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Disculpa

3 meses después de la fiesta de nombre extraño de la heroína humana que salvó a su mundo, todo había vuelto a ser rutina para la competitiva triclope de perfecto cabello magenta.

Aunque por desgracia, esa rutina traía consigo algo que no le agradaba del todo.

Trabajo.

Odiaba aún verse atada a ese forzoso ambiente laboral de atención a cliente.

— ¿Cuanto cuestan las pelotas de grudgby de 200 caracoles?

Y los clientes con deficiencia mental, no le ayudaban en nada.

— No lo sé, déjeme preguntarle a... ¡A 200 caracoles, niño retrasado!

Pese a que eso significaba un cliente menos, Boscha no podía evitar soltar una sonrisa de satisfacción mientras el pequeño infante lloraba e iba a los brazos de su mamá.

Y aún asi, la realidad es que detestaba que su peor humor saliera a flote casi siempre.

Dio un largo suspiro mientras la gente pasaba de un lado a otro, algunos ocasionalmente le miraban con esa cara de pocos amigos y otros simplemente le ignoraban.

De cualquier forma, solo deseaba que terminara el día para finalmente ir a entrenar.

— ¿En algún momento pondrás otra cara?

Esa inconfundible, dulce y amistosa voz, dio a Boscha un soplo de aire fresco, uno que sintió recorrer por todo su cuerpo.

— No, esta es mi cara de siempre, acostúmbrate.

— Yo lo hago, tus clientes no lo creo.

— ¿Y a quien le importan los clientes? — Respondió con desdén, ante la mirada divertida de Willow quien solo giraba los ojos.

— Ya te lo he dicho varias veces, aunque a tu negocio le vaya bien, le iría mejor si pusieras otra cara.

— Pero Willow, las personas me estresan, preguntan tonterías, manosean o patean los artículos pese al letrero que dice no hacerlo. — Siguió dando una larga y bastante detallada lista de problemas que traían sus clientes, hasta que Willow le detuvo. — ¿Lo ves?

— Yo se que son bastante difíciles los clientes, en mi florería he tenido que salvarle el dedo a muchos niños que no saben lo que es una planta come hombres. — Boscha le hizo un gesto con sus manos extendidas y sus ojos totalmente abiertos. — Pero es lo que debemos hacer.

— Si tú lo dices.

Ambas siguieron charlando durante un rato sobre el entrenamiento que tendrían esa tarde, aunque claro, cada una en su propio ambiente.

A Boscha aún le parecía increíble como Willow logró ser profesional incluso antes que ella.

Y aunque no menospreciaba el talento de Willow, ya no más, entendía que, sin su trabajo, podrían haber estado al mismo nivel ahora mismo.

— Así que ¿Las entrañas esmeralda será finalmente el nombre de tu equipo profesional?

— Si, fue algo vergonzoso proponerlo, sin Gus, Hunter ni los demás, me dio pena pensar que alguien podría reírse del nombre.

— Pero me lo dijiste a mi y yo me reí en tu cara.

— Si, pero tú te ríes de muchas cosas, Boscha. — Le dijo la joven de lentes mientras hizo el gesto de entrecerrar sus ojos. — Como sea, al final aceptaron, estaremos pronto en las grandes ligas.

— En verdad me alegra por ti, Park, desde siempre supe que serías la mejor.

— ¿Desde siempre? — Le preguntó mientras se cruzaba de brazos, haciendo a Boscha rascar su cabeza.

Ambas habían hecho audiciones para formar su propio equipo profesional, pero la suerte solo favoreció a Willow.

Boscha estaba enojada pero no por ser superada por Willow, solo por ver cómo el trabajo la había limitado un poco.

El grudgby era su vida y este cuchitril la estaba arruinando.

— Es por eso Boscha, yo, bueno, quería pedirte un favor.

— Eso es poco inusual, te escucho.

— Se que estás ocupada con tu propio entrenamiento pero, bueno, yo deseaba saber si podías entrenar conmigo mañana en tu día libre.

— ¿Conmigo? Pero yo no juego flyer Derby

— Yo lo sé pero, necesito confianza y, cuando estoy contigo, de alguna manera me siento mucho más segura de lograr las cosas.

Eso hizo a Boscha alegrarse y sonreír, una alegría que rara vez tenía para si misma.

No sabía cómo expresarlo en palabras, pero ella se sentía igual al lado de Willow.

Si, Amelia y Cat eran grandes amigas y formaban juntas un trio de miedo.

Pero la amistad que tenía con esta persona que antes miraba con los peores ojos, era algo que superaba con creces cualquier otra.

Si hubiera sabido que así sería su futuro, le daría un fuerte golpe a su yo del pasado.

— Ya que me lo pides tan amablemente y reconociendo mi talento, está bien, acepto.

— ¿De verdad?

— Si, pero iré con todo lo que tengo ¿Entiendes?

— Como solo Boscha sabe hacerlo.

Ambas antes habían tenido duelos y en realidad habían sido bastante satisfactorios sin importar cuál de las dos ganara.

Pero era la primera vez que Boscha jugaría un deporte ajeno al suyo.

Pensó que, quizás sería lo mejor para expandir sus horizontes y salir de su zona de confort.

— Solo, hay una cosa que quiero que me prometas.

— ¿No humillarte? — Willow le dedicó una risa sarcástica.

— Pase lo que pase no te enojes y destruyas la pista.

— ¿Que? Yo jamás hago eso.

— Boscha, las canchas de grudgby se reconstruyen después de cada partido así que se que no lo has notado pero, eres, explosiva. — Boscha le alzó una ceja demostrando que no le entendía. — Problemas de ira ¿Entiendes?

— Si, entiendo, te prometo no explotar.

— En verdad te lo agradezco, porque voy a pedir una cancha y me iría mal si ven algo destrozado. — Aclaró, recordando que ella ya antes había hecho algunos destrozos tambien. — Y espero que de igual forma estés lista, Maya. — Esta abrió y cerró sus pinzas con entusiasmo.

Boscha le devolvió una sonrisa a su palisman y luego a Willow, era increíble lo relajante que era su presencia.

Ya hasta había olvidado porque estaba de mal humor hace poco.

— Disculpe ¿Vende productos de grudgby?

Una vena saltó de la cien de Boscha al escuchar a aquel desubicado ser vivo.

Solo se dio cuenta de sus consecuencias cuando vio que todo a su alrededor estaba manchado de un color negro cenizo, incluyendo al cliente, quien afortunadamente, parecía ser resistente al fuego.

Willow por su parte, creó rápidamente un escudo de gruesas raíces que se volvieron carbón posterior al estallido.

— Genial, ninguno de tus productos se vio afectado por tu explosión, llevaré un kit completo.

Willow le miró fijamente, le advertía con la mirada no repetir este desastre en su cancha, a lo que Boscha solo asintió con pena y vergüenza de si misma.

Pero no era del todo su culpa eso ¿Verdad?

***

Boscha llegaba a la cancha donde sus amigas la esperaban.

Se veían tan alegres y animadas, a diferencia de ella.

— ¿Pasa algo, Boscha? — Preguntó Cat quien le invitaba un poco de su pócima energizante humana.

— Vida laboral, amigas. — Se sentó pesadamente a beber un poco, mientras sus amigas apoyaban compadeciendo por ella.

Las tres llegaron a la cancha, el humor de Boscha había subido bastante gracias a sus amigas y sus nuevos chismes

Amelia y su novio y Cat con el suyo eran buenas anécdotas garantizadas.

Pero al ver hacia el lugar, notaron que habían otras personas allí, cosa extraña ya que ella había pedido la cancha para este día y por lo general, estaban solas.

— Buenas tardes. — Saludó Cat cordialmente.

Una de las 6 chicas del lugar se volteó a verlas, parecía bastante mayor a diferencia del resto, jamás la habían visto antes.

— Hey chicas, miren, llegaron las porristas ¿Quién las pidió?

Boscha notó la intención hostil tras ese comentario y las risas posteriores, pero pensó que quizás eran ideas suyas, por lo que decidió mantener la compostura.

— No somos porristas, venimos a practicar, pedí la cancha a esta hora.

— ¿En serio? Bueno, que lástima que ya estamos aquí practicando ¿No?.

— Pues que lástima por ustedes, porque jugaremos aquí, ahora.

— Ay, que graciosa eres.

Con un rápido hechizo, Boscha arrebató el balón a aquella bruja que le comenzaba a irritar y que claramente si era una pesada de lo peor.

Ese movimiento no le agradó nada a la aparentemente estudiante de oráculo.

— Niña, devuélveme esa pelota. — Las otras chicas se unieron a la aparente líder y Boscha solo les dedico una mirada de soberbia total

— ¿Para que? Es claro que ni siquiera sabes cómo se usa. Tal vez sería mejor que tú seas porrista. — Cat y Amelia rieron ante eso, cosa que terminó por enojar a la rival de turno.

Una pelea se avecinaba hasta que un profesor de la universidad apareció.

Uno que Boscha ya interpretaba como malas noticias.

Pero aún así, no se esperaba tan descarada acción en su contra pese a todo.

