Capítulo XL
La família Uzuchiha ya estaba en casa después de un largo dia de trabajo.
Después de cenar Sarada se fue a dormir, la Uchiha estaba cansada después de firmar, leer y analizar papeles para prepararse para la cumbre de los cinco Kages dentro de 3 dias.
Ya Boruto tenía que llevar a sus tres hijos a la cama.
-¿Donde está mamá? - preguntó Mikoto- Es su turno de darnos las buenas noches.
-Además te hemos visto la cara durante estos últimos 3 dias papá.- gruñó Minato.
-Lo siento hijos, pero vuestra madre está muy cansada por estos dias - explicó Boruto- Sé que soñais con ser Hokage, pero a veces es un trabajo muy estresante y burocrático- luego susurró- casi siempre mejor dicho.
-¡Ya sé! - Kasumi tuvo una idea- ¿Y si nos cuentas una de tus hostorias papá-Boruto?
-Si, cuéntanos cuando mamá se volvió Hokage- le sugirió Mikoto.
-Yo prefiero que nos cuente algo más interesante- luego Minato sugerió- Cuéntanos como le pediste mamá en matrimonio.
-No te imaginaría tan cursi Minato-kun - Le espetó Kasumi.
-Bueno, es que quiero hacerlo saber como hacerlo cuando llegue el momento- le sonrió el rubio dejando a su compañera del mismo color de pelo sonrojada y mientras tanto cierta azabache sintió un leve dolor en el pecho.
-¡No, yo quiero oír la historia de como mamá se volvió Hokage!- protestó Mikoto
-Vale sin pánico- les calmó Boruto- ¿Quién quiere oír la historia de como le pedí matrimonios de vuestra madre? - Minato y Kasumi levantaron la mano- La democracia fue ejercida con éxito.
-Hump - Mikoto se infló los mofletes y cruzó los brazos- Que remedio- masculló.
Lo recuerdo como si fuera ayer, fue justo un dia después de que descubriera que estabais de camino - Boruto alborotó el cabello de los dos gemelos.
Ambos gemelos le sonrieron a su padre, no era una sonrisa común era la sonrisa característica de su familia.
Recuerdo haberme despertado más temprano aquél dia para hacerle el desayuno y servirselo en la cama.
-Buenos dias futura mamá- dije de forma alegre mientras entraba en la habitación con un plato de sándwich en la mano y un baso de zumo de naranja en la otra.
-Buenos días futuro papá- me saludó con una sonrisa mientras se sentaba- ¿Eso es para mi?
-¿Para quien sería si no? - pregunté mientras le mostraba una sonrisa- Quiero que pasemos un dia especial.
Estábamos muy felices por el hecho de estar esperando un hijo...
-Dos hijos - le corrigió Mikoto haciendo la señal de "victoria" con la mano.
-Bueno, aún no sabíamos que nos tocaría premio doble - bromeó Boruto- Aunque vuestra madre siempre decía que iba a estar embarazada de gemelos.
-¿Acaso mamá Sarada hizo la prueba de la aguja? - preguntó Kasumi.
-¿La prueba de la aguja? - le preguntaron los gemelos al unísono.
-Consiste en atar un hilo por el anillo de una aguja de tejer, la pones en tu mano y si pendula quiere decir que tendrás un hijo, si se mueve en círculos quiere decir que vas a tener una hija - explicó Kasumi- Mi madre lo hizo, solió que tendría una hija y aquí estoy- sonrió la mimirrubia.
-Interesante- dijo Mikoto mientras se masajeaba oa mejilla- Quiero probarlo un dia de esos.
-Yo también, será muy divertido.- comentó Kasumi.
-Bueno podemos discutir esto en otra hora - Comentó Boruto antes de susurrar- No quiero ser abuelo todavía.
El caso es que le preparé un desayuno en la cama y tenía un dia especial planeado para ella, aunque ella tendría qué ir a trabajar junto a Konohamru-sensei aquel dia, lo que me daba tiempo de planear una estrategia.
Como había pasado 4 días en el bosque por ser el coordinador jefe me había ganado algunos dias librea para descansar.
-¿Estás segura que estás bien? - le pregunté preocupado miemtras me despedía de ella- ¿No sientes mareas ni nada?
-Estoy bien Boruto, además aún no puedo pedir la baja maternidad por estar embarazada de apenas 5 días- explicó vuestra madre.
-Está bien - le sonreí con comprensión.
Nos despedimos y ella me dejó sala, pero aquel dia no iba quedarme durmiendo, tenía cosas que hacer.
Al ver que ella se había ido decidí antes que nada ir a pedir la bendición a vuestro abuelo Sasuke.
-Eso ha debido de ser fácil- comentó Mikoto- Ya que el abuelo Sasuke siempre ha apoyado vuestra relación.
-Eso pensaba yo hija - le respondió Boruto- pero no fue bien así.
No tardé mucho en llegar en la casa de vuestros abuelos maternos y al tocar el timbre vuestra abuela Sakura abrió la puerta.
-Boruto-kun- me saludó con una sonrisa-¿Que haces aquí? No se suponía que hoy deberías descansar.
-La abuela Sakura siempre se preocupa demasiado por los que le importa- comentó Minato seguido de un movimiento positivo de la cabeza por parte de su padre.
-Buenos dias suegra - le sonreí- ¿Está el tio Sasuke en casa? Quiero hablar de algo serio con él, de hecho quiero hablar de algo serio con vosotros dos.
-Oh está bien- Vuestra abuela se puso a un lado para que entrara- le voy a llamar.
Vuestra abuela Sakura seguramente creía que iba a contarle sobre el embarazo de vuestra madre, pero se sorprendería al saber el verdadero motivo.
Al final acabamos en la cocina, yo me senté frente a vuestros abueloa sin mirarles a la cara y con la visión fija en mi taza de café.
-¿Y bien? - Vuestro abuelo tomó la palabra- ¿Por qué has venido a visitarme a primera hora de la mañana minitonto?
Yo no sabía como decirlo, así que simplemente apreté los puños y le miré a vuestro abuelo directamente a sus ojos negros como el carbón.
-No hace falta que nos lo diga de esa manera papá Boruto, somos tua hijos no lectores de un libro infanto-juvenil.- comentó Kasumi.
-¡Pero si ha quedado bien! - Protestó el Uzumaki mayor- en fin...
Le miré a los ojos de vuestro abuelo y dije con el ceño fruncido:
-Quiero pedirle la mano de Sarada y vengo a por vuestra bendición.
Vuestra abuela pelirrosa se atragantó con la saliva y vuestro abuelo azabache se quedó paralizado por unos instantes.
-¡Eso es genial! - Exclamó vuestra abuela con estrellitas en los ojos- ¡¿Me dejas ser la madrina?! ¡Tenemos tanto por hacer: la lista de invitados, el local de la boda..
-Cálmate suegra- le tranquilicé- Aún ni siquiera le hice el pedido oficial.
-Perdón- dijo ella mientras se reía nerviosamente- Es que me animé tanto que....
-¿Ya tienes el anillo de compromiso? - me dijo vuestro abuelo después librarse del shock.
-Bueno, primero pensé en venir a pediros vuestra bendición y luego a comprar un anillo común , ya que es lo que me llegue el dinera - expliqué de manera sincera.
-¿Un anillo común? - me preguntó vuestro abuelo con desdén- Por el simple hecho por tener que aguantarte en el mismos equipo que ella ya se merece el anillo de la mejor calidad que existe en esta tierra.
-Lo siento Tio Sasuke pero, no tengo dinero para esto en el momento. - le respondí- para comprar un anillo de la calidad que ella se merece necesitaría hacer una misión nivel S y acabo de volver de las "96 horas infernales" no quiero abandonarla, no ahora.
-¿Como que "No ahora" ? - me preguntó vueatro abuelo azabache con una ceja arqueada.
Aún no estaba planeando contarle a mi maestro que sería abuelo, una cosa de cada vez.
