Cap. 7: No interrumpir
-Deben encontrar al responsable de la muerte de estos animales ¿entendido?
-¡Sí Nanadaime!
El equipo 10 partía a su misión a las afueras de Konohagakure.
Mientras otro equipo de gennin y su sensei acababan su respectiva tarea.
-¡Muchas gracias por atrapar al ladrón de tiendas Konohamaru-san!
-Ohh, no se preocupe Toneki-san. Además fue trabajo en equipo con ayuda de Sarada, Boruto y Mitsuki.
La misión era atrapar un simple ladrón de tiendas.
Este tipo de tareas ponía de malas a Boruto.
¿dónde estaban las peligrosas misiones de antaño en las cuales su padre y demás ninjas arriesgaban su vida y se llenaban de gloria?
¿a caso en está época de paz era absurdo ser un shinobi?
-Iré a presentarle el informe al Hokage niños. Adiós.
-Oi, Sarada, Mitsuki ¿qué quieren hacer? Estoy aburrido...
-Lo siento Boruto. Debo irme.
De una enigmática manera Mitsuki se despidió dejando solos a Uzumaki y Uchiha.
-¿tu teme?
-No pienso meterme en problemas contigo. Adiós...
-Espera. Tengo una idea divertida.
El rubio aprovechó que se encontraban en el almacén de la tienda aún y tomó un carro de supermercado.
-¡Subámosnos en el en lo alto de la torre hokage y lanzémonos!
-Ni loca...
-Vamos teme. No seas amargada.
-No soy amargada. Sólo no soy estúpida.
-A mí se me hace que eres una estirada.
Que Boruto le saque la lengua mientras le mostraba un ojo en ese tono burlezco no le agradaba en absoluto.
Era cuestión de tiempo para que Sarada explote.
-Silencio dobe
-Teme
-Dobe
-Teme
-Dobe
-De acuerdo, yo lo haré. Si quieres acompañarme adelante.
-Agghhh eres un baka.
En la cima de la torre se encontraba Boruto junto al carrito.
-Observa como hay que hacer para divertirse Sarada.
-No te dejaré hacerlo.
-¿de qué estás hablando? No puedes obligarme
-Es cuestión de usar la cabeza baka. Te romperás un hueso o algo
-Soy un ninja ¿recuerdas?
-Sí. Uno muy tonto por cierto...
Cuando el rubio decidió subir al carro, la Uchiha se lo impidió tomándolo del brazo.
Eso fue cuestión de segundos para convertirse en un forcejeo.
El cual terminó con Sarada dentro del carro en movimiento.
-Oye ¡esa era mí idea!
De un salto Boruto llegó a aferrarse al carro que comenzaba a ir a toda velocidad.
-¡Boruto idiota!
-¡cállate y disfruta del viaje!
Viajándo a toda velocidad con el carro Boruto apenas podía esquivar los obstáculos en el camino.
-¡cuidado con el perro!
-¡Sí!
-¡cuidado con la anciana!
-¡lo tengo controlado teme!
-¡CUIDADO CON KAKASHI-SAN!
-¡te dije que lo tengo contr... ¿¡QUÉ?!
En un brusco y milimétrico movimiento, pudieron esquivar a Kakashi (quien nunca apartó la vista de su novela Icha-Icha)
Al ver a su al rededor lo entendió. La adrenalina, la belleza de la cotidianeidad de aldea. En verdad era divertido, y podía ver a la Konoha que tanto ama y desea proteger desde la torre hokage algún día. Ahí entendió perfectamente a Boruto.
-Ja... jaja... jajajaja... jajajajajajajaja ¡esto es divertido!
-¡Te lo dije teme!
La risa y felicidad de Sarada inmediatamente opacó la mente y los sentidos de su compañero.
¿se veía linda?
Por lo menos se lo preguntó a sí mismo. Sarada no era el tipo de chica que pasaba la vida sonriendo y gritando a carcajadas.
Este hecho llamó su atención y lo cautivó.
Se sentía realmente feliz por hacer reír a la Uchiha.
Mucho más que si hiciera reír a cualquier otra persona.
Lamentablemente, esos segundos de hermosa distracción le costaron caro a los gennin quien no pudieron esquivar un cantero y salieron despedidos...
-Moegi-sensei, ¿cuánto falta? Esto es un fastidio...
-Vaya, no me esperaba que digas eso...
-Aquí es, la casa del Señor Fushide, quién envió la carta.
Tras golpear la puerta fueron atendidos por un ancianito.
-Ohh, ustedes deben ser los ninjas de Konoha. Soy Kiotake Fushide, mucho gusto.
-El gusto es nuestro. Yo soy Moegi Kazamatsuri, y ellos son Yamanaka Inojin, Akimichi Chocho y Nara Shikadai.
-Hola...
-Es un gusto niños
-Señor Fushida ¿puede contarnos la situación?
-Sí. Verán... hace varios días encontré algunos animales muertos en el bosque. Pero no muertos de manera natural. Si no que tenían una particularidad. Estaban empalados contra árboles o rocas.
-Qué sádico...
-Así es. Y esto me preocupa. No quiero que lastimen a los venados del bosque. Ellos son su alma.
-De acuerdo ¿tiene alguna sospecha de alguien o alguna otra información?
-No. Lo único que puedo aportar es que creo haber visto un hombre vestido con una túnica negra y encapuchado cerca de uno de los animales asesinados. Pero desapareció en un instante cuando lo vi...
-De acuerdo. Iremos a ver que encontramos. Muchas gracias.
-Ohh, por cierto. No duden en buscar refugio en mi casa por la noche. Yo siempre estoy aquí.
-Se lo agradecemos Fushide-san. Adiós.
El rastreo del bosque fue interrumpido por la voz de Shiakadai.
-Moegi-sensei ¿le preocupa lo que mencionó en anciano sobre el hombre de la túnica?
-Así es. Si esto involucra ninjas, ya se escapa de las manos de un gennin.
-Pero Moegi-sensei. Hemos demostrado más que el nivel de un gennin en los exámenes chunnin.
-Lo sé Inojin. Pero hasta que no se los nombre chunnin no puedo arriesgarme.
-Sensei, ¡ahí!
Lo que Chocho señalaba era otro animal muerto, empalado en el piso.
-Esto es horrible...-la cara de preocupación de Inojin no era la única.
-Sí. Tenemos que encontrar al responsable lo antes posible.
El rastreo continuó hasta divisar un sujeto de túnica negra cerca de un animal muerto. Pero al sentir la presencia de los de Konoha, desapareció.
-Sensei, observe la sangre de al rededor...
-Tienes razón Shikadai. Otra vez en forma de círculo...
-Miren esto...
Chocho había encontrado una especie de colgante de plata.
-De acuerdo. Está por anochecer. Vayamos a la casa del señor Fushide. Debemos acampar cerca de su casa para que se sienta seguro...
Cuando el equipo arribó a la casa golpeó la puerta, una y otra y otra vez sin recibir respuesta.
-De acuerdo. Primero entro yo por la puerta principal. Chocho e Inojin por las ventanas luego de mi señal y por último tu Shikadai detrás mío. ¿de acuerdo? Algo malo pudo haber pasado...
La sensei ingresó al hogar, el cual poseía un ambiente un poco más lúgubre que cuando llegaron.
Todo estaba en un silencio sepulcral.
Nada desordenado. No hubo rastros de lucha ni huída.
Avanzó lentamente y fue recorriendo la casa. Nada encontró. Sólo faltaba la habitación de arriba.
Hizo una seña para que los gennin entren.
-Escuchen. No parece nada raro. Sólo queda revisar arriba. Iremos todos juntos. Puede que quién esté detrás de esto nos quiera separar.
-¡Sí!- en un susurro los tres gennin.
Ahí estaban a punto de abrir la puerta de la última habitación.
La sensei hizo una seña con la cabeza y entraron rápidamente.
La cara de la sensei no se alejaba mucho de la de los pequeños ninja.
Chocho sólo atinó a taparse la boca.
Inojin se encontraba completamente asustado.
Mientras que la cara de Shikadai era algo más de furia con un poco de asco.
Moegi con un intensa amargura lo decidió: había que pedir refuerzos.
Pues, la situación lo ameritaba.
Allí estaba innegablemente el señor Fushide.
Empalado. Colgando de sus manos juntas, atravesados por una varilla de metal.
La habitación era un charco de sangre y el pobre anciano un saco de boxeo.
Una obra de sadismo increíble.
Volviendo a Konohagakure, allí se encontraban dos gennin del mismo equipo. Sentados espalda con espalda a los pies de un árbol.
Ambos con un chichón en la cabeza producto de la caída del carrito.
-Auuu, me duele la cabeza...
-Eres un menzo. Te dije que sería peligroso.
-¿de qué hablas? Si dijiste que era divertido
-Sólo porque apareció Kakashi-san
-No pongas más escusas...
Una típica pelea de dobes y temes que podría durar días si de los hijos de Naruto y Sasuke se tratara.
Cuando el anochecer se hacía muy evidente apareció el hijo de Orochimaru. Quien los estaba buscando.
-Vaya, es una imagen muy linda. Creo que no debería interrumpir...
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Eso es todo por hoy. Lamento la tardanza y espero que a alguien le esté gustando esta historia. Saludos!
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