— ¡¿Que?! Nosotras pedi-

— Joven Boscha, estas chicas son futuras campeonas que entrenan día y noche, usted por otro lado, es claro que solo lo toma como pasatiempo. — Cat y Amelia se unieron al reclamo, pero el profesor las detuvo de inmediato. — Ustedes pueden ir a tener su juego de niños en otro lado ¿O no?

Esos comentarios fueron suficientes para hacerla enojar.

Sus ojos brillaron y fuego emergió de sus manos, algo que hizo dar un paso atrás al profesor.

Hasta que Amelia calmó a su amiga abrazándola con su cuerpo envuelto en plantas y Cat, por su parte, cubriendo el fuego y las manos de la triclope con un campo de energía.

Boscha finalmente respiró y poco a poco se relajó, viéndose forzada a abandonar la cancha para no meterse en problemas ni a sus amigas.

Pero las palabras de aquel pelón seguían en su cabeza mientras volvía a casa sobre Maya.

¿Que el grudgby era para ella un pasatiempo? ¿Un pasatiempo? ¡Imbécil!

Apretó la mandíbula y presionó con fuerza sus manos, hasta que escuchó un par de tenazas quejarse.

— Ay no maya, perdón, yo... — Aterrizó de golpe y pateó el primer inocente árbol que vio.

En definitiva, ese no había sido su día.

***

Al día siguiente Boscha y Willow se encontraban en aquella cancha libre para las dos.

Al menos a diferencia del día anterior, espina que aún tenía clavada en su pecho.

Miró alrededor y le pareció algo interesante, ya que había visto videos de como funcionaba el juego y le gustaron en parte las reglas.

Pero extrañaba las trampas mortales.

Maya pellizco su mejilla amablemente avisándole que su rival llegaba al campo de una forma bastante peculiar.

— Vaya ¿Y esa extravagancia? — Le preguntó Boscha después de haberla visto aterrizar dando vueltas y un salto hacia atrás.

— ¿De que hablas? Aterrizo así siempre. — Mintió. — Para mí no es la gran cosa.

— Oh ya veo. — Maya, a orden de Boscha, se transformó y Boscha se montó en ella.

— Normalmente el juego es robar las 5 banderas de los 5 miembros del otro equipo y ponerlas en el asta, nosotras llevaremos las 5 banderas, solo se permite robar una por una y colocarla.

— Entiendo. — colocó en Maya sus 5 banderas y vio como Clover ya tenía las suyas. — Entonces, adelante.

Contaron del 3 al 1 y cuando menos se lo esperó, Boscha fue despistada por un rápido asalto de parte de la ojiverde.

¿Desde cuándo Willow era tan veloz? Seguramente lo aprendió de su ex novio.

— ¿Que pasa? ¿Me excedí?

— Tramposa, esperaba el "ya" después del 1. — Willow irónizo con sus ojos al respecto, a lo que Boscha respondió sacando la lengua.

Aún así, no había duda de la diferencia de niveles de velocidad de una a la otra, Boscha era veloz y fuerte en tierra firme, pero no tanto con su palisman.

Willow obtuvo el primer punto fácilmente y Boscha miró con cierta molestia esa sonrisa burlesca de la chica de lentes.

Pero rápidamente sacudió su cabeza y tranquilizó sus ideas.

Hoy sería un divertido día.

— Parece que de verdad irás con todo, menos mal. — Boscha respiró profundo y colocó su más seria mirada a su rival.

El juego siguió su curso y no fue tan fácil para Willow robar otra bandera más después de aquello.

Amagó a Boscha con un hechizo de lianas y una invocación de una planta enorme, pero esta lo repelió con fuego y giró sobre si misma para evitar el robo nuevamente.

No, definitivamente no sería un duelo fácil.

— Parece que solo sabes desplazarte rápido el línea recta, Park. — Habló Boscha devolviéndole la sonrisa burlesca.

Willow por su parte sonrió al respecto, le alegraba que esto fuera a mejor.

Comenzaron a lanzarse hechizos mutuamente con tal de bloquear y robar una bandera a la otra, pasaron varios minutos en lo que más parecía una batalla mágica sobre sus palismanes que un juego de flyer Derby.

Poco a poco, las luces y los movimientos de un lado a otro comenzaron a disminuir, los brazos de ambas chicas comenzaron a doler un poco debido a lo mucho que lo habían mantenido alzado y girando.

Hasta que Boscha, quien no se sentía tan cómoda impulsandose constantemente mientras solo usaba una mano, hizo a robar una bandera arremetiendo de frente y sin finta alguna.

Grave error.

Willow le quitó una con un movimiento rápido de arriba a abajo, algo que la triclope no contempló y se fue de largo hacia adelante.

Comenzó a perseguir a Willow una vez que pudo detener su impulso, pero ya no pudo alcanzarla.

— Maldición. — Se quejó por lo bajo mientras respiraba algo agitada.

El juego volvía a reanudarse con más intensidad de parte de la triclope, quién comenzó a lanzar más hechizos de forma poco convencional.

Contrario a Willow quien esquivaba los mismos con total tranquilidad.

Y sin mucho esfuerzo en esta ocasión, robó la tercera bandera y la colocó de nuevo interrumpiendo el movimiento de Boscha atando su palisman con una liana, cosa que casi la hizo caer pero se sostuvo fuerte a Maya.

Eso le recordó al primer partido de grudgby que ambas tuvieron.

Un recuerdo nada agradable por varias razones y que no hizo más que acrecentar su enojo.

Y mientras miraba hacia arriba a Willow celebrar su puntaje volando alto con Clover, no pudo evitar sentir que ese momento reflejaba la posición de ambas, figurativamente.

No podía creer lo mucho que Willow había mejorado contrario a ella, la forma de desenvolverse en general era bastante superior a lo que esperaba.

Si, es verdad que este era su terreno, pero Willow logró dar la talla en el grudgby ¿Por qué ella no podía hacerlo igual?

¿En verdad se había quedado tan estancada después de todos estos años?

El marcador era una paliza para los estándares de Boscha y su estado anímico era lo más lastimado aquí.

Quizás, el profesor imbécil tenía razón después de todo.

Willow por su parte, estaba encantada del juego, sonriendo y haciendo algunas pirueta claramente innecesarias.

Y para ese punto, a Boscha ya le parecía todo menos divertido.

— Solo quedan 2 más, Boscha. — Le guiñó el ojo, era claro que Willow no lograba leer el ánimo actual de su contrincante.

— Si, se contar a la perfección, gracias. — Dijo aquello sin muchos ánimos y se dirigió al centro de nuevo para reanudar el juego.

Esta vez iba a lograr quitarle una bandera si o si aunque le costara un ojo.

Boscha empezó frenéticamente y con un impulso que sorprendió a Willow, quien apenas pudo esquivarlo.

Boscha chasqueó con su lengua y algunas llamas emergieron de su cuerpo, pero logró controlarse y continuar cuando vio a Willow tras ella.

Posterior a eso, bolas de fuego se levantaron detrás de la triclope y la bruja de plantas tuvo que esquivarlas de cualquier forma posible.

Pero las mismas eran controladas por Boscha, por lo que guió los movimientos Willow hasta donde finalmente pudo interceptarla y arrebatarle una bandera.

Sonrió, una alegría comparable a cuando hizo su primer punto a sus 4 años.

Pero rápidamente la misma sonrisa se desvaneció cuando vio a Willow recuperar su banderín y al mismo tiempo, tomar otro de la triclope.

No se dio cuenta, pero había perdido valiosos segundos alegrandose por ese primer acierto, un nada agradable error de novato que le costó otro punto en contra, ya que se quedó estática mientras Willow se desplazaba.

Willow volvió a girar, disfrutando de aquel entretenido momento.

Boscha, por su parte, descendió al suelo, furiosa con esta tontería, furiosa por su insultante error, furiosa con todo.

Mantuvo su cuerpo tenso y apretando su puño a la altura de su cara.

Maya por su parte, se había transformado de nuevo y solo mantuvo un semblante triste por su dueña.

— ¿Boscha?

La joven de lentes miró a su amiga con la cabeza agachada descendió, preocupada por quizás alguna lesión.

— ¿Te sientes bien? ¿Te pasó algo?

— ¿Eso crees? — Dio un fuerte pisotón al suelo que a Willow hizo sobresaltar un poco sus hombros. — No, no es nada, solo me di cuenta de que estoy perdiendo de forma muy humillante y eso me irrita. — Habló con un tono que denotaba tranquilidad, aunque su cara decía otra cosa muy distinta.

— Oye espera, tu nunca has jugado flyer Derby ¿De acuerdo? No tienes porqué enojarte por este resultado.

— Pues lo estoy, estoy furiosa conmigo y tú no haces mucho para que no me sienta peor.

— ¿Yo?

— Tu y tus piruetas, Park, se que es divertido aplastar a tus rivales, pero me esperaba que no te rieras de mi.

— Yo no estoy haciendolo eso ¿Por qué crees que haría algo así?

— Ay vamos no te hagas la inocente. — Le miró fijamente. — Se que disfrutas humillarme de esta forma, es gracioso ¿No?

— Boscha, ya basta, yo te pedí practicar, soy la profesional entre las dos.

— ¿Insinuas que soy tan débil que ya sabias el resultado?