-No ahora que... - busqué la primera excusa que vine a la cabeza- he vuelto de una misión, quiero pasar más tiempo con ella, no quiero ser como usted.
Esa frase le dolió a vuestro abuelo, no lo demostró con palabras y tampoco lo demostró con alguna expresión en su rostro, él tan solo respiró profundamente.
-Te daré el dinero necesario para conseguir un anillo de calidad - comentó vuestro abuelo volviendo al tema principal- pero solo si me vences en un duelo de kenjutsu.
-Emmm Sasuke-kun , ¿no crees que estás exagerando? - vuestra abuela Sakura intervino- Deja que Boruto-kun se compre el anillo que le dé la gana.
-Acepto - dije con una sonrisa- Aumque estoy intrigado, ¿solo kenjutsu? ¿Por qué tantas retracciones?
-Porque simplemente no quiero matarte - me respondió de manera directa.
-¡Aaagh! - gruñó vuestra abuela mientras se ponía una mano en la frente- ¡¿Por qué los Uchiha y loa Uzumaki son siempre de esa manera?!
-Está bien - dijo vuestro abuelo Sasuke antes de tomar un trago de su café- Nos vemos en el campo de entrenamiento 7 en una hora.
-Está bien - les sonreí mientras me levantaba- Nos vemos allí.
Como había prometido llegué al campo de entrenamiento en una hora, pero vuestro abuelo...
-¡Maldita sea ya llega media hora tarde! -Grité a los 4 vientos.
Justo en ese momento vuestro abuelo llega apareció encima de una rama.
-Hola - me saludó secamente mientras caía de forma controlada al suelo.
-¡Llegas tarde tio Sasuke! - le grité airado.
-Me encontré con un gato negro por el camino, así que tuve que dar un rodeo- explicó vueatro abuelo Uchiha.
Al oír esa parte los tres integrantes del nuevo equipo 7 empezaron a reirse a carcajadas.
-Creo que esta debe de ser una frase que es heredada de generación en generación de los miembros del equipo 7 - comentó Minato.
-Tienes razón- comentó Kasumi- Recuerdo que tu también utilizaste esa excusa papá Boruto.
-Bueno... Volviendo a la historia....
Yo desvainé mi espada y me puse en posición de combate.
-¿No vas a reprocharme por mi excusa? - me preguntó el abuelo Sasuke mientras repetía la acción.
-No valdría la pena- respondí- Simplemente harías caso omiso a mi enfado e irías directo al grano.
Intenté hacerle un corte en horizontal, pero vuestro abuelo bloqueó el ataque con éxito.
-Se nota que me conoces muy bien -comentó vuestro abuelo antes de dar un salto hacia atrás.
-Claro que si - permanecí en la ofensiva mientras que vuestro abuelo bloqueaba mis ataques con facilidad- Entreno contigo desde hace... No se.... ¿Ocho o nueve años?
-Más o menos - El tio Sasuke me dio uma patada a la altura del pecho, golpe que defendí con facilidad.
Nosotros dos nos miramos fijamente mientras buscábamos una brecha en las defensas del otro.
Los dos nos lanzamos al ataque mientras e intercambiamos golpes con nuestras espadas, pero ninguno de nosotros podía perforar las defensas del otro.
Después de varios golpes defendidos y bloqueados vuestro abuelo intentó lanzarme un golpe en hacha, que pude bloquear a duras penas poniendo mi espada en horizontal.
-Tú voluntad es débil- vuestro abuelo intentó atacarme psicológicamente- ¿Crees poder ganarme así?
-Venga tío Sasuke - le hice un golpe rastrero derribando su pierna de apoyo y tirandolo al suelo- Esos trucos no funcionaran conmigo.
Yo le apunté con mi katana justo debajo de la barbilla cuando vuestro abuelo utilizó su limbo para intercambiar posiciones.
-Has perdido minitonto - me dijo con una voz muy seria.
-¡Alto! - Una voz femenina resonó entre los árboles y una figura pelirrosa apareció frente a nosotros.
-¿Por qué no dices que la abuela Sakura intervino y ya está ? - le interrumpió Mikoto.
-Asi es difícil contaros mis historias - comentó el rubio mayor en un toni de lamentación.
-¿Que haces aquí Sakura? - le preguntó el abuelo.
-Sentí curiosidad para ver vuestro combate de kemjutsu- explicó la abuela pelirrosa- pero resulta que alguien ha roto las reglas y utilizó nimjutsu, ¿no es así Sasuke-kun? - le miró en de forma inquisidora.
-Tienes razón- él abuelo Sasuke guardó su espada- Boruto ha mejorado tanto que temo no poder ganarle tan fácilmente como antes.
-Viniendo de un cascarrabias como tú debe de significar que he mejorado mucho- le espeté mientras le mostraba una agradecida sonrisa- Muchísimas gracias tio Sasuke.
El abuelo a azabche apenas se puso de espaldas a mi y empezó a caminar hacia la salida del campamento.
-Te daré un poco de mis ahorros para poder comprarle un anillo decente a mi hija.
-¡¿Lo que significa que tengo tu bendición?! - le pregunté de forma retórica.
-¿Tú que crees? - Vuestro abuelo Sasuke me respondió con otro pregunta, pero podría traducirse como un "por supuesto que si" .
Después de recibir el dinero de vuestros abuelos maternos les prometí que les devolvería lo prestado con creces, pero al final ambos negaron y vuestra abuela dijo:
-¡Ni se te ocurra devolvernoslo! - exclamó con autoridad- Es nuestro regalo de boda.
-Creí que nuestro regalo de bodas era el permiso para que el minitonto pueda casarse con nuestra hija - comentó vuestro abuelo.
-¡Sasuke-kun! - le gritó la abuela Sakura- Te recuerdo que la idea ha sido tuya.
-Tienes razón- dijo el tio Sasuke antes de dirigirse hacia- Utilízalo bien minitonto.
-Lo haré Tio Sasuke - le sonrei antes de despedirne- Nos vemos pronto.
Bueno... Al final pude comprarle un anillo con incrustaciones de diamamtes y había planeado un dia especial, quería ser lo más romántico posible.
Era más o menos las cuatro de la tarde y Sarada había conseguido salir temprano aquél dia, por ello la esperé frente a la torre del Hokage con una rosa en la mano.
Al salir del edificio ella me visualizó de inmediato y yo le mostré la rosa en mi mano seguido de una sonrisa.
Ella se acercó devolviendome la sonrisa y aceptando la rosa.
-Son preciosas - Vuestra madre olió la rosa y dijo- Sé que al igual que yo estás feliz porque dentro de poco seremos padres, ¿pero no crees que exageras un poco?
-Al final del día verás que no - le ofrecí mi mano- ¿Un paseo?
-Me encantaría- dijo ella antes de unir su mano con la mía- Aunque antes... ¿podemos pasar a por unas hamburguesas?
-¿Hamburguesas? - le miré arqueando las cejas- Creí que no te gustaban tanto.
-Al parecer a tus hijos si les gustan - comentó vuestra madre mientras se acariciaba el vientre con su mano libre.
-¿Hijos? - Le pregunté- Pero si solo estás de 5 días, no es posible que...
-¡Confia en mi, tendremos gemelos - dijo vuestra madre segura de si.
-Al final mamá tenía razón- comentó Minato con una sonrisa.
-Sigo pensando que mamá Sarada podría haber hecho la prueba de la aguja - comentó Kasumi mientras se rascaba la barbilla.
-Bueno, Sarada nunca me dijo sobre esa "prueba de la agujo, pero si os puedo garantizar que ella comía por tres- dijo el Uzumaki mayor- Además recuerdo que aquella vez ella comió 5 hamburguesas extra grandes.
-F por tu bolsillo papá- le dijo Minato en un tono de pésame.
-Créeme esto no ha sido el peor antojo de vuestra madre- contó Boruto teniendo "flashbacks de Vietnam ".
-¿En serio? - preguntó Mikoto con interés- Cuéntanos una de esas veces.
-Bueno, creo que todavía tengo tiempo de dar un paréntesis rápido en nuestra historia principal.
Esto ocurrió cuando vuestra madre estaba de tres meses:
-Boruto, Boruto, despierta Boruto - era muy tarde de la noche cuando ella me despertó.
-¿¡Que...?! - gruñí con los ojos cerrados y somnoliento.
-Quiero un bombón helado con relleno de chocolate blanco - me habló como si fuera una orden.
-No tenemos uno de esos - hablé con los ojos aún cerradoa y con la esperanza que se le calamara las ganas. Grave error- Te lo compró mañana.
-¡No quiero un bombón helado para mañana y si para ahora, para ya, en ese mismos instante! - exigió cierta Azabache.
Con esa frase abrí los ojos con dificultad y lo primero que vi fue el reloj de mi mesita de noche.
-Mirá Sarada, tengo una reunión de oficiales mañana a primera hora de la mañana cuando salga iré directamente a por tu bombón helado, te lo prometo- aun tenía la esperanza de que vuestra madre fuera razonable, pero no fue así.
-Ah vale, ya entiendo - me habló en un tono sarcástico- Valoras más tu trabajo que los antojos de tu futura esposa.
-No, no es eso yo solo.... - Ella no me dejó explicar y empezó a llorar... A llorar de verdad, no estaba fingiendo.
-Ahora lo entiendo todo- decía emtre llantos- Amas más a tú trabajo que a mi.
-¿¡Que?! - me senté rápidamente estupefacto ante tal afirmación- ¡¿te das cuenta de lo que estás diciendo?! ¡Estás haciendo una tormenta en un vaso de agua, Sarada!
-¡Yo no quiero un vaso de agua ! -me gritó y yo no sabía ni que decir- ¡Lo que quiero es un bombón helado con relleno de chocolate blanco ahora mismo!
Yo solo tuve una reacción: ponerme la almohada sobre mi cara y emitir gritos ahogados de rabia y frustracion por tener la discusión más idiota del mundo.
-¡Está bien! - grité de forma exagerada- ¡Voy a comprarte tu estúpido helado!
-¡Mi helado no es estúpido! - decía otra vez entre llantos- ¡Deja de insultarlo!
Yo sinceramente no sabía que decir, durante el embarazo había veces que vuestra madre se portaba como una niña de cinca años, ni siquiera cuando ella tenía 5 años se portaba de aquella manera.
Los tres jovenes Shinobi se morían de la risa ante tal situación.
-¡No es gracioso! - les regañó Boruto- ¡Que sepáis Mikoto y Minato que me disteis trabajo incluso antes de que nazcais !
-¿Has conseguido encontrar ese helado papá Boruto? - preguntó Kasumi.
-Al final de no lo encontré en ninguna tienda 24 horas así que tuve que llamar a mis amigos de puerte en puerta- explicó el rubio mayor- Por suerte vuestra abuela Hinata tenía uno de esos helados especiales y me lo dio para saciar los antojos de vuestra madre.
-¿Alguna una vez más tuviste que pasar por algo así papá? - le preguntó Minato.
Boruto lo pensó un poco y le respondió a su hijo.
-La verdad es que si, tuve que pasar por algo parecido unas cinco veces más. - se rió el rubio mayor mientras le alborotaba el pelo del rubio menor- ni siquiera habíais nacido y ya me estábais dando trabajo.
Los dos gemelos le sonrieron a su padre y este continuó con la historias principal.
Bueno... Volvamos 85 días antes de ese suceso cuando le pedí la mano a vuestra madre.
Después de comer un par de hamburguesas decidí pasear con cierta azabache en el mismos bosque donde tuvimos nuestra primera cita.
Habíamos llegado al árbol donde habíamos tallado un corazón con nuestras iniciales unidas por un "más" y una flecha que lo atravesaba. P
-Este lugar es... - Sarada ya se había dado cuenta de donde estábamos.
