Cap. 7: Funerales lluviosos.
Por alguna extraña razón, siempre que han habido funerales en Konohagakure, llovió.
Esta no era la excepción.
Pero sí la excepción de la extraña razón.
Pues, yo creó que el cielo se mimetizó con Boruto, y también comenzó a llorar.
Allí se encontraba el rubio, en las primeras filas, devastado por la pérdida.
El funeral fue muy concurrido. Por lo sucedido con los robots, varias personas habían perdido la vida.
Pero de no ser por Naruto, casi todos la habrían perdido.
Nuestra Uchiha se encontraba allí, unas filas más atrás, desde donde podía observar al rubio en su duelo interno.
Llevó el puño a su pecho y pensó "espero no esté sufriendo mucho".
La lluvia era intensa. Sin una sola pizca de viento, pero sí mucha lluvia.
Eso hizo que la multitud, luego de rendir homenaje, se dispersara rápidamente.
Sakura y Sasuke, que caminaban lentamente bajo el mismo paraguas, se acercaron a su hija.
Sakura: Sarada, tu padre estará en la oficina de Naruto. Y yo iré al hospital para seguir monitoreando a los lesionados de ayer. Así que no nos esperes en casa hoy.
Sarada: Sí Mamá.
Al ya haber menos gente en el cementerio, Sarada buscó a su amigo con la mirada.
Pero no se encontraba parado donde antes estaba.
Continuó girando su cabeza, cubierta por el negro paraguas, para ver si encontraba a su querido rubio.
Luego de una intensa búsqueda,lo divisó.
Se encontraba sólo, y parado frente a la tumba de su amigo Denki.
Estaba completamente mojado.
Se acercó lentamente y lo arribó por la espalda.
Sarada: Boruto...
Boruto: ...
La Uchiha podía observar como su amigo lloraba.
Tan intenso era su pesar, que sus lágrimas se distinguían de las gruesas gotas de lluvia.
Sarada: ¿Quieres estar solo?
El rubio sólo atinó a mirarla con sus azules ojos empapados, y ladeó la cabeza lentamente.
Indicando que necesitaba compañía
Su compañía.
La pelinegra se acercó aún más, y situó el paraguas por debajo de la cabeza de ambos.
Quizá un poco inútil para el rubio quien se encontraba completamente mojado.
Pero ella no quería dejarlo sólo y triste ahí.
Se aferró a su brazo izquierdo, y apoyó la cabeza en el mojado hombro de su amigo.
Durante los minutos que estuvieron allí, la Uchiha sólo observaba con tristeza e impotencia, como su tonto rubio lloraba en silencio.
Quería abrazarlo, o consolarlo, o ayudarlo. O lo que fuese. Pero que mejore.
Quería ver esa sonrisa que siempre la hacía perder la cabeza.
Y por ello, cuando el rubio volteó lentamente a verla y bajó la mirada avergonzado, ahí fue cuando ella aprovechó.
Lo tomó suavemente por la mejilla izquierda, y lo besó.
Y beso corto y tierno. Muy tierno.
De esos que dicen mucho en muy poco tiempo.
Ella sintió que esa era la mejor manera de consolarlo.
Al separar sus labios, el rubio volvió a voltear hacia la tumba de su amigo.
Mientras ella se limitaba a observarlo.
Sarada: Boruto... vayamos a casa. Te resfriarás.
El rubio bajó la mirada y sólo asintió con la cabeza.
Salieron caminando ambos bajo el mismo paraguas, y salieron del cementerio.
Se dirigieron a la casa Uchiha, la cual quedaba mucho más cerca, y así el rubio pudiera secarse un poco.
No hablaron mucho en el camino, y al llegar, Sarada de lanzó una toalla blanca para que se secara un poco.
Sarada: Sécate con esto. Iré a ver si mi padre tiene algo de ropa que te quede.
Al volver a la sala, la Uchiha se molestó un poco.
Boruto estaba allí parado, aún todo mojado.
Sarada: Baka, sécate o te enfermarás.
La muchacha se acercó y comenzó a frotar la toalla en los cabellos de Boruto.
Vio lo chistoso que le quedaba el cabello todo alborotado y soltó una pequeña risa.
Sarada: Jajaja pareces un espantapájaros.
El rubio la miró, y la vio feliz.
No pudo evitar darle una pequeña sonrisa.
Sarada: Ya quítate esa ropa también.
Sarada lo ayudó a quitarse su capa negra, la chaqueta y playera.
Sarada: Aquí tienes una camisa y un saco de mi padre. Yo llevaré tu ropa a lav...
Sarada resbaló debido a que el suelo estaba mojado por culpa de Boruto y cayó sobre este, quien la sostuvo en sus brazos.
Sarada contempló el torso desnudo de su amigo, quien estaba a centímetros de su rostro, y subió la mirada y tenía la boca de su amigo a una distancia muy poco prudente.
A la edad de 16 años, esto no es más que chispa en un bote de pólvora.
Pero entendió que no era el momento.
Sarada: Discúlpame Boruto.
Se separó de él y rápidamente salió de la habitación para poner a lavar las prendas del rubio.
Al volver a la habitación, el rubio se encontraba con la ropa seca.
Boruto: Gracias Sarada. Ahora me marcho.
La Uchiha le dio un paraguas y lo escoltó hasta la puerta.
Cuando el rubio se marchaba, ella lo detuvo de un grito.
Sarada: ¡Boruto!
El rubio volteó y la observó tranquilo.
Sarada: Si necesitas hablar con alguien o te sientes sólo, quiero que sepas que estoy para tí. Sólo tienes que hacérmelo saber...
El rubio le sonrió, asintió con su cabeza, y se marchó.
La noche fue todo un dolor de cabeza para la muchacha.
Mientras se encontraba leyendo en su escritorio, el ruido de la lluvia la transportó a sus pensamientos.
Sarada: Mhhhh está lloviendo otra vez ¿se encontrará bien el baka de Boruto?
La Uchiha se paró y estaba poniéndose su ropa de entrenamiento, cuando su sentido común le hizo eco.
Sarada: ¡No! Si me necesita, me lo hará saber. No debo molestarlo...
Al día siguiente. Sarada despertó muy somnolienta, y con su pijama bajó a por el desayuno.
Sakura: Hola hija. Despertaste un poco más tarde hoy.
Sarada: Debo aprovechar mi día libre.
Sakura: Preparé café. Está en la cocina.
Sarada: ¡Gracias Mamá!
La despeinada pelinegra se movilizó lentamente y llenó una blanca taza de café.
Sarada: ¿Y Papá?
Sakura: Está con Naruto. Últimamente se encuentran muy ocupados.
Sarada: ¿Tu irás al hospital?
Sakura: Sí hija. Todavía hay muchos heridos del desastre del otrotro día. Así que no me esperen por la noche.
Antes de que pudiese replicar, el timbre de la residencia Uchiha sonó.
Sarada: Yo atiendo.
Al abrir la puerta, se llevó una gran sorpresa al ver a su rubio favorito.
Sarada: ¡Boruto!
Boruto: Hola Sarada. Vengo a traer la ropa de tu padre.
Desde el pasillo, Sakura pudo ver de quien se trataba.
Sakura: ¡Boruto, cariño! Pasa, tu ropa ya está seca. Está sobre la mesa.
Boruto: Gracias Sakura-obasan.
A todo esto, Sarada se encontraba un poco descolocada.
¿Cómo su madre sabía eso?
Y a que se encontraba completamente desalineada.
No es de las que se preocupan mucho por la apariencia, pero ¿a quién no le importa la opinión de quienes nos atraen?
Sakura: Debo irme niños ¡pórtense bien!
Al cerrar la puerta, el cruce de miradas entre los jóvenes era inevitable.
Boruto: Bonito pijama...
Sarada se enrojeció.
Sarada: Es que mi ropa de entrenamiento se encontraba para lavar.
Boruto: Claaaaaro... ¿Te parece si vamos a entrenar un poco?
Sarada: Me encantaría.
Boruto: ¿A caso no era que tu ropa estaba por lavarse?
Sarada: Ya cállate y esperame aquí.
Al bajar la Uchiha de su habitación, se dirigieron al campo de entrenamiento.
Luego de pasar casi toda la tarde allí, los jóvenes se detuvieron exhaustos.
Sarada: Veo que ya no eres un alfeñique...
Boruto: JA-JA podría vencerte si quisiera.
Sarada: Claro que no. Y lo sabes.
El rubio se acercó de frente a su amiga, y la tomó por sorpresa atacándola con un fuerte abrazo.
Sarada: !!!
Boruto: Gracias por estar conmigo ayer. Cuando más necesitaba a alguien. Siempre apareces en el momento justo. No sé que haría sin tí.
Al separarse levemente, se miraron fijo a esos ojos que tanto enloquecen el uno al otro.
Sus bocas estaban a escasos centímetros.
Se separaron al escuchar la voz del ninja que los llamaba por pedido del Hokage.
"Deja vû" pensaron ambos.
De camino al palacio del Hokage, Sarada miraba de reojo a su amigo.
Realmente se encontraba feliz de la relación que llevaba con Boruto.
Se estaban llevando muy bien. Él era dulce con ella. Y ella podía expresarse mejor con él.
"Ojalá el Nanadaime nos encomiende una misión a nosotros solos" se le cruzó por la mente.
Se ruborizó un poco. Pero uno no debe culparse por lo que siente.
Al llegar a la oficina, fueron recibidos por el Hokage Naranja.
Naruto: Me alegro que estén aquí. Tengo una misión para ustedes dos...
Boruto: ¿Solo nosotros? ¿Y Nii-chan y Mitsuki?
Naruto: No se encuentran disponibles.
"SÍ" fue la reacción interna de la hija de Sasuke.
Naruto: Así que decidí completar su equipo con un tercer miembro ¡pasa Sumire!
Sumire: ¡Hola Sarada y Boruto-kun!
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¡Espero les haya gustado!
Gracias por todos los votos y muchas gracias por los comentarios. Si bien, no respondí a todos, quiero que sepas que alientan mucho!
Y recuerden, que cada capítulo que pasa, nos acerca a la guerra con los Ootsutsuki >:v
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