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Mamá y hermana

Espero que les guste~

Nota: En mi opinión, creo que hice a Naruto y Hinata padres más atentos de lo que te muestran en la serie

-Ah...- Boruto se quejo, apenas removiéndose en el agarre de su padre, murmurando entre dientes mientras se movía lo suficiente como para enterrar su rostro en el hombro ajeno. -...comí mucha carne- no era una queja, solo una realidad. Comió un poco más de lo usual y ahora se sentía tan lleno que se sentía un poco incomodo, aunque no había arrepentimiento alguno.

-Y que lo digas- Naruto bufo, divertido, aunque tenía un cierto dolor que venía de su billetera. Sabía que los niños y adolescentes tenían un buen apetito, porque estaban en un periodo de crecimiento, y aun así, le sorprendió un poco lo mucho que su hijo logro comer la carne azada a la que tanto antojo parecía tener. Esperaba que ese apatito suyo no fuera algo permanente. Tarareo, acariciando la espalda del menor, apurando un poco el paso al ver la puerta de su casa no muy lejos. No le costo mucho sostener a su hijo con una mano, usando la otra para buscar sus llaves y abrir, entrando y cerrando la puerta tras de si, dejando sus llaves a un lado. -Boruto...- llamo y el mencionado solo gruño algo entre dientes, sin hacer amague de bajar.  -...oye...- enarco una ceja, sin saber si reírse o quejarse ante la falta de respuestas. Termino por suspirar, teniendo que hacer algo de equilibrio para sacarse los zapatos.

-¿Naruto?- coloco sus zapatos a un lado y se enderezo, sonriendo al ver a su esposa acercarse, luciendo entre curiosa y preocupada. Le había explicado la situación en un mensaje apenas tuvo la oportunidad, era mejor avisarle antes que tomarla desprevenida. -¿Él esta bien?- acorto la distancia entre ambos, alzando su mano para poder apoyarla contra la espalda de su hijo. Verlo tan pequeño traía recuerdos llenos de cariño y melancolía, aunque las orejas y cola la tomaron por sorpresa. Aun así, creía que su hijo se veía adorable, algo que no diría de momento para evitar avergonzarlo.

-Si, solo comió demasiado- le sonrío, logrando tranquilizarla, ella devolviéndole el gesto con cariño. Se tomo unos segundo para desabrochar los zapatos del menor y dejarlos junto a los demás, sonriendo con puro cariño cuando al fin Boruto se movió para enderezarse un poco y mirarla.

-Hola, cariño~- ella extiende las manos en un gesto claro, anhelando tener a su pequeño en sus brazos y Boruto se sonroja, avergonzado. Odiaba la cosa de ser tan pequeño una vez más, sin mencionar las partes de animal, pero viendo el brillo en los ojos perlados de su madre y su gesto, decidió que al menos alguien podría disfrutar de eso. Así que con cierta vergüenza, se movió hacia ella, dejándose alzar y aferrándose a su ropa apenas lo abraza. Es raro ser sujetado de esa manera, había pasado años desde la última vez que tuvo la edad suficiente como para ser alzado con facilidad.

-No vas a sacar fotos de esto, ¿verdad?- sus mejillas arden y puede sentir como sus orejas se pegan a su cabeza, apenas logrando mantener ahogado un sonido raro que siente que quiere hacer, enterrando medio rostro en el hombro de su mamá.

-Sacare tantas fotos que podre armar un álbum completo- hablo con una gran y brillante sonrisa en su rostro, el pequeño rubio gimiendo en señal de queja. Ella estaba entre bromear y ser sincera, eso no era nada bueno para él y sabía perfectamente que intentar evitarlo seria totalmente inútil. En ese mismo instante, juro que algún día, quemaría ese tonto álbum que aun no existía.

-¡Hermano mayor!- Boruto se tenso con cierto espanto, deseando con todas sus fuerzas poder desaparecer o que la tierra se abriera para tragárselo entero, resistiéndose un poco mientras su mamá lo movía pero no sirvió de nada. Fue bajado, sus pies tocando el frio suelo, manteniendo la vista baja y la cola tan quieta como podía, sus orejas levantándose ante el jadeo ahogado que pudo escuchar. No necesitaba alzar la vista para saber que los ojos de su hermana estaban brillando.

-¡Eres tan lindo!- Himawari soltó una carcajada de encanto puro, sus brazos rodeando a su hermano para abrazarlo con todo el cariño del mundo, frotando su mejilla contra su cabello rubio y tiendo cuando una de las orejas la golpeo ligeramente en la cara al agitarse. Boruto se quejo, intentado empujarla con amabilidad porque lo que menos quería era hacerla enojar en su tamaño actual, pero ella es insistente y terca, sin querer soltarlo de momento. Estaba condenado. 

-Suéltame- suspiro con cierto cansancio, decidió a ignorar como sus mejillas ardían con vergüenza obvia, escuchándola reír una vez más antes de soltar. Se sacudió cual animal sin poder evitarlo, pasando sus manos por su cabello en un intento de peinarlo y después de un segundo de duda, haciendo lo mismo con sus orejas.

-¡Ahora seré la hermana mayor!- declaro con total orgullo y emoción, el cerebro del chico con características de zorro tardando unos vergonzosos segundos en reacción.

-¿Disculpa?- enarco una ceja, casi ofendido. -¡Solo porque me encogí, no significa que seas la mayor ahora!- esta indignado e incluso si su pelaje se esta erizando un poco, eso no parece intimidarla, solo logra que la sonrisa de ella se agrande. -¡Así no funcionan las cosa!- sus ojos se desvían apenas hacia el par invisible que parece negarse a dejarlo solo, apretando lo dientes y gruñendo al notar que en realidad se están riendo en ese momento, silenciosas pero llenas de diversión. -¡Sigo siendo el hermano mayor aquí!- y vuelve a lo que estaba, intentar defender su titulo. -¡Nací primero!-

-Pero ahora eres pequeño...- la sonrisa de la niña se agranda, feliz, mientras él solo puede bajar las orejas. Que ella estuviera tan encantada con su apariencia actual no parecía ser algo bueno, no para su existencia y orgullo. -...así que puedo ser la hermana mayor ahora- entrelaza sus dedos contra su pecho, en una especie de suplica al parecer. -Prometo cuidarte tan bien como tu me cuidas a mi- Boruto aprieta los labios ante esas palabras, sintiéndose conmovido, su pecho cálido ante la pura sinceridad que puede escuchar en la voz de su hermana.

-Supongo...- una de sus orejas se sacude sin su consentimiento, su cola agitándose. Necesitaba aprender a controlar esas cosas. -...que puedo prestarte mi titulo por ahora...- cedió, como siempre lo hacia cuando se trataba de su hermana pero valía la pena al verla sonreír, tan feliz por algo tan simple como dejarse cuidar y aceptar su papel de "hermano menor" temporal que le impusieron de repente. -...pero lo recuperare más tarde- la escucha chillar en forma de celebración y sonríe con cariño, el movimiento de su cola ahora lento y suave. La amaba, estaba dispuesto a dejar su orgullo de lado para darle el gusto y hacerla feliz.

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