Capítulo 4
Cuando logro articular palabra sólo puedo decir.
- Ángel.- Y con la voz algo entrecortada aún no pudiendo creer lo que mis ojos veían prosigo.-¿Qué haces aquí?
-¿Pensabas no decirme que habías vuelto?- Interroga cortante.
Algo en mí sabía que haber ocultado mi regreso no era exactamente lo correcto, menos hacerlo con aquellos que me apoyaron en todo momento. Sus ojos demuestran tristeza y algo de dolor lo cual hace que mi corazón repentinamente se quiebre en mil pedazos. Al notar el frío que había traído consigo el anochecer, lo cual, por cierto, hacía que al hablar cierto grado de vaho acompañara nuestras palabras, invito a Ángel a entrar a la casa. Acto seguido observa brevemente el lugar para volver a mirarme de manera tierna. En eso llega mamá de la cocina, la cual venía preocupada de escribir en su celular tras lo cual al levantar la vista no hace más que sorprenderse y abrazar jubilosamente al recién llegado. Ella dice.
-Creo que es momento de dejarlos charlar a solas. Iré con tu hermanito a la habitación, papá llegará en breve.- Y ahora dirigiéndose a Ángel.- Puedes quedarte a cenar, Sebastián puede llevarte de regreso a casa, no esperarás irte a estás horas solo.
Antes que el logre negarse ella impone tajante.
-No acepto un no como respuesta. Eres como parte de la familia, y para nosotros no es ningún problema.- Toma a Pablo y se alejan por el pasillo que dirige a la habitación matrimonial.
Nos adentramos en el comedor para posteriormente tomar asiento en el sofá. A través de las ventanas cuyas cortinas aún permanecían abiertas se apreciaba la noche caer, envolviendo aquel hábitat donde crecían los imponentes pinos y árboles milenarios característicos de la región, los cuales se mecían al compás del suave viento que los agitaba.
-Lo siento, estaba asustada. Sé que no es excusa para alejarme de ti. Pero créeme que a pesar de ser mi primer día aquí... no ha sido para nada fácil.
-¿Son los pueblerinos?. Sabes que de ellos no se debe esperar mucho a veces.
Intento cambiar el tema de conversación.
-¿Cómo te ha ido en estos años? ¿Qué ha sido de tu vida?
No deja de observarme. Me siento un tanto insegura al verme rodeada del mismo aire que es capaz de emanar este hombre...tal cual lo recordaba. Me envuelve y atrapa tal como lo hacía hace un par de años atrás. Lástima que no se puede permitir volver a conciliar aquella relación.
-Pues... terminé mis estudios en la ciudad y estoy trabajando con el señor Dave ayudándolo en sus quehaceres. Aunque me llegó una oferta de trabajo en un nuevo negocio que abrirá pronto y ya me podré desempeñar plenamente en lo que estudié. ¿Cómo te fue a ti Alicia?
Suspiro.
-Terminar mis estudios se me hizo un tanto difícil al comienzo pero luego me acostumbré a los cambios y me titulé.- Hago una pausa para luego asentir y decir.-Resulta que estas viendo a la próxima psicóloga de Yellownife.
Él sonríe y noto en sus ojos que es alegría sincera ya que pareciesen brillar.
-¡Felicidades!, ¿serás la primera psicóloga en el consultorio de nuestro pueblo?. Siempre supe que llegarías lejos.- Acaba y me mira directamente a los ojos, lo cual no puedo resistir y bajo la vista.
- Tienes que saber que estaré aquí cualquier cosa. Lo último que quiero hacer es reabrir todo lo malo del pasado.- Dice.
-Ángel, no mentiré. Fue muy difícil estar sin ti y agradezco todo tu apoyo. Todo lo que intenté este último tiempo, y me refiero a que no te hablé y me mantuve alejada de todos en el pueblo fue porque necesitaba sanar y olvidar lo ocurrido aquella noche...en el bosque- Poco a poco la rabia se apoderaba de mi y sin quererlo nacía un sentimiento de agobio- . Creí que era lo mejor, hubo mucha gente que no me creyó, y por lo que veo siguen pensando que soy la loca del pueblo.- Suelto una carcajada sin poder evitarlo y me levanto del asiento comenzando a dar vueltas en la habitación lentamente..- Es irónico, pero a pesar de que me fui, algunos todavía me quedan mirando cuando camino en la calle, transmitiéndose susurros acerca de cómo "enloquecí" por perder a nuestro bebé aquella noche en el bosque y a mi pequeña hermana. Algunos me juzgan sin saber si quiera qué pasó realmente aquella noche.
De pronto sin poder aguantar más ni tampoco poder pronunciar más palabras, cierro mis ojos con afán de escabullir las lágrimas que se aproximaban.El rápidamente corre a abrazarme.
- No quería irme Ángel, pero fue mi única salida. Mi vida se convertía en una pesadilla. La pequeña Angela se había ido, mamá y papá sufrían y yo sentía culpa de lo ocurrido... De hecho la tengo.- Llego al clímax de la angustia.
Sus brazos me sostienen fuertemente y acaricia mi brazo izquierdo con su pulgar. Afirma su mentón en mi cabeza a tal modo que mi mejilla queda apoyada en su pecho. Las lágrimas emanan por mis ojos y siento cómo caen una por una seguidamente.
-No tienes que explicar nada. Quise irme contigo y vine donde tus padres aquella noche que te marchaste. No fue fácil, quise renunciar a todo porque ya nada tenía sentido. Pero con el pasar del tiempo entendí que era necesario para poder superar todo lo que nos ocurrió.
Me separo lentamente de él y lo miro tiernamente a los ojos intentando secar mis lágrimas. Sentía el rostro acalorado y sin duda alguna tenía los ojos hinchados. Él ayuda deslizando ligeramente el dorso de sus dedos sobre mi mejilla.
-Gracias por venir hoy Ángel.-Digo con la voz temblante.
-Siempre estaré aquí para ti, verás que será un buen recomenzar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro