Sus celestes ojos se posaron fijamente en el émbolo de la aguja que estaba extrayéndole sangre.

Luego de eso, pasaron a exámenes de rendimiento físico en una cabina especializada.

Al salir, una ayudante de Katatsuke le dio una toalla.

Boruto: Gracias- secándose rostro y cuello.

Comenzó a mirar a sus al rededores.

Todo estaba nuevo.

Reluciente.

Toda la maquinaria no llevaba ni siquiera una semana en el lugar.

Incluso el edificio donde se encontraban era completamente nuevo.

Katatsuke: ¡Con esta nueva tecnología, los resultados estarán en unos minutos, Boruto-san!

Él miró al científico y comenzó a saciar su sed de dudas.

Boruto: ¿De dónde salió todo esto?

Katatsuke: De una generosísima donación del Señor Feudal del País del Fuego.

Boruto: Ya veo...- pensó a Sarada.

Ambos fueron interrumpidos al ingresar el Hachidaime Hokage.

Konohamaru: Buenos días a ambos.

Katatsuke: ¡Buenos días, Hachidaime-sama!

Boruto: Hola Onii-chan... ¿Quieres controlar de forma personal mi "progreso"?

El comentario estaba cargado de malestar.

Tanto para el rubio como para su antiguo maestro.

Pero también era verdadero.

Konohamaru: Bueno... como Hokage de la Aldea de la...

Boruto: Solo haces tu trabajo. Y lo entiendo. No tienes que explicarme nada- dijo de forma fría.

El pitido de una de las máquinas advirtió los resultados.

Katatsuke corrió hasta ellos y comenzó el análisis.

Boruto: Por cierto Onii-chan, de camino hacia aquí, pude ver que estabas inaugurando un nuevo hospital. Vaya que estás ocupado últimamente...

Konohamaru: Ni que lo digas. Al salir de aquí, debo entregar más de 100 viviendas nuevas y cortar el listón de 15 fábricas. Las cosas están mejorando increíblemente.

El rubio perdió su mirada en el piso por unos segundos y suspiró.

Boruto: Sarada no pierde el tiempo, ¿eh?

Konohamaru: Sí. Estoy seguro de que ella tiene mucho que ver en los acuerdos de apoyo económico por parte del Señor Feudal del País del Fuego.

Boruto: Esa Uchiha... siempre ayudando a la gente...

El Hokage notó la tristeza de su alumno en cada palabra.

En cada gesto.

Estaba a punto de consolarlo, cuando Katatsuke, con una mueca desalentadora, les comunicó los resultados.

Katatsuke: Bueno... no quiero ser dador de malas noticias, pero...

Boruto: Vamos Katatsuke. Sin rodeos.

Katatsuke: El cuerpo de Boruto es Ootsutsuki en más de un 85%

Ambos hombres cerraron los ojos, pero el Hachidaime los volvió a abrir al notar que el hijo del Nanadaime le tomó del brazo.

Boruto: Ya sabes lo que tienes que hacer. No tengas reparo alguno. Sin rencores...

Konohamaru: Boruto...- con los ojos cristalizados.

Katatsuke: ¡Esperen!

Konohamaru: ¿Eh?

Katatsuke: Bueno... como sabrá usted, Hokage-sama, los nuevos acuerdos económicos firmados hace ya unas dos semanas, nos proveen dinero necesario para la investigación científica.

Konohamaru: ¡¿Eso significa que han encontrado una cura?!

Katatsuke: No. Aún no. Pero tenemos algo que, como mínimo, debemos contemplar. Síganme.

Los shinobi siguieron al científico por un largo pasillo con cientos de ventanas que daban a salas donde se estaban haciendo pruebas científicas.

Tanto en animales como humanos voluntarios.

Se detuvieron al ingresar en una especie del almacén.

Konohamaru: Wow... veo que han trabajado arduamente en estas dos semanas...

Katatsuke: Bueno, es que la ciencia está, lamentablemente, subordinada al dinero, Hoakge-sama.

El rubio comenzó a pensar en Sarada.

Recordó sus palabras.

Como ayudaría a todos en la aldea.

Inclusive a él.

Konohamaru: ¡Boruto!

Boruto: ¿Eh?- dijo sorprendido al salir de su cuelgue.

Konohamaru: ¿Qué opinas? ¿Quieres intentarlo?

Boruto: ¿Intentarlo?

Katatsuke: Estas píldoras. Luego de varios ensayos, pudimos comprobar que debilitan y suprimen el poder del Byakugan en los voluntarios que se ofrecieron a probarlas.

Boruto: ¿Y por qué se supone que debería tomar algo que inhiba mi Byakugan?

Katasuke: Bueno, los Ootsutsuki son el origen del dojutsu. Al anular dicho poder en los humanos, quizá pueda, a través del mismo mecanismo molecular, inhibir el desarrollo del byakugan de Momoshiki. Y quien sabe, quizá algún otro aspecto de su cuerpo, que por cuestiones genéticas, los humanos no heredamos...

Konohamaru: Bueno... realmente no entiendo nada de esto de la ciencia. ¿Tú qué opinas, Boruto?

Suspiró y tomó el frasco de manera brusca.

Sacó una de las píldoras, y la tragó.

Boruto: Opino que ya estoy perdido. Nada me cuesta intentarlo...

Katatsuke: De acuerdo, Señorito. Deberá volver aquí las próximas semanas. Allí evaluaremos como se comporta la "Ootsutsukificación".

El rubio asintió y los tres hombres dieron por terminada la reunión.

Pero antes de marchar, el Hokage tomó del brazo a Boruto.

Konohamaru: Necesito verte esta noche en mí oficina...

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Amado leyó los informes escritos de Kashin Koji.

Amado: De acuerdo... Lo de las píldoras que inhiben el poder del Byakugan podría ser problemático. Pero podemos usar todo este asunto de la Uchiha a nuestro favor.

Boro: ¿Y cómo sería eso?

Amado: ¡Koji!

Kashin Koji: Sí.

Amado: Quiero que busques al líder de una banda de ladrones y me lo traigas con vida. Su nombre es Shojoji.

El clon de Jiraya asintió y desapareció.

Boro: ¿Qué planeas, Amado?

Amado: Pues, seguir el plan de Jigen... guiar las transformaciones de Kawaki y Boruto en Ootsutsukis...

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Boruto: ¿Para qué me necesita, Hachidaime?- dijo entrando luego de golpear.

Konohamaru: Boruto. Ven. Toma.

De su escritorio sacó una carta.

Muy hermosa.

Perfumada.

Con una caligrafía casi perfecta al abrirla y leer.

Incluso las primeras letras de cada párrafo estaban escritas con una tinta especial roja brillante.

El rubio frunció el seño mientras leía.

Y al finalizar la carta, se enfureció.

La arrugó un poco debido a la impotencia.

Volvió a ponerla dentro del sobre y luego la rompió en varios pedazos.

Acto seguido, se marchó sin decir más.

El Hokage suspiró y decidió observar, desde su ventana, a su aldea iluminada por la luna.

Konohamaru: Ahhhhhh... Extraño al equipo 7...

Sobre el escritorio del Hachidaime había otra carta.

Idéntica a la que Boruto rompió.

Pero en lugar de estar dirigida hacia el rubio, era para el Hokage.

"Invitación de bodas" rezaba.

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Konohamaru: ¿Estás seguro de que no quieres asistir?

Boruto: Sí. Es lo mejor. Para ambos.

Hanabi: Cuídate, Boruto ¿Sí?

Boruto: Por su puesto, Tía- dándole una pequeña sonrisa.

Konohamaru: Para mañana por la noche volveremos a estar aquí. Eres el encargado de cuidar la aldea.

Boruto: O de destruirla...

Hanabi: Ey... Nada de lo que sucedió fue tu culpa.

Al golpearlo en el pecho para que se rescatara.

Boruto: Como sea. No se preocupen. Disfruten del evento y envíen un saludo de mí parte a la novia.

El Hokage abrazó a su ex-pupilo, acarició su espalda y luego la pareja se marchó.

Luego de ello, Boruto observó el cielo y la noche caer sobre la aldea.

Al día siguiente, despertó algo temprano.

Puso agua a hervir y se preparó una sopa ramen instantánea.

De esas que tanto le gustaban a su padre.

Lo de nunca, encendió la televisión y todos los canales hablaban de lo mismo.

La boda del hijo del Señor Feudal del País del Fuego con la heredera del Clan Uchiha.

Boruto: Ahhh... Supongo que estoy destinado a ver mí fracaso en una primera plana.

El rubio veía con dolor los cientos de tomas distintas del momento del beso.

La voz de Sarada diciendo "Sí. Acepto" lo marcaron a fuego.

Luego de la ceremonia, todo estalló en una gran fiesta que era cubierta por todos los medios de comunicación.

Ni un solo sorbo había dado a su sopa que perdió el apetito.

Estaba a punto de apagar la televisión hasta que una periodista comenzó a entrevistar a Sarada.

