Botado XVIII
Historia Original, personajes de propiedad de Masashi Kishimoto.
Aclaración: Infidelidad (como que últimamente todas tienen esto ¿no? XD), Sexo explícito, lenguaje soez. Me olvidé de decir: personajes con OoC (aunque lo habrán notado XD)
Botado
Maní.
Naruto era alérgico al maní y al chocolate. Él se enteró que juntos eran una combinación letal para su cuerpo, aunque por separado él no habría tenido un ataque de alergia tan grave y tan rápido. Los doctores le explicaron que lo que bajo por su garganta fue el maní y no el chocolate, pero este segundo había tenido contacto con su lengua que se inflamó por la combinación.
Su garganta se había cerrado por un maldito maní. Ni siquiera era uno completo.
Naruto se había quedado en observación mientras le daban más medicamentos para contrarrestar la alergia. También le hicieron el análisis de alergias antes de darle el alta. Naruto jamás había comido maní, ni siquiera sabía el por qué. Él creyó que era ese el gusto extraño que había sentido. Sasuke y Karin fueron los primero en llegar a la clínica donde Naruto había sido internado y su "amigo" le había sacado varias fotos.
Sasuke lo amenazó que las subiría a Instagram si no limpiaba los platos por un mes. Él tuvo que jugar que lo haría.
No entendía cómo Hinata podía haber apretado su mano cuando vio las fotos de como estaba. Su mano había parecido algo raro, y su cara.... Era una cosa rara. Un híbrido mezclado entre unas uvas y un troll. Karin se había enojado con él por no decirle a Hinata sobre su alergia, pero se había puesto muy feliz cuando el doctor llegó explicando que gracias a la acción rápida de Suigetsu, estaba vivo.
Naruto ahora le debía al pandillero.
Él no pudo más que asombrarse cuando se enteró de Suigetsu era un residente en doctor clínico. A pesar de que era un año menor que él, Suigetsu estaba por recibirse. Había quedado estupefacto al enterarse que era algo así de un nuevo prodigio en la escuela de medicina.
Para el lunes al mediodía ya estaba en la casa de nuevo. Aunque le habían mandado reposo por unos días más.
Naruto estaba jugando CandyCrash en el teléfono cuando Sasuke abrió la puerta.
— Tienes visitas troll—, dijo haciéndose a un lado.
Naruto bloqueó el teléfono y se sentó mejor en la cama cuando vio a Hinata pasar.
—Gracias Sasuke— dijo Hinata dándole una mirada y una sonrisa.
Sasuke sonrió y le hizo una reverencia como si Hinata fuera de la realeza. Ella rió un poco divertida.
—Gracias a ti. Debes darles las gracias de mí parte a Suigetsu por salvar a este tonto—, Sasuke le dió una mirada antes de cerrar la puerta con Hinata dentro de su habitación.
Hinata no fue tímida cuando entró, corrió a su cama y lo abrazó con la suficiente fuerza para que él jadeara. Naruto sonrió cuando Hinata apretó sus brazos fuertemente en su cuello y él rodeó su cintura con los suyos. Acarició su espalda cuando la sintió temblar, ella era muy sensible.
—¿Me quieres ahorcar?— preguntó con otro jadeó cuando ella apretó más fuerte sus brazos.
Hinata aflojó su agarre, pero no separó su rostro de su pecho.
—Estoy tan feliz—, dijo contra su remera.
Naruto sonrió y apoyó la mano en su cabeza. Hoy llevaba el pelo suelto y el perfume salía de el cuando lo tocaba. Olía delicioso.
—Lo siento por todo—, dijo él disfrutando de los mimos y caricias que Hinata le daba a su nuca.
Hinata separó su rostro de su pecho y lo miró, parpadeando lágrimas. Ella frunció el ceño y sorbeó por la nariz, limpiando con sus dedos lágrimas no derramadas.
—Estaba muy asustada. Pensé que habías muerto—, Naruto hizo una mueca porque se veía su sufrimiento en su rostro.
Él aprovechó que estaba cerca y la observó mejor. Esta vez estaba maquillada como de costumbre, tenía un jeans azul oscuro ajustado y una camiseta que mostraba mucho escote, Naruto podía ver su sostén con encaje si movía un poco la cabeza. Él parpadeó cuando los dedos de Hinata revolotearon en su rostro sin tocarlo en realidad.
—¿Te duele?— le pregunto suavemente.