— No pongas palabras en mi boca, yo jamas me burlaría de ti, hemos peleado antes amistosamente y si quisiera reírme, lo haría en esas victorias, no aquí, lo que dices no tiene sentido. — Boscha trató de respirar, sabía que Willow tenía razón, pero no pudo convencerse a si misma

— ¿Sabes que? Olvídalo, ya has ganado, así que me voy — Boscha comenzó a caminar mientras tiraba su protección al suelo como si fueran basura pese a ser nuevos.

— Oye, espera. — Willow corrió tras ella, tomándola de la manga y con voz firme. — ¿Te irás así y ya? Solo hemos tenido un enfrentamiento, me dijiste que me ayudarías a entrenar. — Boscha jaló su brazo para que Willow le soltara.

— Yo creo que es suficiente, es claro que eres muy buena, eres increíble, eres la novata de la temporada que llevó a un equipo semiprofesional a profesional y que ahora tiene partidos reales, no me necesitas, no necesitas a una perdedora estancada como yo... Nadie.

— Boscha ¿De que estás hablando? — Se colocó frente a ella para mirarle fijamente, los ojos de Boscha desprendían esa energía mal humorada del pasado. — Tu no eres nada de eso, eres la capitana de las Banshees, un equipo que ha ganado prácticamente todos sus torneos.

— Eso era un juego de niños ¿Entiendes? ¡Un juego de niños, Park! — Le gritó y Willow cerró sus ojos un poco. — Yo ya no soy nadie en el mundo profesional, yo no soy tu, yo solo soy, soy...

A su mente llegaban muchos malos momentos, aquel juego amistoso contra un equipo profesional que la humilló, aquella audición que tuvo y que fracaso estrepitosamente, sus madres obligándola a trabajar, sus horribles momentos en dicho trabajo.

Y las palabras del día anterior, eso la superó.

Comenzó a acumular energía al rededor de su cuerpo, brillaba de color naranja intenso.

Willow pudo entender lo que se venía.

— Estoy.

— No, Boscha, cálmate por favor, esto no es una cancha d-

— ¡Harta!

Boscha estalló, no pudo controlar más toda su cólera acumulada por más que lo intentó.

Miró a su al rededor, toda la cancha estaba hecha una mancha de cenizas que, con el viento, empezaron a volar por el aire.

Lo que antes era el marcador, las astas y las gradas, ahora eran solo objetos de un color negro poco agradable a la vista.

Pero nada de eso le preocupó mas, que aquella mirada furiosa y fija que se eligió tras un escudo de gruesas raices cayéndose a pedazos.

Boscha emitió un quejido ahogado y llevó sus manos a su boca.

¿Pero que diablos había hecho?

— Willow, yo, yo-

Willow calmó su propio enfado y miró al rededor, vaya desastre que era.

Devolvió la mirada a su rival quien no sabía que palabras debía expulsar de su boca.

— Vete, por favor.

Esas palabras, con un tono que marcaba fuertemente la palabra "decepción" fueron suficientes para que la joven triclope tomara a su fiel palisman y se fuera volando, cabizbaja y sintiéndose de lo peor.

En la noche, Boscha intentó hablar con Willow de alguna manera, compartiendo en su penstagram algunas cosas divertidas.

Pero Willow no respondió, ni siquiera el visto.

***

2 días pasaron y Boscha estaba en su puesto de trabajo, pero esta vez, no tenía su rostro de ira característico.

El celular de Boscha marcaba que Willow había estado en línea hace pocos minutos, pero nuevamente, ni siquiera había visto aquel mensaje.

Las preguntas tontas y el excesivo ruido de la plaza, en esta ocasión, no hacían mella a la joven triclope que solo mantenía si cabeza recostada sobre sus brazos.

Con la esperanza de que un mensaje hiciera sonar a su pergamino.

— ¿Boscha?

Durante breves segundos, tuvo la esperanza de que fuera ella, pero en su lugar, era otra chica de plantas, acompañada de su amiga de curación.

— ¿Te sucede algo? No estás infligiendo terror como otras veces. — Preguntó Cat quien se sentaba a su lado con una improvisada superficie hecha por Amelia.

— Es Willow, lo eché a perder y la hice enojar. — Respondió, volviendo a enterrar su cabeza. — No me ha ni siquiera dado el visto en 3 días.

— ¿Que ha pasado?

Boscha explicó a sus amigas la gran tontería que hizo, el enojarse por un juego tan tonto y el haber destruido aquel lugar que había reservado con bastante esfuerzo.

— Tengo un problema de ira al parecer.

— ¿Al parecer? Boscha, eres una gran tonta. — Le regañó Amelia, la misma chica que se disculpó con Willow una y otra vez ayudándola con sus clases de plantas para compensar el mal trato de años atrás.