Periodista: Dígame, Sarada-san ¿Cómo se siente en estos momentos?

Sarada: Emmmm... Bueno... Lo cierto es que son tantas emociones que no sé cómo responder a eso... ¡Jajaja!- rascándose la nuca.

Periodista: ¡Jajaja! Imagino que feliz. Una no encuentra el amor todos los días.

Boruto: Estúpida...

Dijo el rubio refiriéndose a la entrevistadora.

Sacó de uno de sus bolsillos un pequeño rectángulo de papel.

El desdoblarlo, se podía observar que se trataba de una fotografía.

Tres para ser exactos.

De esas que te sacas automáticamente en una cabina.

Era del día anterior a la guerra contra los Ootsutsuki.

Cuando Boruto y Sarada acudieron al festival.

Se podían ver cómo en las tres fotos, ambos eran muy felices.

En la primera, ambos ponían caras raras.

En la segunda, Sarada estaba regañando a Boruto.

En la tercera... Ambos estaban abrazados, sonriendo.

Boruto: Ahhhh... Sin dudas. Uno es feliz cuando encuentra el amor...- al observar la tercera.

El rubio se distrajo al escuchar nuevamente la voz de Sarada en la entrevista.

Sarada: Lamento no poder continuar, pero debo ir al baño jajaja. ¡Muchas gracias por cubrir tan bien el evento!

La Uchiha se marchó y la entrevistadora comenzó a hablarle a la cámara.

Periodista: Ahí lo tienen. La próxima Señora Feudal, Uchiha Sarada, contándonos sobre la felicidad de...

El rubio apagó el televisor y se marchó sin más.

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Periodista: Y dígame, Señorita Uchiha, ¿Qué es lo que más le atrae de su nuevo esposo?- preguntó pícara.

La Uchiha comenzó a sudar y dio por terminada la entrevista.

Sarada: Lamento no poder continuar, pero debo ir al baño jajaja. ¡Muchas gracias por cubrir tan bien el evento!

Escapó corriendo de allí y se metió en el baño del palacio.

Una vez allí, alejada de la música y la gente, respiró tranquila.

Se sentó en el inodoro y de su sostén sacó un pequeño rectángulo de papel.

Al desplegarlo, miró con melancolía las tres fotos que tenía en su mano.

Sarada: Ahhhh... Sin dudas. Uno es feliz cuando encuentra el amor...- al observar la tercera.

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Una semana más tarde, el rubio salió del centro de investigación y comenzó a entrenar lanzando shuriken a los blancos del campo de entrenamiento 7.

Estuvo varias horas haciéndolo.

Desde todos los ángulos posibles.

En movimiento.

Lo dio todo.

Estaba exhausto y dejó caer su cuerpo, sentándose en la hierba.

Contó sus shuriken para corroborar que los había recogido a todos.

Boruto: 6... 7... 8...

Sarada: Hola...

La esposa del heredero del País del Fuego se le apareció por detrás.

Estaba a unos metros de él.

Sarada: ¿Cómo estás?

Él solo podía mirar las shuriken de sus manos.

No podía siquiera voltear a verla.

Su corazón latía tan fuerte que lo oían desde otra aldea.

Quería concentrarse en contar sus herramientas.

Pero lo único que hacía era pensar en ella luego de escuchar su voz.

Sarada: Entiendo... es completamente normal que me odies...

Por más que quisiera, las palabras no salían de su boca.

No tenía el control de los músculos que le permitirían voltear aunque sea a verla por un segundo más.

Solo se quedó paralizado allí.

Sarada: Bueno... debo irme. Solo quería saber como estabas. Luego de la Asunción al Poder de Fuego, ya no podré hacer visitas como esta. Así que... adiós...

Ella esperó unos segundos.

Debía ver su reacción.

Pero era más de lo mismo.

Simplemente seguía sentado, dándole la espalda.

Ella volteó y comenzó a marcharse.

Pero antes giró su cuerpo una última vez.

Sarada: Y por cierto... me alegra muchísimo que las píldoras de Katatsuke y su equipo hayan tenido un resultado positivo. Es el primer paso para vencer a Momoshiki. Ojalá lo logremos... -sonriendo.

Luego de esto, se fue definitivamente.

Él tomó aire para responder algo al respecto, pero volvió a ahogarse en silencio.

Así ambos volvieron a separarse hasta quien sabe cuanto tiempo...

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¡Hola! ¡Lamento mucho la tardanza y el capítulo más corto de lo habitual! ¡Quería publicar algo para que sepan que sigo con vida al igual que la historia! ¡Trataré de seguir actualizando! ¡Cuídense!