Cap. 9: Apretando los dientes
Konohamaru: ¡Boruto!
Todos estaban asombrados de verlo.
Se lo notaba ligeramente más alto y de facciones serias. Recordaba mucho a su antiguo maestro.
Como si el nerviosismo no lo afectase, Mitsuki se acercó a él.
Mitsuki: Hola amigo. Me alegra que estés bien.
De arriba a abajo, el rubio inspeccionó a Mitsuki.
Estaba igual que antes aunque estaba casi a su estatura. Al parecer, también había crecido.
Boruto: Hola. Lamento mucho lo que sucedió la última vez que nos vimos.
Mitsuki: Descuida. Sabemos bien que ese no eras tu.
Boruto: Bueno... sí y no realmente...-mientras desviaba la mirada hacia el techo.
Kakashi: ¿A qué te refieres?
Todos estaban bastante intrigados por lo que el rubio había respondido.
Levantó su mano derecha para que todos observaran su Karma.
Boruto: Esto de aquí, es Momoshiki Ootsutsuki.
Konohamaru: Bueno, desde antes ya inferíamos que su chakra estaba dentro de ti. Y por ello mismo tomó posesión de tu cuerpo.
Boruto: Eso es cierto. Peeeeero...
Shikadai: ¿Pero?
Boruto: No es solo el chakra de Momoshiki lo que cargo conmigo.
Atentamente estaba viéndolo la pelinegra. Fue la única persona de la habitación que no emitió ni un solo sonido.
Kakashi: Explícate por favor. Sin rodeos.
Boruto: En mis... emmmm... ¿vacaciones?-dijo Boruto en un tono irónico.
Esa palabra enfadó mucho a Sarada por dentro.
Boruto: Estuve husmeando las dimensiones Ootsutsuki.
Konohamaru: ¿Eso quiere decir que puedes viajar a a través de ellas?
Boruto: Sí y no. Nuevamente... Si bien puedo hacerlo, no sé a ciencia cierta manejarlo del todo bien.
Shikadai: ¿Podrías mostrárnoslo?
Boruto: Preferiría que no-replicó con una seriedad que descolocó.
Mitsuki: ¿Y a qué te referías con lo de Momoshiki?
Boruto: Cierto. Como les decía... en uno de esos viajes encontré una construcción. Grande y antigua. Como si de un castillo se tratara. Allí, grabadas en piedra encontré una serie de imágenes en la cual podía verse lo que parecía ser un miembro del Clan Ootsutsuki, grabando el Karma en otro ser y desapareciendo.
Shikadai: ¿De casualidad tienes algo de eso aquí?
Boruto: Me temo que no. Estaban sobre una enorme pared la cual no quise destruir. Pues, podría serme de utilidad la información...
Kakashi: Bien pensado.
El rubio miró a Kakashi y prosiguió.
Konohamaru: ¿Y qué sucedía luego en las imágenes Boruto?
Boruto: El Ootsutsuki reaparecía...-sentenció seco.
Kakashi: ¿O sea que el otro ser...?
Boruto: Ajam
Mitsuki: ¿Qué significa eso?
Boruto: Que en estos mismos momentos, mientras hablamos, me estoy transformando en un alienígena devorador de planetas.
Gobernó la oficina durante varios segundos un silencio de funeral.
La pelinegra apretó fuerte sus manos detrás de la espalda.
Su corazoncito comenzó a latir muy fuerte.
Boruto: Que de todas formas, no es nada nuevo para nosotros ¿Qué otro motivo tendría Momoshiki para meterse en mi cuerpo?
Konohamaru: ¿En este grabado había alguna información respecto al suceso? Es decir, el tiempo que tarda, como se lleva a cabo... si duele...
Estas últimas palabras hicieron que Sarada abra los ojos y ponga una mirada de preocupación sobre el rubio quien se dirigió al Hokage.
Boruto: No.
Konohamaru: Entonces tenemos que sacarte a ese monstruo de ahí cuanto antes.
Mitsuki: ¿Tienes alguna idea sobre como sacarlo Boruto?
Boruto: No. Pero...
El rubio miró a Kakashi y alzó la voz.
Boruto: Estoy seguro de que el Rokudaime está pensando en algo en estos momentos.
Kakashi: Bueno... Jaja... No digo que sea la solución, pero...-al rascarse la nuca.
Boruto: Pero...
Kakashi: El sujeto contra el que luchamos, también tenía la misma marca. Pero al morir... desapareció.
Boruto: ¡Bingo!
Shikadai: Pero está claro que esa no es una opción-dijo mirando a su rubio amigo con enojo.
Boruto: Pues no. Está claro que es la ÚNICA opción.
