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Botado XII

Historia Original, personajes de propiedad de Masashi Kishimoto.

Aclaración: Infidelidad (como que últimamente todas tienen esto ¿no? XD), Sexo explícito, lenguaje soez. Me olvidé de decir: personajes con OoC (aunque lo habrán notado XD)

Botado

Naruto se sentía algo tonto mientras caminaba en la habitación de Hinata con sólo una remera enorme con la cara de un gato y el culo al aire. Él se acercó a la parte de la cómoda dónde había varias pilas de libros y él alzó las cejas al ver algunos títulos. La mayoría eran de psicopedagogía y estaban bastantes gastados.

La puerta se abrió cuando él dejaba el libro que había tomado para ver y Hinata entro con dos tazas grandes, una rosa y otra naranja con un líquido caliente. Naruto extendió la mano para agarrar la naranja, pero Hinata la alejó y le ofreció la rosa. Naruto alzó una ceja pero la agarró.

Hinata sonrió mientras apretaba ambas manos en la taza de cerámica y soplaba suavemente en el té.

—Esta es mí taza favorita, no la comparto.

Naruto sonrió y le guiñó un ojo. No le importaba en lo más mínimo tomar en una taza rosa, había algunos idiotas que tal vez se quejarían, a Naruto le parecía que era estúpido. Él suspiró cuando el líquido caliente bajo a su estómago y se sentó junto a Hinata en la cama.

El silencio era algo incómodo mientras la habitación sólo se llenaba con los ruidos de ellos sorbiendo té. Naruto podía escuchar la secadora desde la habitación.

—¿Vives sola con tu padre?— preguntó, sólo para hacer algo.

Hinata alzó las cejas, por un momento había estado con la vista pérdida en el suelo. Ella lo miró algo confundida.

—No vivo con mí padre—, le contestó.

Naruto frunció el ceño.

—Pero cuando llegamos...

—Ah—, Hinata rió—. Lo siento, tengo un perro que se llama Papá.

Naruto alzó las cejas, pero se rió.

—¿En serio?— preguntó entre divertido y estupefacto.

—El es viejito y ya no ve tanto. Pero lo tengo desde chiquita—. Ella entrecerró los ojos en él—. No me juzgues, era una niña cuando me lo regalaron y solía poner nombres dependiendo de quién me lo daba. Tenía está tonta idea, ya que me llamo igual que mí mamá—, ella rodó los ojos y tomó más té.

Naruto ocultó su diversión tras la taza.

— Así que vives con Papá, sola.

Hinata negó con la cabeza.

— Vivo con Toneri, Jūgo, Suigetsu, Gaara y Sasori—. Naruto parpadeó—, ya consiste a Toneri, y los demás deben estar en la universidad aún, o sino ya estarían molestando aquí—, su voz estaba llena de cansancio. Pero Naruto notó el cariño en su mirada.

Él se quedó pensativo, le parecía bastante interesante. Ellos debían ser los cinco hombres que la habían rodeado esa noche que la conoció. Cuando escarbó en sus recuerdos, recordó haber visto a Toneri en el grupo. Naruto asintió mientras tomaba más té.

Hinata se levantó de repente y dejó la taza en la cómoda y se giró para mirarlo con la mirada filosa.

—No—, dijo con la voz enojada—. No follo con ellos, son como mis hermanos. No hacemos orgías, ni me paso por sus habitaciones cuando están durmiendo para chupar sus pollas.

—Woa—, dijo Naruto parándose también—. No dije nada de eso—, se defendió.

—De seguro lo pensaste—,  Hinata lo apuntó con un dedo.

Naruto negó rápidamente con la cabeza.

—Ni se me pasó por la cabeza. No soy esa clase de enfermo. Joder, Hinata— dijo algo ofendido.

Hinata frunció el ceño y se cruzó de brazos, su rostro lleno de desconfianza.

—No dijiste nada—, dijo en un susurró.

Naruto suspiró mientras también dejaba la taza. Él tomó las manos de Hinata mientras se movía para sentarse en la cama y acomodó a Hinata entre sus piernas abiertas. Sus dedos acariciaron sus palmas mientras miraba con fijeza sus ojos, notando como ella tenía la muralla levantada.

—Creo en lo que me dices, nena. De todos modos no lo pensé. Estaba recordando la noche que nos conocimos, pensando que ellos habían sido los hombres que te rodeaban esa vez.

Hinata parpadeó y Naruto vió como la muralla bajaba un poco, no mucho pero era algo. Ella se mojó el labio cuando Naruto guió las manos de Hinata a sus hombros y él llevó las suyas a las caderas femeninas por arriba de la remera.

—¿Sabes que estoy pensando ahora?— preguntó con la voz profunda. Hinata negó con la cabeza mientras sus pupilas se dilataban—. Que jamás había besado a una chica con un arito en la lengua—, murmuró acercando el cuerpo de Hinata al de él, mientras Naruto se paraba un poco para quedar de la misma altura—. Muero de curiosidad—, gruñó antes de juntar sus bocas.

Hinata gimoteo cuando comenzaron a besarse y gracias a que tenía las manos firmemente en sus caderas, sintió cuando sus piernas casi fallaron. Naruto la hizo girar, para acostarla en la cama y él ponerse sobre ella. Las uñas de Hinata rasparon en su nuca, mientras que sus manos iban al borde la remera y la levantaba, sacándola de su cuerpo.

—No sé a quién quería engañar poniéndome eso—, comento Hinata con una sonrisa y jadeos duros

Naruto sonrió mientras se cernía sobre ella, hizo que Hinata se subiera un poco más en la cama y él se arrodilló entre sus piernas. Se sentó sobre sus talones y la miró fijamente mientras llevaba sus manos al borde de su remera con cara de gato y se lo sacaba lentamente. Todo su cuerpo estaba duro de deseo y Naruto no se perdió como Hinata lo observó con obvia lujuria.

Hinata siseó.

—Mierda— sus manos fueron a sus pectorales cuando Naruto tiró la remera a algún lugar del suelo—. Eres perfecto—, susurró con adoración y los ojos grandes mientras bajaba las manos por sus abdominales duros, sus uñas hudiéndose en los surcos más marcados.

Naruto agarró sus muslos, amando como sus dedos se hundían en su carne, y levantó sus piernas para que sus rodillas terminarán cerca de su cara.

—Tu coño es perfecto—, gimio él con la vista clavada en ese lugar, pero luego levantó la mirada a su rostro—. Tu boca es el pecado— dijo cuando bajó y la beso lentamente y sólo un poco—. Tus ojos son hechiceros. Eres sexy nena. Me pones a mil— admitió antes de bajar  y acomodarse para tener la cara justo donde la quería. En su coño—. Sostén tus piernas así para mí, nena— le pidió mientras soplaba en su vagina.

Hinata gimoteo y agarró sus rodillas, manteniendo sus piernas en posición. Naruto bajó sus manos por la parte trasera de sus muslos, disfrutando la suavidad de su piel. Se mordió el labio cuando clavó su mirada de nuevo en sus labios exteriores. Gorditos y blancos, estaban totalmente cerrados como una compuerta guardando el tesoro más delicioso que había probado en su vida. Uso sus pulgares para abrirlos un poco y le pasó la lengua, disfrutando del jadeó de Hinata y su gusto picante de mujer.

Naruto no había mentido cuando le había dicho a su ex que le gustaba los coños. A él le encantaba un buen sexo oral, sabía que tenía un tamaño que no todas las mujeres les era cómodo y tenía que mojar muy bien a sus compañeros sexuales si quería follarlas como a él le gustaba. Pero el de Hinata tenía un gusto especial, uno que lo hacía casi un animal porque gruñó y se lanzó sobre ese manjar como si fuera que hace días no comía.

—Naruto—, gimió ella cuando comenzó a torturar su pequeño clítoris con lametones duros, queriendo que se corra rápido.

Naruto no tuvo piedad, sumando sus dedos a la ecuación, saboreando su crema cada vez más espesa y caliente. Hinata gritó y se soltó las piernas, cayendo en los hombros de Naruto y cerró sus manos en su cabello. Él no se detuvo, estaba vez chupando su clítoris y sonriendo cuando encontró con sus dedos su punto dulce dentro de su vagina. Frotó una y otra vez justo tras su perla mientras la tortura con la lengua por afuera.

—¡Ay! Voy a correrme..— jadeó sin aire.

Naruto lo sabía y siguió con un poco más de fuerza con sus dedos y apretando su lengua en su clítoris. Hinata se arqueó y él gimio cuando tuvo un squirting o eyaculación femenina. Sus jugos cayeron sobre su mano mientras sus dedos hacían presión contra sus contracciones.

Hinata quedó laxa en la cama, su respiración un caos mientras ahora Naruto pasaba su lengua por todos sus labios interiores y exteriores. Jamás había tenido la oportunidad de estar con una mujer que eyaculara, pero para él era muy sensual y estaba demasiado duro para sentirlo con su polla. Naruto beso su montículo y subió por la curva de su estómago, chupando una vez más su arito de remolino y acomodando las piernas de Hinata a un costado. Sus manos fueron a sus pechos mientras se acomodaba sobre ella.

Naruto apretó los dientes cuando la cabeza de su polla golpeó contra su coño mojado y caliente. Él hundió la cabeza en su cuello cuando no pudo resistirse más y se hizo lugar allí donde su pene quería estar. Las manos de Naruto fueron a la ropa de cama y la apretó en puños cerrados cuando abrió con la boca con un gritó silencio.

"Dios. Va a matarme", pensó con un segundo antes de darse cuenta que había entrado sin condón.

—Ay, que rico Naruto—, jadeó Hinata totalmente pérdida en su neblina.

Fue como si su cabeza tuviera una explosión, se hundió sintiendo todo con mucha más claridad. Sus paredes apretadas y suaves, caliente como un horno, tan mojada que hizo un ruido de succión. Naruto en lo único que podía pensar era que estaba enterrado en Hinata totalmente desnudo.

—¡Joder! —, gritó cuando salió al darse cuenta que estaba a un segundo de correrse.

Naruto se movió con desesperación para cerrar su puño en la cabeza de su polla y apretarla justo cuando salía el primer chorro. Su cuerpo temblaba con frenesí mientras sentía que perdería la cabeza.

—No, no—, se quejó Hinata arañando su espalda.

—¡Oh joder!¡Maldita sea!— dijo sin aire Naruto. Él expulsó aire mientras movía un poco su mano llena de su semen sobre su polla pulsante. Todavía estaba algo perdido cuando Hinata golpeó en su hombro.

—¿Por qué paraste? Está a punto de correrme de nuevo— lloriqueo.

Naruto se dejó caer al lado de Hinata, su mano todavía sobre su polla apretándola con fuerza, pero aún así no podía replicar lo que había sentido dentro de Hinata. Él intentó recuperar el aire mientras la miraba. Hinata sonrió mientras se ponía de costado y lo miraba también. Naruto se estremecio unas cuantas veces mas, hasta que pudo hablar.

— Perdón— pidió con la voz grave.

Hinata sonrió y le acomode el cabello en la frente.

— Sé que me lo pagarás la próxima—, le guiñó el ojo y se rió un poco.

Naruto hizo una mueca y sonrió un poco.

—No habló sobre eso—, dijo casi recuperado. Hinata frunció el ceño—. Entre sin condón—, explicó.

Hinata abrió grande los ojos se sentó, mirando a su polla, ahora flácida y machada.

—¿¡Qué hiciste qué!?— gritó enojada.

Naruto hizo otra mueca y estaba por explicarle lo que había pasado cuando dieron una patada en la puerta y se abrió de manera precipitada. Naruto se sentó y se quedó congelado al ver una escopeta de dos cañones apuntada directamente a su cabeza.

Continuará...

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