Naruto quiso que le tragara la tierra, aún tenía la cara un poco hinchada, pero recordó que ella lo había visto todo azul, morado e hinchado. Aunque ese asunto era un golpe para su ego masculino. Él tenía confianza en su aspecto y jamás le importó lo que otros dirían, pero algo le molestaba. Naruto parpadeó al darse cuenta que se preguntaba si Hinata seguía pensando que era atractivo ahora que lo había visto así.
Pero cuando volvió a verla está se había sacado la mochila y estaba revisando en su interior.
—No duele—, contestó algo tarde al recordar su pregunta—. Los medicamentos son buenos y tal vez para mañana ya esté mejor.
Hinata lo miró con un sonrisa.
—Que bueno. Me asustó mucho cuando te voltee y vi tu rostro—, ella abrió grande los ojos como si lo estuviera viendo en ese momento. Naruto no sabía si reír o enojarse por burlarse de él—. Lo más feo es que me quedé totalmente shockeada. Menos mal que Suigetsu había llegado, yo no tenía idea que tenía que hacer—, Hinata suspiró, sus hombros se relajaron.
—Por cierto, debo agradecer a Suigetsu...
Hinata le cortó haciendo una señal con la mano.
—Esta bien, Naruto. De verdad. Suigetsu ama ser doctor para ayudar a los demás. Él jamás dañaría a alguien.
Naruto alzó una ceja, o por lo menos lo intentó, aprovechando que Hinata centró toda su atención en el interior de su mochila.
—Mmm, no lo sé..—, murmuró bajo recordando cuando quiso golpearlo en la puerta de su casa.
Hinata sonrió cuando pareció encontrar lo que buscaba. Cuando lo sacó, los ojos de Naruto se abrieron asombrados y parpadeó. Era...
— Sé que no es mucho—, murmuró Hinata—. Pero tampoco podía traerte comida. O flores—, ella se puso pensativa cuando lo dejó en su regazo y luego levantó la mirada de golpe—. Por cierto, ¿a qué más eres alérgico?
— Maní—, susurró él mientras agarraba el pequeño llavero con su cara en peluche.
Naruto lo observó de cerca, notando que en realidad parecía una almohadilla ovalada pequeña y bordada.
—No tenías que hacerlo—, dijo pero sonrió al ver qué hasta había bordado las tres marcas en sus mejillas.
— Quería—, dijo Hinata con firmeza.
Naruto levantó la mirada, notando que tras sus ojos místicos había un pequeño destello de desafío. Cómo si él le criticara por el pequeño pero grande detalle que había tenido con él. Naruto sonrió y lo cerró en su mano.
— Gracias—, él se movió a su mesita de luz y abrió el cajón buscando algo.
Naruto encontró las llaves de su motocicleta y lo engancho con las llaves. Él sonrió cuando lo alzó, viendo cómo quedaba la pequeña cara con abundante cabello rubio al lado de sus llaves negras.
—Me gusta—, dijo para volver a guardarlo.
Cuando volvió a su posición, volvió a mirarla. La mirada de Hinata había cambiado y lo miraba tan intensamente que él se sentía muy consciente de la hinchazón que todavía tenía su cara.
—¿Te dolerá si te doy un beso?
El cuerpo de Naruto se endureció, iba a dolerle, pero la polla cuando se le pusiera dura porque sabía que no podía follarla. Pero de todos modos, él negó con la cabeza, reteniendo la respiración cuando ella sonrió y tomó su rostro con delicadeza.
Sus labios fueron dolorosamente suaves cuando rodaron los suyos, las manos de Naruto fueron a su rostro para apretarla un poco más contra él. Hinata lo beso con la boca cerrada, pero él quería besarla de verdad. Se ayudó con sus dedos en la barbilla de ella y la obligó a abrir la boca, su lengua entrando en ella. Hinata hizo un ruido que hizo que si corazón golpeara más fuerte, bombeando sangre rápidamente a su zona baja. Pero aún así, el beso se mantuvo suave y sensual. Naruto disfrutó del contacto, Hinata sabía a menta.
Naruto gimió cuando bajó su mano, ésta actuando con vida propia, y se cerró en el pecho firme. Hinata jadeó, las delgadas manos llenado a sus hombros y apretándose allí. El otro brazo de Naruto rodeó su cintura y la apretó contra él, el cuerpo suave de Hinata casi sobre el suyo en la cama. Naruto empezaba a sentir que se estaba quemando de adentro hacia afuera.
Ambos cortaron el beso de golpe cuando la puerta de su habitación se abrió precipitadamente. Naruto frunció el ceño.
—¡Hey! Te dije que no entres—, Sasuke estaba justo atrás de una congelada Shion con ojos muy abiertos—. Mierda—, susurró Sasuke.
Continuará...
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