La Uchiha, que todavía no había soltado una palabra, comenzó a ponerse nerviosa.
Konohamaru: Pues la descartamos. Encontraremos otra forma.
Boruto: Soy un peligro para la aldea y lo sabes. Sensei...-mientras ponía las manos en los bolsillos del pantalón.
Konohamaru se puso de pie y comenzó a observar la aldea por la ventana.
Konohamaru: Todos estamos aquí gracias al enorme esfuerzo y sacrificio del Nanadaime. Y si algo nos ha enseñado... es que los amigos no se abandonan. El chakra debe usarse para unir y no separar almas.
Boruto: Olvidas una cosa. Cuando este monstruo tome posesión de mi, ya no seré tu amigo. Ni tu pupilo.
Kakashi: Aún así es inaceptable. En Konohagakure tenemos completamente prohibido abandonar a los camaradas. No importa la situación. Así que mientras estés aquí, acatarás esa orden a rajatabla.
Pocas veces el Rokudaime estaba tan serio.
El rubio suspiró y levantó los hombros como quitando importancia al asunto.
Boruto: Ahhhhhhh. Como sea. Solo intento ayudar.
Hachidaime Hokage volvió a ocupar su asiento y exclamó.
Konohamaru: De acuerdo. El panorama ha cambiado un poco. Vengan mañana por la mañana. El Rokudaime y yo pensaremos nuestra siguiente jugada al respecto.
Los cuatro jóvenes asintieron con la cabeza.
Ahora el rubio no paraba de posar su azul mirada sobre su amiga quien a duras penas lo ignoraba.
A penas abandonaron la sala, Sarada se esfumó de manera instantánea.
Dejando al rubio viendo su rastro.
Mitsuki: Creo que deberías hablar con ella.
Boruto: ¿Eh?-haciéndose el distraído.
Shikadai: Lo que escuchaste Romeo. Sarada no es de las que se quedan calladas y menos en una ocasión así. Algo debe estar pensando.
Boruto: Métanse en sus asuntos.
Y luego de la malhumorada respuesta, el joven también se marchó.
Lo primero que hizo fue visitar a Himawari y Hanabi quien lo recibieron con un gran abrazo y una fuerte cachetada de cada una.
Él comprendió la situación y se dispuso a pasar el día con ellas hasta la noche, donde cenaron juntos en la mansión Hyuga.
Luego de eso, en lugar de ir a su habitación, abandonó la casa alegando que necesitaba algo de aire fresco.
Caminó hasta dar con la residencia Uchiha.
Hace ya varios meses que Sarada vivía allí. Sola.
El rubio pudo ver como la luz que daba a la cocina estaba aún encendida.
Boruto: Es extraño. Sarada no suele cenar tan tarde.
Se acercó y golpeó la puerta.
Tímidamente esta se abrió y dejó ver a la pelinegra.
Boruto: Hola.
La Uchiha le dio un portazo en la cara para no verlo, pero el rubio puso su pie para que no cerrara del todo.
Boruto: Escucha... necesito hablar contigo.
Sarada: Yo no necesito oír nada de ti. Así que largo de aquí.
Boruto: Pero...
Ante la insistencia del rubio, Sarada abrió un poco la puerta pero solo para dejar ver sus dos ojos brillando por el Sharingan activado.
Sarada: No estoy jugando. Si no te vas ahora, lo lamentarás.
El rubio pudo notar como la mirada de Sarada estaba llena de odio. Odio y dolor.
Nunca antes lo había mirado así.
Sacó su pie y la Uchiha cerró la puerta.
Boruto: ¡Lo siento!-gritó con esperanza de que Sarada replicase.
Luego de unos minutos, pudo observar como todas las luces del hogar se apagaron.
Boruto: ¡Vamos Sarada! ¡Tienes que escucharme!
Antes de que se marchase ofuscado, el rubio notó que la puerta se estaba abriendo.
Entusiasmado, quiso decirle todo a la Uchiha, pero esta lo interrumpió con unas palabras que terminaron por romper su ya roto corazón.
Sarada: Yo no tengo que escuchar, porque no hay nada de que hablar.
Ahora ella se puso a tan solo unos centímetros del rostro de él. Mirándolo fijamente con el Sharingan cristalizado por las primeras lágrimas que humedecían sus ojos.
Sarada: Porque tu... tu estás muerto para mi.-decía apretando los dientes.
El estruendo de la puerta al cerrarse sentenció lo que sería el reencuentro entre ambos jóvenes.
Lo único que atinó a hacer el rubio fue sentarse en el oscuro y frío callejón junto a la casa y ahogarse en su amargura.
Boruto: Ahhhhhhh... Supongo que es lo que merezco...-al acariciar el Karma de su mano derecha.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro