pelear contra ellos y se había hecho una coraza para que esos comentarios golpearan allí y no llegarán a su corazón blando.
Él sabía que el mundo femenino era más duro que el de los hombres. Algunas mujeres eran envidiosas y venenosas, no podían soportar ver una chica bonita, inteligente y buena gente, que llame más la atención de los hombres. Naruto podía llegar a entender la actitud de las antiguas amigas de Hinata. Algunas personas sólo necesitaban escuchar los murmullos de los más malvados para dejarse guiar por palabras mal intencionadas. Él negó con la cabeza, la verdad es que no podía comprenderlo. Naruto simplemente no podía creer el poco cerebro que podía tener el humano a veces.
Hinata de repente gimio y se volteó al otro lado, lejos de él. Naruto la observó de cerca, para saber si estaba teniendo una pesadilla. Pero ella siguió durmiendo tranquila y él suspiró, para levantarse e ir al baño. Se puso un boxer y corrió al baño para volver rápidamente. Encendió la luz para buscar su celular y revisó la hora, se asombró de ver qué eran solo las 23 hs. Puso su celular a cargar y se vistió con un chandal. Se movió para ponerse del lado de Hinata y metió sus manos bajo la sábana para acariciar sus piernas.
—Nena—, la llamó suavemente—, nena, despierta.
Hinata frunció el ceño e hizo un mohín, sin abrir los ojos.
—No quiero— murmuró.
Naruto sonrió. Parecía una niña pequeña con perforaciones.
—¿Quieres comer algo linda?
Hinata se quejó y puso su cara contra el colchón.
—Quiero dormir—, dijo con voz ahogada.
Naruto rió y le dió una palmada en el trasero. Hinata dió un chillido.
—Yo tengo hambre, nena. Tengo que mantener mis fuerzas—, Naruto apretó una nalga y agitó la carne.
—Ay, eso duele— se quejó Hinata, pero sonrió cuando levantó la cabeza apoyando sus brazos en la cama. Ella lo miró con la barbilla apoyada en el talón de la mano—. ¿Qué vamos a comer?— preguntó un poco más despierta.
—No sé. ¿Qué quieres?
Hinata miró hacia arriba mientras pensaba, pero terminó encogiéndose de hombros.
—Lo que tengas está bien.
Naruto hizo una mueca.
—Dime lo que quieras y lo encargamos. No creo que haya mucho para comer en mí alacena.
—No sé— dijo Hinata.
—Vamos—, le instó Naruto divertido—. Dime qué quieres.¿Eres alérgica a algo?
Hinata comenzó a sentarse, la sábana cayó por su cuerpo dejando al descubierto sus pechos desnudos. Naruto clavó su mirada allí mientras ella se estiraba.
—¡Ay no! Dios me libre—, contestó ella sin darse cuenta donde estaba la mirada de Naruto—. ¿Qué te parece unas pizzas?
—Pizzas será— murmuró Naruto mientras levantaba su mano y la cerraba en su pecho.
Hinata le dió una palmada fuerte y él se quejó mientras alejaba la mano.
—No toque si no va a comer—, Hinata se rió—. ¿Me prestas una de tus playeras?
Naruto sonrió.
—Me gustas desnuda.
—Tengo que ir al baño y, aunque a mí no me molesta la desnudez, creo que a Karin no le hará mucha gracia que me este paseando frente a su novio en cueros.
Naruto frunció el ceño. Se había olvidado completamente de Sasuke y su prima.
—Es verdad—, dijo para ir a buscar una remera.
Se volvió cuando Hinata se estaba poniendo la tanga en su lugar, Naruto se mordió el labio mientras le daba la remera más larga que tenía. Hinata sonrió mientras la agarraba y se la ponía.
— Voy al baño—, dijo caminado a la puerta.
Naruto la observó.
—Bien, encargaré eso. Ah, Hinata— la llamó. Ella se detuvo en el umbral y lo miró curiosa—. Me gustaría hablar contigo de algo cuando vuelvas—, Naruto vió como su rostro perdía toda diversión y asintió con seriedad, ella cerró la puerta antes de que él pudiera decir algo más.
Naruto frunció el ceño y luego se maldijo. No había sonado muy bien eso como lo había hecho en su cabeza. Él encargo la pizza mientras esperaba que Hinata volviera del baño y arregló un poco la cama. Levantó los condones usados y los tiró en la papelera que tenía en su habitación.
Cuando Hinata volvió, él estaba caminado de un lado hacia otro, nervioso. Apenas ella abrió la puerta, Naruto fue a ella, tomó su mano y cerró la puerta. Llevó a una asombrada Hinata hasta la silla que mantenía en su mesa de estudio y la sentó. Naruto se arrodilló frente a ella y tomó ambas manos, dando un beso en cada una.
—No quería que mis palabras sonarán mal, nena. Quería preguntarte dos cosas.
Hinata parpadeó y ladeó el rostro.
—¿Qué es?
—¿Nosotros... Umm—, Naruto observó su rostro, viendo que ella parecía confundida por su comportamiento—. Yo..—, él suspiró—. No quiero que pienses mal, ni nada. Me contaste parte de tu historia y te agradezco, y lo siento mucho por todo lo que pasaste nena. No lo merecías.
Hinata asintió, con el ceño levemente fruncido.
—Yo—, él volvió a suspirar y se pasó la mano por el pelo, sintiendo a Hinata tensa y decidió decir las cosas como salieran—. No estoy listo para una relación completamente seria. Pero me gustaría que fuéramos... Exclusivos. ¿Si me entiendes? ¿no?—. Cuando Hinata lo miró un poco ofendida él reaccionó rápido—. ¡No estoy diciendo que creo que no lo éramos! Sólo... Estoy poniendo las cartas sobre la mesa ¿vale? No soy extremadamente celoso, pero soy un poco... Aish, no sé cómo explicarlo para que no se escuche mal.
Hinata sonrió y alzó una ceja.
—¿Eres un macho alfa pecho peludo espalda plateada que no quiere que otro alfa este con su hembra?— preguntó divertida.
Naruto rió.
—Exacto. Yo no voy a hacer una escena de celos, ni reclamarte nada. Sólo necesito que me digas que estás en la misma página que la mía. Sabes que siempre creo en tus palabras.
Hinata sonrió, más relajada.
—Bien—, asintió—. Somos exclusivos.
Naruto suspiró, sintiendo que un peso salía de encima de él.
—¿Qué era lo otro que querías preguntarme?— habló Hinata sacándolos de sus pensamientos.
Naruto sabía que esa pregunta podía poner nerviosa a Hinata. Pero de verdad necesitaba saber el por qué.
—En realidad, son dos en una—, ella alzó una ceja, pero asintió—. ¿Por qué guardadas con tanto cariño a esa taza, si el hombre que te la dió te hizo sufrir tanto?
Los ojos de Hinata se abrieron asombrados.
—Si no quieres...—, ella negó con la cabeza detenido sus palabras.
— La guardaba porque era un bonito recuerdo de cuando las cosas habían sido perfectas. Mis padres no peleaban, mí madre había dejado de tomar, tenía amigos y Kurama me amaba. Fue uno de los tiempos que me sentía muy feliz, por eso la conservaba.
Naruto asintió y ella espero a que le hiciera la última pregunta. Él tragó saliva.
—¿Por qué lloraste?— murmuró. Hinata se mordió el labio y miró hacia otro lado—. Por favor. Tu respuesta no cambiará nada entre nosotros.
—Yo... tengo miedo.
Naruto frunció el ceño.
—¿De qué nena?—, ella volvió a dudar—. Si es porque temes que yo te trate mal por tu pasado, nunca lo...
—No es eso—, le cortó ella. Naruto la miró curioso y Hinata suspiró—. Tengo miedo... de enamorarme de ti.
Naruto apoyó su culo en sus talones y se quedó mirando a Hinata con ojos grandes y la boca levemente abierta.
Continuará...
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