☪ Extra 25.1 ☪
Narradora Pov
Las clases de pociones no era ninguna dificultad para ella. Gracias a los conocimientos de Diana, la guardiana, podía realizar todas las actividades correspondientes sin algún problema; hasta podía hacerlo mucho mejor con la información trasmitida.
La hoya pequeña frente a ella burbujeaba de un color verde. Tomó la hoja que se encontraba a su lado junto a una pluma, para luego hacer una raya encima de la palabra del ingrediente utilizado.
Las que se encontraban presentes en el salón de clases la miraban con curiosidad. La mayoría estaba al tanto de que la Diana que se hallaba en la academia, no era la Diana que conocían. Sin embargo eran idénticas; tanto en comportamiento, pensamientos y físico.
La guardiana imitaba perfectamente a Cavendish. La directora no había dicho nada al respecto, ni siquiera las amigas y las profesoras. Todas la miraban, pero desde lejos. No obstante, una persona en particular se moría por dentro en hacerles muchas preguntas.
Croix quería saber cada detalle de cómo podía moverse entre los mundos; que magia utilizaba y cuanta cantidad o potencia necesitaba para eso.
Diana tenía una misión que llevar a cabo en ese mundo. Para algo, el Árbol la había enviado y le había pedido que intercambiara los roles con su otra persona. Ella esperaría y estaría atenta a cualquier cambio que ocurriera, puesto que, sinceramente no tenía idea de lo que exactamente debía hacer; le había mentido a la otra Diana con respeto a eso.
—He terminado —dijo cordialmente y levantó la mano para llamar la atención de la profesora Lucky.
Ella se acercó con una sonrisa y probó la poción en una planta para comprobar su efectividad. Los resultados fueron positivos y la maestra calificó su trabajo enseguida con un diez.
—Lo has hecho muy bien como siempre, Diana.
—Muchas gracias. ¿Me permite retirarme?
—Por supuesto.
Diana asintió en agradecimiento y abandonó el salón con miradas curiosas persiguiéndola hasta desaparecer. La guardiana ignoraba aquellos distintos ojos que deseaban dirigirle la palabra, pero que a la vez eran miedosos.
Los que más pasaba de largo, eran unos ojos rubíes que conocía a la perfección. «Atsuko Kagari, es su nombre», recordó mientras caminaba por los pasillos en busca de algo que le diera esa sensación que solamente ella podía presentir.
Sin embargo, luego de recorrer el primer piso de la academia en su primer día, no encontró nada más que estudiantes en el camino. Ella suspiró y se dio la vuelta para dirigirse al lugar donde llevaban a cabo sus hábitos alimenticios.
La Diana de ese mundo iba cada mañana, tarde y noche. No obstante, la guardiana únicamente iría en la tarde, ya que ella no necesitaba ingerir alimentos más de una vez. Además, que debía utilizar su magia para ingresar dichos alimentos que la mantendrían con energía.
Su comida era distinta a los de los humanos. Ella no era humana; eso era obvio.
Al llegar, siguió el protocolo y las acciones que llevaba Diana a cabo: agarró una bandeja, hizo la fila, esperó que le sirvieran y tomó asiento en una de las mesas. Ella miró los alimentos servidos y con un simple hechizo que realizó chasqueando sutilmente sus dedos debajo de la mesa, le añadió a la manzana y a los demás, los ingredientes que consumía.
La guardiana limpió sus manos con una servilleta y agarró los cubiertos con agilidad y elegancia. En el momento que llevó a su boca un pedazo de carne cortada, observó a un grupo de ocho personas acercarse a su dirección.
Sucy: ¿Dejaras que nos sentemos contigo, chica del bosque? Diana lo permitía —soltó con cierta molestia.
Lotte: ¡Sucy! —exclamó regañándola—. Lo siento por eso, Diana, ella...
—Pueden tomar asiento, si eso desean —le interrumpió—. Y les pido con amabilidad que no hagan preguntas referentes a mi mundo —dijo, para después continuar consumiendo su comida.
Todas asintieron y se sentaron.
Amanda: Entonces... ¿Cómo te sientes? ¿Te gusta?
—Es bastante cómodo, gracias por preguntar.
Barbara: Se siente... extraño.
La guardiana suspiró.
—Poseo el conocimiento de la Diana que conocen. Si tienen alguna duda veré si dentro de sus principios la respondería o no.
