Desperté sudando en frío. De allí en más no pude seguir durmiendo aquella noche. Recién el reloj despertador marcaba las 3.30 pm y yo permanecía allí, en mi cama medio destapada. Abrazada de mis piernas y tomando mi cabeza dejando mi cabello lacio caer por entre mis finos y delgados dedos intentando entender cómo es que esto me estaba sucediendo.
Por extraño que pareciera, estaba vez algo me hacía percibir y en el fondo tener la certeza de que este sueño se me fue entregado por directa advertencia de mi hermana. Lo que me llevó a pensar paulatinamente en las probabilidades de que los otros sueños, y más bien dicho, pesadillas, fueran tan sólo eso como yo había creído hasta aquel instante. Y es que ahora comenzaba a suponer que quizá todas las pesadillas que he estado teniendo sobre el bosque no han sido mera ficción creada por mi mente perturbada ante los acontecimientos que he estado viviendo; sino que más bien, todo lo contrario, sucesos de los cuales se me ha estado advirtiendo de algún modo.

Ante aquel pensamiento en mi mente decido tomar mi cabello rápidamente en una coleta para levantarme de mi cama intentando hacer el menor ruido posible y salir al balcón convencida que allí se me sería mucho más fácil pensar, ya que la cama se me estaba haciendo un tanto incómoda. Además del claro hecho que ahora me encontraba tan inquieta por las probabilidades que eso fuera cierto que mi cuerpo prácticamente sentía la necesidad de moverse sin siquiera yo indicarle que lo hiciera para botar la energía acumulada.

Comencé a dar tumbos en el piso helado y blanco, en donde a pesar de ser un espacio estrecho yo podía dar ciertos pasos. Los daba sin dirección alguna, sólo a modo de consumir la ansiedad que se escabullía por cuerpo. Y allí, intentando pensar en todo es cuando comencé a creer que cada vez podía ser más posible que los sueños estuviesen siendo provocados por el bosque. Y que, por extraño que pareciera... éste me quisiera enseñar algo.

El tan sólo hecho de imaginarlo me hizo tragar saliva.

Intentando calmarme ante el descubrimiento recién realizado me dije internamente: <<Tranquila, si si quiso contactar contigo es por algo. Ahora debes descubrir el por qué>>.

Y es que ese era el pero. <<¿Por qué un bosque que me quiere herir me daría indicios y detalles de su perversa hostilidad y austero paraje si la idea es sólo asesinarme?. Vamos, para qué andar con rodeos. Eso es lo que quiere.>>

Intentando dar vueltas a todas las interrogantes, prerrogativas y aquello que ya parecía tener sentido y acertado, en un momento me detuve y sentí mi corazón detenerse.

Lo tenía.

<<¿Y si tal vez no fue el bosque quien me inflingía aquellas atroces pesadillas mortificadoras?>>

<<¿Entonces que fue?>>

En ese instante unas palabras surgieron en mi cabeza: "No papi no, bosque malo". Las imaginé con la voz recuerdo tendría de pequeña. Y en ese instante recién vine a pensar con detenimiento el por qué luego de dicho accidente el el bosque, y considerando que sufrí de pérdida de memoria, yo, aseguraba que el bosque era "malo"... si se supone que no debía de recordar nada de mis vivencias en él.

Un peso de pronto pareció posarse en mi cuerpo, aplastando e inundando mi alma y ser. Mi respiración comenzó a hacerse un tanto más agitada. En ese instante recordé los dolores de cabeza.

<<¡Los dolores de cabeza!...¡Claro! Son secuelas del golpe que me propicié en el bosque!>>

Y de pronto recordé el fatídico hecho con Ava en la consulta.

<<...gracias a esas cefaleas horrible no pude salvarte Ava>>.

Agaché mi mirada. No podía sentirme más triste y agobiada por todo lo que estaba descubriendo y dándome cuenta que ahora todo comenzaba a cobrar sentido.

Pero el asunto es, ¿por qué los sueños? ¿Qué significan? ¿Qué mensaje me quieren entregar? Y finalmente, ¿quién?.

Una voz detrás mío interrumpió mis pensamientos.

-¿Alicia? - se oía un tanto somnolienta. Al voltear a verla pude ver como se frotaba los ojos y luego me observaba con los ojos aún un tanto entre cerrados debido a la luz de la luna llena que llegaba hasta la alcoba.
Rápidamente entré nuevamente para sentarme al lado de Marie. Aseguré la ventana corrediza y ella me hizo un lado prestándome una frazada para cobijarme.

-¿Qué haces despierta tan temprano?- soltando un gruñido y posteriormente dando un gran bostezo.

Negué con la cabeza, ansiosa ya que sabía que esto le parecería increíble. (Obviamente en el sentido figurado, ya que lógicamente no lo son las circunstancias. Pero sí mi descubrimiento).

Le expliqué todo lo que pensaba. Definitivamente todo lo que le había estado conversando sirvió para despertarla, porque ahora tenía los ojos más abiertos que yo.

- Y, ¿qué dices?

Ella pareció pensarlo.