-El lugar donde tuvimos nuestra primera cita - completé.
-Y el lugar donde hicimos nuestra promesa -dijo ella mientras entrelazaba sus manos en mi cuello.
-¿Que promesa? - le preguntó Mikoto con curiosidad.
"Vaya, he dicho más de lo que debería" - pensó Boruto antes de responder- Es una promesa entre vuestra madre y yo, espero lo entiendas Mikoto.
-Jooo, ahora quiero saber que fue esa promesa - protestó Minato con los brazos cruzados.
-¡Aprende a respetar la privacidad de los demás, Minato! - le regañó Mikoto.
-Lo siemto Miko - se disculpó Minato, pero luego le espetó- Pero tú también estás curiosa por saber que era su promesa.
-No, yo no... - luego susurró la minizabache- bueno, un poco.
-Chicos ya es tarde y quiero terminar mi historia - comentó Boruto en tono neutro.
Los niños se callaron y le volvieron a poner atención:
Recapitulemos...
Antes de que fuera a buscar a vuestra madre en la salida de su trabajo enterré el anillo de compromiso cerca del árbol y dejé un par de clones vigilando el local, clones que tenían las órdenes de desaparecer cuando notasem mi presencia.
Después de que vuestra madre y yo nos diéramos un corto pero, apasionado beso decidí poner mi plan en marcha.
-Vaya, parece que alguien enterró un tesoro justo aquí en nuestro árbol.- apunté a la x que dibujó uno de mis clones al pié del árbol algunas horas antes.
-Seguramente fuiste tú, ya que nadie conoce este lugar salvo nosotros dos - constato Sarada.
-¿Por qué no cavas un poco para saber que está escondido ahí abajo? -le sugerí.
-¿Y por qué no lo haces tú? - ella cruzó los brazos- ¿Que yo esté embarazada no significa nada para ti?
-Solo llevas cinco dias de gestación y además cavar un par de centímetros no supondrá ningún problema para ti - argumenté.
-Está bien- ella aceptó a regañadientes- solo espero no sea una de tus bromas estúpidas.
-Yo ya no hago esas cosas - y luego susurré- aunque a veces hecho de menos los viejos tiempos
Ella se agachó y empezó a cavar con las manos desnudas hasta encontrar algo.
-Parece una caja pequeña de terciopelo- comentó vuestro madre al encontrar el "tesosro"- efectivamente es una caja de terciopelo muy pequeña.
Al abrir dicha caja Sarada se encontró con el anillo incrustado de diamantes que había comprado aquél mismo dia.
Al ver que había dentro vuestra madre derribó la caja con el anillo en ek suelo y empezó a llorar mientras se tapaba la boca para no gritar.
-Pero bueno, no lo tires así.- dije mientras recogía la cajita y el anillo del suelo para limpiarlos con mi camiseta- Me han costado un ojo de la cara.
Ella no dijo nada solo con su mirada pude saber lo que ne quiso decir.
-Si , es exactamente lo que estás pensando - yo me arrodillé frente a ella y le hice la pregunta del millón- Sarada has sido mi compañera en todo en esata vida y ahora me encantaría oficializar nuestra unión, ¿te quieres casar conmigo?
Ella apenas saltó sobre mi haciendo que derrumbara otra vez el anillo y gritaba de manera eufórica.
-¡Si, si, si y mil veces si! - decía ella antes de darme un largo y apasionado beso- ¡Por supuesto que me casaré contigo Boruto! - luego me sonrió- Esta es la semana más feliz de mi vida.
-Es la semana más feliz de tu vida hasta ahora- comenté con una sonrisa.
Boruto recordó lo sucedido después de aquella ocasión y pensó que era mejor terminar la historia por ahí.
-Bueno eso es todo por hoy - constató el Uzumaki mayor mientras se dirigía hacia la puerta- Dormid bien niños.
-¡Buenas noches papá!- dijeron los tres niños al unísono antes de que el padre Uzumaki cerrara la puerta.
Y así todos se fueron a dormie y prepararse para la locura que serían aquellos días.
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