Barbara: ¿Quieres decir que ese intercambio de atuendo... no era sólo eso?
—Es un hechizo bastante básico y practico de realizar. Sin embargo en este tiempo aun no lo han desarrollado adecuadamente.
Akko: ¿Y de qué tiempo eres?
—Vengo de otro mundo. Eso debería ser suficiente para ti, Atsuko.
La mencionada frunció ligeramente su ceño. Ella actuaba igual que la Diana que conocía. Desde que rechazó sus sentimientos, Cavendish, empezó a dirigirse a ella como Atsuko, dejando a un lado el apodo de: Akko.
Hannah: Tengo curiosidad —habló—. ¿Segura que no podemos hacer algunas preguntas?
—Específicamente, ¿Qué deseas saber?
Constanze: Multiversos —habló su robot.
Amanda: Diana contó un poco de su experiencia, pero no todo. Es posible que la profesora Croix conozca los detalles.
Lotte: ¿Podemos conocer tu magia?
—Primero: acerca de los Multiversos, soy la única que puede moverse libremente entre ellos. Segundo: sobre mi magia solamente puedo decirle, señorita Yanson, que es superior y más avanzada que la de ustedes.
Lotte se ruborizó ante la mención de su apellido.
Amanda: ¿Por qué eres la única que puede hacerlo? Tenemos a una profesora que ha enviado a una de sus estudiantes a otros mundos, ¿sabes?
Diana la volteó a ver con una expresión neutra.
—La Diana que conocen tuvo que viajar entre diferentes mundos, e incluyendo el mío, para poder volver al suyo. Su profesora rompió la barrera de lo imposible en ese momento, pero eso no la hace como yo. Ella —dijo refiriéndose a Croix—, nunca logrará hacer lo que yo hago; y si llega a intentarlo cometerá un grave error.
Akko: ¿Estás diciendo que hay una posibilidad?
La guardiana la miró.
—Sí, Atsuko. Los humanos son ingeniosos y les encanta experimentar con cosas que no deberían. Ponen en juego la realidad de mundos diferentes al querer sólo intentarlo.
Hannah: ¿Quieres decir que cuando Diana viajó entre mundos diferentes causó daño inconscientemente a otro?
—Por suerte, no. Sin embargo, puede pasar si lo vuelve a intentar sin mi consentimiento.
Barbara: ¿Qué quieres decir sin tu consentimiento?
Amanda: ¿Hay que hacerlo todo bajo tu permiso?
—Sí —respondió con seguridad.
Amanda rio con gracia.
Amanda: Debes estar jugando.
La guardiana levantó su mano derecha y chasqueó sus dedos deteniendo el tiempo. Sólo las que estaban en la mesa podían moverse. Todas enseguida se asustaron al comienzo, pero después se impresionaron al ver su entorno.
—No es bueno jugar con el tiempo —habló captando nuevamente la atención de "sus compañeras".
Barbara: Ese hechizo... —murmuró.
—Es uno que no pueden realizar de esta magnitud en este mundo. Quizás más adelante, pero no ahora. Todo tiene un por qué; y un tiempo.
Diana agarró la manzana de su bandeja y se levantó de su asiento posicionándose frente a las chicas. Ella las miró a todas con el mentón ligeramente levantando. Y, seguidamente, sus ojos azules brillaron.
—Vengo de un bosque mágico y poseo una magia inigualable. Yo soy, la guardiana del bosque y la más poderosa de todos los multiversos —acotó y chasqueó sus dedos devolviendo las cosas a su normalidad.
Akko la miró impresionada y maravillada. Diana fijó sus ojos en ella por unos segundos que parecieron eternos. «Atsuko Kagari...», dijo, para luego tomar su bandeja y empezar a caminar alejándose del grupo.
Amanda: ¡Oye, espera! ¡Quiero conocer sobre mis otras yo!
—Después. Tengo que cosas que realizar en este día —avisó y abandonó la bandeja encima de las otras.
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Dia 2
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Continuara en su PDF
(Es necesario leer el anterior para entender este extra ;)
Sinopsis:
La guardiana sustituirá a la Diana Cavendish del universo 11 por una semana entera, con motivos de una orden del Árbol. En esos días descubrirá y tendrá charlas y sucesos interesantes con la Atsuko de ese mundo y otras personas más.
Este Extra esta conectado con la historia de "10 versiones de ti". Igual el anterior extra.
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