POV Boruto

El ruido de la lluvia me despertó por la madrugada.

Automáticamente, como si por un acto reflejo fuese, estiré mí brazo hacia mí lado.

Allí estaba aún.

Gracias al cielo. No fue un sueño.

Toqué su cálida piel a la altura de sus caderas y me reconfortó.

Miré el despertador a mí lado.

Marcaba 3:00AM.

Aún quedaba más de este paraíso por disfrutar.

Cerré los ojos y volví a dormir.

Fin del POV Boruto

Cuando el rubio abrió los ojos nuevamente, el sol entraba plenamente por la ventana.

La lluvia no caía y hacía una temperatura agradable.

Miró el reloj: 11:45AM

Volteó entusiasmado a verla.

Boruto: Oye... ¿Querrías ir a almorzar a...?

Pero ese lado de la cama se encontraba vacío.

Se entristeció, pero levantó velozmente.

Quizá esté en el baño o la cocina y aún no se haya ido.

La buscó pero solo encontró un silencioso apartamento.

Suspiró y dejó caer su cuerpo sobre el sofá.

Se sentía confundido por las acciones de ella.

Tapó su rostro con las manos en señal de frustración y se levantó para darse un baño.

Toda esa tarde se la pasó meditando hasta que en un golpe de valentía y estupidez, "tengo que decirle que la amo", pensó.

Boruto: Tengo que decirle de mis sentimientos.

Salió volando de su casa para hacer una parada en la florería Yamanaka.

Al entrar fue recibido amablemente por Ino.

Ino: ¡Hola Boruto!

Boruto: Ay... ¿No puede hablar más bajo?-respondió incómodo.

Ino: ¿Qué te trae por aquí?

Boruto: Necesito un ramo de flores.

Ino: ¡Por supuesto! ¿De cuáles?

Boruto: Emmm... Bueno... Este... No lo sé...

Ino: Déjame ayudarte.

La rubia salió de atrás del mostrador y empezó a guiar al muchacho por la tienda.

Ino: Primero debemos tener claro el contexto ¿Son para visita a un enfermo, un regalo, el cementerio?

Boruto: Pues sí. Un regalo.

Ino: Uy uy uy ¿Y quién es la afortunada?-dijo con cara pícara.

Boruto: Ahhhhhhh

Ino: O el afortunado jeje.

Boruto: ¿Puede por favor recomendarme algo lindo?-quería irse de allí cuanto antes.

Ino: Estas...

Ella tomó unas flores que le gustaron mucho a Boruto a penas las vio.

Boruto: Wow. Realmente son lindas.

Ino: Sabía que te gustaría. Son las favoritas de Sarada.

El rubio comenzó a tartamudear y ponerse nervioso.

Boruto: ¿Y... Y eso... Q-qué t-tiene que ver...?

Ino: Oh, solo es un comentario jeje.

Luego de pagar, el rubio emprendió camino en busca de la Uchiha.

Ino: ¡Suerte con Sarada!

Boruto: ¡Ay que no se calla!-Mientras caía de espaldas al piso. Estilo animé.

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Cho-cho: Entonces te lo tiraste dos veces pero no quieres nada serio con él...

Sarada: Así es.

La Akimichi quedó pensativa.

Sarada: ¿Está mal?-preguntó insegura.

Cho-cho: Para nada. Le dejaste en claro que no quieres algo serio para no jugar con sus sentimientos. Y todo el mundo necesita tener sexo sabes...

Sarada: Bueno... Bueno... Pero no lo digas tan fuerte...- la Uchiha era un tomate.

Cho-cho: Y dime, ¿Volverías a follártelo?

Sarada: ¡¿Q-QUÉ?!

Cho-cho: Sí. Dijiste que no querías nada serio. Y que todo lo que hiciste fue con fines sexuales.

Sarada: Así es...

Cho-cho: ¿Pero estás segura?

Sarada: ¿A qué te refieres?

Cho-cho: Pues ustedes pasaron muchas cosas juntos. De índole romántica. ¿Estás segura de que no hay nada de eso allí?

Sarada: Bueno. Sí me gusta aún. Se lo dije. Pero estoy 100% segura de no querer nada más serio con él.

Cho-cho: No te lo crees ni tu.

Sarada: ¡¿Qué?!-respondió enojada.

Cho-cho: No te engañes Sara. No digo que simplemente dejes de verlo. Pero si quieres tomar esa decisión de no querer nada con él, simplemente olvídalo y da vuelta la página.

Sarada: ¡Pero es lo que estoy intentando!

Cho-cho: No. Lo único que haces es estar con él, pero con cierta distancia. Tienes miedo de que te lastime.

Sarada: ¡¿Y tu qué puedes saber si ni siquiera pasas por esto?!

Cho-cho: Tu reacción me está dando la razón.

Sarada: ¡Claro que no! ¡Demuestra lo errada que estás! ¡Cómo siempre!

Cho-cho: ¡Oye, cálmate! ¡Estoy tratando de ayudarte! ¡Tengo que ser sincera con mí amiga!

Cuando la Uchiha vio la reacción que generó en su amiga, comprendió el lamentablemente papel que estaba haciendo y rompió en llanto.

Sarada: ¡Perdón Chou!

Su amiga la abrazó y comenzó a consolarla.

Sarada: ¡Tienes razón! ¡Sigo enamorada de él y no puedo alejarme! ¡Me encantaría estar con él! ¡Pero siempre me lástima! ¡Soy una estúpida!

Cho-cho: Ya... Ya... Amiga. No eres ninguna tonta. Solo estás enamorada y confundida.

Sarada: ¿Qué debo hacer?

Cho-cho: Eso solo lo sabes tú. Pero procura tomar una verdadera decisión. O dejas de verlo, o lo intentan nuevamente. Pero no quedes sin hacer nada.

La pelinegra seguía llorando y pegada a su amiga.

Sarada: Quiero dejarlo... Ya no quiero sufrir Chou... Ya no quiero amarlo....

Cho-cho: De acuerdo. Te ayudaré con ello.

Sarada: Gracias. Eres la mejor. No te merezco.

Cho-cho; Lo sé amiga. Nadie es tan bueno como para merecerme...

Cuando ambas se marcharon del campo de entrenamiento, un rubio oculto detrás de los árboles comenzó a llorar y lanzó un bello ramo de flores al piso.