— Ay amiga, ya te habíamos advertido de ese problema, pero pensé que eso jamas pasaría con Willow. — Indicó Cat, quien había sido testigo muchas veces de como ambas se lastimaban un poco en sus sueños, mismos que, pese a todo, hacían reír a la triclope.

— Lo sé, es solo... He tenido muchos problemas últimamente y creo que solo exploté. — Se sintió más culpable al recordar todo. — Con la menos culpable, irónico ¿Verdad?

Amelia y Cat suspiraron, la última vez que habían visto deprimida a Boscha fue cuando sus madres le informaron la mala noticia de que debía trabajar por las consecuencias del niño de las estrellas.

Nunca quiso eso y aunque le agradaba la idea de tener dinero propio, prefería mucho más el poder practicar tanto su magia como su deporte de ensueño.

Nunca esperaron en aquel entonces, que Willow llegaría a ella como una salvadora inesperada de su frustración.

Se sintieron algo culpables cuando no pudieron acompañar a Boscha al kingceañera de Luz.

Ambas habían planeado una salida de disculpa con su capitana y más leal amiga, lo planearon todo bien.

Pero nada las preparó para luego notar que Boscha se había divertido como nunca, fue ella quien las entretuvo más al final, con una constante en su charla, Willow Park.

— Bueno, ya no hay marcha atrás, debes disculparte con ella.

— Claro que he querido hacer eso, Cat, pero no responde, yo, temo que ya jamás quiera ni dirigirme la palabra. — Llevó sus manos a la cabeza. — Además la dejé ahí como si nada con todo ese desastre, debo reparar los daños.

— Y lo harás, soy una maestra de curación, pero lo único que cura un error es una disculpa.

— Yo me encargo de agendar la reunión entre ambas. — Habló Amelia quien envió un mensaje a Willow, la excusa más casual, apoyo con magia de plantas. — Willow es una chica genial, estoy segura de que te perdonará.

Boscha miró a ambas amigas, recordó como se sintió cuando finalmente volvieron después de aquel casi apocalíptico momento.

Esa ocasión cuando finalmente entendió lo mucho que significaban ambas para ella.

No quería volver a perder a alguien tan importante para ella, no sin intentarlo más.

— ¿Les molestaría cuidar la tienda mientras no estoy?

***

Un par de horas después, Willow llegaba con algunas cosas encima lista para ayudar.

Aunque ya sabía que no era realmente Amelia quien la llamó, después de todo, era dolorosamente obvio.

La misma chica cuyo último mensaje data desde hace más de 9 meses no podía casualmente requerir su ayuda precisamente después de su pelea con Boscha ¿O si?

Cómo sea, cuando vio a Boscha sentada allí, esperándola, una parte de ella quiso irse de ahí.

Pero otra parte, la hizo continuar caminando hasta que ya fue demasiado tarde y logró verle.

— ¿Me salto la parte en la finjo sorpresa de que seas tú?

— Bueno, si, me gustaría un poco. — Indicó Boscha, quien invitó a Willow a tomar asiento, algo que esta accedió.

Fueron algunos segundos y Boscha no hallaba las palabras.

Hasta que finalmente solo decidió hablar.

— ¿Y que tal te va?

— Bueno, fuera de cierto desastre, lo normal. — Willow sabía que Boscha lo intentaba, pero vaya que era mala en eso y no se lo iba a facilitar.

— Willow, escucha, yo, bueno, me cuesta mucho entender algunas cosas y realmente he tenido unos días muy malos viendo como todo parece salirme de las manos, como todos progresan, incluyendote y como todos parecen entrometerse en mi camino de alguna manera. — Tomó aire y finalmente le miró. — Pero nada de eso justifica mis acciones, nada de eso justifica haberte metido en problemas. Solo quiero decirte que lo lamento ¿Ok? Perdón por ser tan, bueno, explosiva y eso.

Fueron nuevamente segundos de silencio que a Boscha le parecían más largos, todo mientras Willow solo miraba de un lado a otro, pensando también, quizás, que responder.

— Park, en verdad te aprecio mucho, desde hace años que realmente me agrada tu compañía y te juro que me divierto cuando nos enfrentamos o jugamos aunque no suela ser a menudo. Nunca quise realmente enojarme por un juego pero, en fin, perdón.

Willow dió un largo suspiro, realmente quería estar enojada y darle una lección.

Pero al parecer esa disculpa fue más que suficiente.

— Al menos dime ¿Que te llevó a enojarte así?

Boscha, le explicó lo mismo que a sus amigas, algo con lo que Willow rápidamente empatizó.

— Es ese tonto pelón que también me molestaba a mi cuando no era profesional, cretino, solo sabe estorbar.

— ¿Verdad que si? No lo soporto para nada, no merece ser profesor.

Se mantuvieron charlando un rato más sobre ese dolor de muelas y en algún momento, sin quererlo, ambas empezaron a reír por un chiste involuntario de Willow.

Hasta que ambas recordaron que se suponía que esto era una situación con un ánimo distinto.

Boscha tomó su bolso y dio caracoles a Willow, con la clara intención de pagar los daños.

Solo que la cantidad era tan absurda que los ojos de Willow casi salen de sus cuencas.

Amablemente Willow le devolvió gran parte y agradeció por lo demás.

— Ya en serio, Boscha, yo jamás haría nada malo hacia ti

— ¿Segura? Yo realmente llegué a pensar que te reías de mi, digo, creo que era, ya sabes, lo más lógico.

— ¿Por qué pensarías tal cosa? 

— No lo sé, tal vez porque me lo merezco por ser muy mala jugadora. — Comenzaba a alterarse así que rápidamente se tranquilizó a si misma. — Ese pelón tenía razón, parece que solamente estoy jugando, ya no tengo la misma habilidad que en el pasado. — Se recostó en el suelo, recargando su cabeza hacia atrás con sus brazos. — Creo que seré una vendedora por el resto de mis días.

Willow le miró y movió la cabeza de un lado a otro.

— ¿Sabes? A veces siento que la gente solo quiere verme fracasar.

Willow se recostó al lado de Boscha y se acercó esta, cosa que asustó ligeramente, aún no estaba acostumbrada a este tipo de tacto, pero sabía que con Willow no había nada que temer.

— Boscha, tu no eres nada de eso, solo eres una gran tonta con un temperamento bastante inestable y que voy a ahorcar con todas mis fuerzas si vuelve a hacer explotar algo.

Boscha tragó hondo, a veces Willow decía cosas que no iban acorde a la expresión adorable de su rostro.

— No, no pasará de nuevo, no contigo, te lo juro por mi y las Banshees.

— Más te vale, porque la próxima vez estaré atenta a tu mirada si vas perdiendo de nuevo.

— Jah, eso solo fue un accidente. — Se levantó de golpe con un kick up, impresionando a Willow quien intentó ocultar la sonrisa de lado a lado que esbozaba su rostro. — Entonces ¿Lo hacemos de nuevo?

— ¿Y la cancha en construcción?

— Ay, si, lo siento.

— En verdad que eres una gran tonta ¿Sabías?

— Si, Amelia me dijo lo mismo. — Señaló Boscha mientras rascaba su cabeza y aceptaba las palabras de la ojiverde.

Willow intentó hacer lo mismo que ella, le había encantado lo que había visto, pero no pudo imitarla, causando que Boscha le extendiera la mano.

Aunque esa sonrisa burlesca enseñándo los dientes, claramente estaba demás.

— Y luego te quejas si yo presumo ¿No?

— Lo sé lo sé, te prometo resistir tus piruetas geniales... Pero solo si me enseñas.

— Estaba pensando en pedirte lo mismo para ser honesta.

— Me parece justo. — Ambas se dieron un firme apretón de manos y volvieron a sentarse un rato.

— ¿Quieres saber el porque de mis piruetas? Digo, a diferencia de ti yo no estaba presumiendo. — Boscha esperaba un remate a ese chiste. — Las hice porque estaba feliz de pasar el rato contigo.

La triclope ensanchó sus ojos ante eso y miró a los de Willow, entendiendo rápidamente que eso no había sido una mentira y que no había remate.

— ¿En verdad? ¿Estabas feliz por eso?

— Pues si ¿No lo crees? — Willow picó la mejilla de Boscha por no confiar en ella. — Deberías ya comprenderlo, eres la única amiga con quién puedo jugar tan ferozmente.

— ¿De verdad? ¿Que hay de tu antiguo equipo, o tus otros amigos?

— Repito, eres la única amiga con quién puedo jugar así. Gus está muy ocupado en sus propias clases, lo mismo Skara. No me gusta ir a pedirle ayuda a Viney porque siempre está ocupada en la enfermería. Y Hunter, bueno, el prefiere tener una vida más tranquila y sedentaria, yo respeto eso, pero claramente no es alguien a quien pueda pedirle ayuda en esto ¿Entiendes?

— Si, recuerdo que me platicaste de tu ruptura con el después de aquella fiesta de Luz, esa fue una de las razones. — Willow asintió.

— De Luz y Amity, bueno, están muy ocupadas en si mismas.

— ¿En serio? Que raro. — Aquello hizo reír a Willow, la triclope lo sintió como toda una victoria.

— Y con mí equipo apenas llevo un par de semanas intentando ser más social con ellos así que...

— Entiendo, vaya, si soy la única disponible para ti después de todo.

— Es por eso que me decepcionó cuando creíste que me burlaba de ti más que enojarme... Creo que nunca entendiste eso.

Eso devolvió un poco de culpa al rostro de Boscha, era verdad, nunca entendió que Willow además de la práctica, realmente disfrutaba de sus enfrentamientos.

¿De verdad no notó que Willow solo quería pasar un rato agradable con ella?

Aún así, le seguía sorprendiendo, le parecía algo tan extraño que aquella chica que debería odiarla, la estime tanto.

Pensó que, aún necesitaba decir más cosas.

— Willow, en verdad te pido una disculpa.

— Si si, ya me la pediste, solo quiero qu-

— No, no por esto, no por mi rabieta de hoy... Sino por todo.

La chica de lentes miró a Boscha, sus ojos llorosos que miraban al suelo, con excepción de su ojo superior y su voz quebradiza hacían notar el gran arrepentimiento que tenía y entendió muy bien a qué se refería con "todo".

— Creo que nunca te pedí una disculpa apropiada por el pasado ¿Verdad? — Secó sus pocas lágrimas con su antebrazo y contagió de las mismas a la su apreciada rival. — Soy en verdad una gran tonta por eso, pero como diría la humana, más vale tarde que nunca ¿Verdad?

La joven de plantas hizo a tocar su hombro, pero prefirió detenerse.

— Estar contigo, de alguna forma que no se explicar, es de las cosas más agradables que me pasan en mi fea vida. — Respiró profundo y pasó su antebrazo nuevamente por sus 3 ojos. — En verdad te agradezco por estar ahí aún cuando creo que no lo merezco. Te juro jamás volver a enojarme a tu lado.

La reacción de Willow sorprendió a la triclope, quien tensó su cuerpo ante aquel inesperado y firme abrazo.

— ¿Willow?

— Tonta, no tenías que hacer algo así. — Willow seco sus propias lágrimas con la manga izquierda de Boscha, misma que sintió aquellas humedad en su hombro y como respuesta, otras pequeñas lágrimas brotaron de sus ojos, esta vez, las dejó correr por sus mejillas. — Aún así, te lo agradezco, significa mucho para mí esta disculpa, quizás más de lo que debería admitir.

— Si, debería haberla dado hace tiempo, lamento el retraso.

Boscha finalmente correspondió el abrazo y una gran sonrisa emergió de Willow, una que mantuvo oculta a los ojos de Boscha.

También, hizo más fuerte aquel abrazo, sintiendo con totalidad el latir del corazón de Boscha por primera vez en su vida.

No sabía porque, pero algo dentro de ella se sintió cálido con esto.

Boscha, por su parte, se sintió libre, libre una pesada carga invisible en sus hombros, como si algún problema que no sabía que existía, se hubiera resuelto.

Y con un largo respiro que Willow pudo sentir en su mejilla cuando el pecho de Boscha creció un poco, finalmente se separaron para empezar a reír mutuamente.

— Y bien ¿Que hacemos ahora? ¿Grudgby? Creo que es mi turno de ayudarte con tu práctica, Boscha.

— No lo sé. — Hizo una pausa y llevó sus dedos a su barbilla. — ¿Y si ahora tú eres la que explota?

— Vaya ¿Tanta confianza tienes? La última vez no lo hice tan mal.

— Pues, no quería decirlo en ese momento pero te di ventaja. — Vió como Willow aguantaba un poco su enojo al notar un tic en su ojo derecho. — Es broma es broma, jamás haría eso contigo.

— Más te vale porque eso sí no tendría perdón. Y no lo necesito, ni que fuera la señorita "no puedo ni hacer un punto".

— Suficiente, es hora de la venganza, chica hoja.

Willow miró su rostro y se alivió al ver qué no había rastro de furia en el, solo la Boscha competitiva de siempre.

La Boscha que le encantaba mirar.

— Buena suerte con eso cuando la cancha esté lista, gruñona.

Fue un partido breve, pero ambas se divirtieron mucho enfrentándose.

Y días después, la anhelada revancha llegó.

Boscha finalmente pudo redimir al propia credibilidad y pese al resultado, ese día, ambas ganaron.

Y fue a partir de aquí, que ambas comenzaron a ser aún más unidas.

Quizás demasiado.

[Bueno, primera historia hecha, esperen la segunda porque solo voy a decir que, ser adulto apesta, ya verán a qué me refiero, en fin, nos vemos 👌🏿]

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