- Creo que viviste un hecho importante en ese bosque Alicia. ¿Qué pasa si aún lograbas recordar algo de aquel suceso? ... El cómo el bosque te quiso dañar.

"Dañar", esa palabra retumbó en mi cabeza. Era cierto que había probabilidades de que yo tropezara y cayera encima de una roca. Pero...¡vamos!. ¿De verdad iba a creerme esa posibilidad después de todos los registros de muerte que lleva recopilado ese siniestro lugar? ¿Después de ver todo lo que le hizo a mi propia hermana y presenciarlo en carne propia al ver el cómo ella era capaz de rasguñar sus pieles hasta logar entrar en sus carnes y rasgar pedazos de ellas con sus pequeñas manitos que alguna vez fueron de ella y no de un ser de ojos tan oscuros cómo la noche sólo habitados por el vacío?

<<No. Claro que no.>>

-Que quiso matarme.

Dije seca y mirando a un punto fijo hacia la esquina de la habitación. Y en ese momento lo supe.

Di un gran suspiro, del que casi me hago por tanto aire inhalado y dije:

-Marie, ¿qué pasaría si sé algo que nadie más hace sobre ese lugar?

Ella me miró confundida. Así que proseguí con mi idea intentando explicar todo de la manera más clara posible, a tal punto que hablaba rápido y algunas palabras se trababan en mi lengua de tantas ideas que ahora lograban pasar por mi cabeza.

- Quizá no logro matarme en ese momento el bosque Marie. Por eso me quiere ahora. -Hice una pausa-. Recuerda, no mata adultos. Pero por alguna razón, YO soy la excepción. Y... sinceramente antes creía que era porque logré ver cómo el bosque se apoderaba de mi hermana y el método en lo que hacía. Pensé que al ser testigo quizá querría matarme. Pero no... ya vez, ya señora Collins está viva, y muchos ancianos de los que saben de las barbaridades que han ocurrido aquí están vivos y coleando.

Marie pareció entristecer.

-Entiendo.- Tomó un trago de saliva, parecía dolida y disgustada.

Suavisé mi voz y continué.

-Debí haber visto o vivido algo para que ahora quiera asesinarme. -Me detuve a pensar poniendo mi mano en mi mentón.- Quizá lo vi al momento previo de golpearme en la cabeza o...

Pero ella interrumpió mi dialogo.

- Prima, ¿cuantos niños han sobrevivido a los ataques del bosque?

Me quedé muda. La verdad eso nunca antes me lo había preguntado. Dudosa contesté:

-Hmmm, no lo sé.

Ella frunció el ceño.

Luego intentando hacer memoria y recopilando toda la información que me había entregado todo este tiempo Ángel acerca del bosque; comencé a sentir un nodo formarse en mi garganta, tras lo cual intentando producir palabras por sobre este logré decir con voz algo distorsionada. Como si de un gallito se tratara:

- Según los datos y registros de casos ocurridos que me ha compartido Ángel... ninguno.

Marie y yo tras unos segundos en silencio levantamos nuestras miradas para encontrarlas en un reflejo de total temor y desesperación.

- ...Marie...

Y es que ahora todo tenía sentido....

-Yo escapé de la muerte de bosque y ahora viene por mí.

En ese instante una serie de imágenes en mi cabeza. Con ello un dolor de cabeza que fue paulatinamente haciéndose más fuerte.

Pedí a Marie fuese por favor a buscar unas aspirinas al baño. Pero de pronto una gran punzada hizo de toda mi habitación un lugar iluminado. Y una serie de sensaciones se comenzaron a apoderar de mí. Al principio armonía, luego alegría. Posteriomente le siguió la confusión/incertidumbre. No percibía sobre qué. Pero sabía que se refería a lo que yo estaba o había hecho. Luego la tristeza y arrepentimiento, luego la sumision y aceptación. Más tarde en medio de todo aquel ambiente rodeado ahora de matices de colores rosas, anarnjados verdes, amarillos blancos, azules y grices; comenzó a aparecer colores opacos como el café y morado... allí se comenzó a apoderar de mí la tristeza, el vacío, el enojo y la ira. En ese entonces ya nada me estaba gustando. Comencé a desesperarme y en ese entonces sentí el vacío. La soledad más grande que había habitado en mi vida. Gritaba y nadie me oía.

En ese mismo instante lo comprendí: allí recordé. Estas fueron todas las etapas por las que pasé antes de transformarme en un ser sin alma convertida como Ángela. A mi me ocurrió lo que a ella.

Y en esa soledad quise despertar. Pero mi mente me transportó a otro lugar. A las imágenes de los sueños en el bosque. Al circulo, el área vacía sin vida alguna allí en medio de los milenarios pinos en aquel escondite desconocido que quizá nadie algún dia logre descubrir donde está. Luego la roca tallada y los sacrificios.

Mi mente unió todo en un sólo segundo. Todas las víctimas del bosque siniestro antes de morir presencian su historia, sus secretos... y por tanto, lo más importante, su punto débil, el cómo vencerlo.